
xiii. sweet nothing 💌
"♡ 💒 ˑ ִ ֗ ִ ۫ ˑ 𖥻 midnights ۫ ּ ﹗ ˖ ་ 🪩
𝗼𝗻𝗲 𝘀𝗵𝗼𝘁𝘀 𝗺𝘂𝗹𝘁𝗶𝗳𝗮𝗻𝗱𝗼𝗺! ♡
❝ On the way home. I wrote a poem. You say, "What a mind". This happens all the time❞
♡̴‧₊˚🕸️☄️♡🪐 landon norris !
dedicado a discooqueen
—¡lando! ¡lando! ¡basta, por favor! —grito entre risas, moviendose de un lado a otro, tratando de salir de entre los brazos del chico, quien le pasaba los dedos por los costados, haciendole cosquillas.
—te amo. —susurro, abrazandola, para luego darle un beso en la mejilla, ella sonrió.
—yo también te amo, aun más cuando no me haces sufrir con tus cosquillas.—el rio.
ambos se sentaron en la arena, tomados de la mano, viendo a las personas pasar betty apoyo su cabeza en el hombro del chico, el sonrio y le beso la parte superior de la cabeza, a la vez que pasaba su brazo por sus hombros.
adoraba ese tipo de momentos, donde a pesar de la multitud que los rodeaba, eran solamente ellos dos, sin paparazzis, sin gente gritando, sin competencias, sin alfombras rojas, sin entrevistas, esos momentos donde dejaban sus estresantes y demandantes trabajos de lados y se enfoncaban solo en ellos y lo que les gustaba hacer.
—ven. —dijo levantandose rapidamente, ella hizo lo mismo un poco confundida.
lando comenzo a correr hacia la playa, entonces betty se detuvo, pero el fue más rápido y al ver las intenciones de la chica, corrió hacia ella, la tomo de la cintura y con ella en brazos, corrio hasta la playa, hasta que ambos se sumergieron en el agua.
—¡lando!—grito entre risas, subiendose a su espalda, el comenzo a dar vueltasy a reír con ella.
...
betty suspiro, tirandose al sofá del departamento en londres que compartia junto a su novio lando, quien justo estaba en la cocina haciendo quien sabe que, sonrió cuando observo a traves de uno de sus pequeños y cansados ojos, una piedra, tan chiquitita como una luciernaga, aquella que habían recogido el julio pasado, esa con la que se había tropezado y lando se guardo en el bolsillo para tenerla "y siempre poder recordar aquella majestuosa caida."
—¿qué miras?—pregunto el chico sentandose a su lado, dejando una pizza sobre la mesa delante de ellos.
—la piedra. —dijo, el la miro y sin poder evitarlo, comenzo a reír, ganandose un golpe de ella.—¿extrañara alguna vez Wicklow?
—¿quien?
—la piedra, lando, esa era su casa. —dijo, como si aquello tuviese todo el sentido del mundo, el contuvo la risa y le acarició la cabeza.
—no lo creo, ahora nos tiene a nosotros, ¿no? —dijo sonriendo. ella se levanto de su lugar y lo abrazo, lando, un poco sorprendido, correspondio aquel abrazo.
—¿estás bien?—pregunto, acariciandole la mejilla.
—si... yo solo, estuve leyendo algunos comentarios, todos aseguran que estamos por terminar.
—¿qué? ¿por qué? ¿hice algo malo?
ella rio un poco.—aseguran que todos mis novios duran un año, como si tuviese una maldición, y pues... nuestro aniversario fue hace poco.
—ow, betty, cariño. jamás vas a librarte de mi, estamos pegado, soy la piedra en tu zapato.—dijo, haciendo que ella le diera una mala mirada. —y será todo un placer para mi romper con la maldición.
ella sonrió, el lo hizo también, segundos despues ambos estaban besandose. lando siempre encontraba las palabras adecudas, siempre decía lo que tenía que decir, en el momento que tenía que decirlo, era una de sus cosas favoritas sobre el.
cada vez que sentía que las cosas simplemente eran demasiado, se encontraba a si misma corriendo a casa, hacía sus simples palabras dulces, porque quizás afuera estaban a los empujones, pero el se encontraba en la cocina tarareando.
todo lo que siempre había querido de ella eran simples palabras dulces, nada menos ni nada más.
—¿qué haces? —pregunto lando sentandose a su lado, betty se quito sus gafas para observalo.
—un poema, justo lo acabo de terminar, lo empece en el taxi de camino aquí. —el sonrió, apoyando la barbilla en su mano.
—¿podrías darme el honor de escucharlo?
ella rió asintiendo, entonces tomo la hoja y comenzo a recitar aquel poema.
—wao, que mente tienes, cariño. —dijo sonriente, para luego levantarse de su lugar y darle un beso en la mejilla.
eso pasaba siempre, lo adoraba.
todo lo que quería de ella era simplemente nada, a diferencia de toda esa gente de la industria que interrumpe y despedaza almas. charlatanes persuasivos que se dan la mano sin realmente sentirlo, a diferencia de las voces que le rogaban en su cabeza "deberías estar haciendo más."
a el le podía admitir que era simplemente demasiado debil para todo eso, porque el siempre encontraría la forma de hacerla sentir mejor con todas esas simples palabras dulces que tanto le encantaban.
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