Mary tenía el cabello hasta media espalda la última vez que la vio, que desde su percepción no había sido más que un abrir y cerrar de ojos. En ese momento la cabellera de la mujer le llegaba a la cadera... Bills supuso que eso era lo que le daba un aspecto diferente. Algo un tanto chocante para él de una forma que no pudo y no quiso precisar.

- Mary y yo le preparamos la comida-intervino Whiss-Será mejor que se de prisa sino quiere que se enfríe...

Bills lo miró de reojo,con un leve disgusto que el ángel advirtió de inmediato.

-Primero tomaré un baño-le dijo de forma algo seca. No estaba relajado como al despertar
-¿Quieres acompañarme?-le preguntó a Mary con una mirada y sonrisa avisada.

-Después de todo este tiempo... Más vale que te comportes como el dios destructor que eres-le dijo la mujer con una amplia sonrisa y acercando su rostro al de él de forma bastante sugerente.

-Será mejor que me retire. Imagino que ambos quieren un tiempo a solas-dijo Whiss mirando a un costado de una forma medio burlona.

Bills lo ignoró. Tenía su atención puesta en otras cosas.

Largas horas pasaron Mary y Bills en ese enorme baño. La pasión y la travesura era algo que tenían en común, dos cosas muy útiles en la intimidad más reservada,donde no les surgia el hastío de la rutina. Después de unas horas y aprovechando la instalación,ambos se relajaron en el agua. La mujer se sentó en la orilla. Tenía las piernas sumergidas en aquel estanque y peinaba su cabello que contrastaba con la toalla que la envolvía. Bills estaba nadando por ahí hasta que fue hacia ella y descanso sus brazos en el regazo de la muchacha para luego reposar la cabeza sobre ellos.

-¿Y qué hiciste todo este tiempo sola en este planeta?-le preguntó con ese tono amable que sacaba a veces.

-Explorar-le respondió Mary y le acarició el contorno del rostro con la punta de los dedos.

-¿Recorriste el planeta tú sola?-le cuestionó.

-Sí...Bueno a veces Whiss me acompañaba-le confesó la mujer.

-¿Qué tan seguido te acompañaba Whiss?-interrogó el dios.

-Cuando me llevaba provisiones. Dos o tres veces al mes. En ocasiones se quedaba conmigo y caminábamos por ahí un rato, charlando. A veces sólo aparecía por donde yo andaba. Supongo que estaba aburrido o por capricho iba a ver qué hacia. Ya sabes como es-le contó Mary y luego calló-¿Vamos a comer? Todo ese ejercicio me dió hambre...

Bills no hizo comentarios y en silencio se levantó para ir por su bata. Mary no notó nada extraño. El dios era bastante curioso y no le gustaba quedarse con dudas. Era natural que quisiera saber que estuvo haciendo, en ese lugar mientras él dormía.

Juntos llegaron al comedor y el banquete sobre aquella mesa lucía fresco y suculento. Los aromas despertaban el apetito, en especial el del dios que una vez sentado a la mesa se llevó una pierna de algún ave a la boca. La carne estaba dorada por  fuera,suave y jugosa por dentro. Realmente deliciosa por lo que sus sentidos fueron capturados por ella por un tiempo,mas no ignoró el hecho de que Mary iba a tomar un pastelillo,pero Whiss la detuvo diciendo:

-Esos no. Tienen chocolate. Pruebe estos de pasta de avellana.

-Ah, gracias-le respondió Mary con una sonrisa gentil.

Y no fue lo único que sucedió durante la comida. Whiss preparo una infusión de hierbas y jugo de frutas que Mary le enseñó.

-Tengo que admitir te queda mejor que a mí-le comentó la muchacha y el ángel pareció complacido con aquellas palabras.

Bills los comenzó a mirar con más y más atención. Mary no hablaba mucho. De hecho no era raro que pasará días enteros sin dirigir una palabra a nadie si no tenía la necesidad de hacerlo. Incluso con él sucedían largos lapsos de silencio,sin embargo, Bills sabía que ella manejaba un lenguaje no verbal bastante rico y era capaz de leer a las personas con una sola ojeada. Sabía lo buena que era para decir todo sin una sola palabra y para recibir mensajes del mismo modo si estaba en sintonía con otra persona. De no ser así era una total perdida de tiempo,pues Mary podía ser el blanco de señales tipo espectáculo láser y pasar sin ver. Pero en ese momento,con ese ángel, estaba teniendo una su subconversión. Whiss era muy perspicaz y capas de crear amplios panoramas con un mínimo de información, extraída de cualquier gesto o palabra fuera de lugar,como de cualquier acción que llamara su atención. En conclusión esos dos podían crear todo un mundo de comunicación único entre ambos y al que pocos podían invadir.

-¿Me das un poco de esa bebida?-le preguntó el dios a la mujer y ella le dió su vaso que acaba de llenar-Gracias...

La comida siguió con naturalidad y el resto del día Mary se lo paso a su lado. Eso era extraño,pues esa mujer nunca se comportaba así. Ella disfrutaba de su compañía,mas jamás lo obligaba a estar con ella o le imponía su presencia,pero esa tarde no se apartó de él. No le molestaba,pues no era una persona atosigante. Aunque no dejaba de causarle algo de extrañeza aquella actitud. Sentado en esa silla de playa,en la orilla del lago,Bills se perdía en sus pensamientos en zozobra mientras peinaba el cabello de la mujer, cuya extensión no dejaba de causarle un malestar todavía indefinible.

-Bills-lo llamó Mary cuendo lo vio cerrar los ojos.

-¿Qué?-le contestó él sin abrir los párpados.

-Nada- respondió ella y con alivio volvió a descansar su cabeza en el pecho del dios.

Bills abrió los ojos entonces y la miró tendida sobre él.

-¿Sabes?-le dijo Mary-Hay una caverna muy cerca de aquí. Es muy bonita. Está llena de cristales de color violeta y hay un manantial en su interior. Me gusta ir ahí a veces...

Mary le habló un poco de sus excursiones y él la oía,pero sin mucho interés. Aquello cambió cuando de casualidad y sólo porque así iba el relato,la muchacha, mencionó que había un lugar en el bosque donde asaba malvaviscos junto al Pez Oráculo y Whiss. Bills no hizo comentarios,pero le quedó la idea como una pequeña y delgada espina clavada en su dedo. Cuando Mary terminó la historia le preguntó si quería ir a ver como la luz del acaso bañaba los cristales de la caverna, creando una aurora boreal en el interior.

-No,eso se me hace aburrido- contestó el dios para desazón de Mary.

La mujer se levantó sobre sus manos y miró el rostro de Bills un momento.

-Ire a la caverna-le dijo después de darle un beso en la comisura de la boca.

Ella siempre hacia eso. Besaba de forma amorosa esa parte de él. Nadie más tuvo ese gesto. Sólo ella. Desde luego Mary no era la única amante que tuvo, por eso podía decir que ese beso era especial. Cosa de ellos nada más y aún así,en ese momento, lo experimento un poco diferente. Un tanto distante. La siguió con la mirada hasta que se perdió entre los árboles. Unos minutos después llegó Whiss con una caja pequeña entre las manos.

-¿Qué sucede, Whiss?-le preguntó el dios cruzando los brazos tras su cabeza y estirando las piernas sobre la silla.

-Pensé que Mary estaría con usted-le respondió el ángel un poco extrañado.

-¿Mary? ¿Desde cuándo te diriges a ella por su nombre?-le preguntó con ese tono inquisidor que tenía.

-Desde hace un tiempo. Ella insistió en que la llamara por su nombre nada más...

Bills le dió una mirada desinteresada. Whiss se quedó parado allí un instante logrando que su señor hiciera un gesto como arqueando una ceja.

-Supongo que debió ir a la caverna ¿No le molesta que vaya a darle esto?-le preguntó el ángel levantando la cajita.

Bills se levantó para sentarse en el borde de aquella silla un momento y de forma un tanto juguetona le pregunto:

-¿Qué tienes ahí?-

-Algo que Mary me pidió-le respondió Whiss.

-Damelo-le dijo el dios-Yo se lo daré.

¿Qué tan raro podía ser que en tres años Whiss y Mary establecieran una relación? Tal vez no pasaron mucho tiempo juntos, pero sin duda, y como la propia Mary dijo, sostuvieron varios encuentros. Se familiarizaron el uno con el otro. Se conocieron. Pero era sólo eso. Dos individuos en el mismo espacio. Sin embargo,los celos  en Bills estaban un tanto exaltados. No es que pensará que esos dos tuvieron algún idilio mientras él dormía. Era absurdo en particular suponer eso de parte de Whiss. Era sólo que esa mujer era suya. No iba a proclamarlo de forma tan vulgar,pero así lo sentía. Era su amante y él reclamaba todo de ella para si, independientemente de la dosificación que Mary diera a su ser. Bills no lo iba reconocer, pero guardaba un sentido de propiedad muy grande sólo que no había mucho de lo que se sintiera propietario más allá de él mismo. Era por esto que sus celos estaban revueltos,pues Whiss estaba en conocimiento de muchas cosas de Mary como lo del chocolate. Él no sabía que no le gustaba. Nunca la vio comerlo,pero no asumió que ella lo rechazaba ¿A qué más tuvo acceso su asistente durante el tiempo que él permaneció dormido? No era un estúpido para no entender lo que significaban tres años para una mujer mortal. Muchas cosas debieron suceder durante ese tiempo y no alcanzaba a imaginar cuántos sucesos compartieron Whiss y Mary. No le era inverosímil que ella explorará ese planeta. La conocía lo suficiente para saber que era incapaz de quedarse quieta y ese lugar exaltaria su ánimo de científico. Pero por algún motivo, que no definía, la idea no acababa de encajarle. Ella era una mujer ordinaria que si bien disfrutaba de la soledad, no podría haber resistido tres años sin resentir la ausencia de compañía. Después de todo ella estaba en un mundo extraño. Sin nada que le resultará familiar. El ángel siempre estaba solo y ella era algo completamente nuevo...

Whiss le dió la caja y el dios partió en la dirección que ella se fue. El ángel soltó un suspiro y se dió la vuelta para volver al palacio después de un callada reflexión.

-Supongo que las noches de fogata, malvaviscos y charla terminaron-dijo mirando al cielo un poco resignado-Las extrañaré-agregó antes de echarse a caminar por la senda adoquinada.

Mary estaba en la caverna lanzando piedras sobre el estanque. Tenía un sentimiento extraño en su pecho. La luz del ocaso entraba en el lugar cuando Bills llegó a la entrada. Su sombra delató su presencia haciendo que Mary volteara a verlo. Le regaló una sonrisa y él como si nada le dijo que Whiss le había llevado eso. La muchacha tomó la cajita mientras Bills apreciaba la aurora boreal morada y dorada que se formaba sobre el estanque.

-Vaya, pensé que había olvidado traerlo-murmuró Mary.

-¿Y eso que es?-le preguntó Bills asomándose a ver.

-Mis dulces favoritos de este universo. Bueno hasta ahora lo son-le contestó jovial-Espero haya traído los malvaviscos también. Seguro te gustarán.

-Parece que pasaste mucho tiempo con Whiss-le señaló Bills poniendo las manos en las caderas.

Mary lo miró algo extrañada.

-Buenos... teníamos una convivencia forzada-rio la muchacha-No hay más gente aquí...y esperarte a ratos era un poco angustioso.

-Convivencia forzada eh-musitó Bills viendo las huellas de una fogata en la orilla del estanque.

La huella del fuego estaba entre dos piedras que hicieron de sillas a dos personas.