10. Todo siempre sale a la luz.
El día continuó luego de aquel bello incidente.
SungHoon estaba tan feliz, preocupado, nostálgico, encantado. Solo quería recuperar aquel momento en ese instante, recuperar esa sensación. Estaba fascinado.
—¡SungHoon, foto! —gritó Jake mientras bajaban por las escaleras eléctricas. Estiró su brazo para lograr capturar ambos rostros y al gato de peluche—. Te ves hermoso, señor gato.
—Pensé que yo me veía hermoso.
—Eres más que hermoso, Park SungHoon.
SungHoon sonrió, había olvidado la hermosa sensación que se producía en su corazón y en su estómago cuando una persona más allá de su familia decía los cumplidos que su autoestima necesitaba.
—¿Qué más quieres hacer? —preguntó Jake cuando llegaron a la planta baja. SungHoon encogió sus hombros—. Bueno, tengo cientos de ideas para nosotros dos. ¡Veamos una película!
—Suena interesante, pero —Sacó su móvil desde el interior de su bolsillo derecho, casi se cae de espalda cuando notó la hora que era— Jake, debo volver a mi casa —dijo desesperado.
Jake imitó la acción de SungHoon, a él todavía le parecía temprano, solo eran las 4:34 P.M y antes ya lo había regresado después de las cinco en punto.
—Jake, mi madre me encargó hacer quehacer y prepararle la comida, ¿por qué mierda no estoy ahí? —expresó la angustia que tenía por dentro, desearía poder volar y llegar a hacer todo en menos de media hora antes de que su progenitora llegara—. Jake, puedo irme solo. Muchas gracias por todo, lo siento yo-
—¡SungHoon! —Levantó la voz un poco y tomó los hombros del menor, él también estaba a punto de entrar en pánico, no quería ser el causante de un regaño para SungHoon—. No te vas a ir solo, por eso me tienes a mí. Si gustas puedo ayudarte a hacer todo eso que pidió tu mamá, ¿sí?
SungHoon asintió, él caminó al estacionamiento mientras Jake pagaba la cuota para poder salir y en pocos minutos ya estaba conduciendo a la casa del menor lo más rápido que los límites viales se lo permitieran. Al llegar, SungHoon desmontó lo más rápido posible, Jake entregó su mochila y aquel gato de peluche que recibió el nombre de «Joon». El corazón de SungHoon latía al doble de intensidad de lo que estaba acostumbrado cuando Jake se acercaba. SungHoon escondió a Joon en su mochila e intentó despedirse de Jake.
—¿Estás seguro?
—Jake, puedo hacerlo solo, ahora vete —ordenó. Algo le decía que ChaeJin ya había llegado—. Gracias por todo, no tienes idea de lo bien que la pasé hoy, fue el mejor día de mi vida.
—No tienes que agradecerme nada, también fue una experiencia inolvidable para mí. Muchas gracias, Park SungHoon —Sonrió cálidamente. SungHoon no pudo evitar sonreír también gracias a lo adorable del semblante de Shim, olvidó su preocupación un momento. ¿Vivir mirando esa sonrisa para siempre sería mucho pedir?
Jake partió cuando vio que SungHoon entró sano y salvo a su hogar, aunque SungHoon sentía que no estaría a salvo en lo absoluto, sobre todo cuando abrió la puerta y ChaeJin estaba de brazos cruzados frente a ella con una mirada tenebrosa, lo había visto todo. Tomó una parte de la camisa de SungHoon y lo arrastró hasta tirarlo en el sillón más grande de su sala. La furia que desprendía era inimaginable.
—¿Por qué no estabas en casa? Hace casi dos horas que debías estar aquí. ¿Con quién te estás revolcando ahora, Park SungHoon? —gritó histérica. SungHoon, de forma involuntaria, se hizo lo más pequeño que pudo y comenzó a temblar—. ¡Debes ir al instituto a estudiar, no a conseguir marido!
—Mamá, él es mi amigo —murmuró.
—Lo mismo dijiste con el otro mocoso que casi nos deja en la mierda —reprendió de nueva cuenta. SungHoon cerró sus ojos evitando ver la situación tan complicada en la que se había metido—. ¡Mírame a los ojos y dime quién es ese chico! Si no me dices tú, JongSeong sí lo hará.
SungHoon no quería que JongSeong fuera quien lo dijera todo. Exgeraría todo, diría aquellos malditos rumores y expondrá situaciones que él se inventaría. No permitiría eso.
—Se llama S-Shim Jake, mamá —respondió tembloroso, solo esperaba lo peor, un golpe quizás—. Somos del mismo año, es un amigo, nos conocimos hace pocas semanas y no tiene otras intenciones conmigo, mamá.
ChaeJin apretó las muñecas del menor. SungHoon no podía salir de eso, GooHyuk no estaba en casa para tranquilizarla, ningún cobrador llamó a la puerta, el teléfono no sonó, nadie podría salvarlo.
—Mírame a los ojos, Park SungHoon —ordenó. SungHoon lo hizo de inmediato, era mejor no retar más a su madre—. Dime que estás diciendo la verdad y no es otro abusador, criminal y maniático.
—Jake es un buen chico —juró a media voz.
ChaeJin lo soltó y así como la discusión finalizó, SungHoon subió corriendo la escaleras escuchando como su madre tomaba el teléfono de la casa y tecleaba los dígitos del número de GooHyuk, pediría que regresara antes del trabajo y le comprara un Aspirina en tanto que SungHoon cerraba la puerta de su habitación y lloraba sentando en el suelo recargado en su puerta abrazando su mochila con las muñecas adoloridas. A pesar del dolor de su corazón era incapaz de arrepentirse de lo que pasó.
¿Por qué?
Escuchó desde el interior de su mochila el sonido del vibrador de su celular. Sorbiendo su nariz y secando la lágrima más reciente que había expulsado notó que el mensaje provenía de un número registrado como: «Jakey <3».
¿Está todo bien?
5:08 P.M
¿Tu mamá llegó a casa?
5:08 P.M
Espero estés bien, lindo.♡
5:08 P.M
Sonrió y no forzado. A pesar de lo que dijeran todos los demás, él estaba seguro de que Jake no era como decían en el colegio y no se asemejaba a lo que es EuiJoo.
Tecleó una palabras después de su ligero momento de meditación. Jake no era culpable de sus malas decisiones del pasado que hicieron que perdiera la confianza de su madre.
Estoy bien.
5:12 P.M
Mintió.
Gracias por todo, Jake.
5:12 P.M
Gracias a ti soy feliz. :)
5:13 P.M
Te quiero, SungHoon.
5:13 P.M
SungHoon rio leyendo aquel mensaje aunque sus ojos aún estaban rojos y húmedos.
Yo a ti, Jake.
5:13 P.M
Esta vez fue sincero.
⚝
ChaeJin no pudo conciliar el sueño, estaba aterrada de volver a un infierno llamado EuiJoo. Cuando estuvo recostada en su cama con GooHyuk a un lado dormido por completo, recibió la respuesta que estaba esperando.
Park JongSeong.
Va en mi curso.
11:52 P.M
Es un hijo de perra, con todo respeto.
11:52 P.M
Pero no entiendo la urgencia de saber
acerca de él. ¿Acaso SungHoon sigue
hablando con él?
11:52 P.M
¡Le dije que se alejara!
11:53 P.M
La mujer no entendía en lo absoluto de lo que hablaba, hasta que JongSeong mandó capturas de conversaciones con chicos del aula y entre ellos la mismísima JiYoon. Incluso resumió todo el desastre que ocurrió en su grupo hace pocas semanas en un solo mensaje, también mandó capturas de sus menciones en su antigua cuenta de Twitter que se encontraba en privada para esas fechas.
«Shim JaeYun, ¿o debería llamarlo Jake? Jajaja una bolsa de basura queda fina a su lado.»
«¿A cuántas chicas cogiste hoy? Eres un asco.»
«Infiel, rata, maldito.»
Por suerte Jake estaba alejado de las redes sociales desde el primer mensaje que ellos habían escrito tirándole tierra y hundiéndolo más en la miseria.
ChaeJin supo que todo estaba mal con ese chico y debía tomar medidas drásticas para evitar que su hijo volviera a ser utilizado cual juguete.
A la mañana siguiente, SungHoon estaba en la cocina picando las frutas que ChaeJin había comprado en el mercado local hace dos días, misma mujer que bajó las escaleras mirando su móvil y llevando un rostro enojado que aterraría hasta aquellos que no saben de lo que es capaz cuando la furia la invade por completo. Caminó hasta entrar a la cocina y gritar de manera estruendosa el nombre de su hijo.
—A partir de hoy tienes estrictamente prohibido volver a conversar con ese tipo —impuso con los brazos cruzados. SungHoon la miró y hubiera deseado no hacerlo, esos ojos asesinos lo habían ingresado a un crisis de pánico y tristeza—. Si me vuelvo a enterar que estuviste con ese infeliz, sabrás quién soy en realidad. ¿Te quedó claro, Park SungHoon?
SungHoon asintió en repetidas ocasiones apretando sus labios. Ya había sido suficiente. ChaeJin tomó parte del melón y los plátanos que SungHoon había partido y se marchó al comedor para desayunar, estaba arreglada, SungHoon sabía que iría a trabajar y él debía llegar al colegio rápido aunque ya no tenía ni una pizca de motivación para hacerlo.
Si su vida era miserable antes, ¿cómo debería describirla en ese momento?
ya se puso feito, lo siento tt
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