Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❥︎ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 24: Lɪɢʜᴛ ᴏғ ᴀ ғᴀɴᴛᴀsʏ ғᴏʀᴇsᴛ

ᑕᕼᗩᑭTᗴᖇ 24 ;;

•𝐿𝑢𝑧 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑏𝑜𝑠𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑒 𝑓𝑎𝑛𝑡𝑎𝑠𝑖𝑎•

✔︎—————;;*;;—————✔︎

☾︎ᵖᵘᵇˡⁱᶜᵃᵈᵒ: 12/11/2020☽︎

—Ay...

Rina se levantó del suelo donde despertó tumbada. Sentía sus músculos y huesos adoloridos y el exceso de polvo en el ambiente no la ayudaba a saber donde estaba.

Se quedó sentada tocándose la cabeza, se habría dado un buen golpe pues le dolía bastante, miró hacia arriba no logrando ver nada más que polvo y oscuridad, bueno, realmente todo estaba muy oscuro pues no había nada de luz, apenas y lograba verse así misma.

—¿Hola? ¿Estáis todos bien?

Rina reconoció la voz de Callis. Quiso contestar pero el polvo la hizo toser demasiado fuerte, incluso sintió su garganta arder.

—Si, creo que seguimos vivos —esta vez fue la voz de Bailong.

Una tenue luz regreso y esta se fue haciendo más fuerte, Bailong trataba de iluminar la mayor distancia posible, en seguida Luciel imitó al albino y la zona quedó algo más visible, había gente tirada por todos lados junto a tierra y rocas. Algunos ya estaban de pie como eran Jove, Bailong y Slocker, otros recién estaban despertando como era el caso de Ballzack y Byoko mientras que otros muchos seguían aparentemente inconscientes.

—¿Estás bien, Rina? —Riccardo se acercó a la peliverde en cuanto la localizó entre todo ese caos.

—Creo que si... Me duele la cabeza.

—Te habrás dado un mal golpe ¿te sientes mareada? —la chica negó— ¿Te notas algo más? Alguna parte que te duela o sangre, ya sabes alguna herida —esta volvió a negar y Riccardo simplemente le extendió la mano para ayudarla a ponerse en pie.

—¡Ay amorcín que miedo he pasado! —se escuchó gritar a Liliya.

La chica se había abrazado a un a un consternado Snio que no parecía terminar de procesar lo que había pasado.

Riccardo se fue a ayudar a Arion quien se levantaba con algo de dificultad, parecía haberse hecho daño en una pierna. Rina miró a su alrededor para ver si alguien más estaba inconsciente o necesitaba ayuda, fue entonces que vio a Bay tirado en el suelo a unos metros, se acercó al chico y se agachó a su lado asustada, no pudo relajarse hasta que al colocar sus dedos en el cuello del chico comprobó que seguía teniendo pulso y solo estaba fuera de combate.

—Joder, que susto —susurró para si misma.

Lo examinó un poco por encima y aparte de las tres toneladas de tierra que todos tenían encima y varios rasguños superficiales no parecía tener nada.

—Bay —lo llamó moviéndolo un poco con delicadeza, tampoco era cuestión de levantarlo a gritos como si se acabara el mundo como hizo Liliya con Njord.

El chico no tardó en ir abriendo los ojos con lentitud y algo confundido, la chica no pudo evitar soltar un suspiro aliviada de que estuviera bien. Estuvo mirando a todos lados algo perdido hasta que al ver a la peliverde a su lado recordó lo que pasó y se reincorporó de golpe haciéndose daño en la espalda.

—Ten cuidado, acabamos de caer varios metros —le dijo colocando su mano en la espalda del pelimorado— ¿Cómo te encuentras?

—Como si me hubiera pasado por encima una manada de elefantes.

Rina no pudo evitar que se le escapara una leve risa que no pasó desapercibida par el chico. Lo ayudó a ponerse en pie y fueron a reunirse con los demás que empezaban a formar un circulo a algunos metros.

—Todos parecemos estar bien, menos mal —suspiró Dulce.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó Víctor.

—No lo sé, pero gracias a eso ahora tengo piedracitas y tierra hasta en mi dignidad —dijo Lucas mientras cogía una de las mencionadas y se quedaba mirándola con una ceja alzada.

—Bueno, ahora ya no tenemos que bajar por las escaleras, porque ya estamos abajo, aunque de una forma un poco brusca —se encogió de hombros Hocus.

—Si tan solo supiéramos donde estamos... —suspiró Fey ayudando a Michael a levantarse para sentarlo sobre una roca ya que su pierna seguía estando rota.

Los chicos habían empezado a hablar sobre lo que hacer ahora, Rina sinceramente desconectó de la conversación, solo estaba consiguiendo que la cabeza le doliera más. Miró hacia un lado y se sorprendió al ver como Lynx estaba hablando con un ya despierto Bradford.

El castaño no se veía muy bien, Lynx trataba de consolarlo, no había que ser un genio par saber que ya le habían contado lo sucedido con su hermano. Bradford trataba de mantenerse firme, no quería llorar, sabía que no era el mejor momento, ya habría tiempo de autocompadecerse una vez salieran de la isla.

Rina no pudo evitar tragar saliva apretando su mano al rededor de su muñeca llegando incluso a clavarse las uñas. Esa escena le había traído demasiados recuerdos, era como mirarse a un espejo, verse a su yo del pasado, de hace 5 años cuando su madre trataba de animarla después de haber visto en directo morir a su hermana mayor. Recordaba como fue tan chocante en un principio que no fue capaz de procesarlo todo, no era capaz de asimilar que su hermana había muerto, que no volvería a verla nunca más, que nunca abriría la puerta de su casa con una amplia sonrisa al volver de clases o volvería a probar la deliciosa comida que preparaba, y sobretodo no podía aceptar que ni siquiera estuvo a su lado en sus últimos momentos.

No lloró, ni una maldita lágrima, se fue a su habitación a acostarse, ya no quería seguir viendo lo que pasaba, lo odiaba tanto que le daban ganas de vomitar. No fue hasta que despertó al día siguiente que todo se volvió tan negro que no quería ni moverse de su cama, se había despertado llorando y no podía parar aunque así lo quería, pasó de unas lágrimas rebeldes a un llanto silencioso, y de eso a un llanto que ya no pudo ocultar y su madre desde la cocina donde preparaba el desayuno la escuchó.

—Ey.

Unas manos, bastante frías, atraparon su cara. Le dio un escalofrío por el contraste de temperaturas, pero esto le sirvió para volver a la realidad y dejar el pasado donde había estado los últimos cinco años, enterrado bien profundo en su interior.

—¿Pasa algo? —preguntó en cuanto sus ojos dorados chocaron con los azules de Laurel.

—Eso debería preguntar yo ¿no crees? —arqueó una ceja— ¿Segura que te encuentras bien?

—Si, solo recordaba algunas cosas —terminó desviando la mirada al no poder sostenersela sintiéndose algo intimidada, era la primera vez que eso le pasaba, solía ser tan directa y segura de si misma que verla recular era casi increíble.

Bay suspiró, sabía que no mentía, Rina no lo hacía, pero tampoco era sincera, ocultaba información y se lo guardan todo para si misma. Sabía, al ver a Lynx y Bradford hablando a lo lejos, que tenía que ver con lo de su hermana, ella lo comentó el día que llegaron, pero nunca dijo nada más, era verdad que él nunca había sido tan cercano a Ibara hasta que ambos fueron elegidos para el torneo, pero no recordaba ni una sola vez que comentara algo sobre lo sucedido.

¿Realmente esa era ella? ¿Aquella chica que parecía interponer un muro entre ella y cualquier otra persona como si pudiera protegerse de algo? Estaba seguro de que había algo más tras aquella fachada distante, lo había entendido en aquel tiempo que llevaban trabajando juntos, ni siquiera con la mayor de las fuerzas de voluntad aquel espejismo hubiera durado mucho más pues los muros aparentaban ser de acero, pero eran de papel, solo que nadie nunca se molestó en comprobarlo.

—Ey lamento interrumpir vuestro momento "amoroso dulcitastico de algodones de azúcar y unicornios", pero por aquí hablamos de algo importante —les llamó la atención Michael.

Ambos miraron al moreno que los miraba a su vez con una ceja alzada, fue así que Bay soltó las mejillas de Rina a la velocidad del rayo avergonzándose en el proceso.

—Como Tet no está aquí me veo en la obligación de suplir a mi compañero. Me acabas de joder la telenovela y el cotilleo amoroso —dijo Davy eso último tratando de imitar la voz de su compañero pelirrojo.

—Entonces ¿Cuál es el plan? —habló Bradford nada más llegar. Sorbió por la nariz y levantó levemente la cabeza cerrando los ojos antes de al fin mirar a sus compañeros intentando no llorar.

—En resumidas cuentas, no tenemos plan —admitió Tezcat.

—A ver, lo que está claro es que aquí hay dos misiones principales; encontrar a los compañeros que faltan y recuperar la bomba —habló Bailong bajando un dedo por cada cosa enumerada—. Es decir, lo más rápido sería dividirnos en dos grupo, uno de rescate y otro de ataque.

—Y viendo que los de la montaña y sus cómplices no están dispuestos a dejar que los heridos de queden atrás será mejor que estos se queden en la labor de rescate bien protegidos —señaló Fey aún preocupado por su compañero.

Discutieron por algunos minutos la formación de ambos grupos propuestos por Bailong hasta que finalmente parecieron ponerse de acuerdo, aunque el grupo de rescate quedó a su vez subdividido en dos; "la punta de la lanza" encargada de luchar si llegara a ser necesario y "el escudo" los heridos y los que los protegerían, básicamente la defensa.

El grupo de ataque quedó formado por Theo Divine, Callis Jove, Rina Ibara, Bay Laurel, Njord Snio, Liliya Byoko, Hocus y Pocus Sesame, Lucas Skywalk, Jimmy Kirk, Bailong y Tezcat, ellos se encargarían del clan de la montaña y el tema de la bomba. Mientras que el grupo de rescate estaría formado por Davy Jones, Arion Sherwind, Riccardo Di Rigo, Wolfe Whyte, Pen Teller, Luciel Slocker y Vladimir y Víctor Blade como parte ofensiva y Damian Laggerfeld, Dulce Loamy, Bradford Ash, Preston Princeton, Michael Ballzack, Fey Rune y Sol Daystar como parte defensiva.

—Vale, ya nos hemos organizado ¿y ahora qué? —cuestionó Liliya dando a entender que seguían perdidos en una cueva oscura.

—Ahora iremos allí —Slocker señaló a su espalda donde todos pudieron ver, bastante a lo lejos, una tenue luz—. Debe de ser la iluminación que tenga el clan de la montaña, ellos no son el clan de la luna, no pueden ver tan bien en la oscuridad por lo que estaba claro que iban a necesitar luz.

—Vamos entonces antes de que alguno de ellos decida venir a ver qué se ha derrumbado —tomó Preston la iniciativa.

Caminaron hasta alcanzar aquello que propiciaba la cálida luz, un estrecho camino estaba iluminado por decenas de antorchas, no había ningún otro acceso posible, por lo que se la tuvieron que jugar. Al llegar al final se mostró ante ellos una amplia zona que parecía haber sido en tiempos antiguos una mina por los raíles y las carretillas oxidadas que allí había.

—Cuidado —susurró Riccardo echándose atrás siendo imitado por los demás.

En aquel momento Houdini pasó caminando por allí y entró por otra abertura hacia alguna otra sala, para el alivio del grupo no los vio.

—¿A dónde irá? —preguntó intrigado Pocus.

—Ni idea, pero por allí se oye a más gente —señaló Lynx la zona desde donde salió Harrold—. Probablemente ahí estén reunidos los del clan de la montaña.

—Es decir que a donde fue Houdini podría ser donde tienen al resto atrapados —dijo Bailong y Rigel asintió—. Bien pues es hora de poner nuestro plan en marcha, nos reencontraremos aquí con la bomba y nuestros amigos.

—Pero si no tenemos plan —le susurró Pocus a Hocus quien se encogió de hombros.

—Tened todos mucho cuidado —pidió Arion antes de desaparecer por el mismo camino que Houdini junto al resto de su grupo.

—Bien, nosotros centrémonos en nuestra parte, recuperemos nuestra jodida libertad —dijo Bailong siendo seguido por un "si" que rápidamente tuvieron que silenciar para que no los escucharan.

—Espías profesionales nos llamaban —se rió Pocus de su propia ocurrencia.

Caminaron sigilosamente por el nuevo estrecho camino hasta desembocar en una nueva sala que les sorprendió a la mayoría, aunque Rina podía asegurar que era muy similar a aquella habitación con la enorme mesa redonda que encontraron en la expedición de su grupo en otro de los accesos a las redes de cuevas subterráneas.

Había también en este caso una enorme mesa ovalada de algún tipo de metal que se veía ya desgastado por el tiempo, con los mismos 13 escudos por sus filos siguiendo la figura de la mesa. Había varias sillas al rededor de esta con un espaldar enorme que si te sentabas en una de ellas te sacaría una o dos cabezas y además de las paredes colgaban unas largas telas, como banderas muy alargadas de color carmesí con cada uno de los escudos en su parte baja haciendo un total de 13 de estas banderas.

Efectivamente como todos pensaron el resto de miembros del clan de la montaña estaban allí reunidos alrededor de la mencionada mesa, y lo que había sobre esta les llamó la atención aún más. Allí puesta con un cuidado inmenso estaba la bomba que días atrás robaron al clan del cristal. Parecía estar ya montada y lista para ser activada en cuanto quisieran.

—¿Cuál es el plan ahora? —susurró Rina mirando a sus compañeros.

—No necesitamos un plan —aseguró Liliya con una amplia sonrisa caminando hacia ellos.

—¡Liliya! —gritó en un susurro Njord tratando de detenerla sin éxito.

—¡Hola, tanto tiempo! —saludó la chica de pelo ceniza como si nada a los tres chicos de la montaña.

—¿Qué...? —pero antes de que Alessandro terminara de hablar o procesar lo que pasaba una incansable lluvia de carámbanos de hielo fue directos hacia ellos obligándolos así a ocultarse rápidamente para no ser golpeados.

—Voy a matar a esta chica —bufó Lucas.

—Ponte a la cola —dijo Rina sin más saliendo ella también del escondrijo, total, ya no tenía ningún sentido esconderse.

Siguieron el mismo camino por el que vieron pasar a Houdini, extrañamente no se cruzaron con él en el trayecto ¿Dónde se habría metido? El camino llegó a su fin dejando a la vista así a una pequeña zona circular algo más ancha que el resto del camino, de a lo mejor unos 4 o 5 metros de diámetro, y justo frente a ellos una puerta de acero.

—Tiene que ser aquí —señaló Pen.

—Dejadme a mi.

Riccardo dio un paso al frente y se acercó a la puerta quedándose de cuclillas para estar a la misma altura de la cerradura que la puerta tenía. Puso su mano cerca de esta haciendo germinar de la nada, del propio acero de la puerta, unas raíces que se introdujeron por dicha cerradura rápidamente.

Todos miraron expectantes lo que el chico del clan del bosque hacía, pasaron algunos minutos hasta que un clic les hizo saber que algo había ocurrido. Riccardo se reincorporó y con simplemente empujar la puerta con su mano esta se abrió dejándoles paso.

—¿Como has hecho eso? —preguntó Dulce sorprendida.

—Bueno, Maxim no es siempre la mejor de las influencias.

—¿Alguna vez fue una buena influencia? —arqueó Wolfe una ceja.

Riccardo hizo como que se lo pensaba un poco para luego simplemente reír y pasar al interior dejando la respuesta en el aire. Cada quien que pensara lo que quisiera.

Cuando todos entraron a aquel nuevo sitio que se abría frente a ellos, notaron que era considerablemente más oscuro y frío que el resto de la cueva. La zona era apenas iluminada por un par de antorchas estratégicamente colocadas, y al estar ya prácticamente en lo más profundo de la red de cuevas, a probablemente casi cientos de metros bajo el suelo, no había prácticamente ningún tipo de calidez por la falta de liz solar.

Caminaron hacia el frente con mucho cuidado y muy alertas, no parecía haber más caminos y aún no se habían cruzado con Houdini quien no tenía ningún otro lugar por el que ir. Pero este silencio no duró mucho cuando vieron que en aquel lugar había celdas y sus compañeros restantes estaban allí metidos.

—¡Jade, Artemisa! —gritó Bradford al ver a sus dos compañeras separándose de los demás para acercarse a los barrotes de la celda donde estaban metidas.

—¡Bradford! —Jade fue la primera en reaccionar acercándose también al menor.

—Madre mía ¿Cómo habéis encontrado este sitio? —preguntó Artemisa cuando llegó también.

—Una muy larga historia, no ha sido nada fácil y nos ha pasado de todo —reconoció el castaño— ¿Dónde está Colby?

Bradford notó que el otro chico no estaba en la misma celda que sus compañeras y tampoco lo veía en las de alrededor con tantas personas hablando con sus respectivos compañeros. La notoria cara desanimada de las féminas hizo que el castaño comprendiera que no lo iba a encontrar por mucho que lo buscara.

—¿Y Langford? —preguntó ahora la pelirroja, siendo esta vez el turno de Bradford de negar.

—Lo hizo para salvarme —fue lo único que dijo y através de los barrotes Jade puso sus manos en los hombros de su amigo.

—Él siempre fue una gran persona —afirmó y Bradford notó su garganta escocer de nuevo.

—No es momento para ponernos sensibles —dijo secándose una lágrima que amenazaba con salir—. Os sacaremos de aquí.

—Lo que no entiendo es porque no habéis salido por vosotros mismos ¿Os pasa algo? —preguntó Luciel.

—Digamos que el gas somnífero que respiramos no solo era un somnífero, también anuló nuestro don por bastante tiempo —explicó Cronus.

—Y encima nos han quitado nuestras armas —dijo indignado Cálico como si esa realmente fuera la peor parte de todo eso.

—No os preocupéis os sacaremos de ahí —afirmó Riccardo haciendo surgir raíces de suelo que rodearon los barrotes de acero y comenzaron a doblarlos para dejar que los que estaban atrapados pudieran salir.

Su labor se vio interrumpida cuando un disparo se escuchó y Riccardo tuvo que parar para cubrir su hombro derecho que había recibido la bala y ahora sangraba bastante. Dulce se acercó a él rápidamente para ver si podía ayudarlo de alguna manera y el resto solo se giraron para ver que acababa de pasar.

—¿Raven? —Vladimir no podía creerlo al ver a su novia bajar el arma tras disparar a Di Rigo.

—Lo siento, pero no puedo permitir que hagas eso —se limitó a decir.

—¡¿Pero qué demonios haces?! —gritó Víctor ante la falta de reacción de su hermano mayor.

—Lo que tenía pactado con Cinquedea —ahora si que Harrold salió de su escondite, el chico no se veía alterado, mantenía su gesto neutro y tranquilidad aplastante, como si todo estrada dentro de sus planes.

—¿Cinquedea? —cuestionó Vladimir aún sin entender nada— No me digas que tu...

Raven no dijo nada, solo desvió la mirada viéndose incapaz de sostenérsela a la persona que siempre la miró con tanto cariño y admiración, y ahora la miraba con terror.

—¡Chicos! —Artemisa se pegó lo más que pudo a los barrotes de su celda en un intento de que todos la escucharan lo mejor posible— ¡A parte del Falco hay tres traidores más! —gritó logrando que todos la miraran— ¡Raven, Sol y Jimmy!

El mundo ya no solo se vino encima del mayor de los Blade, Slocker y el propio Daystar tardaron en procesar lo que la de pelo morado había dicho.

Lo único que a Sol se le podía pasar por la cabeza en aquel momento eran decenas de preguntas sin respuesta ¿Cómo sabía ella eso? ¿Quién se lo dijo? ¿En qué momento se torció todo? ¿Cómo iba a reaccionar Luciel? ¡¿Qué diría?!

—¿Qué? —preguntó el rubio para asegurarse de que no escuchó mal, aunque ya sabía que había escuchado perfectamente.

—El mundo no es tan fácil como vosotros lo pintáis —intervino Raven—. No hay un bueno o un malo en esta historia, y yo solo me limité a trabar para alguien que odio a cambio de algo que necesito más que el aire que respiro.

—¡No tiene ningún sentido! —gritó Vladimir— ¡¿Por qué aceptarías trabajar para el clan del acero?! ¡El mismo clan que ha provocado todo por lo que sufrimos, la guerra, la muerte de la diosa, el Midnight War!

Mientras que Vladimir trataba de hacer salir toda la confusión que sentía en aquel momento, Luciel solo pudo mirar a Sol, al pelinaranja se le vino todo el peso del mundo encima al comprobar que la mirada de su pareja no era de enfado o tristeza por la traición, sino de profunda y completa decepción, como si simplemente su corazón se hubiera evaporizado y él fuera el culpable de todo eso, la voz ni siquiera salía de su garganta.

—Cada uno obedece a Cinquedea por una razón —habló ahora Harrold—. Y todos los motivos son iguales, para proteger algo que queremos.

—¡Cierra la puta boca! —gritó Vladimir perdiendo los estribos y sorprendiendo a sus compañeros.

—Vlad —retomó la palabra la peliplata.

—Raven... ¿Por qué? —preguntó ahora con un tono de voz considerablemente más bajo, pero con la misma frustración que lo carcomía.

—Lo hice por ti —terminó por decir— Para protegerte.

—¿Por qué esta traición me protegería?

—Porque Cinquedea me contactó y me amenazó con matarte no a ti, si no a tu hermano y tu madre si no lo ayudaba.

Aquella noticia sentó como un cubo de agua fría al mayor, definitivamente todo esto estaba siendo demasiado para él, Raven solo aprovechó su silencio para continuar.

—Yo sé lo que es vivir sin padres, mi madre murió cuando yo tan solo tenía un año de vida, y mi padre me abandonó porque no quiso hacerse cargo de mi —comenzó a decir acercándose cada vez más al más alto—. Fue mi abuelo quien me crió, y a pesar de que lo hizo genial, y lamenté su muerte con todo mi corazón, no es lo mismo que unos padres de verdad. Nada en un niño abandonado, nada en un niño huérfano es feliz ¿qué parte de nosotros podría ser feliz si fuimos abandonados por las personas que más nos deberían querer en el mundo?

Raven consiguió coger las manos de Vladimir entre las suyas el chico no se negó ante el gesto.

—Tu ya perdiste a tu padre, no podía permitir que también perdiera a tu madre y a Víctor, no quiero que recortas el mismo camino que yo recorrí, porque es un camino de mierda —Vladimir notó como las manos de Dreamblack temblaban levemente—. Por eso, aunque nunca me perdones por esto, nunca hubiera cambiado de opinión, en cuanto Cinquedea me dijo lo que pretendía no tardé ni un segundo en aceptar ayudarlo, él prometió que os sacaría vivos de aquí a ti y a tu hermano y dejaría a vuestra madre viva si yo le ayudaba con su plan, y si es necesario cargar con la muerte de medio centenar de seres humanos, lo haré con tal de que tu estés bien.

Las lágrimas no tardaron en salir de los ojos de ambos, Vladimir solo acertó a abrazar a la menor, quien sabía que tenía que separarse y volver junto a Houdini, pero no quería hacerlo, su cabeza le dictaba una cosa muy diferente a su corazón.

Raven se alejó del peliazul y se puso del lado del pelirrojo siendo observada aún con dolor por su novio, pero ella podía soportar aquella mirada si era por su bien. Sol no tardó también en intentar caminar hacia el chico del clan de la montaña, pero una mano atrapó su muñeca antes de que pudiera dar el primer paso.

—No —dictaminó con diligencia Luciel—. No lo harás.

—Debo hacerlo, yo también tengo... Una razón para ello.

—No me vayas a soltar algo como que lo haces para protegerme porque yo se protegerme solo y no necesito que hagas una estupidez como esta.

Sol miró con sorpresa al rubio y no pudo evitar echarse a llorar al ver que el rubio también lo estaba. Dolía más el saber que aquello lo había provocado él que el acto en si.

—No necesito un héroe que se lance al peligro, podemos arreglar lo que sea que pase juntos, como siempre lo hemos hecho.

—Pero esta vez ese es el problema, que no podemos arreglarlo juntos.

—¡¿Por qué no?! ¿Te amenazó también con alguien de tu familia? Si es así aún podemos...

—¡No es eso! —negó a la vez que de un tirón se soltaba del agarre del otro— ¡Yo no soy como Falco o Raven, mi motivo no es tan noble como el de salvar a otra persona, solo quiero salvarme a mi mismo porque soy un egoísta! —gritó casi a pleno pulmón— ¡Soy un egoísta que está dispuesto a matar a todas estas personas para salvarse el pellejo y poder tener por fin la maldita vida que siempre quiso y nunca pudo tener!

—Sol...

—¡Dejame terminar! He vivido toda mi vida recluido en una estrecha habitación de hospital que a cada día, mes y año que pasaba se hacía más y más estrecha, entonces llegaste tu. Visitabas el hospital continuamente para ver a tu padre cuando fue ingresado por un accidente, eras de hecho la única persona de mi edad que pasaba por allí tan regularmente y aunque lamento profundamente las circunstancias ¡Me diste la fuerza para continuar con esa maldita quimio que me chupaba la vida! Me diste esperanzas de salir, de vivir una vida normal cada vez que hablabamos de nuestros planes juntos cuando saliera del hospital, y cuando finalmente me dieron el alta de verdad pensé que por fin podría tener esa vida que siempre había querido, incluso que tanta espera y sufrimiento había merecido la pena si ahora no estaba yo solo y te tenía a ti a mi lado, pero... —Sol apretó los puños y desvió la mirada incapaz de hablar mirando a Slocker directamente— Me estoy muriendo. El cáncer regresó otra vez y esta vez no pueden ayudarme en el hospital, ninguna de las medicinas o terapias ayudan, la quimio del clan del sol ya no sirve, me muero lentamente y no puedo hacer nada para impedirlo, la vida literalmente se me escurre entre los dedos. Lo peor fue enterarme de que en otros clanes como el de la niebla o el cristal donde la medicina está más avanzada disponía de otros métodos que podrían ayudarme, pero que por culpa de esta guerra fría que estábamos teniendo no podría acceder a la única fuente de vida que me quedaba. Era como si caminara por el desierto y un estúpido muro me impidiera acceder al único oasis que hay. Cinquedea me prometió que si lo ayudaba me conseguiría los cuidados que necesitaba y además, y lo que finalmente me empujó a aceptar, nos sacaría a ambos vivos de aquí. Se que soy agonista, y mucho, pero si vender mi alma significa salvar mi vida y la de la persona a la que más quiero, lo voy a hacer.

Tras eso retomó su camino colocándose al otro lado de Houdini y desenvainó la espada que llevaba a su lateral. El pelirrojo también sacó el enorme martillo que llevaba con él y la chica volvió a apuntar al frente con su arma de fuego.

—¿De verdad queréis que esto siga por aquí? —cuestionó Víctor quien estuvo en silencio escuchándolo todo al igual que el resto.

—No podemos hacer otra cosa —dijo Raven—. Esto es lo que pasa cuando los intereses de los seres humanos chocan, siempre existirán guerras mientras existan los humanos.

—Podríamos tratar de arreglarlo de otra forma —habló Arion dando un paso al frente.

—Podría creerte si no fuera por esa mirada para nada amigable —señaló Houdini tras el castaño que al girarse vio como entre Bradford, quien derretía los barrotes de las celdas, y Riccardo, que ignoró el dolor y el sangrado, habían liberado a sus compañeros prisioneros.

—Os vamos a parar aquí por nuestro bien, y luego ya iremos a ayudar para que el resto de vuestro grupo no consiga la bomba —Houdini dio un paso amenazante, pero una voz por el auricular que llevaba puesto para comunicarse con sus compañeros lo detuvo.

—Harrold —era la voz de Saturn—. Tenemos un problema.

𝗟𝗶𝘀𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝗙𝗮𝗹𝗹𝗲𝗰𝗶𝗱𝗼𝘀:

– Zaphod Riker

– Aum Nirvana

– Frank Foreman

– Mars Deimos

– Glacia Vessal

– Wanli Changcheng

– Zack Avalon

– Doug McArthur

– Adé Kébé

– Goldie Lemmon

– Serafina Aura Storm (OC)

– Falco Flashman

– Gabriel García

– Iris Meyer (OC)

– Aitor Cazador

– Colby Columbia

– Langford Ash

𝗖𝗹𝗮𝘀𝗶𝗳𝗶𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻:

• 𝙲𝚕𝚊𝚗 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙻𝚞𝚗𝚊: 45 p

• 𝙲𝚕𝚊𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝙷𝚒𝚎𝚕𝚘: 40 p

• 𝙲𝚕𝚊𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝚃𝚛𝚞𝚎𝚗𝚘: 30 p

• 𝙲𝚕𝚊𝚗 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙼𝚘𝚗𝚝𝚊𝚗̃𝚊: 25 p

• 𝙲𝚕𝚊𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝙲𝚛𝚒𝚜𝚝𝚊𝚕: 10 p

• 𝙲𝚕𝚊𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝙱𝚘𝚜𝚚𝚞𝚎: 10 p

• 𝙲𝚕𝚊𝚗 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝙽𝚒𝚎𝚋𝚕𝚊: 10 p

• 𝙲𝚕𝚊𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝙰𝚐𝚞𝚊: 10 p

• 𝙲𝚕𝚊𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝚂𝚘𝚕: 0 p

• 𝙲𝚕𝚊𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝙵𝚞𝚎𝚐𝚘: -5 p

• 𝙲𝚕𝚊𝚗 𝚍𝚎𝚕 𝚅𝚒𝚎𝚗𝚝𝚘: -15 p

• 𝙲𝚕𝚊𝚗 𝚍𝚎 𝚕𝚊𝚜 𝙱𝚎𝚜𝚝𝚒𝚊𝚜: -20 p

Bueno pues están todos jodidos :')

Hoy hemos tenido rico drama "suave" para ir preparando el cuerpo para el capítulo final de este arco. Hemos descubierto que Rina y Raven tiene su corazoncito ahí escondido, Sol se nos está muriendo y en general todos están en la mierda :^)

Ahora la gran duda ¿Qué ha pasado con el grupo de Saturn? ¿Habrá activado el poderoso JP la bomba? XD lo sabremos en el próximo capítulo. La segunda parte de Midnight War se acerca, demos la bienvenida a Midnight War Colib... Nah es broma.

Nos vemos el lunes que viene en un nuevo capítulo para romper nuestros corazoncitos, porque sí, aunque no lo parezca yo también sufro y más viendo la de muertes importantes y dolorosas que se vienen ;-;

~Ciao

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro