❥︎ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 9: Cʜᴀɴɢᴇ ᴏғ ᴘʟᴀɴ
ᑕᕼᗩᑭTᗴᖇ 09 ;;
•𝐶𝑎𝑚𝑏𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝑝𝑙𝑎𝑛•
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☾︎ᵖᵘᵇˡⁱᶜᵃᵈᵒ: 05/01/2021☽︎
Se dirigió a los aparcamientos de la parte de atrás y estacionó la moto junto a otras muchas. Dulce bajó de la parte de atrás y una vez con los pies en el suelo se quitó el casco blanco extendiéndoselo al dueño del vehículo.
—Gracias por traerme hasta aquí —sonrió.
—No es nada, te llamaron de improvisto y tenía la moto cerca, hubiera estado feo de mi parte no ofrecerme a traerte.
Levantó la parte del asiento y dejó ahí ambos cascos, tanto el de Loamy como el suyo propio. Dulce lo miró atenta como si esa simple acción fuera realmente importante y luego volvió a mirar a los ojos a su compañero.
—Siento haber tenido que interrumpir la cita —formó una sonrisa de culpabilidad.
Bailong negó con la cabeza quitándole importancia y cogió una cadena cerrando la parte del asiento de nuevo.
—No te preocupes, es Travis de quien hablamos, debe ser algo importante, es entendible —se agachó colocando la cadena de forma que uniera la rueda de la moto y el hierro de la parte del aparcamiento de motocicletas.
—Aun así te lo compensare ¿si? —insistió sintiéndose algo culpable por la interrupción— Te invitaré a comer. ¿Pasta por ejemplo?
Bailong sonrió antes de acercarse a la cara de la pelirosada para dejar un beso sobre sus labios.
—Me has convencido ¿Nos vemos este fin de semana? —Dulce asintió.
Ambos se separaron siendo que Dulce entró al CG y Bailong se fue hacia la calle continua donde había un supermercado cerca para hacer unas compras aprovechando ya que estaba allí.
Dentro las cosas parecían estar algo revueltas, las personas iban de un lado a otro llevando papeles y era comprensible, a penas fue hace dos días que sucedió el ataque a los clanes del fuego, el cristal y las bestias. Un ataque a tres bandas que los había puesto a todos de los nervios.
—Vengo a ver a Percival Travis, me llamó para una reunión urgente a las tres en punto —dijo Dulce a la mujer que había en recepción.
—Si, aquí lo tengo apuntado —asintió la mujer quien también parecía estar ocupada con un montón de papeleo— La señorita Loamy ¿verdad? La esperan en la sala de reuniones principal en la tercera planta.
—Sé cual es, gracias —se despidió dirigiéndose al ascensor.
Pulsó el botón y esperó paciente a que subiera desde el sótano, al abrirse se sorprendió al encontrarse con Ibara dentro. La saludó cortésmente antes de entrar al ascensor.
Conocía a Rina del torneo obviamente, pero ellas realmente nunca hablaron demasiado a excepción de las ocasiones donde la alianza de los clanes del bosque y el sol ayudaron al clan del viento durante el Midnight War.
—¿A ti también te han llamado para la reunión? —decidió romper el hielo la peliverde.
—Si, imagino por tanto que a ti también —Rina asintió—. Esto no pinta bien.
—Te lo puedo confirmar, esta reunión no va a ser demasiado bonita.
No pudieron hablar mucho más ya que las puertas se abrieron en la tercera planta y ambas salieron para caminar hasta la sala de reuniones. Fue Dulce quien tocó la puerta un par de veces antes de pasar, ambas se sorprendieron al ver toda la gente que había allí entre los que destacaban los jefes de los clanes y sus segundos al mando.
—Me alegra que hayáis llegado, estábamos a punto de empezar —mencionó Travis—. Tomad asiento por favor.
Dulce se fue para el lado contrario a Rina ya que los asientos libres estaban en lugares diferentes de la mesa. La chica terminó sentada entre Erika, a quien le sorprendió ver allí, y Slocker.
—Han pasado dos días desde que conseguimos evitar el ataque del clan del acero —comenzó Percival al fin a hablar—. Y la verdad es que no tengo muy buenas noticias.
—El mero hecho de que se atrevieran a atacar a tres bandas es una mala noticia —puso Dark las manos unidas sobre la mesa inclinándose al frente.
—No estábamos preparados para un ataque así y nos superaron, a penas pudimos echarlos y a cambio la capital de mi clan está completamente destruida —comentó Axel y Mark asintió confirmando lo que el rubio decía.
—La ciudad está enterrada entre lava y rocas.
—Lo siento por eso Blaze —se disculpó sinceramente Travis—. No esperábamos que se atrevieran a hacer un tercer ataque teniendo a su ejercito ya dividido entre el clan de las bestias y el de la niebla.
—Es culpa mía —intervino Dulce—. Fui yo la que di una información incompleta, lo siento muchísimo.
—No te disculpes, era algo que no se podía evitar, todos ya sabíamos que podía ser una trampa, pero no nos quedaba otra que arriesgarnos —comentó Cometti quitándole importancia—. De hecho es gracias a que ya teníamos a parte de nuestras fuerzas desplegadas y a otra parte alerta que pudimos evitar daños mayores.
—¿Daños mayores? —cuestionó Aquilina— ¿Qué son para ti exactamente daños mayores? Te recuerdo que ahora no solo hemos perdido a Longjohn, también a Hans.
—Lo sé, y ha sido una perdida horrible —lamentó la mujer—, pero al menos no perdimos el territorio y Joseph King está plenamente capacitado para tomar el puesto desde este preciso instante ¿verdad? —miró al castaño que parecía estar algo ausente.
—Claro, eso lo dices porque tu si saliste bien parada...
—¿Disculpa? —Hailey frunció el ceño— Espero que no estés insinuando lo que yo creo, Hans lideró hasta su último aliento a su clan, y yo hubiese hecho lo mismo con el mío, si las cosas hubieran sucedido al revés Hawkin se hubiera hecho cargo de todo.
—Por favor, haya paz —intercedió Stewart Vanguard—. Todos estamos de acuerdo en que en una guerra hay bajas, y las muertes de Silver y Sleight no pudieron ser evitadas, pero debemos ir a mejor, no echarnos las culpas los unos a los otros.
Ambas mujeres dejaron estar el tema devolviéndole la palabra a Travis quien pudo continuar.
—Como Hailey bien ha dicho King pasará a ser el jefe del clan de las bestias, ya hemos mandado a alguien a investigar la opinión de su clan y Austin Hobbes a dicho que actualmente cuenta con el apoyo del alrededor del Ochenta por ciento de su clan, no creo que haya problema con eso.
Fue cuando varios de los presentes miraron al castaño que este al final pareció reaccionar y sin perder la calma y con una tranquilidad envidiable se levantó de su asiento.
—Prometo hacerme cargo del clan de las bestias y seguir luchando por ganar esta guerra junto al resto de clanes respetando la alianza y tregua temporal —dijo pendiente a la reacción de los demás.
Todos parecían satisfechos con lo dicho ya que lo más importante para ellos era saber que aunque el clan cambiara de jefe seguiría formando parte de la coalición. Joe al no tener mucho más que decir simplemente volvió a tomar asiento.
—Eso ya solo nos deja con un flanco abierto —dijo Sonny Raimon mirando a otra de las personas presentes.
Fue entonces que Dulce notó la presencia de Jones en la sala, había entrado tan apresuradamente y con tantos nervios que no lo notó. Además debía admitir que comparado con el resto de jefes, o incluso de segundos, le faltaba presencia, daba la sensación de que incluso alguien tan dulce como Camelia imponía más que él.
Davy no estaba en su terreno, se lo notaba incomodo y puede que ese nerviosismo influyera también en esa falta de presencia, pero había que admitir que Jones era alguien que no se dejaba pisotear con facilidad así que todo era cuestión de que se acostumbrara a ese tipo de situaciones. Al menos si aceptaba el puesto, porque si no tanto el clan del agua como la propia alianza tendrían un problema.
—¿Has tomado ya alguna decisión? —preguntó Axel tratando de no sonar demasiado exigente.
Davy suspiró antes de imitar lo que hizo Joe minutos antes y ponerse en pie, de nuevo esa falta de experiencia se hacía notar, la expectación y solemnidad no fueron las mismas que con King. A pesar de esto Davy simplemente comenzó a hablar aprovechando que por el momento tenía la atención de todos.
—Estoy seguro que no soy el único que se ha dado cuenta de mi falta de... todo, para el puesto. No tengo la rectitud, la soltura, la toma de decisiones o el liderazgo que tenéis los demás, cada uno de los jefes o sucesores tienen cualidades que os hacen aptos para el puesto, aptitudes que no me veo a mi mismo, realmente no puedo imaginarme en algo tan importante como dirigiendo un clan.
—Deberías tener mas confianza en ti mismo —habló Lina—. Si Longjohn te quería para el puesto es porque vio algo en ti.
—Y no lo pongo en duda —se apresuró a aclarar—. Claramente él tenía experiencia en el tema y una visión que llega mucho más allá que la mía propia, pero aún así no me veo capaz —Lina iba a añadir algo más pero Davy se apresuró a hablar antes de ser interrumpido—. Por ello voy a necesitar ayuda.
Eso sorprendió a todos los presentes, todos miraron al peliazul tratando de entender a lo que se refería.
—Eso quiere decir —se atrevió a hablar Nelly— ¿que aceptas el puesto?
Cuando el menor asintió todos suspiraron aliviados e incluso algunos como Mark o Arion sonrieron alegres por la noticia.
—Pero como ya he dicho yo no fui instruido, no tengo ni idea de como se hace esto, y si ya me hubiera costado hacerme a la idea en circunstancias normales ¡Imaginaos en medio de una guerra!
—No te preocupes por eso —habló ahora Mark llevándose el puño al pecho convencido—. Todos vamos a ayudarte con ello.
—Arion a penas lleva siendo enseñado un poco más de tiempo que tú, estoy seguro de que no habrá problema con añadir a alguien más en el programa de aprendizaje —asintió Hillman.
—Solo cambiará que en lugar de un novato, tendremos dos —rió Sonny—. Estoy seguro de que podrás con todo esto, no vas a estar solo.
—Creo que para empezar podrías buscarte un ayudante —mencionó Deanna—. Nosotros tenemos a nuestros sucesores, ellos nos ayudan con la dirección de los clanes, pero como tú no vas a necesitar un sucesor por el momento, un ayudante sería perfecto, a ser posible con algo de experiencia con estos temas.
—Ya había pensado en algo —asintió Davy—. Estos días de pruebas Lin-Ly... Eh, digo Lynx, ya me estuvo ayudando con ciertos temas de papeleo. Creo que con su ayuda y la guía de Hurley Kane, quien ya tiene algo más de experiencia al haber sido la mano derecha de Longjohn, será suficiente.
—Yo lo veo bien ¿los demás? —preguntó Stewart y nadie pareció estar en contra— Pues así será.
Davy asintió satisfecho con el resultado, había conseguido lo que quería, por ello simplemente tomó asiento dejando que el resto de la reunión transcurriera con normalidad.
—Una vez solucionado el tema de los jefes... Me gustaría tocar otro más, uno que incluye un cambio de estrategia —dijo Travis.
—¿Un cambio de estrategia? —cuestionó Dark, el jefe del clan del hielo asintió.
—Está claro que nuestra estrategia defensiva no está funcionando, no solo llevamos dos años de guerra en los que hemos perdido tres clanes y a penas podemos proteger los que quedan, sino que estamos siendo un blanco fácil.
—¿Y que propones? —preguntó Cometti.
—Un cambio de defensa a ataque.
—¿Quieres atacar el clan del acero?
—Algo así —asintió Percival—. Quiero acabar de una vez con esta guerra, cuanto más esperemos más fuertes se harán ellos y más débiles seremos nosotros.
—Ya, pero te olvidas del hecho de la clara superioridad armamentística, estratégica y de número de soldados del clan del acero —mencionó Blaze—, siguen teniendo la ventaja de esos ciento sesenta años de preparación, además mira lo mal que hemos acabado después de la última batalla.
—El líder de escuadrón Subaru Honda falleció, uno de los estrategas principales, Damian Laggerfeld, está gravemente herido y aún se recupera en el hospital, al igual que el general David Samford, ya por no mencionar las perdida materiales y de vidas —se vio decidido a intervenir Slocker—. El clan del acero fue capar de reducir los tanques de los Blade a esto.
En ese momento el rubio sacó del bolsillo de la gabardina que vestía un trozo de metal, de hecho dos, dos cubos aparentemente hechos de trozos de metal cada uno de un tamaño similar al de una mano. Todos miraron sorprendidos esas cosas cuando Luciel las dejó sobre la mesa.
—Eso son los dos tanques, lo único que quedó de ellos tras el ataque del acero, es una suerte que el soldado Smith, el general Kane y los Blade estuvieran de una pieza.
—Además si nos centramos en el ataque y descuidamos nuestra defensa podría pasar algo horrible —aprovechó Erika para dar su opinión—. Ya todos sabéis el ataque que hubo al orfanato del clan de la niebla aprovechando el casos de la batalla.
—La verdad es que si aprovecharan nuestro ataque para venir ellos por la espalda estaríamos jodidos —reconoció Neil.
—Por eso mismo nosotros tenemos que aprovechar nuestros propios puntos fuerted para que eso no pase —insistió Percival.
—¿A qué te refieres? —se vio ahora interesado Hillman.
—Verás, nosotros también contamos con cosas que el clan del acero no tiene y no puede igualar —comentó Travis, Seymour se había quedado muy pensativo con lo dicho.
Un fuerte ruido retumbó por todo el edificio de repente alertándolos a todos. La puerta no tardó en abrirse de golpe dando paso a un alterado Dave Inchy.
—Otra vez no —susurró para si mismo Davy.
—¡El clan del acero está aquí y exige hablar con los jefes de clan!
Corrió por el pasillo hasta llegar a las escaleras que comunicaban la primera planta con la planta baja, Neil les hizo una señal para que pararan mientras él se asomaba para ver cual era la situación allí abajo. Artemisa tragó saliva, la situación era bastante tensa ¿Qué buscaban ahora los del acero llegando allí de aquella forma?
La chica miró por la ventana que había en el hueco de las escaleras y que daba a la parte de atrás del edificio, al menos un grupo de 5 soldados del acero estaban allí atrás, no parecían agresivos, solo esperaban algo.
Cuando Inchy llegó avisando de la inesperada visita la primera reacción fue desconcierto y luego desconfianza. A pesar de que Axel, Mark e incluso Seymour se ofrecieron para bajar a ver que querían, nadie se fiaba totalmente de la intención de aquellas personas. Así fue como se decidió que Neil y Camellia bajarían en compañía de un grupo de soldados para ver que querían ahora.
El grupo de soldados elegido fueron Slocker, Terry, Jade, Cronus y la propia Artemisa, de los pocos soldados presentes en la reunión cada uno por sus propias razones, el resto se quedaron por si acaso para proteger a los jefes si fuera necesario. Por otro lado los soldados que trabajaban como seguridad en el CG estarían apostados en diversos puntos estratégicos listos para intervenir si era necesario. El propio Dave los seguía pues el pelimorado era el único que sabía donde estaban esperando los del acero.
—¿Y dices que tienen un rehén? —preguntó Neil al no conseguir ver demasiado desde su posición.
—Si, la recepcionista, la tomaron para asegurarse de que alguien bajaba a atenderlos.
—¿Puedes revisar la seguridad una vez más? —pidió Camellia— Sé que estoy siendo algo pesada con ello, pero me extraña que hayan llegado sin un plan.
Inchy asintió y abrió el maletín metálico que traía en la mano dejando ver como dentro había un mini ordenador. Artemisa juraba que era similar al que vio usar en algunas ocasiones a Eugene sobre todo en las misiones de vigilancia y reconocimiento.
Tecleó muy rápido y cliqueó aún más, en menos de tres minutos ya parecía haber terminado para sorpresa de la mayoría.
—Las cámaras funcionan a la perfección y los que se han quedado en la sala de reuniones están viendo lo que pasa a través de ellas. Por otro lado todas las alarmas a excepción de las exteriores y las del hall de entrada funcionan, las otras habrán sido desactivadas por ellos para poder entrar.
—¿Y nuestros soldados? —preguntó esta vez Neil.
—Gracias a los chips de rastreo que les fueron implantados puedo asegurar que todos están en sus posiciones y en plena forma —finalizó cerrando el maletín.
Neil asintió y tras inspirar y soltar el aire con lentitud para calma sus nervios su mirada se volvió más decidida.
—No hay mas remedio, vayamos a ver qué quieren —Turner iba a dar un paso al frente cuando la mano de Jade agarrando su brazo y lo frenó.
—Iremos, pero lo haremos siguiendo el protocolo de seguridad —indicó seria no dejando lugar a dudas o quejas—. Camellia, Dave y tu iréis en el centro siendo protegidos por los demás.
—Y nada de quejas —añadió Cronus yendo al frente junto a Jade—. Recuerdo que los superiores nos ven por las cámaras y no quiero meterme en un lío después.
Neil no tuvo más remedio que suspirar y ceder a las demandas de los menores, a veces le sorprendía como aquellos que aún eran niños hasta hace nada habían madurado tanto en tan poco tiempo. Definitivamente aquel torneo cambiaba a la gente, y la guerra que vino después ya solo vino a rematar.
Jade y Cronus encabezaron en grupo, detrás iban los dos adultos y Dave, a derecha iba Artemisa y a izquierda Slocker. Para terminar detrás, vigilando la retaguardia y cerrando el grupo, caminaba Terry. Todos llevaban armas de fuego a pesar de que personas como Jade y Terry eran mas hábiles con armas blancas en un cuerpo a cuerpo, pero nadie quería arriesgarse a acercarse de más a aquel grupo intruso.
Al llegar al hall de entrada había un grupo de soldados pegados a la pared tanto de la derecha como de la izquierda, unos 4 en cada lado y por las puertas de cristal se podía ver a un grupo de al menos otros 10 soldados esperando, habían llegado de repente pero no sin la seguridad necesaria, eran cuidadosos con lo que hacían aunque no lo pareciera.
En el centro del hall había un grupo mas reducido de 5 soldados, se notaba a simple vista que no eran como el resto, tenían un aura diferente, seguramente eran de mayor rango que los demás. En seguida cuando el grupo estuvo completamente en la entrada, los 5 menores que formaban en circulo apuntado a los diferentes soldados para asegurarse de que ninguno hiciera ningún movimiento fuera de lo normal.
—Oh, vamos ¿no creéis que tanta seguridad es innecesaria? —habló la única mujer del grupo de cinco frente a ellos.
—Es irónico que eso lo digáis vosotros, vuestros soldados de la entrada y la parte de atrás me indica que vosotros también estáis preparados —habló Camellia en primer lugar.
Artemisa se sorprendió, no solo por el hecho de que la mujer también hubiera notado a los soldados de atrás, sino por el cambio en su voz y forma de actuar. Camellia Travis solía ser amable y alegre la mayor parte del tiempo, siempre te hablaba de forma dulce y era comprensiva, si ella podía hacer algo para ayudarte lo haría sin dudar. Pero ahora su tono había sido frío, serio y cortante, y su postura corporal indicaba rectitud y confianza en si misma, no se mostraba ni un poco nerviosa.
La mujer del otro grupo, que debería rondar la edad de Cammy, también parecía sorprendida ante las palabras y la postura de la chica, pero en seguida sonrió con autosuficiencia.
—La hija de Percival Travis, es todo un honor conocerte en persona —luego giró la mirada a Neil sin quitar su sonrisa—. Y Neil Turner, el favorito de Deanna Tam ¿te sientes afortunado al saber que seras jefe del clan del cristal en algún momento? Bueno, eso hasta que nuestro clan se hizo con vuestro clan.
Aunque parecían presentaciones y preguntas sin sentido, solo con eso había querido dejar en claro que sabía quienes eran, de dónde eran y por tanto cuales eran sus dones y habilidades. Había querido decir de forma cínica que no hicieran nada innecesario ellos tampoco o lo lamentarían.
—Vaya, me siento alagado de que sepas quien soy, me gustaría que te presentaras tu también para estar en igualdad de condiciones ¿no te parece? —el tono de Neil parecía calmado y a la vez agresivo, era algo extraño.
—Por supuesto, donde he dejado mis modales —la mujer negó como si realmente hubiera sido tan solo un descuido—. Soy Isabelle Trick, aunque no nos habíamos visto aún en persona estoy segura de que me reconoceréis—Isabelle formó una amplia sonrisa que puso el vello de punto a todos los demás— ¡Atención todo el mundo, Hans Sleight del clan de las bestias ha caído, muerte a manos del clan del acero!
Eso hizo que el corazón de Artemisa casi dejara de latir y por la cara de todos los demás, incluso de los dos adultos, intuía que les había pasado lo mismo. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que escuchó esa voz pero a la vez la recordaba tan nitidamente que le daban escalofríos
Esa voz que había hecho de las muertes de sus compañeros un espectáculo, aquella voz que anunciaba los puntos ganados con sangre cada noche, aquella voz que los advertía de la presencia de un Jeager normalmente cuando ya era tarde. Ya solo escuchaba esa voz en sus pesadillas, y esperó no tener que escucharla nunca más en persona, pero ahí estaba frente a ella.
—En fin, me alegro de conocer personalmente a aquellas personas que me hicieron pasar un buen rato durante los torneos —soltó una pequeña risa.
Neil apretó los puños al rededor de su propia arma y tensó la mandíbula, como si Isabelle supiera lo que estaba pensando hizo adelantarse a uno de sus compañeros quien mantenía una pistola apuntando a la cabeza de la recepcionista capturada.
—Yo que tu no haría nada heroico, o será lo último que ella vea —dijo pasando con suavidad su mano por el mentón de la mujer—. A Remington a veces se le va el dedo demasiado fácilmente al gatillo, deberíais de ser cuidadosos —recalcó refiriéndose al compañero que mantenía atrapada a la asustada mujer.
—¿Qué queréis? ¿A qué habéis venido aquí? —pidió explicaciones Neil.
—Bueno, es verdad que nos podríamos haber ahorrado la visita hasta aquí, pero nos gusta hacer las cosas a lo grande —Isabelle dejó paso a otro de los chicos que la acompañaban, este les dio mala espina a todos por el gran parecido con el villano principal de todo aquello.
—¿Qué tal vuestro compañero? Es un milagro que quedara vivo después de ser atravesado por una lanza —habló el chico.
—Tú... Tú eres el cabrón que dejó así a Damian —habló Artemisa.
—Quentin Cinquedea, una lastima que yo no esté tan feliz como Trick de veros —reconoció—. Sé que los cobardes de vuestros líderes nos están viendo por las cámaras así que seré rápido y conciso.
—¿Cómo...? —Cronus habló muy bajo, y ni siquiera completó su pregunta, pero la mayor de pelo azul lo escuchó a la perfección.
—Hemos dejado las cámaras de seguridad activas a propósito, sabíamos lo que pensabais hacer y nos venía bien.
—No sois los únicos que tenéis cerebritos de la informática, si hubiésemos querido hubiéramos dejado este lugar desprotegido totalmente —mencionó Remington y Dave llevó su maletín hacia su pecho frunciendo el ceño sabiendo que eso era una indirecta para él—. La gente como tu me molesta.
—Rex —le llamó Quentin la atención para poder continuar hablando—. Aquí y ahora, en nombre del clan del acero y de mi propio padre, Gyan Cinquedea, declaro que esta guerra esta por terminar.
Todos miraron al pelirrosa con desconfianza y sin saber por donde iba a salir, aunque rápidamente la sonrisa que formó les indicó que no iba a decir nada bueno, no al menos para ellos.
—Está por terminar, porque el clan del acero se hará con los nueve clanes faltantes en una semana. Los ataques a los clanes de las bestias, la niebla y el fuego solo eran una prueba, una prueba necesaria para comprobar cierta cosa, y la verdad es que los resultados fueron ciertamente decepcionantes, resulta que vuestros clanes son más débiles de lo que pensábamos, no estáis a la altura y todos moriréis por vuestra propia ineptitud.
Aquellas afirmaciones fueron la gota que colmó el vaso. Neil lanzó al aire, sobre su cabeza, una bola de cristal del tamaño de su mano, Slocker apuntó a ella lanzando un rayo de luz que usando la bola como amplificador los cegó a todos, pero los del grupo de Neil se colocaron unas gafas negras para evitar la ceguera temporal y esto fue aprovechado por Jade y Cronus para acercarse a la recepcionista.
Fourseason trató de golpear a Remington, pero este simplemente esquivó el golpe retrocediendo y soltando a la mujer que fue cogida por Jade para alejarla de allí. Una vez la intensa luz se acabó Terry y Artemisa apuntaron con sus armar al grupo de Quentin y dispararon a bocajarro. Pero ellos simplemente crearon unos escudos para bloquear las balas.
—Como decía, sois decepcionantes —Artemisa, sorprendida, giró para mirar a su derecha ya que la voz sonó casi al lado de su oído.
Quentin se había movido hasta allí increiblemente rápido, ni siquiera lo vieron moverse, y cuando Carmina trató de apuntarle este agarró el cañón del arma retorciéndolo como si solo fuera plastilina.
—Ya nos veremos —dijo con una amplia sonrisa.
Lo siguiente pasó de forma tan rápida que incluso fue confuso, fue una explosión en el hall que hizo retumbar todo el edificio y Artemisa salió despedida chocando contra uno de los mostradores del fondo y cayendo al suelo detrás de este. Todo se había llenado de humo y sus oídos pitaban acompañados del dolor de su cuerpo por el impacto.
Tosió ya que su garganta estaba irritada por todo el humo, apoyándose en el mismo mostrador con el que chocó logró levantarse pero este mismo humo le impedía ver mas allá de su propia nariz. Trató de llamar a los demás para ver si estaban bien pero al momento de hablar su garganta se cerró y volvió a toser con fuerza.
Detrás de ella había una ventana por lo que decidió abrirla para respirar un poco de aire fresco y de paso ventilar un poco a ver si conseguía ver algo. Al asomarse notó que los soldados del acero colocados en la parte de atrás que vio desde las escaleras ya no estaban, habían usado la explosión como distracción para huir ¿realmente habían ido hasta allí tan solo para hacerles una declaración de guerra? O bueno, más bien declarar su victoria en esta.
—¡Chicos! —escuchó una voz que llegaba desde las mismas escaleras por las que ellos bajaron anteriormente— ¡ Chicos ¿Estáis bien?! —reconocía la voz, era Arion.
—¡Estoy aquí! —dijo una vez respiró aire fresco.
El castaño no tardó en llegar corriendo hasta ella, se veía muy nervioso y preocupado, seguramente ahí arriba también pilló por sorpresa esa explosión.
—¿Te encuentras bien? ¿Estás herida?
—Estoy bien, al menos eso creo —admitió soltándose de filo de la ventana donde se estuvo apoyando—. Me duele un poco el cuerpo por el impacto, pero no creo tener nada roto, solo unos raspones.
El humo se había ido disipando poco a poco y ahora ya se podía ver mejor como había quedado la entrada, todo estaba teñido de negro y gris, las paredes, suelo y algunos muebles estaban algo royos o quemados y ya no había rastro de los soldados del acero.
Davy, Joseph, Rina, Dulce, Erika y Archer también estaban ayudando al resto a ponerse en pie. Algunos soldados más no tardaron en llegar acompañando a algunos jefes como Percival, Seymour, Sonny y Deanna, Travis fue directo hacia su hija para comprobar si se encontraba bien, esta era ayudada por Rina a ponerse en pie y parecía estar bastante bien.
Aquella inesperada visita había sido mucho mas desastrosa de lo que habían esperado. Al parecer necesitaban ese cambio de estrategia mucho más e lo que parecía.
Pues aquí acaba el que será el último capítulo medianamente tranquilo de Midnight War.
A partir de aquí se nos viene la guerra fuerte y mucha muerte y destrucción, recordad rezar por vuestros personajes favoritos porque aviso desde ya que aquí muere hasta el narrador, nunca mejor dicho XD
Nos vemos el jueves por aquí de nuevo y como ya he avisado en mi tablón, de forma especial, nos vemos el domingo también 7u7r
En un rato publicaré también la presentación de OC's de LHNM.
~Nova/Dreamer ♥
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