Ella se levantó de la silla y fue corriendo hacia el exterior de la casa. Había una fuerte tormenta y llovía muchísimo. Se quedó en la mitad de la acera bajo la lluvia llorando, con la mirada clavada en el suelo. El corrió a por ella, intentó que entrase pero ella se negaba.

-¿No quieres entrar?- Hizo una breve pausa- Entonces, ¿te molesta si me quedo aquí contigo?

Ella levantó la mirada para dirigirla hacia los ojos del hombre que estaba agachado junto a ella y negó con la cabeza.

Pasaron varios minutos allí quietos, mirando hacia la nada. En silencio. Ella dio un pequeño tirón de la manga del hombre para que le prestase atención.