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❥︎ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 20: Eɴᴅ ᴏғ ᴛʜᴇ ʟɪᴇ

ᑕᕼᗩᑭTᗴᖇ 20 ;;

•𝐹𝑖𝑛𝑎𝑙 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎•

✔︎—————;;*;;—————✔︎

☾︎ᵖᵘᵇˡⁱᶜᵃᵈᵒ: 01/03/2021☽︎

Sentía algo, como un leve movimiento. Poco a poco el movimiento fue haciéndose más notorio al punto de que fue recuperando lentamente la consciencia. Logró abrir un poco los ojos parpadeando varias veces para acostumbrarse a la escasa luz que quedaba.

La luz naranja del atardecer le indicaba que en efecto ya estaba anocheciendo y al mirar a su alrededor vio que estaba tumbada en la parte de carga de una pequeña camioneta. Trataba de recordar como había llegado hasta allí, pero un agudo dolor en su sien la hizo soltar un quejido que captó la atención de la persona que viajaba a su lado.

—Artemisa —la llamó con suavidad para no molestarla— ¿Estás bien? ¿Cómo te encuentras?

La fémina miró en la dirección de la que venía la voz y fijando su vista aún algo borrosa por fin pudo identificar quién era.

—Preston...

—Te diste un buen golpe ahí fuera, pero no te preocupes ya está todo bajo control —decía tratando de mantenerla tranquila.

Artemisa seguía bastante perdida. Con ayuda del más bajo se reincorporó quedando sentada y apoyando su espalda en la parte donde estaba la cabina del conductor. Se podía ver quien había dentro gracias a que había una ventana en el lugar para poder comunicarse con el piloto.

Miró un poco al rededor tratando de ubicarse por el paisaje. Definitivamente ya no estaban en el clan del bosque, pero no sabía precisar hacia donde se dirigían.

Giró un poco más la cabeza pudiendo ver a una tercera persona allí, se sorprendió mucho al ver a uno de los 14 del acero atado e inconsciente. Era concretamente Dracon Yale, y gracias a ver a aquel chico allí por fin recordó lo que había pasado antes.

Recordó como ella y Preston acompañaron a Inchy al árbol sagrado del clan del bosque, como Rex Remington y Dracon Yale llegaron a atacarlos y como mataron a Dave. Sabía que habían sido momentos muy tensos en donde pensó que realmente ella y Preston iban a morir, pero entonces llegaron Ibara y Laurel como apoyo.

Después comenzaron a luchar y... todo negro. Seguramente perdió la consciencia por algún golpe como había dicho Princeton, pero si ellos dos ahora estaban vivos en aquella camioneta y Yale estaba atado significaba que todo había salido bien.

—¿Qué ha pasado mientras estaba inconsciente? —preguntó Artemisa.

—Vencimos a Remington y Yale —afirmó para su tranquilidad—. Ibara y yo nos deshicimos de Rex y a Dracon lo llevamos como rehén.

Artemisa asintió y se giró para mirar por la ventana que daba a los asientos de piloto y copiloto. Dentro pudo ver a la otra chica conduciendo, pero no encontraba al chico por ningún lado. Había dos posibilidades para su ausencia, una que simplemente se quedara a ayudar en el clan del bosque al resto del equipo de infiltración y otra que no quería ni pensar.

Para deshacerse de cualquier tipo de duda optó por preguntarle directamente a Preston:

—¿Y Bay?

El chico no contestó, simplemente agachó la mirada y negó con la cabeza. Artemisa suspiró echándose el flequillo hacia atrás con la mano, a pesar de que había estado "durmiendo" todo aquel rato y por ende descansando, su frente estaba repleta de sudor frío.

—Lo siento, si hubiera sido más precavida y no me hubiera quedado fuera de combate a la primera de cambio quizás podría haber ayudado —comenzó a decir la pelivioleta—. Y así tal vez Bay ahora...

—Es mejor no pensar en eso —la interrumpió Preston—. Las cosas suceden y una vez en el pasado ya no se pueden cambiar. La situación se desarrolló así y no podemos hacer nada ya.

—Lo sé pero aun así... —Artemisa suspiró—. ¿Está bien Rina? Ha debido de ser un duro golpe para ella.

—Está bien dentro de lo que cabe —asintió—. No hay tiempo para lamentar perdidas ahora, así que la tristeza y la ira deben esperar.

Artemisa asintió y permaneció un rato en silencio simplemente disfrutando de aquella tranquilidad que no tenían desde hacía un buen tiempo. La brisa fresca la ayudó a terminar de despejarse y poder comprender mejor la situación.

Gracias a ese momento de reflexión docenas de preguntas más llegaron a su mente.

—¿Qué ha pasado con el grupo de infiltración? ¿Y con el plan de captura de Cinquedea?

Preston la miró y sonrió, cosa que la tranquilizó y alejó los peores pensamientos de su mente.

—Todo ha ido bien, hemos acabado con todos los soldados de la élite del acero que había y el resto del grupo se ha quedado en el cuartel principal del clan del bosque para reorganizar el sitio —explicó en un tono calmado—. En cuanto a Cinquedea ya no hay tan buenas noticias. Cayó por la ventana de su despacho, pero cuando Joseph King fue a por él ya no estaba, se debió de escapar.

Artemisa apretó los puños. Aunque aquel tipo ya no tuviera los clanes o sus soldados de élite seguía siendo una amenaza que debían erradicar.

—¿Y nosotros a dónde vamos?

—Llevaremos a Yale al clan del hielo para que lo encierren. En la primera linea de ataque ya casi han ganado también, pero como sigue siendo peligroso atravesar por el campo de batalla estamos dando un pequeño rodeo.

Artemisa no preguntó nada más a pesar de tener algunas otras preguntas en mente. No eran tan importantes en ese momento y tampoco quería agobiar a Preston. Además ella tampoco estaba en su mejor estado mental como para comprender al 100% todo lo que estaba y había pasado.

El vehículo continuó su camino sin detenerse y el movimiento se hizo más brusco cuando entraron en un camino de tierra que atravesaba el bosque. Era un camino estrecho y no demasiado recto, pero al menos por allí pasarían desapercibidos y no tendrían que preocuparse tanto por un posible ataque sorpresa.

El cristal que los separaba de Rina bajó y ambos miraron a la conductora que seguía manteniendo sus ojos en el camino.

—Esta es la zona más cercana al campo de batalla, mantened los ojos bien abiertos por si algún soldado que se haya alejado nos viera y atacara —pidió la peliverde.

Tanto Princeton como Carmina asintieron sin dudar y el chico cogió su escudo manteniéndose en guardia. Este estaba ya algo abollado por peleas anteriores, probablemente sufrió muchos daños en la pelea contra Rex y Dracon. Artemisa buscó también entre la cosas que llevaban allí atrás su arco y flechas. No quería volver a ser un lastre y protegería aquella camioneta al igual que Preston.

Un ruido fuerte se escuchó en el bosque. Artemisa y Preston se pusieron en pie y miraron al frente de la camioneta. Vieron múltiples raíces y ramas elevarse varios metros de altura a unos 200 o 300 metros de donde ellos estaban.

—Rina —la llamó Preston.

—Si, si, ya sé —contestó sin necesidad de que Preston dijera algo más—. Iremos a ver que ha pasado, de todas formas desde nuestra posición es imposible esquivar esa zona si queremos seguir hacia delante.

La ventanilla volvió a subirse y la camioneta aumentó un poco la velocidad. No tardaron mucho en tener que frenar pues aquellas ramas y raíces impedían por completo el paso. Artemisa y Preston bajaron de la parte de carga de un salto y Rina salió del asiento del piloto mirando aquel enorme caos.

—Tiene que ser obra de alguien de mi clan —dijo la más alta—. Por la magnitud del ataque debe ser alguien de un muy alto rango.

—Si es alguien de alto rango no debería de tener problemas contra quien sea que esté luchando ¿no? —mencionó Artemisa.

Rina no contestó al instante, se pensó primero un poco la respuesta.

—No lo sé. Pero si ha usado un ataque de esta escala incluso a pesar de ser alguien fuerte es que su rival lo es también.

—¿Uno de los catorce del acero? —preguntó Preston.

—Puede ser —asintió—. O también...

La chica no terminó su frase. Se giró y caminó firme hasta la parte de atrás de la camioneta creando algunas enredaderas que amarraron a Yale al vehículo para que en caso de que despertara no pudiera huir.

—Tengo un mal presentimiento así que será mejor que vayamos a echar un vistazo —dijo la peliverde a lo que sus compañeros asintieron.

Los tres corrieron hacia el punto cero de aquel enorme ataque. Tuvieron que saltar y rodear aquellas enorme raíces hasta por fin llegar a donde ellos querían. Se quedaron ocultos detrás de algunos árboles para no ser vistos por aquellos que peleaban allí y como Rina pensó su mal presentimiento estaba en lo correcto.

Pudieron ver a Jude Sharp, seguramente el responsable de ese último ataque, junto a Caleb Stonewall del clan de la luna. El problema no era la presencia de esos dos en un lugar tan apartado, sino las personas contra las que se enfrentaban. Los dos miembros de la familia Cinquedea, Gyan y Quentin, estaban allí también y parecían arreglárselas bastante bien contra Jude y Caleb.

Por muchos ataques que lanzaban sus dos aliados y muy certeros que fueran no conseguían darles a los del clan del acero. O más bien no conseguían acertarles un golpe letal pues ambos lados tenían ya varias heridas e incluso Jude parecía cojear quizás por algún golpe anterior recibido.

—Deberíamos ayudarles —dijo Artemisa.

—Espera —la detuvo Preston—. Tu intención es buena, pero mira.

El chico señaló una parte algo mas alejada, cerca de la puerta destruida de la base en el interior del barranco. Artemisa se llevó las manos a la cara sorprendida a ver a Laggerfeld atravesado por una gran cantidad de estacas de acero.

—Damian no era precisamente un soldado débil, pero aun así mira el resultado —habló esta vez Rina—. No podemos lanzarnos a lo loco o podríamos terminal como él, es con Cinquedea con quien tratamos nada mas y nada menos.

—Ya, pero no podemos hacer como si no hubiéramos visto nada y dejarles todo el trabajo a Caleb y Jude —se negó Carmina—. Algo habrá que podamos hacer para ayudarlos aunque sea sin meternos directamente en la pelea.

Los tres quedaron en silencio por unos minutos mirando atentamente la pelea. Lo primero era observar y analizar la situación de manera que si al final podían hacer algo no molestaran la propia estrategia de sus dos superiores.

Jude y Caleb parecían centrarse en defender cada uno de los ataques de uno de los enemigos. Jude, quien tenía la mejor defensa a larga distancia se centraba en defenderlos de los ataques de Gyan, más potentes y rápidos que los de su hijo. Mientras que Caleb por otro lado al tener una mejor defensa en corta distancia se centraba en bloquear los ataques de Quentin.

En cuestión de ataque, aunque se defendieran de ambos Cinquedea, solo atacaban a Gyan. Aunque Quentin también era bastante fuerte y les daba muchos problemas en el combate, sabían que la mayor amenaza era el padre. Él era quien dirigía la defensa y el ataque, además de ser quien creaba las estrategia. Si la torre de control caía el subordinado no tardaría en hacerlo también.

—Tengo una idea —habló finalmente Rina—. No es la mejor del mundo, pero es el único plan que se me ocurre así de repente.

Preston y Artemisa se miraron entre ellos como si meditaran por un corto lapsus de tiempo si se arriesgarían o no. El caso era que la decisión era obvia para ellos.

—Cuéntanoslo —pidieron los dos al mismo tiempo.

—Jude este plan no está funcionando —le dijo Caleb a su compañero.

Jude bloqueó un nuevo ataque en masa de Cinquedea, el padre, antes de reunirse con Caleb pegando su espalda a la de él para defenderse de los dos tipos que los atacaban desde una dirección diferente.

—Es lo único que tenemos por ahora —admitió el de gafas—. Debemos esperar a que caiga la noche. Eso aumentará la potencia y utilidad de tu don de sombras.

—Lo sé, pero debes tener en cuenta que la noche también disminuirá la eficacia de tu don. Después de todo las planta reciben su energía de maldito sol.

—Es un riesgo, lo sé. Pero es la única baza que tenemos contra ellos.

Una explosión se produjo a unos metros de ellos. Se pudo ver una bola de fuego salir del bosque, lo que llamó la atención de los cuatro soldados.

Durante ese momento de despiste una llamarada salió desde el interior del bosque directa hacia los dos Cinquedea que tuvieron que separarse quedando Gyan en el lado de Caleb y Jude, y Quentin en el otro lado completamente solo.

Gyan intentó bordear las llamas para reunirse con su hijo, pero las llamas crecieron y fue entonces que Artemisa salió desde detrás de Jude y Caleb lanzando una una flecha envuelta en llamas hacia el enemigo.

—¡Ocupaos de él ahora! —gritó la pelivioleta.

Los dos adultos no preguntaron, simplemente obedecieron y se lanzaron a por Cinquedea ahora que ya no debían preocuparse de defenderse de Quentin. Artemisa también ayudó desde lejos como pudo con sus flechas.

En el otro lado Preston y Rina habían ido a hacerse cargo de Quentin. Rina creó cientos de enredaderas para distraer a Quentin que se defendía cortándolas, además Preston fue a tratar de asestarle algunos golpes en el cuerpo a cuerpo.

Mientras tanto Rina cubrió toda la zona de raíces y ramas que salían directamente del suelo para hacer la función de una toma de tierra. Una vez todo estuvo listo le dio el aviso a Preston que asintió y lanzó su escudo hacia arriba. Disparó una descarga hacia este que al ser de metal funcionó como un amplificador e hizo más fuerte la electricidad. Esta golpeó de lleno a Quentin pero no fue mas allá gracias a la barricada de raíces que Ibara creó así no la dañó a ella o al resto de sus compañeros que luchaban unos metros más atrás.

Era una estrategia similar a la que usaron contra Remington y Yale, pero era la mejor opción que tenía contra un fuerte soldado del acero que ahora se veía ya algo agotado por la lucha. Tras unos segundos recibiendo la descarga Preston paró y Quentin cayó a plomo al suelo, no estaba muerto, pero tras recibir ese ataque quedaría fuera de combate por algunos días.

Rina cogió su lanza y se acercó al menor con la intención de darle el golpe de gracia, pero Preston la frenó para su sorpresa.

—¡Espera! Antes noté que no atacaban a Quentin o los ataques que le enviaban no eran para matarlo, sino par dejarlo herido.

—¿Y qué pasa con eso?

—Es muy probable que Sharp y Stonewall quisieran mantenerlo vivo para algo —se explicó el más bajo—. No sé cuál es el plan, pero teniendo en cuenta que tratan de matar a Cinquedea es probable que quieran a su hijo, su sucesor para usarlo de alguna forma para finalizar de una vez y para siempre con la guerra.

Rina pareció comprender y volvió a colocarse la lanza a la espalda, lo único que hizo fue que al igual que con Yale lo ató usando las enredaderas. Aunque según Preston no despertaría en días no se arriesgaría a que se escapara.

Los dos rodearon el muro de fuego que había creado Artemisa, y que iba perdiendo potencia con el paso del tiempo, para ver que tal iba la lucha del otro lado. Cuando pudieron ver lo que pasaba se sintieron eufóricos al ver que Caleb y Jude habían logrado acorralar a Cinquedea. Corrieron para reunirse con Artemisa que mantenía su arco apuntando a Gyan por si trataba de escapar.

El de pelo rosa vio a los dos menores unirse al grupo, supo entonces que su inútil hijo había vuelto a fallar en una misión. La ira lo poseyó y alzó la mano logrando que los demás se pusieran a la defensiva por cualquier ataque que pudiera llegar.

De la piel de Gyan se separaron unas diminutas bolitas de acero liquido que flotaron en el aire y comenzaron a crecer y tomar forma, todos esperaron un nuevo ataque de esas molestas agujas a las que se habían estado enfrentando todo el día. Pero el resultado fue mucho peor. Aquel acero liquido siguió creciendo y tomó la forma de diferentes armas desde hachas, hasta lanzas, flechas y cuchillos, cualquier arma blanca que existiera estaba ahí.

Caleb viéndose venir lo que pasaría a continuación quiso usar sus sombras para crear un muro que los protegiera. Pero las armas se extendían por decenas de metros y con el sol que todavía iluminaba el lugar no tendría la oscuridad suficiente para crear una protección así de grande.

—¡Ibara, el sol! —gritó Jude a su compañera del clan del bosque.

Jude utilizó las fuerzas que le quedaban para hacer crecer raíces que taparan el horizonte por donde se ocultaba ya el sol. Las extendió lo suficiente para crear una especie de pared que le diera a Stonewall más oscuridad con la que poder trabajar. Rina apoyó a su superior con su propia energía restante tras el ataque a Quentin, Caleb sonrió satisfecho.

Gyan lanzó al fin su ataque y Caleb levantó el muro, sintió las armas impactar en él pero trató de aguantar todo lo que pudo. Sabía que si el muro se rompía estaban acabados. Rina y Jude trataron de apoyar al castaño con algunas platas haciendo de contramuros pero la verdad es que no eran el mejor apoyo debido a la escasa energía que a ambos les quedaba.

La última de las armas se incrustó en el muro justo en el mismo momento en el que Caleb no pudo seguir sosteniendo las sombras haciendo así que el muro desapareciera. Al ver esto Gyan quiso volver a atacar mas no esperó que detrás de Caleb se hubieran quedado Artemisa y Preston que lanzaron un ataque conjunto. Las llamas de Carmina se fusionaron con las rayos que Princeton lanzó golpeando de lleno a Cinquedea.

Jude le arrebató la lanza de la espalda a Rina y se lanzó hacia él sin perder un segundo antes de que tuviera tiempo de recomponerse. Gyan trató de esquivar al de gafas, pero las sombras de Caleb le habían atrapado una de sus piernas y las raíces que Rina creaba la otra.

Fue inevitable que aquella lanza atravesara finalmente su cuerpo. La lanza de la esperanza logró atravesar la desesperación que la asolaba.

Dos semanas después

El tiempo pasó inevitablemente y la situación en Kúvii fue mejorando respecto a los dos últimos años. La guerra había finalizado tras la muerte de Gyan Cinquedea y la captura de su hijo Quentin, además de que la mayoría de la élite del acero formada por sus catorce soldados más fuertes estaban muertos, y los tres o cuatro supervivientes capturados y encerrados en las mazmorras subterráneas del clan del hielo.

La mayoría de supervivientes del clan del acero no tardaron en rendirse tras la clara derrota mientras que los pocos grupos rebeldes fueron apagados en las dos siguientes semanas. Tras esto todos los jefes de clanes, se reunieron para ver que harían a continuación decidiendo entre el exterminio total del clan del acero por sus crímenes de guerra o el intentar darles una oportunidad para que se redimieran.

Fue una votación muy ajustada puesto que todos los clanes habían sufrido mucho en esos 162 años de guerra ya fuera directa como la guerra de los 100 años y esos dos últimos años, o una guerra fría como los 60 en los que se celebró el Midnight War. Para suerte de los miembros del clan del acero la idea de exterminar todo un clan seguía sonando demasiado cruel. Por ello la mayoría optó por proponerles una rendición y controlar que la situación con el decimotercer clan mejorará con el tiempo.

Claro que fue una decisión tomada solo por dos votos de diferencia 5 votos a favor del exterminio y 7 a favor de darle una oportunidad de cambiar. Siendo que los cinco votos fueron dados por los clanes del bosque, el agua, el cristal, el hielo y el fuego, los clanes que más sufrieron sobre todo durante los dos últimos años. El voto del propio Jones sorprendió a muchos, a Sherwind el primero, aunque era lógico pues él no vivió solo la guerra, sino el Midnight War en su propia carne.

Al final el hecho de salvar la vida de alguien tan rastrero como Quentin no fue solo un capricho de Jude Sharp, sino que lo hizo precisamente para poder llevar a cabo esa rendición y penitencia. El clan del acero no se dejaría liderar por cualquiera, pero si era su propio jefe, o hijo de este, quien lo decía lo seguirían sin dudar. Quentin al verse sin más salidas tan solo entre esa opción o la muerte aceptó seguir el plan creado por los otros 12 jefes.

Se redactó un tratado de paz en el clan del hielo que fue base principal de La Resistencia por los dos últimos años. En este se hablaban puntos como una disculpa pública por parte de Quentin ante todos los clanes, el desmantelamiento del 50% del ejercito del clan del acero y por supuesto la prohibición de ocupar cualquiera de los otros 12 clanes entre muchas otras cosas. Mientras cumplieran todo esto el resto de clanes tenían la obligación de tratarlos como iguales y dejar de lado las diferencias para tratar de crear por fin un continente unido.

Se le otorgó de este modo al clan del acero su propio territorio, una zona conocida como los páramos, aquella a la que vulgarmente se le dacia la zona muerta pues solo había cuevas, grutas y zonas montañosa en las que no crecían demasiadas plantas o había muchos animales. Esto no le importó demasiado a los del acero ya que ellos preferían crear sus hogares escondidos dentro de sistemas de cuevas como hicieron en la isla del torneo. Además era una zona muy rica en minería que podían explotar para hacer de su clan un lugar prospero y rico.

Esta zona a pesar de que anteriormente pertenecía una mitad al clan del sol y otra al clan de las bestias, no hubo ningún problema para cederla. Después de todo no aportaba ningún tipo de beneficio a ninguno de los dos clanes al no tener la tecnología y herramientas necesarias para la extracción de los mejores minerales por la dureza de las roca y la profundidad.

El día de la firma del tratado ya había llegado y con esto también se entregaría de vuelta al clan del acero a los rehenes conseguidos de la élite de su ejercito: Isabelle Trick, Dracon Yale, Bobby Shearer y Buddy Fury. Los soldados que vigilaban las mazmorras estaban muy alerta a cualquier señal de peligro, pues era un día demasiado importante como para que hubiera alguna clase de error.

Por las escaleras que bajaban hasta las mazmorras se escuchaban unos pasos, los soldados que vigilaban estuvieron atentos y en cuanto vieron a Davy Jones llegar se relajaron. Había tan solo dos soldados en ese momento allí abajo, la mayoría estaban en el exterior vigilando la zona donde se llevaría a cabo la firma del tratado.

—Salid un momento, tengo que hablar con uno de los prisioneros —ordenó el jefe del clan del agua.

Los dos guardias se miraron y luego miraron a Jones, no tenía cara de estar bromeando precisamente.

—Lo siento señor, pero tenemos ordenes de Travis de no dejar nuestro puesto —contestó uno de ellos.

—Sleight, Tundra, ¿vais a desobedecer una orden directa de un superior? —los dos soldados se vieron indecisos y Davy suspiró— No os preocupéis, he pedido permiso a Travis antes, no ha tenido problema.

Los dos volvieron a mirarse, no se veían muy seguros aunque Davy les asegurara que todo estaría bien, pero tampoco querían buscarse problemas con el jefe de un clan.

—Diez minutos —contestó Tundra y Jones asintió.

—Será suficiente, muchas gracias.

Los dos soldados se retiraron subiendo las escaleras, a los pocos segundos, cuando Jones se aseguró de que ya no estaban por la zona, hizo una señal para que otra persona que esperaba fuera se acercara.

—Ya puedes pasar Vladimir.

El mencionado no tardó en ir hacia la puerta y bajar la escalera frente a la que Jones lo miraba no muy contento.

—Te hago el favor solo por el aprecio que te tengo y el que le tenía a tu hermano, pero esto me traerá muchos problemas —dijo el de pelo azul.

—Lo sé, y te debo una muy grande por esta —asintió el mayor—. Puedes culparme frente al resto de líderes, me haré cargo de las consecuencias.

Davy negó ante ello.

—Travis, Schiller, Tam y Blaze ya saben sobre este plan loco y me apoyarán frente al resto, taparemos esto como algún tipo de accidente. Solo te pido que vayas directo a lo tuyo y no hagas ninguna otra cosa estúpida.

—Descuida, ya sabes que solo tengo una razón para estar aquí.

Davy asintió dándose por satisfecho con esa respuesta y subió por las escaleras para vigilar que nadie entrara mientras Vladimir estuviera en las mazmorras.

Vladimir inspiró con fuerza para mentalizarse de lo que iba a hacer y al soltar el aire continuó su camino. Llegó a la zona de celdas y al primero que vio allí encerrado fue a Dracon Yale que estaba durmiendo, Buddy Fury no le prestó nada de atención cuando pasó por su lado e Isabelle se limitó a lanzarle una mirada afilada. Pasó de largo las celdas de aquellas tres personas pues no le interesaban en lo más mínimo y fue directo hacia donde estaba aquel por el que estaba en aquel oscuro y frío lugar.

Paró frente a la celda donde un hombre peliceleste se encontraba. Este estaba encadenado al igual que sus otros tres compañeros y alzó la mirada tan solo cuando se quedó parado frente a su celda.

Vladimir cogió de su bolsillo la llave que Davy le dio antes de bajar a las mazmorras y la metió en la cerradura de la puerta. Caminó hacia el hombre hasta estar a tan solo un metro de él.

—Espero que estéis contentos —habló primero Shearer—. Vais a lograr aplastar a nuestro clan como ya lo hizo vuestra Diosa.

—Si por aplastar te refieres a daros un verdadero hogar, paz y una oportunidad de crecer, sí. Supongo que vamos a aplastaros.

—Sois escoria.

—Si te consuela pensar eso yo no seré quien te diga lo contrario —contestó Vladimir—. Pero os recuerdo que nosotros no tratamos de mataros, ni siquiera sabíamos que existíais, si en lugar de atacar y matarnos a todos indiscriminadamente hubierais pedido ayuda nosotros os la hubiéramos dado. Pero no, preferísteis jugar a los engaños y este es el resultado.

Ninguno de los dos dijo nada en unos segundos, Vladimir pensó que Bobby ya no tenía nada que añadir, pero sí que dijo algo.

—Podéis amenazar a nuestro líder, encerrarnos a nosotros y engañar a nuestros ciudadanos con una bonita mentira, pero eso no os hará dejar se ser unos monstruos que se mataron en una isla solo porque los demás decían que era lo correcto como si no tuvierais criterio propio.

Vladimir frunció el ceño y Bobby sonrió levemente. El de pelo oscuro iba a decir algo pero Bobby continuó hablando.

—Puede que Blossom y yo fuéramos los causantes de la muerte de tu hermano, que Isabelle y el resto mataran a cientos de los vuestros y dejaran heridos a otros cientos, pero nosotros teníamos al menos un motivo concreto para hacerlo, una guerra en la que siempre muere gente. Pero vosotros mandabais adolescentes inocentes a una isla para que se mataran y estos obedecían sin importar que estuvieran acabando con una vida solo porque sí. Vosotros sois los mayores monstruos aquí.

Vladimir apretó los puños enfadado, no quería perder la paciencia con aquel tipo, pero se lo estaba poniendo muy difícil. Suspiró y tomó aire hasta calmar su ira y mirar fijamente los ojos del contrario.

—A veces las verdades duelen —añadió por último Bobby.

—Una verdad contada a medias —añadió esta vez Vladimir—. Hemos estado investigando mucho, nos extrañaba que alguien tan bondadosa como Ansythma quisiera exterminar una de sus propias razas. Y efectivamente encontramos cuál era el problema.

Bobby miró confundido al contrario.

—Ansythma nunca quiso mataros, el clan del acero era un clan Aún inestable, demasiado conflictivo y ella sabía que tendríais problemas para encajar junto a los demás. No quería haceros desaparecer, solo enseñaros por más tiempo y por ellos manteneros alejados de los otros doce clanes, pero tarde o temprano os hubiera dejado ir. Vuestro líder de hace ciento sesenta años os engañó para rebelarse contra la Diosa y poder matarla, vuestro propio líder y sus seguidores os engañaron.

—Eso es mentira.

—Esa es la verdad que Gyan Cinquedea contó a su hijo, una historia que solo los líderes del clan del acero sabían y el propio Quentin la reconocerá frente a todos sus ciudadanos.

Bobby no dijo nada. La idea de haber estado engañado por tanto tiempo le había sorprendido demasiado.

—Parece que habéis provocado todas esas muertes por vuestro propio odio y vuestra propia estupidez, supongo que los peores monstruos son aquellos que se creen que no lo son. Pero no te preocupes porque tu ya no vivirás para ver el verdadero resurgimiento de tu clan, no soy partidario del ojo por ojo y diente por siente, pero supongo que cuando matan a tu propio hermano uno cambia de opinión.

Vladimir desenvainó una espada, una que no era exactamente la suya, era la de Víctor, la que él llevó en esa última lucha antes de morir. Bobby no dijo nada, miró sin mostrar miedo a los ojos de Vladimir.

—Nos veremos en el infierno —dijo el peliceleste.

—Guardame un buen sitio a tu lado —contestó antes de cortar finalmente la garganta del mayor.

La sangre impregnó el suelo y paredes del lugar y él tan solo quitó la sangre de la hoja de la espada de un movimiento rápido manchando algo más el lugar. Envainó la espada y salió de la celda cerrándola de nuevo con la llave, ninguno de los compañeros de Shearer dijo nada, al menos hasta que llegó frente a las escaleras.

—"Los peores monstruos son aquellos que se creen que no lo son" —escuchó a Trick repetir sus propias palabras y se detuvo por un momento—. Eso también te define muy bien a ti.

—La diferencia entre vosotros y yo es que yo sí reconozco serlo.

Esta vez Vladimir sí salió de aquella claustrofóbicas mazmorras sin volver a detenerse.

Davy vio de lejos a Vladimir salir y suspiró aliviado, había salido rápido y no se veía demasiado alterado así que probablemente todo había ido bien. Ya le preguntaría cuando se cruzaran después de la firma del tratado.

—Davy —el chico se giró al escuchar que lo llamaban.

—Lin-Lyn —habló al ver a Rigel llegar detrás de él.

El albino miró a Blade salir de las mazmorras y luego a Jones. Algo le olía mal en todo aquello.

—¿Qué os traéis vosotros dos entre manos?

—No sé a lo que te refieres, cariño.

Lynx frunció el ceño, si había algo que odiaba es que lo tomaran por idiota. Davy suspiró sabiendo que era decir la verdad o acabar muy mal... Muy muy mal.

—Solo era un tema que Vlad tenía que arreglar, nada serio.

—¿Me puedes prometer que si bajo todos los prisioneros van a estar en perfecto estado? —Davy enmudeció ante esa pregunta.

No quería que Lynx descubriera los problemas personales de Vladimir, pero ni loco tenía el valor para mentirle a la cara a su pareja.

—Davy...

Y un suspiro más llegó, era una nueva manía que había pillado por el estrés de las últimas semanas.

—Está bien, Vladimir si que fue a arreglar algunos problemas ahí abajo, pero no de una forma bonita.

Lynx quedó unos segundos en silencio pensando antes de volver a hablar.

—Bobby Shearer —dijo finalmente y Davy asintió—. ¿Los demás jefes saben esto?

—No todos, pero si los que votaron a favor del exterminio. Todos comprendieron los motivos de Vladimir y aunque no estaban muy de acuerdo con la forma de actuar no lo impidieron ya que Vlad tenía mi apoyo.

La mirad de Lynx se lo dijo todo, él estaba decepcionado. Fue la misma mirada que el albino le dedicó cuando se enteró que Davy estaba a favor de exterminar el clan del acero, odiaba esa mirada porque sabía que Lynx tenía toda la razón al mirarlo así. Quizás esos últimos años de guerra lo habían cambiado más de lo que pensaba.

Desvió la mirada no queriendo mirar más al otro a la ojos, pero fue el propio Lynx quien agarró sus mejillas con las manos haciéndolo levantar la cabeza.

—No estoy decepcionado por lo que tú te crees —dijo—. Estoy decepcionado porque no me contaras lo que pensabas.

—Me aterraba que realmente pensaras que soy alguna clase de monstruo.

—¿Quién no lo es a esta altura? La naturaleza humana nos lleva a la guerra y el conflicto, a nuestra propia destrucción, y probablemente sea lo que nos merecemos. Pero mientras permanezcamos en este mundo lucharemos por lo que creemos justo, lucharemos por proteger a nuestros seres queridos —Davy lo escuchó atentamente sin interrumpirlo—. Ya te lo dije una vez y lo haré cuantas haga falta; cuando tu caigas yo estaré ahí para levantarte igual que tú lo estás para mí. Así que solo confía un poco más en mí.

—Tienes razón, lo siento.

Lynx abrazó a Davy después de eso. A los pocos segundos vio a Sleight y Tundra regresar y supo que todo el caos se iba a desatar. Iba a ser un día más complicado de lo que esperaron en un principio.

Y hasta aquí este último capítulo de Midnight War: Time to Die. Estoy realmente emocionada y triste a partes iguales por el fin de esta historias.

MidWar fue la primera historia de OC's que publiqué y también la primera historia que finalizo sin contar one-shots. Para mí es un gran logro personal la verdad, han sido 45 capítulos llenos de intensidad y 8 meses de tiempo invertido en crear esta pequeña y destructiva historia que realmente espero que os haya gustado.

Dejaré los agradecimientos y palabras que tengo para todos los participantes y lectores para el final una vez que el epílogo sea publicado. Porque sí, recordemos que aún queda el emocionante epílogo que viene cargadito de sentimientos ;w;

También aviso que si tenéis alguna pregunta acerca de la historia que queráis que conteste en la parte de curiosidades podéis dejarmela por aquí.

Y con la victoria de La Resistencia y esa última venganza dejamos esto por aquí por hoy.

~Nova/Dreamer

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