El problema de la avaricia es que es difícil saber en qué momento detenerte.

La noche cubría el firmamento y las pocas luces que se podían avisar era la de un par de cabañas, dos brujitas se preparaban para descansar.

y en ambas cabañas tenían un problema en particular, tenían que enseñar lo básico a sus creaciones.

Susie ya hace rato se había acostado a dormir junto a sus dos acompañantes, quienes eran idénticas a sus amigas, si bien Susie lo sabía y estaba consciente de ello, ella deseaba llamarlas del mismo modo, lo sentía realmente cómodo y familiar.

A diferencia de las primeras noches en que sus creaciones fueron hechas y que estas tenían una forma rígida de dormir cada vez fueron adoptando posturas más flexibles y que de alguna manera le empezaban a gustar a Susie.

La primera de ellas era Alice quien usaba un camisón largo y sedoso esta se aferraba a la espalda de Susie, su sueño era pesado pero algo inquieta al dormir y cuando menos se lo imaginaba esta ya se había caído de la cama, aun así difícilmente se podía levantar.

A diferencia de Betsy quien usaba un conjunto de dos piezas, esta se acurrucaba enfrente de Susie e igual que su amiga tenía el sueño inquieto, Susie ya era consciente de eso y no le molestaba nada.

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Mildred no tuvo ningún problema en enseñarle a su creación lo básico restante, desde lavarse los dientes así como ponerse la pijama correctamente y bueno para su creación toda enseñanza de su ama era realmente hermoso, ella sabía que para eso había sido creada, para ayudar a su creadora.

Aquí el problema comenzó realmente en la mañana, cuando la coneja se levantó y dio la mirada a su segundo amanecer noto algo molesto, su pequeña imperfección había vuelto, 

pero a diferencia de la noche anterior que la tomó de sorpresa ya había ideado su plan de contención y sin dudarlo demasiado salió de su cama se deshizo de su ropa y abrió el agua fría de su regadera. — Ahh esta helada!! — La coneja no pudo evitarlo despertando a Mildred quien aun estaba algo somnolienta.

— Aaa, solo cinco minutos más — Mildred comentó mientras seguía medio dormida dando vueltas sobre la cama.

La coneja se sentía a salvo, su imperfección estaba ahora bajo control, el frío la despertó así que no perdió el tiempo y se preparó para las actividades del día.

Este día en particular se dio un evento deportivo entre las brujas y los campistas solo que a diferencia de año con año donde Susie y su equipo arrasaban, estaban siendo completamente humillados y la respuesta era simple, sus creaciones no tenían ninguna experiencia en los deportes, pero se esforzaban.

Al final Susie tuvo que invocar una tormenta para detener el partido, dicha tormenta duraría todo el día, para evitar que algún otro campista los retuviera durante el resto del día.

Mildred estaba realmente molesta ya que mientras ella se retiraba a su cabaña a descansar ella tenía que hacerse cargo de todo, pero para su gran alivio su asistente mágico no dudaba ni un segundo en serle de utilidad, recogiendo los materiales, llevando a jóvenes campistas de vuelta a sus cabañas, llevando ingredientes en la cocina, si el dia estaba lleno de actividades que si bien parecían eternas la buena administración de este dúo logró que fuera relativamente fácil.

— Definitivamente mi hermana debería aprender de ti — Mildred comentó orgullosa de su creación y sin dudar le dio una palmadita a su animada amiga.

Lo curioso de administrar este lugar es que a pesar de tener magia algunas cosas tienen cierta resistencia a la misma, así que era necesario acomodar algunas cosas de manera manual, no era imposible, pero era muy agotador.

Una de las últimas tareas era recoger los balones a quienes les pareció una genial ideas jugar en la cancha a la mitad de la tormenta, por las circunstancias lo mejor era atraparlos de forma manual, para fortuna de Mildred no estaba sola, tenía a su ayudante a si que atrapar esos balones sería más sencillo o al menos eso pensaba.

Y algo que la misma Mildred venía venir le paso a los primeros segundos, buscando a esos escurridizos balones se topo con esa enorme mancha de barro.

— Haaaa!! —Solo se escuchó el grito de la bruja al resbalar.

Su pequeña mascota mágica no dudo un segundo ignorando por completo los balones corrió hacia su ama sin contar que correría la misma suerte, el piso era demasiado resbaladizo y su cara terminó arrastrándose entre el barro y el pasto.

— Auuu — Se quejó la pobre coneja quien estaba triste de no ser de más ayuda.

Esto solo hizo que una leve risa viniera de Mildred — Es suficiente por hoy— Esta se levanto tratando de no resbalar nuevamente avanzando con cuidado hasta su quejumbrosa mascota.

La coneja estaba triste pues nada pudo hacer para ayudar a su ama, cuando esta estaba junto a ella, su primer pensamiento fue que iba a ser regañada por su tan ineficiente labor, pero para su sorpresa solo fue recibida por una mano amiga quien le ayudó a levantarse.

— estas enojada conmigo — Preguntó la pobre coneja.

— No, solo con mi hermana por ser tan floja — Mildred miró a la pobre aun triste así que ella solo le dio un abrazo maternal, ella estaba feliz pues sabía que aunque fuera solo una creación esta se había ganado su cariño.

Toda culpa abandonó la mente de la creación mágica y esta respondió el abrazo con más fuerza, su cálido cuerpo en esta lluvia fría era reconfortante, su corazón se derretía pues a pesar de estar llena de barro y suciedad su ama se preocupa genuinamente por ella, tal vez Mildred sentía lo mismo, pero de alguna manera lo sentía y — carajos — Si la criatura mágica había dominado rápidamente la jerga en condiciones complicadas.

Para Mildred su pequeña creación era especial, se había ganado su corazón, en cierta forma quería agradecer a su hermana — Porque no me facilitaste este hechizo hace años — Pensó la brujita.

Claro hasta que sintió algo extraño repengandosele, al principio no le prestó atención, luego la mente de la bruja analizó la forma, no era ni la mano ni las piernas de su creacion asi que tranquilamente ella terminó su abrazo y volteo su mirada hacia abajo.

— Eso de ahí es una herramienta? — Pregunto tranquila a su mascota mirando su negativa con una cara apenada de esta — Supongo que eso es tuyo verdad — Mildred solo miraba de forma despistada recibiendo una afirmación de su mascota.

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Susie sentía que el clima era demasiado frío como para bañarse, así que solo había decidido ver su novela junto a sus amigas envueltas en una frazada.

Cuando a la mitad de una emocionante escena, Mildred entra ala habitacion casi tumbando la puerta.

— Susie que carajos hiciste — Mildred se plantó molesta frente a la pantalla dejando a una coneja avergonzada en la entrada.

— y a ti qué te pasa — Susie comentó molesta por haber sido interrumpida de su serie favorita.

— qué le hiciste a mi creación mágica — Mildred estaba realmente molesta.

Susie estaba realmente serena — Disculpa, primero explicame de que hablas —

Mildred llevó a su creación frente a Susie y sus amigas, esto no podría ser más humillante para la pobre coneja, quien no se atrevía a destaparse la cara pues su enorme imperfección estaba presente de nuevo y la ropa húmeda y ajustada no disimulaba nada su incómodo asunto.

Esto solo genero una risa de su hermana — Nada mal hermanita — Susie comento con una voz burlona — No fue hasta mi tercer criatura mágica que decidí agregarle ese extra y tu a la primera, tienes mis respetos —

— Como que es mi culpa, explicate antes que decida derribar esta cabaña y enterrarte en sus escombros — Mildred comentó amenazante.

Susie respiro ondo y trato de explicarle a su furiosa hermana — recuerdas la frase del libro "creado de tu imaginación para ayudarte" — Susie sonrió este no es un golem ni una creación cualquiera es una manifestación de tus mundanos deseos hermanita —

— Acaso estas insinuando que yo quería que tuviera ese extra — Mildred comento ahora algo avergonzada por las palabras burlonas de su hermana.

— eres una bruja, eres inmortal y tienes tus necesidades, yo no te juzgaría — Sin demasiado titubeo se acercó a Alice que tenía al lado y le plantó un beso en los labios tomando a ésta por sorpresa y dejando a su amiga Betsy confundida.

Mildred estaba sorprendida — No sabia que tu y Alice —

— Tontita, ellas dos son también creaciones magicas, las verdaderas estan de vacaciones en la playa, Betsy me habla a diario— Susie señaló mientras abrasaba a ambas acompañantes — extraño a mis amigas—

— ok demasiada información — Mildred se quejo — Bien cómo arreglo a mi creación.

— Simple, deshaz el hechizo y crealo de nuevo— Susie sacó su varita señalando a la coneja — No te muevas —

Mildred no titubeo demasiado y se interpuso — no detente, no hace falta — Mildred comento molesta — Eso lo tengo que decidir yo —

— Es tu juguete tu decicion — Susie comentó mientras seguía mirando su novela, pero desvió un poco su mirada y le recomendó a su hermana — Por cierto veo que tu juguete esta un poco emocionado, no olvides atender sus o tus necesidades, no querrás ser una mala ama —

Mildred salió molesta de esa cabaña jalando de la mano a su coneja — Tu tambien deberias cuidar a tus creaciones, las tres apestan, cuando fue la última vez que se ducharon — Mildred sin más azotó la puerta dejando a Susie con esa imperiosa necesidad de revisar.

un par de olfateos despues — Offff no había tenido ese almizcle en años, mejor tomar un baño chicas o invocamos la furia de Betsy nuevamente—