
Capítulo 33: Amigos
El tiempo para estudiar para los É.X.T.A.S.I.S había llegado. Y Hermione estaba atrasada. Lo bueno de su compañero de estudio, Theo, es que era igual de obsesivo que ella, y ambos habían pasado días y días en la biblioteca, hasta que Madame Pince los tenía que echar. Tenían tareas que hacer, proyectos que entregar, horas de estudios que reponer que perdió con todo el drama de Draco, y de Harry y Ron anteriormente. Sinceramente, no le había prestado la atención adecuada a sus estudios y se arrepentía de eso.
Pero ahora todo estaba bien.
Bueno... casi todo.
Quería... necesitaba a sus amigos. Necesitaba sobre todo a Harry, pero no quería ser la que diera el primer paso. Quería que se disculpara con ella, que le dijera algo. Pero parecía que eso no iba a suceder por el momento, así que debía concentrarse en estudiar para sus exámenes.
—No estás prestando atención —bufa su amigo.
—Sólo me distraje un poco...
—En los maravillosos ojos de Draco —se burla.
—No —toma un pedazo de pergamino, lo hace un bollo y se lo tira en la cabeza.
—Eso dolió —se acaricia la frente.
—Theo.
—Hermione.
—Tenemos que terminar estas malditas traducciones y tú no estás ayudando.
—Disculpa —alza su tono de voz—. Hice la mitad, se suponía que tú y Draco harían lo que faltaba.
—Pues... ¿Ves a Draco en algún lugar? ¿Tal vez detrás de la pila de libros sobre la mesa?
—Muy gracioso...
—Hablo en serio —pone los ojos en blanco—. Tendría que estar aquí, no es justo que estemos haciendo su trabajo.
El castaño apoya la cabeza contra la mesa, arriba de todos los pergaminos. La mesa de la biblioteca es un desastre, hay plumas por doquier, libros y más libros, pergaminos, una bolsa de dulces que pertenece al Slytherin, la varita del castaño está esparcida en algún lugar entre tantas cosas y la de Hermione está sujetando su cabello en un moño rebelde.
—¿Qué pasa?
Theo murmura algo que no llega a comprender.
—Estoy casi segura que tu mal humor no es porque Draco no se encuentra aquí.
—No sé de qué hablas...
—Theo...
Su cabeza se levanta de golpe y enfoca sus ojos verdes en Hermione.
—De acuerdo, tendré una cita con Luna.
—Pensé que ya habías tenido una cita con Luna —responde—. ¿Por qué estás tan nervioso?
—Esa cita no era oficial.
—¿Y esta sí lo es?
—¡Sí!
Hermione contiene una carcajada.
—Theo... esto es ridículo.
—¿Disculpa? ¿Ridículo? —comenta en tono sarcástico—. Ridículo es que Draco y tú actuaran como unos imbéciles cuando era obvio que se aman.
—No estamos hablando de mí.
—Está todo relacionado.
La castaña suspiró.
—¿Por qué estás nervioso? —inquiere—. Aparte del hecho de que ésta es una cita oficial.
—¿Qué tal si es un desastre? ¿Si lo estropeo? ¿Si todo el esfuerzo no sirvió para nada?
—No será un desastre y no lo vas a estropear —agrega—. Está claro que Luna gusta de ti.
—Y no entiendo por qué —agacha la cabeza.
—Pues yo sí lo entiendo —sonríe—. Eres un gran mago, Theo. Un buen amigo, una buena persona...
—Yo...
—Lo eres —afirma—. Y eres divertido, inteligente, astuto, encantador...
—Basta, harás que me sonroje —bromea.
—Pero es cierto, y Luna lo sabe.
—Es la primera vez en mi vida que siento que tengo algo completamente puro en mi vida, y no hablo de la sangre —declara—. No quiero arruinarlo.
—No lo harás.
—¿Cómo fue tu primera cita con Draco?
Hermione se queda pensando. Su primera cita con Draco...
—De hecho...
—¡Merlín! —alza la voz—. No tuvieron una cita.
—Bueno... —se remueve incómoda—. No. Creo que no.
La Gryffindor arruga el entrecejo, tratando de recordar una situación entre ellos que se podría considerar una cita. ¿Cuando fueron a Las Tres Escobas se podría considerar una cita grupal?
—Puedo ver el humo que sale de tu cabeza —se burla—. Para tu suerte, podrás arreglar esta situación.
Lo mira confundida, a lo que Theo apunta con su dedo a algo detrás de ella. Hermione gira la cabeza y observa a Draco caminar en su dirección. Theo comienza a recoger sus cosas.
—Lamento llegar tarde —aclara el rubio—. ¿Ya terminaron?
—Por supuesto que no, queda mucho por hacer.
—¿Entonces por qué te estás yendo?
—Oh, creo que debes arreglar algo antes de empezar con las traducciones de runas —el castaño cuelga su bolso del hombro y pasa al lado de Draco—. Buena suerte, amigo. La vas a necesitar.
Draco lo ve con una mezcla de irritación y confusión. Alterna la mirada de Theo a Hermione sin entender lo que sucede.
—¿Granger, que...
—Nunca tuvimos una cita —espeta.
—Sí, esa es mi señal para irme —palmea el hombro del rubio y suspira—. Si no terminas muerto, podemos comparar notas más tarde.
Draco se suelta del agarre de su amigo y fija su atención en la castaña.
—¿Una cita?
—Sí, ya sabes... dónde la llevas a comer, flores, chocolates, esas cosas románticas.
—Theodore —menciona con voz grave sin apartar la vista de Hermione—. Adiós.
—Pero...
—Lovegood te está esperando en el Gran Salón.
—¿Por qué no lo dijiste antes?
Sale corriendo de la biblioteca.
El Slytherin se sienta al lado de Hermione y gira su silla para quedar enfrentados. Inspecciona cada parte de su rostro, acomoda un rizo suelto detrás de su oreja y apoya una mano sobre su rodilla.
—¿Quieres tener una cita conmigo?
—¿Qué? —ríe nerviosa.
—Es verdad, nunca tuvimos una cita. Nuestra relación comenzó de manera... diferente.
—Para decirlo sutilmente —murmura.
—Así que... ¿quieres salir conmigo en una cita?
—Sí —sonríe—. Por supuesto que sí.
El rubio deja un corto beso sobre sus labios, acto que derrite a Hermione.
—Y ya que dijiste sí a eso, ¿quieres decir sí a otra cosa? —inquiere—. ¿Quieres ser mi novia?
—¿Quién eres y qué has hecho con Draco Malfoy?
—Una bruja bastante terca e insufrible entró a mi vida —afirma—. Además, recuerdo que eres mía.
Hermione lo golpea cariñosamente.
—Sí, Draco Malfoy. Quiero ser tu novia —sonríe—. Tú también eres mío, que no se te olvide.
—Nunca podría —susurra contra su boca.
Esta vez Hermione toma la iniciativa y lo besa. Junta sus labios en un beso que demuestra todo el amor y la euforia que está sintiendo en este momento. Se olvida dónde se encuentra, de todas las tareas pendientes, de todos los problemas. Cuando está con Draco el mundo se calma, todo se ralentiza, es cómo si fueran ellos dos en el universo.
Al separarse, el rubio deja un beso en su nariz y luego en su frente. Y no puede evitar pensar que esta nueva faceta de Draco le gusta, no sólo tiene un lado posesivo y apasionante, sino también un lado dulce y cariñoso.
—Eh... lo siento.
Esa voz trae devuelta a Hermione de la ensoñación que se encontraba. La postura de Draco cambia completamente, sus músculos se tensan y su mandíbula se mantiene apretada. Además, sus ojos grises se oscurecen.
Hermione voltea su cabeza lentamente, tratando de dilatar la situación lo más que puede. Sin embargo, Draco bufa cuando ve a la persona delante de ellos. Una mano rodea su cintura y acerca más su asiento.
—Harry... —murmura la castaña.
—Hola, Mione.
Su postura es nerviosa, no recuerda un momento en que ellos se sintieron mal el uno con el otro. Es extraño.
—Potter, ahórrate lo que tienes que decir, ya dejaste tu punto bastante claro.
—No te metas, Malfoy —replica—. Esto es entre Hermione y yo.
—Resulta que soy su novio, y no me gusta verla triste por culpa de ustedes imbéciles. ¿Dónde está la comadreja?
—Vine sólo —enfoca los ojos de la castaña—. Hermione, ¿Podemos hablar? Por favor...
—Potter.
—Draco, está bien —acaricia su brazo—. ¿Qué te parece si caminamos un poco?
—Granger... —inquiere el rubio cuando Hermione se levanta de su asiento.
—¿Por qué no avanzas un poco con la traducción? Theo te matará si no lo haces.
—¿Es en serio? —interroga con tono incrédulo.
—Sí, luego nos vemos.
Draco suspiró como si fuera un niño de cinco años. Ambos Gryffindors salen de la biblioteca y comienzan su recorrido por los pasillos del castillo, sin ninguna dirección fija.
—Así que novios...
—Sí, es mi novio. ¿Algún problema con eso? —comenta en tono defensivo.
—No... —murmura—. No lo hay.
Pero parece que se intenta convencer más a él mismo que a ella.
Bajan las escaleras y salen al patio. Los días cada vez son más calurosos y las flores están empezando a florecer. Caminan a orillas del Lago Negro, el atardecer es hermoso desde este lugar.
—Lo siento —Harry se detiene—. Hermione no sabes cuánto lo siento.
Pero Hermione no responde, quiere escucharlo, quiere oír lo que tiene que decir.
Harry camina de un lado a otro, juega con sus manos, es como si estuviera tratando de elegir las palabras adecuadas para decir. Abre varias veces la boca pero ningún sonido sale de esta. La castaña se cruza de brazos y espera.
—Lo siento —repite.
Hermione suspira.
—Eso ya lo dijiste, Harry —responde en tono sarcástico—. ¿Qué sientes? ¿Tu indiferencia hacia mí? ¿La manera en que tu amigo me trató? ¿Mi relación con Draco? ¿O el hecho de que sientes lástima por mí por haberme enamorado de un mortífago?
—Hermione... —niega con la cabeza—. Lo siento por el gran idiota que fui con mi mejor amiga.
—Sí, lo fuiste. Te comportaste como un verdadero imbécil, Harry Potter.
—Lo sé, ¿me dejas explicarte? —agacha la cabeza avergonzado—. Extraño a mi mejor amiga.
—Habla —demanda.
Harry suspira, endereza su espalda y enfoca sus ojos verdes en Hermione.
—Me sorprendió, es decir... todos nuestros años en Hogwarts, Malfoy te hizo la vida imposible, te decía todas esas cosas despreciables, su familia no concebía que alguien no tuviera sangre pura y ni hablar lo que sucedió ese día en la Mansión...
—Harry...
—Cierto, lo siento... otra vez —suspira—. Lo que quiero decir con esto es que... me paralicé. No supe cómo reaccionar, no sabía cómo procesar que mi mejor amiga, mi hermana, saliera con... Malfoy. ¡Malfoy! ¿Entiendes eso?
—Podríamos haber hablado, estuve mal en ocultárselos, pero... sabía cómo iban a reaccionar y necesitaba más tiempo.
—No tienes que disculparte, Hermione.
—Tal vez no, pero también me siento culpable en no decírtelo.
—¿Qué dices si vamos por una cerveza de mantequilla?
—¿A Hogsmeade? ¿A las cuatro de la tarde?
—Ser el héroe que salvó el mundo mágico tiene sus privilegios... pero no le digas a McGonagall.
Hermione suelta una risa y casi se reprende por ese gesto. Sin embargo, asiente con la cabeza y caminan hasta el punto de aparición para trasladarse al pueblo. Cuando llegan, la castaña se tambalea.
—¿Y eso? ¿Estás bien?
—Sí... no me gusta aparecerme, no desde la guerra.
—Entiendo... al parecer tienes mucho que contarme.
Se dirigen a Las Tres Escobas, el pueblo está tranquilo y dentro del lugar no hay tanta gente, por lo que pueden hablar sin murmullos o miradas hacia ellos. Ambos piden una cerveza de mantequilla y una vez servida, Hermione suspira.
—No quiero que te sientas mal, no fue tu culpa Harry, no lo sabías.
—Me estás asustando, Hermione.
—Supongo que sabes lo que es el estrés post traumático, es un término muggle después de todo.
—¿Eso te sucedió?
—Algo así... —da un sorbo a su bebida—. Pesadillas, miedo, pánico. La guerra todavía estaba presente en mi mente.
—Es normal, Hermione. Apenas pasaron unos meses.
—Lo sé, sé que es común que las personas expuestas a un evento traumático luego tengan secuelas. Pero los veía tan felices, tan vivos... me estaba muriendo por dentro y no quería arruinar ese momento para ti.
—Mione... —suspira—. Sigo teniendo pesadillas todas las noches, a veces Ginny logra calmarme. Es el precio que debimos pagar.
—Pero tú pagaste un precio mucho más alto que todos nosotros.
—Y tú también. Aún sigue en pie la propuesta de ir a buscar a tus padres.
—¿Y decirles que soy su hija que los hechizó por una guerra que no era la suya?
Harry bufa.
—Lo que quiero decir, es que somos amigos, eres como mi hermana. Puedes hablarme de lo que sea, sabes que siempre estaré para ti, o tal vez tenga que recordártelo cada dos segundos —sonríe.
Hermione lo imita y una sonrisa se asienta en su boca.
—Gracias, Harry.
—No te enojes, pero... ¿dónde entra Malfoy en todo esto?
La castaña posa su vista en el vaso lleno frente a ella, está buscando las palabras adecuadas y ordenando los momentos en su mente.
—Bueno... con todo el estrés y luego de romper con Ron, me sentía la peor persona del mundo.
—Sabes que no es así. Ron...
—No es el momento —interrumpe—. Cómo decía, al parecer tengo más cosas en común con Draco que las que hubiese imaginado.
—Es inteligente, por eso tengo que darle el crédito.
Hermione suelta una carcajada.
—Es verdad, es muy inteligente, pero no hablo de eso. La guerra nos marcó a los dos —levanta su brazo—. Y ninguno de los dos lo quiso, no voluntariamente.
El silencio se asienta por unos segundos entre ellos. Harry trata de buscar los ojos de la castaña, pero Hermione está demasiado concentrada en sus pensamientos.
—Me entiende... de verdad lo hace. Y tal vez ayude el hecho de que desde los trece años estoy enamorada de él.
Harry, que en ese momento estaba tomando un sorbo de su cerveza de mantequilla, escupe toda la bebida en la mesa. Comienza a toser, a lo que Hermione pone los ojos en blanco.
—¿En serio, Harry?
—¿Cómo que desde los trece? —pregunta con mucha dificultad.
—Bueno, sí... —responde avergonzada—. Al principio comenzó como un enamoramiento tonto, además está el hecho que se burlaba de mi y me insultaba.
—¡Exacto!
—Pero eran las ideas y palabras de sus padres, nunca pensó eso de mi. Quería bailar conmigo... en el Baile de Navidad.
—Pero el Baile de Navidad fue en...
—Cuarto año.
—Así que, ¿no fue completamente un idiota?
—Solo a veces —suspira—. Lo amo, Harry. Sé que no debería, pero lo amo.
—¿Eres feliz? ¿Él te hace feliz?
—Soy feliz.
Harry da un trago largo a su bebida hasta terminarla, luego agacha la cabeza y suspira. Enfoca sus ojos verdes en Hermione.
—Sí eres feliz, también lo soy.
La castaña está a punto de hablar cuando Harry la interrumpe.
—Pero no me llevaré bien con él de un día para otro.
—No esperaba que fuera instantáneo —sonríe—. ¿Estamos bien?
—Lo estamos.
Hermione se levanta de su asiento para abrazar a Harry, los brazos de su amigo envuelven su espalda y no puede recordar la última vez que se abrazaron.
—Yo también te extrañé —susurra Hermione.
Luego de eso, continúan charlando de todo un poco. Su relación con Ginny, lo emocionado que se encuentra en remodelar Grimmauld Place, Quidditch, la Academia de Aurores. Hermione también le cuenta sobre sus últimas semanas, su amistad con Theo, libros y que todavía no sabe qué hacer luego de Hogwarts.
Al terminar pagan, y vuelven caminando a Hogwarts, ya que Harry no quiso aparecerse luego de lo que le contó su amiga. Están subiendo las escalinatas del castillo, ambos relajados y felices de haber recuperado su amistad.
—Ya sé que dijiste que no era el momento... pero, ¿Ron?
—Me dijo cosas horribles, Harry.
—Lo sé, y no lo estoy defendiendo. Pero si tal vez le explicas lo mismo que a mi...
—Le rompí el corazón y siempre odió a Draco.
—Yo igual, y aquí me tienes.
—Sí, pero tú piensas antes de decir las cosas... a veces —lo empuja burlonamente—. Si no viene a disculparse, no seré la que de él primer paso.
—Me parece justo —suspira.
Está por agregar un comentario cuando una figura rubia se les acerca. Viene con las manos en los bolsillos del pantalón, espalda recta y cabeza alta. Toda su postura indica que quiere intimidar a su amigo, Hermione niega con la cabeza pero internamente está sonriendo.
—Potter.
—Malfoy.
Draco toma la cintura de Hermione y la atrae hasta su cuerpo. La castaña pone los ojos en blanco ante este gesto.
—¿Tengo que matarlo? —susurra contra su oreja—. Sabes que no me importa que sea el elegido, héroe de guerra y toda esa mierda.
Suelta una carcajada y deja un beso en su mejilla, a lo que Draco relaja su mandíbula y facciones.
—No tienes que matarlo, Harry está bien con esto —entrelaza sus manos—. ¿Cierto, Harry?
—Cierto.
—No suenas muy convencido, Potter — se burla.
—Lo hago por ella, pero no creas que seremos amigos.
—Antes me tiro de la Torre de Astronomía.
Al parecer Harry no entiende el humor negro y sarcástico de Draco, porque abre los ojos y está a punto de replicar contra él.
—Yo digo que sí serán amigos —golpea a Draco por el anterior comentario—. Y de los mejores.
—Tal vez en tus sueños.
Harry comienza a alejarse en dirección a la Torre de Gryffindor.
—Sí, Granger. Deliras...
Y sin que se dé cuenta, comienza a caminar a la par de Harry, discutiendo porque es una terrible e imposible idea de que ellos sean amigos.
—Solo es cuestión de tiempo... —murmura Hermione al mirar a ese par subiendo las escaleras.
✦✦✦
Holaa, ¿cómo están?
¿Alguien más ama a este Draco? Es demasiado tierno!!!
Harry y Hermione son amigos de vuelta, ¿qué creen de la declaración de Hermione? ¿Creen que Harry y Draco podrían ser amigos?
Muchas gracias por el apoyo que está recibiendo el fanfic ♥
Nos leemos la semana que viene :)
~Luly
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