12 de Julio, otra vez es lunes.

Midoriya se encontraba demasiado avergonzado, recordaba que el mismo Todoroki el día anterior le había llamado Midoriya-chan, con tan sólo recordarlo se ponía rojo; le contó a Uraraka rápidamente durante la cena que fue una mala idea. La chica chilló tanto que llamó la atención de todos y más de las chicas que exigían saber que pasaba, fue horrible tratar de hacer que pasaran por alto aquello.

Curiosamente solo por esa ocasión, Shotō no fue por él y no se había sentado a su lado durante la cena, al parecer lo está evitando pero no lo culpa, él también lo estaba haciendo.

Pero se sentía un poco mal por ver qué esté lo evita.

Esa mañana, esperaba que el chico lo evitará pero se sorprendió de verlo esperándolo justamente afuera de su habitación, Shotō lo saluda pero con el sobrenombre chan y la vergüenza fue tanta que chilló tan agudo que jura haberle explotado los tímpanos al pobre chico.

Ahora estaban en su salón, cada quien se había ido a su asiento, miró atrás y se encontró que Momo estaba hablando con el mitad albino, decidió enfocar su atención a la plática con la castaña que no paraba de contarle sobre aquella banda de chicos de la que se había hecho fanática.

Todoroki se encuentra hablando con Momo de lo ocurrido el día anterior, la azabache le dijo que había dado un paso muy importante y uno arriesgado, cuando cuestionó la veracidad de sus palabras, le explica que pudo haberlo asustado o incomodarlo por lo que pedía. Voltea a ver al niño para ver qué este escuchaba a la castaña parlotear de algo que desconoce.

—Me sorprende que hayas avanzado tu relación con Midoriya-kun, siempre sueles pedirme consejos—comentó la chica luciendo sorprendida.

—Lo hice sin pensar—confiesa mientras suspira.

—Creo que es bueno ver cómo estás expresando tu amor por él—dictaminó la azabache contenta.

Todoroki solo alza los hombros mirando sus manos.

—Por cierto Todoroki-kun, recuerda que dentro de tres día será el cumpleaños de Midoriya-kun—recordó la chica mientras miraba de reojo al peliverde.

—No lo he olvidado, solo no se qué regalarle—murmura mientras apoya su mano en su mejilla.

Nunca podría olvidar el cumpleaños del pequeño, sería pecado eso, pero era más horrible saber su cumpleaños y no saber que regalarle, él conoce muy bien a Midoriya como para saber que le encanta al pecoso pero está indeciso. ¿Y si le gusta más una cosa que otra? Eso le carcome la cabeza cuando tiene tiempo libre.

Solo le quedan tres días.

—Estoy convencida de que podrás darle el mejor regalo de cumpleaños a Midoriya-kun—animó la chica con una sonrisa sincera.

Él solo asiente algo desanimado.

Y por fin entró All Might a dar su clase, de alguna manera no le prestó atención al héroe aún siendo su ídolo.

Las clases habían terminado y habían sido algo difíciles de entender por lo distraído que estuvo.

Solo piensa en Midoriya.

Midoriya-chan.

Le gusta eso. Voltea en el camino y a lo lejos logra divisar esa maraña de cabello verde corriendo en su dirección. Sonríe levemente, cuando el pequeño ya está a su lado esperan juntos a que los alcanzaran los otros dos chicos que iban caminando con calma, se notaban agotados, no los culpaba, estudiar y cuidar del pequeño resultaba algo cansado por la energía que se necesita.

Uraraka lo saluda con una expresión cansada mientras que Iida sorprendentemente no está perfectamente erguido como lo suele estar siempre, puede notar la pequeña joroba que tiene.

Midoriya-chan hace milagros.

Los cuatro comienzan a caminar rumbo a los dormitorios, toma la mochila del pecoso aún con las leves protestas de este que finalizan con un sonido exasperado de Uraraka que les implora no hagan mucho ruido. Dicho sonido los asusta y más al bajito que por unos segundos se aferró a su pantalón, después lo soltó luciendo avergonzado.

Lo deja pasar porque se trata de Izuku.

Ambos chicos solo se dedican a escuchar los murmullos de Tenya y Ochako en la que ambos concordaban en que se iban a encerrar en sus cuartos a dormir el resto de la tarde, Izuku sólo pensó en que se quedará sin compañía durante la tarde.

De reojo mira al bicolor que se encuentra atento viendo a los dos chicos lamentando su cansancio. En eso Todoroki ha conectado su mirada con la del pequeño, este desvió su mirada enseguida con un gran sonrojo abarcando sus mejillas pecosas.

Llegan a los dormitorios pero la castaña y el de lentes han recobrado la suficiente energía para usar sus quirks para irse cada uno a su habitación, Shotō está sorprendido de como de un momento a otro se recuperaron, dirige su atención al de melena verde que se estaba estupefacto al respecto.

En silencio Todoroki acompaña al niño a su cuarto, le da su mochila para luego retirarse e irse a su cuarto de igual forma a descansar.

Sigue sin saber que darle a ese pequeño.

Se siente decepcionado porque esperaba que al pasar tiempo con Midoriya sabría que regalarle, pero se ha equivocado. Sabe que le encanta All Might y los dulces, juntar ambos factores podría ser un buen regalo.

Pero siente que algo le falta, porque una mercancía de All Might y los dulces suenan más como un acompañamiento, no ha pensado en el regalo principal.

¿Qué es lo que más quiere el infante?

Todos saben que el chico no es alguien codicioso como para desear algo, era demasiado amable que a veces olvidaba que tenía que ver por él mismo, se mete a la ducha con la esperanza de pensar en algo. Dura un largo rato bajo el agua y sigue sin nada.

Lo seguiría pensando, solo le queda ir mañana a la tienda en busca de una mercancía del héroe que no tuviera el niño. Los dulces serían comprados un día antes con la ayuda de la castaña amiga del pecoso, su principal problema era el regalo.

Cayó la noche y fue a cenar con el resto de sus compañeros, como de costumbre se sienta a lado del pequeño.

¡Perdón!

Se me fue el día y se me olvidó que ayer fue lunes, por lo que lamento el retraso.

Aunque al menos traigo un capítulo con nuestra querida Momo.

—BorreWinther249