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«Capitulo 2»

Capítulo 2

Número de palabras: 1138

Escrito: 03/12/18
Publicado: 14/01/19

[M I E D O - Suspiros]
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Después de tanto pensarlo decidió por fin salir a despejar sus pensamientos, como siempre se llamaba cobarde a si misma por el simple hecho de huir de un mago que jamás le a hecho ningún tipo de daño tonto físico como psicológico.

De nuevo su mente volvía al tema.

¿Porque era tan difícil dejar de pensar en esas pesadillas, en ese miedo que la atormentaba sin parar? La llamaran loca, pero estaba segura que jamás se acercaría a el por voluntad propia.

Aunque ya lo haya hecho una vez...

Derrepente un pequeño dolor apareció en su cabeza, causando que la sostuviera un poco intentando aliviarlo, su mirada viajó al causante de su golpe.

Un balón... Un simple balón la había golpeado.

Ese era el colmo, ella podría haberlo esquivado si no hubiera Estado tan ensimismada en sus propios pensamientos, definitivamente estaba perdiendo la cabeza.

Ese mago estaba poniendo su mundo de Cabezas, y no de una forma muy buena que digamos.

El se encontraba en sus pensamientos día y noche, a la rubia esto ya empezaba a irritarle.

No sólo perturbada su sueño, también estaba en su mente las veinticuatro horas del día, estaba harta de tenerlo a cada hora, minuto y segundo en su mente.

¿Su vida desde cuando empezó a girar alrededor de ese chico de tez blanca? ¿Desde cuando esos ojos carmesíes aparecían en sus pesadillas? ¿Desde cuando esas facciones tan misteriosas y serenas a la vez le causaban tanto pavor?

Esas preguntas siempre estaban en su cabeza, no había momento en el cual no se las hiciera, no importaba cuanto buscase las respuestas... Jamas las encontraba.

Y pensar que todo haya empezado por Mirai Rogue, que el fuera el culpable de su miedo y fobia hacia el mago de las sombras, que el fuera el causante de sus pesadillas, que el fuera la razón del miedo que a cada segundo la atormenta.

Aferrándose a su abrigo mirando la nieve esparcida por todo el lugar mientras los niños jugaban con la blanquecina capa de esta con un gran entusiasmo, eso la hizo recordar que jamás pudo jugar y apreciar la nieve como lo hacían esos pequeños.

Su padre siempre le impedía salir en esas fechas debido a la muerte de su madre que había ocurrido en un día de nieve extensa que impedía el poder llevarla al hospital.

Ella no importa cuanto lo intentara, no lograba recordar el rostro de la que fue su madre.

Su mirada había Estado plasmada en la imagen de los niños por varios minutos mientras recordaba todo aquello de cuando apenas era una niña de cuatro años.

Derrepente su mente reaccionó, un poco atontada giro su cabeza de lado a lado volviendo a seguir su rumbo.

Mientras pasaba al rededor de varias tiendas su mirada siempre se dirigía hacia los niños entusiasmados por el simple hecho de poder estar con sus amigos encima de esa fría y suave nieve.

Sus pies la guiaron hacia la fuente de Magnolia, siempre que se sentía melancólica iba a ese lugar, al parecer su cuerpo la hizo parar ahí por su propia necesidad.

Necesitaba estar tranquila con urgencia, despejar sus pensamientos y alejar al moreno de ellos.

Posiciona sus manos cerca de su boca soplando con su aliento un poco, soltando un poco de calor el cual atraviesa la capa de sus guantes calentando un poco sus manos.

Sentándose en la fuente, mira hacia el cielo soltando un suspiro mientras frotaba sus brazos con sus manos.

Hacia frío.

Y eso la llevaba a pensar ¿Como la fuente no estaba congelada? Aun tenía agua chorreando, claro con algunas pequeñas y finas capas de hielo por encima.

Un pensamiento la hizo dudar unos segundos de hacia donde dirigirse ¿Seria buena idea ir al gremio de hadas en este momento? Cada día su miedo se hace más evidente, hasta el punto de quedarse congelada.

Un suspiro más sale de cavidad bucal,ya estaba harta de ellos.

Se levanta de la orilla de la fuente mientras sacaba una moneda de su bolsillo delantero que se encontraba en el lado derecho de su pantalón.

Una moneda mediana apareció en su mano, su centro tenía el rostro del rey de Fiore el cual estaba de color gris junto a todo el centro de la moneda, en el borde destacaba un color dorado sin ningún tipo de escrito.

Con un último suspiro lanza la moneda a la fuente pidiendo con todas sus fuerzas que los de sabertooth hayan ido a dar una vuelta.

Ella no era de creer suposiciones pero en este momento era su única opción.

En realidad deseaba que no estuvieran, no tenía nada contra el Eucliffe pero su acompañante era el problema, a él era que no lo quería ver, ni siquiera quiera saber absolutamente nada de el.

Sus pies empiezan a moverse, su mente tiene un solo rumbo.

Fairy tail.

Era ridículo tenerle miedo a las sombras, un chico tan guapo y misterioso con el poder de controlar las sombras... Con la tentación de ver su pecho... Y...

Alto.

¿Que estaba pensando? Al parecer no dormir mucho la estaba afectando, suspiros y más suspiros ¡Estaba harta de los suspiros! Quería ser fuerte y olvidar su miedo... Pero simplemente no lo lograba, todos sus esfuerzos eran en vano.

Aun recordaba como término la idea de hablarle. En desastre total.

Estaban en una fiesta de gremios, ella se había acercado con todo el valor que reunió sentándose a su lado, el mantenía su mirada en su libro mientras ella solo estaba ahí... Sentada, buscando la manera de establecer un tema de conversación, sus nervios la hacían temblar, gotas de sudor pasaban sobre su cara.

Y justo ahí, cuando el pelinegro la miro de reojo por tan solo unos segundos fue que todo el valor que había reunido se desvaneciera quedándose completamente congelada mientras a su alrededor todos los demás bailaban, bebían y demás, lo normal para ella puesto que estaba en fairy tail.

Sin encontrar alguna forma de escapar del lado del Moreno su mente solo buscó con la mirada a Natsu encontrándolo sentado a unos metros de ella.

Sin poder controlar sus palabras le grita haciendo que el Moreno la mirara otra vez de reojo poniéndola aún más nerviosa.

El pelirosa solo se acerca a ella.

Se preguntarán ¿Como eso término en desastre? Pues digamos que la única manera que consiguió para escapar de ahí fue invitar al dragneel a comer, este al escuchar la palabra "Comida" Simplemente tomó su mano empezandola a arrastrar fuera del lugar.

Desde entonces solo suspiros salían de su boca por la sola mención del moreno, definitivamente.

Tenía un problema con los suspiros.

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C O N T I N U A R A

Próximo Capítulo: Una Mirada.

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