14. Tierras desconocidas.
El día llegó.
SungHoon estaba encerrado en su habitación guardando en una mochila todo lo que usaría en la noche. JongSeong fue de gran ayuda para crear una excusa válida para asistir sin que ChaeJin notara que no haría nada de lo que había dicho la noche anterior para obtener el permiso. La situación con Jake casi queda en el olvido para ella, pero SungHoon seguía deseando correr a sus brazos, aunque eso sirvió para que su madre fuera accesible como deseaba y así sucedió. Incluso GooHyuk, aquel hombre que tenía una intuición increíble, creyó aquella mentira: «la madre de JongSeong saldrá todo el viernes y no quiso dejarlo solo, él me pidió que estuviera con él hasta que ella volviera» ChaeJin sabía por el mismo SungHoon que la señora Park odiaba dejar a JongSeong solo en casa luego de aquella vez en que salió de casa gracias a esa libertad y se perdió en el centro por más de cinco horas.
ChaeJin y GooHyuk estaban convencidos de que SungHoon solo quería ayudar a su mejor amigo. SungHoon y JongSeong estaban felices por ello.
Eran cerca de las 4 P.M y el chico de lunares que estaba despidiéndose de su madre con aquellas frases tan populares para cuando tu hijo pasará el día con su amigo por primera vez: «llámame si necesitas algo» «No salgan de esa casa» «No hagas tonterías» SungHoon asintió a todas y al final abandonó su casa sintiéndose libre y feliz con un signo en sus labios que detonaba su victoria.
Llegó a casa de JongSeong antes de lo que pensó según las indicaciones del GPS que funcionaba gracias a los datos de su celular. Al parecer vivían demasiado cerca y nunca lo notaron.
Park mayor abrió la puerta en cuanto escuchó la llamada en su teléfono proveniente del menor. Él estaba a medio terminar su disfraz con una botella de Pepsi en la mano izquierda.
—¡Cambia esa actitud! —exclamó en cuanto miró al menor sonreír a medias con las manos guardadas en los bolsillos de su pantalón—. Te gustará, algunos chicos del grupo C dijeron que llevarán diversión a escondidas.
SungHoon frunció su seño, no sabía a cuál de todos los tipos de diversión para los chicos como ellos se refería.
—No me digas que nunca has probado ni una gota de alcohol —Cruzó sus brazos.
El menor sintió algunos recuerdos desbloquearse del olvido, hubiera preferido no haberle prestado atención, JongSeong tocaba puntos sensibles en muchas ocasiones sin notarlo.
—Sabes que ha sido mucho más que eso —respondió casi a modo de susurro. JongSeong recordó al instante, tal vez había pasado un poco la raya.
—No hablemos más de eso. Entra, arreglaremos ese semblante con un poco de maquillaje y también te ayudaré con ese atuendo. Vamos a una fiesta, no a un funeral —Abrió su puerta por completo. SungHoon ingresó extrañado, no creía que su fabulosa combinación de gris con negro quedara tan mal como pasa ser digna de usarse en un cementerio—. Nos divertiremos. Olvida la angustia, ChaeJin jamás sabrá dónde estaremos está tarde y, tal vez —Se acercó al menor con discreción fingida para darle profundidad a sus suposiciones—, el resto de la noche. Te presentaré a un chico, alguien de tu nivel.
SungHoon viró la vista. No quería conocer a nadie, quería pasar un buen rato e intentar ser una lombriz feliz haciendo algo que había ansiado desde que empezó su adolescencia. Ambos chicos se adentraron más en aquel departamento que para uno de ellos era nuevo por en lo absoluto; pintura gris en las paredes, muebles blancos, fotos familiares, lámparas elegantes y sillones largos que parecían ser costosos. Todo parecía irreal y elegante, SungHoon tenía miedo de romper alguna de las figuras de cerámica y cristal que había en los estantes de madera cerca de un estante grande con demasiados libros que apostaba por que JongSeong no había ni siquiera tocado uno. Incluso la vibra era distinta, en aquel lugar se sentía armonía incluso si estaba vacío. Deseaba que su casa fuera igual de hermosa.
JongSeong lo guió a su habitación por un pasillo largo con cuadros de pinturas colgados en las paredes y algunos diplomas del padre de Park mayor, mismo que abrió la puerta de su habitación, era roja. Al entrar, SungHoon se sorprendió por el desastre que había ella y como JongSeong no se sentía incómodo al mostrarlo, pues todo lo había hecho minutos previos a la llegada del menor.
—Conseguí algo excelente para ti —anunció el chico que llevaba una playera llena de sangre ficticia acercándose a su armario de dos puertas lleno de aquellas prendas que SungHoon amaba en secreto—. ¡Serás un hermoso Minion morado!
—¿Qué mierda?
—Es una broma, aunque de igual forma serías un lindo Minion —mofó. SungHoon solo apretó sus labios, la idea de imaginarse dentro del traje de uno de esos pequeños seres lo aterraba y avergonzaba al mismo tiempo—. Yo seré un zombie. Tenía pensando que fueras Drácula, no tendríamos que poner mucho esfuerzo en eso, tu piel es perfecta para el papel.
—Sería divertido ser un vampiro.
—Entonces lo haremos —gritó decidido.
—¿No crees que habrá más personas con el mismo disfraz, JongSeong?
El mayor se detuvo a pensar un poco, era cierto, jamás se había sentido tan básico en su vida, solía creer que tenía ideas originales.
—Serás un zombie como yo, de igual manera en un apocalipsis zombie habrán cientos de ellos, pero no estamos en Crepúsculo como para llevar toda una secta de vampiros a la fiesta.
—Amaría ser como Robert Pattison.
—¡Calla! No puede haber dos como él en este planeta.
Ambos chicos rieron y entraron en marcha, siempre era divertido pasar tiempo con personas con las que podías convivir de esa manera. SungHoon incluso olvidó que él estaba en esa situación gracias a su hyung, pero todo terminaría en dos probables destinos si se rehusaba a mantener su amistad con él: estar con JongSeong o quedarse solo.
JongSeong podría ser un engreído y entrometido, pero jamás se aburría con él y sus ocurrencias.
Tras charlas, regaños, chistes y mucho desorden de por medio para cuando el reloj marcó las 6 P.M en punto ya estaban listos para irse. SungHoon tomó su mochila y JongSeong su bolso para irse, estaban más que preparados. El mayor pidió un taxi que los recogió en poco tiempo y en ese mismo lapso, llegaron al colegio donde ya habían chicos afuera con sus disfraces y algún alimento para compartir, JongSeong había comprado una caja de pizza mucho antes de que SungHoon llegara a casa, mientras que él llevaba consigo dos bolsas grandes de frituras que había comprado con sus ahorros.
JongSeong estaba revisando su móvil mientras ambos chicos vestidos como zombies caminaban por la cera. Ambos se veían cómodos en sus disfraces, al parecer la noche sería la mejor de sus vidas hasta el momento.
Entraron al gimnasio donde ya estaban la mayoría de sus alumnos disfrutando de la música y algunos otros degustando los alimentos. Fue sorprendente para SungHoon ver al profesor de informática bailar con algunos alumnos al ritmo de Levitating de Dua Lipa, la canción que sonaba en ese momento.
JongSeong de repente comenzó a conversar por personas que SungHoon no conocía, se sintió reemplazado por un momento, fue la oportunidad perfecta para buscar nuevas amistades.
No quiero ser una lombriz infeliz. No quiero ser una lombriz infeliz. No quiero ser una lombriz infeliz.
Intentó mantener una conversación con al menos cinco personas de las cuales dos lo dejaron hablando solo, una chica le gritó varios insultos pensando que solo quería acostarse con ella y el resto ni siquiera le prestaron atención.
Hacer amigos era lo más difícil que había intentado.
Las horas comenzaron a correr, encontró a JongSeong nuevamente y bailaron al menos tres canciones a risas (SungHoon no tenía idea de cómo se había atrevido a hacerlo) hasta que el mayor recibió una llamada y sonrió al finalizarla.
—¡HeeSeung esta aquí! —anunció alegre mirando con una sonrisa enorme al chico de lunares que se detuvo a pesar de lo mucho que amaba la canción que sonaba en ese momento, Hot N Cold de Katy Perry, recordaba cantarla sin siquiera pronunciar bien siendo un niño—. ¿Recuerdas que te dije que te presentaría a un chico? —preguntó casi gritando debido a lo alto de la música.
SungHoon asintió aunque no estaba tan seguro de lo que había dicho su mayor que lo tomó de la muñeca y lo llevó casi arrastrándolo a la fuerza al pasillo, SungHoon quería quedarse al menos hasta que terminara la canción, pero JongSeong no lo permitió.
Pronto un chico con traje de cazador estaba frente a ellos, JongSeong sonrió y lo saludó como si se conocieran desde siempre, aunque SungHoon no tenía ni la menor idea de quien se trataba.
—SungHoon, él es HeeSeung —Señaló al mayor quien sonrió al menor y viceversa—. HeeSeung, él es SungHoon.
—¿Qué tal, SungHoon?
El de piel pálida sonrió, no sabía qué rayos debía contestar en este momento. Tomó a JongSeong del brazo y lo alejó solo un poco de HeeSeung, el chico que recién conocía y ya le aterraba un poco su apariencia, tal vez solo era su disfraz.
—¿De dónde sacaste a este tipo?
JongSeong comenzó a reír.
—¡No me hagas esto!
—Ya, ya —Fingió limpiar una lágrima de sus ojos mientras reía—. Es externo, universitario, futuro ingeniero ambiental que no tiene ni la menor idea de por qué eligió esa carrera —SungHoon miró por pequeños segundos al mayor que estaba de pie revisando notificaciones en su móvil que no parecía ser barato— Ya SungHoon, solo date la oportunidad de conocerlo, querías hacer amiguitos y tal vez con él olvides a Shim.
—¿Ya estás borracho?
—Noup —aseguró incluso moviendo su cabeza de un lado al otro—. Pero justo ahora voy con los chicos al aula perdida para eso, ya sabes —Se alejó con intenciones de irse y justo era lo que concretaría— ¡Cuídalo mucho, HeeSeung! Es un poco tímido al principio, pero ánimo, no está tan muerto como parece.
HeeSeung levantó su pulgar izquierdo a JongSeong que se marchó corriendo mientras que a lo lejos sonaba My My My! De Troye Sivan, SungHoon aseguraba que si Jake estuviera ahí estaría rogando por una canción de Justin Bieber al DJ que, hasta el momento, desconocía quien era.
Al final, SungHoon dio media vuelta y miró al mayor de pie ofreciéndole sentarse en una de las muchas bancas que habían en el pasillo, SungHoon aceptó, no perdía nada con intentarlo, debía dejar de ser tan temeroso.
—¿Y? ¿Qué me cuentas de ti? —HeeSeung fue quien comenzó con la interacción al notar que SungHoon no tenía ni la más mínima idea de cómo hacerlo, comenzó a pensar en Jake de nuevo con aquella canción que por alguna razón, lo hacía recordarlo.
—No lo sé, solo soy un aburrido estudiante de preparatoria —replicó, parecía aburrido o triste, HeeSeung no podía leer sus expresiones—. No tengo una vida interesante que compartir contigo.
—¿Bromeas? Eres un chico muy atractivo, seguro tienes a todos rendidos por ti y quién sabe, tal vez has tenido salidas interesantes.
Claro, con el único chico que me ha hecho sentir cómodo.
—En realidad no tantas —manifestó con una sonrisa agotada, ni siquiera tenía ánimos de fingir estar contento, estaba mucho mejor dentro de la multitud, en medio de la música y los cantos horrorosos de sus compañeros de instituto, al menos así no se oían sus necesidades—. Tal vez tú tengas una vida mucho más interesante, asistes a la universidad, ¿qué tal es?
—Un irrompible bucle de tareas, estrés, borracheras con los chicos de la facultad y crisis existenciales —dijo entre risas discretas, fue la primera vez que pudo observar a SungHoon sonreír de verdad—. ¿Quieres un consejo? Piensa muy bien que quieres estudiar, créeme, si elijes algo por obligación, lo odiarás tanto como yo.
—Estoy aterrado ahora.
Ambos rieron un momento, pero tal vez fue la única vez que lo hicieron. La conversión siguió, pero SungHoon hubiera preferido que un rayo cayera del cielo para hacer que aquello terminara pronto. HeeSeung resultaba ser incluso más aburrido que él mismo, la anécdota más divertida que había contado fue aquella ocasión que se cayó en la pista de hielo con sus amigos.
Eran cerca de las 08:56 P.M cuando un milagro cayó del cielo, alguien entró al plantel. Incluso con ese maldito traje encima SungHoon pudo reconocerlo.
Shim Jake había llegado.
Pero no estaba solo.
HaeWon estaba a su lado.
Dios, déjame entrar al reino de los cielos justo ahora.
muchas gracias por leer, ily<3
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