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❥︎ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 14: Tʜᴇ ᴘʀᴇʏ

ᑕᕼᗩᑭTᗴᖇ 14 ;;

•𝐿𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑠𝑎•

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☾︎ᵖᵘᵇˡⁱᶜᵃᵈᵒ: 04/02/2021☽︎

—Os voy a dar una oportunidad para que os rindáis —dijo Wales—. Podríais ser soldados eficientes, o al menos eso piensa Cinquedea.

—Si de verdad creéis que vamos a ponernos de vuestra parte es que estáis muy mal de la cabeza —gruñó Luciel apretando el mango del cuchillo con más fuerza.

—Entonces morid.

Esas dos palabras bastaron para que los soldados del acero se abalanzaran hacia ellos. Slocker lanzó varios cuchillos a la vez pero los soldados los esquivaron y estos quedaron incrustados en la pared. El primer golpe llegó hacia él y tuvo que cubrirse con sus brazos para no recibir literalmente un puño de Wales en su cara. A pesar de bloquearlo sus brazos dolieron bastante.

Debido a la estrechez y a estar dentro de un edificio Alessandro no podía usar su don por lo que se limitó a atacar con su arma. Uno de lo soldados quiso destruirla como lo hacían con todas las armas blancas, pero por alguna razón le costó hacerle algún desperfecto.

Alessandro notando en seguida las intenciones del tipo le dio un puñetazo en el estómago haciéndolo retroceder y casi caer. Aprovechó la temporal libertad para ayudar a Sol con un grupo de soldados que le habían rodeado cargándose a uno de ellos y dejando a Daystar librarse de los otros dos más fácilmente.

—¿De verdad creíais que no íbamos a venir preparados?

Wales se movió con rapidez al escuchar la voz de Davy tras él y lo atacó con unas cadenas que llevaban enganchadas al final unas afiladas hojas de acero. El peliazul pudo esquivar los ataques y unas profundas marcas de cortes quedaron en las paredes y el techo.

—Estas armas no podréis romperlas tan fácilmente —añadió ahora Luciel agachándose para esquivar un golpe de otro soldado.

Aprovechando que estaba en el punto ciego de su enemigo alzó la pierna pateándole la mandíbula desde abajo y haciéndolo caer al suelo. Perdió el suficiente tiempo como para dejarle a Slocker coger un nuevo cuchillo y clavárselo en la garganta.

—Han sido forjadas con unos metales especiales del clan del fuego por grandes forjadores de La Resistencia —continuó explicando el rubio.

Wales apretó la mandíbula lanzando un ataque tras otro hacia Davy que se trataba de acercar a toda costa. Gracias a esta distracción por parte del jefe del clan del agua, y a que Sol, Luciel y Alessandro se las apañaban bien con el resto de soldados, Lynx pudo escabullirse para atacar al famoso guerrero del acero por la espalda.

Usó su propia sombra, que en aquel lugar estrecho y oscuro era más fuerte, para envolver y así atrapar a Wales. Este al verse atrapado forcejeó tratando de liberarse. Para sorpresa del albino aquel chico era bastante fuerte y estaba logrando darle guerra.

Davy quiso atacarlo antes de que se liberara pero usando la pared como apoyo Wales se impulsó con un pie y golpeo con el otro a Davy en la cara cuando estuvo lo suficientemente cerca. Logró lanzar una aguja girando su mano de espaldas a Lynx que se clavó en la pierna de este. Perdió la concentración y Wales pudo liberarse al fin usando las cadenas par atacar ahora a Rigel que trataba de sacar la aguja de su pierna pero dolía bastante al estar bastante profunda en su carne.

Davy, que recobró la compostura le lanzó un fuerte golpe de agua que hizo errar el ataque del chico al golpearlo y el filo afilado tan solo rozó el hombro de Lynx haciéndole un corte que comenzó a sangras, pero no era muy profundo.

—¡Cerrad los ojos! —gritó Slocker al ver que Wales comenzaba a superar en fuerza a Lynx y Davy.

Lanzó un destello a uno de los cuchillos que había lanzado con anterioridad y que quedó en la pared. el brillo emitido se reflejó en otro de los cuchillos, y en otro, logrando así que el destello cegador llegar desde todos los ángulos y se incrementar a potencia. Escuchó a algunos soldados gritar al quedar cegados.

Slocker corrió hacia Wenceslas antes d que este pudiera recuperar la visión y quiso atacarlo con el cuchillo más fue esquivado con rapidez y agilidad. A pesar d que no veía podía seguir combatiendo con normalidad y un gran nivel que sorprendió a Slocker.

Siguió atacando sin descanso pero cada uno de sus golpes eran bloqueados o esquivados sin mas y eso comenzaba a frustrar al chico. Wales entonces lanzó un ataque indiscriminado de aquellas agujas a toda potencia, daba igual darle a amigos o enemigos, el caso era hacer el mayor daño posible.

Algunos del acero se las apañaron para no ser dañados, aunque otros no corrieron la misma suerte y cayeron ensartados al suelo desangrándose, los que no cayeron al instante estaban lo suficientemente mal como par que Sol y Alessandro se los quitaran de un golpe. Alessandro y Sol usaron a soldados del acero como escudo, Slocker pudo cubrirse tras una esquina y en el caso de Lynx este creó un muro de sombras par cubrirlo a él y Davy.

Wales ganó unos segundos perfectos para volver a acostumbrar su vista a la oscuridad del lugar y recobrar su sentido. Sol no quiso perder la tan buena oportunidad que su novio había ganado así que creo una esfera de luz del tamaño de un balón que lanzó contra Wales. Este no se lo esperaba pero aun así reaccionó lo suficientemente rápido como par crear un escudo con su mano y cubrirse.

Sol chasqueó la lengua y volvió a centrarse en el soldado que llegó desde su derecha a atacarlo. Aquellos malditos soldados no parecían acabarse nunca.

—Tenemos que cambiar de estrategia —sugirió Davy cuando su espalda chocó con la de Slocker al retroceder ambos en direcciones opuestas.

—Si, algo así me había parecido a mi también —asintió dando un giro de para cambiar posiciones con Jones.

Luciel bloqueó ágilmente algunas agujas de las que lanzaban los soldados del clan del acero y lanzó el algunos cuchillos logrando acertar en algún que otro soldado. Davy por su parte creó algunas bolas de agua que lanzó como balas de cañón golpeando y lanzando a los soldados de su nuevo lado.

Nuevos soldados comenzaron a llegar desde las escaleras y Sol y Alessandro se vieron obligados a retroceder por la presión. Davy que estaba viendo esto tuvo una idea, podría ser arriesgado, pero no tenía otra mejor.

—Ve con Lynx y tratad de llevaros a Wales lejos de aquí para que no pues coordinar a sus soldados, él es nuestra mayor amenaza ahora —ordenó Davy al rubio.

—¿Y tu y los demás? —preguntó al notar que no los incluyó en el nuevo plan.

—Sol y Alessandro mantendrán a los soldados a raya mientras yo preparo un ataque a grande escala, soy el único que puede hacerlo en un lugar así. por eso necesitó que tu y Lynx os alejéis con Wenceslas.

Slocker lo Jiro por un segundo a los ojos no muy convencido del plan. No le gustaba la idea de separarse en un momento así de Sol ¿pero qué otra solución había?

—Si le pasa algo te mataré —lo amenazó.

—Estará bien, no te preocupes —aseguró.

El mayor pasó por alto la amenaza del chico del clan del sol pues sabía que lo que hablaba era su preocupación y no él mismo. Luciel solo se preocupaba por alguien muy querido y él entendía perfectamente como se sentía. Miró de soslayo a Lynx que por fin había logrado quitarse la aguja de su pierna pero ahora un leve camino de sangre se hacia paso por ella mientras se defendía como podía de los ataques de otros soldados del acero.

Luciel siguió la mirada del mayor en rango y edad. Comprendió varias cosas en ese momento y se arrepintió un poco de haber dicho eso, pero no se echó atrás en sus palabras.

—Confío en ti.

Sin pararse a mirarlo otra vez corrió hacia Lynx y atacó de golpe a Wales intentando hacer que este retrocediera. Lynx se vio un poco sorprendido y no entendía muy bien lo que el rubio trataba de hacer. Desvió un momento su mirada hacia Davy quien asintió y entonces pudo entender un poco el plan que al parecer aquellos dos habían maquinado.

Con su sombra atravesó el pecho de los tres soldados que lo rodeaban de tan solo un golpe y al mismo tiempo. Cogió su arco y sacó una de las flechas de acero de su nuevo carcaj apuntando a Wales. Él y Slocker se movían mucho de un lado a otro y le costaba un poco apuntar bien, pero el entrenamiento definitivamente estaba dando frito pues al soltar la cuerda la flecha salió disparada clavándose en el hombro de Wales.

El del acero adolorido retrocedió metiéndose por otro pasillo para no ser golpeado por Luciel y evitar que lograran darle con otra flecha. Lynx se metió de nuevo en su sombra siguiendo con esta forma a los dos que se alejaban de allí dejando al resto de soldados en las manos de Il Grande, Daystar y Jones.

Se habían alejado ya bastantes metros del grupo así que Slocker pensó que ya estaba bien, estaban lo suficientemente lejos para que el posible ataque de Davy no los afectara, pero lo bastante cerca como para correr a ayudarlos Ai se veían desbordados.

—¡Lynx su espalda! —gritó Slocker y la sombra que se movía, y que intuyó que era Rigel, pasó bajo sus pies.

Se colocó a la espalda de Wales y con un muro de sombras bloqueó la continuación del pasillo logrando así acorralarlo. Wales frunció el ceño y respondió a los continuos ataques de Slocker con una nueva lluvia feroz de agujas que esta vez ni él ni Lynx pudieron esquivar al completo.

Una aguja se clavó en el hombro del albino y dos en el cuerpo del rubio, una en su abdomen y otra en su brazo izquierdo. Luciel creo un nuevo destello para cegar a Wales que por desgracia no fue una buena idea pues la luz intensa debilitó las sombras de Lynx dejándolo sin poder atacar por un tiempo, lo que fue aprovechado por Wenceslas para propinarle una patada en el estómago y hacerlo chocar contra la pared.

Slocker en desesperación cogió los dos últimos cuchillos que le quedaban y los empuñó decidido defendiéndose de los ataque de Wales y tratando de golpearlo él también. Por el combate continuo no había podido sacarse del cuerpo la agujas que le dolían inmensamente cada vez que hacía un movimiento brusco, pero si paraba Wales lo mataría. Logró aun así acertarle levemente algunos golpes dándole una puñalada en un brazo y algunos cortes en el torso y cara.

Wales convirtió su mano en una afilada espada y consiguió romper en pedazos la hoja de uno de los cuchillos de Slocker dejándolo aún mas desprotegido. Este se preparo como pudo para un segundo golpe, pero la mano de Wales erró cortando tan solo un poco la pared al lado de Luciel.

—Tu, hijo de perra —dijo girándose.

Fue entonces que Luciel notó la flecha que tenía clavada en su espalda y vio a Lynx levantándose del suelo como podía preparando una nueva flecha. Wales trató de atacarlo y fue ahí cuando Slocker al fin notó la abertura, el cansancio, las heridas y el poco tiempo para pensar por los continuos ataques habían surtido efecto al fin y el chico bajó la guardia por un segundo que Luciel no desaprovechó.

El rubio clavó el único cuchillo que le quedaban quedaban en su nuca a la vez que una flecha se clavaba en su estómago al Wales no poder protegerse en ese instante a dos bandas. Sacó el cuchillo y el cuerpo cayó desplomado al suelo. Slocker por fin pudo suspirar y se dejó caer al suelo agotado.

—¿Te encuentras bien? —le preguntó Lynx que aprovechaba aquellos minutos de tranquilidad par atender sus heridas.

—Si, este tipo ha sido un dolor de muelas.

Slocker imitó al albino y sacó de su adolorido cuerpo la dos agujas que lo llevaban atormentando ya un rato y con algunas venda que llevaba encima para emergencias cubrió las heridas para evitar que sangraran mucho.

Ambos pudieron apreciar en ese momento como un poco de agua llegaba desde el pasillo, no era mucha, pero los mojó un poco al estar sentados en el suelo. Se levantaron y a penas cubría las suelas de sus botas.

—Debe de ser del ataque del que hablaba Davy —mencionó Slocker—. Ya deben de haber acabado.

—Lo mataré por no contarme los planes como se debe, porque soy muy listo y lo pillé rápido, pero cualquier otro no hubiera entendido vuestro horrible plan improvisado.

Luciel se llevó una mano al pecho haciéndose el ofendido por aquello arrancándole así una leve sonrisa a Lynx.

—Diría que me eso ha dolido, pero el plan era de tu novio no mio así que... —se encogió de hombros.

—Solo volvamos —rodó los ojos aún con la sonrisa en su cara, aunque quizás esta era ahora mas una sonrisa nerviosa.

Estaba preocupado por sus compañeros, pero debía admitir que sobre todo estaba preocupado por Davy, esperaba que estuviera bien.

Regresaron por el mismo camino por el que se habían ido y el reguero de cuerpos de soldados del acero no tardó en desaparecer, toda aquella zona estaba empapada y partes del suelo, pared y techo destrozados por el impacto del agua, solo esperaban que la estructura no se hubiera dañado también, sería malo que todo el edificio se viniera abajo. Solo tuvieron que caminar un poco más para ver a sus tres compañeros hablando en el centro de toda esa matanza. Menos mal que estaban todos bien.

—Chicos —los llamó Slocker cuando él y Lynx aceleraron el paso.

—Menos mal que estáis bien —suspiró aliviado Rigel.

—Si, fue difícil quitárselos de encima, pero gracias a Davy ya está —dijo con orgullo Alessandro— ¿Qué ha pasado con Wenceslas?

—Muerto —se limitó a indicar Luciel acercándose a Sol mientras Lynx ponía al corriente a los otros dos.

—¿Estas bien? ¿Cansado? ¿Herido? —preguntó preocupado Slocker pero Sol solo rió.

—Estoy bien, mamá —se burló—. No te preocupes tanto por mí ¿si? —le dio un rápido beso en la nariz sin que el resto se percataran y se acercó a ellos.

Luciel suspiró resignado y siguió al pelinaranja junto al grupo.

—Bien ahora que ya hemos terminado todo por aquí deberíamos... —pero Davy fue cortado cuando el cuerpo de Il Grande cayó a plomo al suelo.

Todos lo miraron sorprendidos, sin comprender que pasaba, y entonces vieron una cuchilla de tamaño considerable clavada en su espalda justo por donde estaría su corazón. Lo habían matado de un solo golpe por la espalda.

—¿Qué demonios? —fue lo único que atinó a decir Sol mirando el cuerpo de su compañero incrédulo.

—¡Por ahí! —gritó Lynx al ver a una persona escaparse de allí, aunque solo vio una sombra difusa al haberse marchado rápido.

—¡Lynx espera! —gritó Davy cuando el albino, convirtiéndose de nuevo en sombra se marchó siguiendo a aquella persona que acababa de matar a Il Grande.

Davy no se lo pensó dos veces a la hora de seguirlo dejando a Sol y Luciel sin saber muy bien como reaccionar. La pareja iba a seguirlos al final también pero otra persona llamó la atención de ambos, o más bien dicho otras personas.

—¡Slocker, Daystar!

Los dos se giraron al ser llamados y vieron a Xavier y Jordan acercarse a ellos corriendo desde el final del pasillo.

—¡Foster! Lynx y Davy acaban de ir tras otro soldado —lo informó inquieto Sol.

—Lo sé —asintió el pelirrojo.

—Hemos visto lo sucedido desde lobos mientras llegábamos —aseguró Jordan mirando con pena el cuerpo d aquel antiguo superviviente del Midnight War.

—Pero ahora hay otra cosa más importante que hacer y vosotros dos nos acompañaréis —dijo Xavier ganándose una mirada curiosa de los dos menores—. Dave Inchy ha muerto —informó para sorpresa de ambos—. Pero antes de morir pudo enviar a Peabody la localización de la presa, nos tenemos que ir al clan del agua ahora mismo.

Ella y Laurel se habían separado de Inchy, Princeton y Carmina al igual que el resto del grupo, y luego se marcharon junto con Riccardo y Ringo para entrar al edificio del antiguo clan del bosque por el acceso que a su grupo le tocaba. No hubo ningún problema, de hecho ya estaba luchando con unos guardias par entra cuando algo llamó la atención de la peliverde.

La chica vio salir a dos soldados que ya conocía de antes del edificio. Eran dos de los jóvenes que habían ido junto con Isabel le Trick al ataque al CG del clan del hielo. Estaba segura de que eran Yale y Remington ¿hacia dónde se dirigían?

Recordaba que Laurel la había llamado preguntándole si todo estaba bien, pero ella tan solo podía observar con atención a los dos del acero que se subieron a un vehículo de su clan y se marcharon de allí. Pudo notar a tiempo que se dirigían hacia el árbol sagrado del clan del bosque y alertó a sus tres compañeros pues en aquel lugar estaban Dave y los demás.

—Habrán localizado la señal del ordenador de Inchy —había dicho Riccardo con el ceño frunció—. Y eso que es una señal jodidamente débil.

Al final decidieron que Rina y Bay fueran en auxilio de sus otros compañeros. Contra unos cuantos soldados del acero Riccardo y Ringo podrían solos, y en el peor de los casos pedirían apoyo a los otros grupos. Pero si los tres que estaban en el árbol sagrado se las tenían que ver solos contra dos de los catorce del acero podrían tener graves problemas, sobre todo teniendo en cuenta que no los tres eran soldados habituales.

Dave se centraba más en el campo de recolección de información, y Artemisa y Preston, aunque eran buenos soldados, se centraban mas en la creación de armas que en el combate en si. Ir a ayudarlos era ahora una prioridad.

Apenas estaban llegando cuando vieron morir a uno de sus compañeros, fue una sensación que les dejó un sabor de boca horrible. Ese sentimiento amargo que habían tenido que aprender a conllevar durante la guerra. Pero eso no significaba que se pudieron acostumbrar a esa sensación.

Ver una muerte tan grotesca no era del agrado de nadie. Rina aún recordaba cada una de las muertes que había presenciado en su vida como si se hubieran quedado gravadas a fuego en sus párpados y cada vez que cerrara los ojos viera las mismas escenas. Una más para ver en sus pesadillas, a ese punto un horror más no marcaría la diferencia.

—Eso estuvo cerca —mencionó Remington tras haber esquivado el primer ataque.

Rina se puso en posición de ataque manteniendo su lanza bien sujeta hacia el frente mientras que Bay hacia surgir algunas raíces del suelo que hicieron temblar la tierra. Preston y Artemisa se apresuraron en recuperar sus armas en lo que Dracon volvía a levantarse y reunirse con Rex.

—¿Estáis bien? —preguntó Laurel y ambos menores asintieron recuperando la compostura.

—Lo lamentamos muchísimo, debimos estar más atentos —dijo claramente enfadada consigo misma Artemisa—. Por nuestra culpa Dave ha...

—No es el momento de pensar en eso —la cortó Rina—. Eso Déjalo para cuando todo acabe, o para cuando mueras, y más te vale no cumplir lo segundo.

La chica de pelo violeta se sintió infantil en ese momento. Su compañera tenía razón, si se distraía pensando en las perdidas que ya no tenían arreglo ella también se convertiría en una de esas perdidas. Sorbió por la nariz y con la manga de su chaqueta secó las lágrimas que ya comenzaban a caer por sus mejillas no queriendo verse superada por la situación.

Como hicieron sus tres compañeros ella empuñó su guadaña agresiva, dando a entender claramente que no tenía miedo de usarla. Rex ante tal escena patética no pudo evitar soltar una carcajada.

—Deberíais veros ahora mismo, sois como un grupo de ciervos asustados frente a un lobo hambriento.

—Así que somos la presa —frunció el ceño Preston.

—Obviamente.

Nada más afirmarlo Remington apuntó con el fusil al frente disparando a quemarropa, no apuntaba en específico a ninguno, se iba turnando en atacar a los cuatro. El punto para él era matarlos, daba igual el orden.

Preston se cubrió con sus escudo, Bay y Rina lo hicieron con las raíces y ramas que eran capaces de crear, por su parte Artemisa fue la única que corrió hacia un lado.

—¡¿Qué haces?! —gritó Preston asustado al verla convertirse en el nuevo objetivo de Remington.

Artemisa creo a su paso una cortina de fuego para interferir con la visión de Rex y le fuera más difícil apuntar. Pareció funcionar pues los tiros erraban y cada vez estaban más lejos de darle a ella. Rina quiso aprovechar la oportunidad para lanzarse a atacar al mas alto pero un disparo procedente de otra dirección la frenó. La bala quedó en el suelo a escasos centímetros de su pie, si no fuer por sus reflejos eso le hubiera hecho mucho daño.

La peliverde miró a su izquierda viendo a Dracon recargar su escopeta en un tiempo récord y volviendo a apuntar hacia ella. La chica no le dio tiempo a atacar lanzando su lanza hacia él y en el tiempo en el que él la esquivó se acercó por el otro franco con la intención de golpearlo. Yale lo notó y pudo usas la culata de la escopeta para tratar de golpear a Ibara de un movimiento brusco.

La chica no se quedó atrás y lo esquivó de vuelta, pero esto ya parecía estar calculado por Dracon quien envolvió en acero parte de su cara y le dio un fuerte cabezazo tirándola al suelo. Un ataque por parte de Laurel no tardó en llegar para alejarlo de ella.

—Rina ¿Estás bien? —preguntó ofreciéndole su mano para ayudarla a ponerse en pie de nuevo.

Rina la aceptó, pero nada más erguida de nuevo sintió un fuerte mareo y algo de sangre caer por su cara.

—Mierda... —solo pudo decir cubriéndose.

Artemisa por su parte creyendo que ya había despistado a Rex comenzó a acercarse y cortando sus llamas con la guadaña surgió de entre el fuego dispuesta a golpearlo. Se sentía como ver a un fénix resurgiendo de sus cenizas; poderoso e inalcanzable. Alguien capaz de hacer temer a cualquier otra criatura, lo malo es que a veces ni el fénix era rival para los monstruos.

Una bala alcanzó su hombro sorprendiéndola, ahora que podía ver la cara de Red tras el fuego pudo ver su sonrisa de autosuficiencia. Había estafo jugando con ella, las llamas no lo habían despistado, pudo haberle dado en cualquier momento pero esperó a que ella atacara para frenarla en seco de la manera más humillante.

El chico del acero se acercó con la intención de darle un puñetazo pero su puño chocó con otra superficie metálica que apareció de pronto en su camino. El escudo de Preston se puso en medio al igual que el propio Preston impidiendo que llegaran hasta Artemisa.

—¿Te encuentras bien, Arti?

Sintió un choque de electricidad recorrer su cuerpo al escuchar ese nombre. Los recuerdos de quien había sido su mejor amigo llegaron a su mente como si fuera el agua que rompía una presa que ya estaba agrietada. El sentimiento de frustración e impotencia creció al recordar como habían matado a Columbia sin que ella pudiera hacer nada para evitarlo.

Con el tiempo había enterrado ese sentimiento, por su bien y el de sus seres queridos que no tenían porque sufrir con ella. Ella creía que era una muerte que había superado, ¿pero de verdad era posible superar la muerte de tu mejor amigo?

Una llama ardió en su interior y no era de orgullo o amor, tampoco de valentía, era el maldito ardor de la venganza. Sabía que los que habían matado a Colby eran los del clan de la montaña, pero ellos tan solo fueron los ejecutores manipulados. Ella no quería la cabeza de los subordinados, ella quería la cabeza del rey del juego. Quería la cabeza de Cinquedea en una maldita bandeja, y para conseguirla primero debería obtener la de Remington y Yale.

Sujetó con más fuerza el mango de su guadaña y pasó de largo a Princeton que trató de agarrarla para pararla, pero no fue lo suficientemente rápido. Los ataque furiosos de la chica llegaron hacia el mayor como una lluvia de afilados golpes que esquivaba con algo de trabajo en esta ocasión, de hecho uno de ellos rozó su mejilla propinándole un corte.

El chico al fin logró frenar la guadaña de Carmina usando su fusil como tope y golpeó su estómago con la rodilla con toda la potencia que pudo en es posición. Artemisa se quedó sin aire y soltó su guadaña sin quererlo al quedarse sin fuerza de agarre. Rex la agarró del brazo y la alzó en el aire para luego hacerla caer con fuerza para que chocara con el suelo. Su fusil quedó bastante dañado pero pudo quitarse a la fémina de encima.

Algo duro golpeó su cara al instante siguiente haciéndolo retroceder y casi caer al suelo al trastabillar. Preston se había acercado al ver lo sucedido y lo golpeó en la mandíbula con su escudo. Agarró a Artemisa, quien había quedado inconsciente por la serie de golpes horriblemente fuertes, y tomó distancia lanzando un rayo que Rex tuvo que esquivar con rapidez y aun así le dio un calambrazo por la proximidad.

Rina seguía algo mareada, pero ya estaba mejor tras tener unos minutos para recobrar el aliento mientras era Bay quien se ocupaba de Dracon. Corrió para recuperar su lanza que quedó clavada en la tierra unos metros más allá cuando se la lanzó a Dracon y se lanzó para atacarlo por la espalda. El chico había dejado de usar tan solo su escopeta y los ataques con su don se hacían cada vez más repetido, era fuerte, pero no podía frenar a dos miembros de élite del ejercito de La Resistencia por si mismo tan solo con una arma, menos si podían atacar a larga distancia y desde varios ángulos como era el caso del clan del bosque.

Bay y Rina se cruzaron al correr para cambiar de posiciones y por tanto de modo de ataque. Sus miradas chocaron por un instante, ambas mostrando confianza en la otra persona y seguridad en las decisiones que tomara. Rina hizo surgir de bajo los pies de Dracon docenas de enredaderas que lo agarraron de las piernas y comenzaban a extenderse por su cuerpo, no eran muy resistentes y Dracon podía romperlas de un fuerte tirón, pero era tal la cantidad que se veía desbordado.

Bay usó la distracción de Rina para sacar un arma del interior de su chaqueta, no la mostró antes para que inconscientemente Rex y Dracon se creyeran que no iba armado y dependía de su don. Por muy bueno que Yale fuera no podría defenderse de las enredaderas de Rina y de una pistola a la vez, o la bala lo atravesaba o las enredaderas lo apresaban.

El disparo se escuchó y la bala atravesó la piel y la carne y probablemente el corazón o alguna arteria importante de alrededor pues el cuerpo cayó desplomado al suelo no dándole tiempo ni siquiera a procesar su propia muerte. Solo que la persona que murió no fue la esperada.

Ante la mirada aterrorizada de Rina el cuerpo de Laurel tan solo paró su caída al dar contra el suelo. Su cuerpo quedó rígido ante el impacto que aquello causó en ella como si su cerebro no procesara lo que acababa de pasar. Desde su posición podía ver el hilo de sangra que brotaba desde la boca del pelimorada y como sus ojos casi cerrados perdían todo rastro de vida y todo su brillo.

Sus rodillas temblaron amenazando con no seguir soportando su peso haciéndola caer, pero pudo aguantar y dar algunos pasos en dirección a su pareja. No aguantó más y cayó al fin de rodillas a su lado, sus manos temblorosas trataban de acercarse al rostro de Bay con miedo a tocarlo y que no reaccionara, aunque era obvio que era eso lo que iba a pasar.

No podía decir palabra o mostrase otra expresión que no fuera sorpresa en ese momento, aun seguía sin entender que había pasado y su mente había quedado bloqueada por el shock.

—¡Hijo de puta! —bramó Preston sabiendo muy bien lo que había pasado al contrario que Ibara.

Rex notó que su compañero estaba en apuros y con su fusil dañado apuntó y disparó a Laurel sin que nadie, ni siquiera Princeton quien lo tenía enfrente, se lo esperara. Dracon pudo liberarse de las enredaderas al estas paras de atacarlo cuando Rina dejó de centrarse en él.

—Se ha roto —indicó para si mismo soltando su fusil—. Menudo desperdicio.

Preston lo escuchó perfectamente al estar tan cerca de él. Su sangre hirvió en ira como pasó minutos antes con Artemisa, trataba de parar su impulso de odio pues sabía que atacar sin pensar no le traería nada bueno, pero su compañero había sido asesinado y la persona a la que más quería había sido herido por ese mismo asesino. Mantener su mente cuerda era realmente difícil y de hecho su impulso ganó la lucha contra el sentido común.

Dio algunos pasos dispuesto a atacar a Remington más las mismas enredaderas que antes atrapaban a Yale ahora lo frenaron a él. Giró la cabeza confundido y vio a Rina levantándose con todo su esfuerzo. Su expresión era estoica, o eso intentaba lograr, pues parecía estar apunto de romperse en pedazos.

—Princeton, ya lo dije antes —le habló al más bajo caminando para unirse al combate—. Los arrepentimientos se dejan para después de la guerra, o para cuando estés muerto.

La chica quitó las enredaderas de encima de su compañero sabiendo que este ya estaba más calmado. Habían dejado a Carmina apoyada en el tronco del árbol sagrado dejándola a salvo alejada de la lucha y de cualquier daño colateral y ahora eran Preston y Rina los que se ocuparían del resto.

De un segundo a otro cada uno corrió en una dirección para sorpresa de los dos soldados del acero. Remington se centró en atacar a Preston y Dracon a Rina, los disparos de la escopeta y única arma de fuego aun en funcionamiento fueron bloqueados por las ramas y raíces, las agujas que lanzó Rex fueron paradas por el escudo de Preston.

Una vez Rina y Preston habían quedado a derecha e izquierda de los dos soldados enemigos a cierta distancia Rina hizo crecer varias de esas enredaderas para tratar de rodear como si de una cúpula se tratar a Rex y Dracon. Estos viendo las intenciones lanzaron un ataque de ese agujas afiladas para destrozar las enredaderas, lo que no esperaban es que nada más lanzado el ataque Rina hiciera crecer unas gruesa raíces a roda velocidad y por ellos al ser las enredaderas cortadas las agujas quedaron clavadas en las fuertes raíces que los rodearon ahora si formando la cúpula.

—¡Ahora Preston! —gritó tomando algo más de distancia.

Preston cargó su cuerpo de electricidad durante ese tiempo y descargó toda la potencia hacia la cúpula que también tenía las agujas de metal que funcionaron como amplificador de la potencia eléctrica. La madera de las raíces que hacían también como toma de tierra impidieron que los rayos salieran fueran y dañaran a Rina e incluso a Artemisa al ser amplificados. Pero en el interior Rex y Dracon se encogieron de dolor y de hecho el segundo acabó por caer al suelo inconsciente por el choque mientras que Rex apenas podía mantenerse ya en pie.

Rina cogió su lanza acercándose a paso firme al único consciente de los dos del acero, pero en el último momento se la dio a Preston regresando por donde había venido. El ma bajo vio como se encaminaba hacia el cuerpo de Bay y entendió que ella tenía asuntos más importantes que atender que aquel cabrón conocido como Rex Remington.

—Cinquedea os matara a todos —dijo casi sin poder hablar Rex al ver acercarse a Preston.

La electricidad había dejado sus músculos paralizados, lo que incluía sus labios y lengua, por lo que casi sonó como si estuvieron anestesiado.

—Pero antes nosotros te mataremos a ti —afirmó alzando la lanza con ambas manos—. Nos vemos en el infierno.

La sangre manchó la hierba y un nuevo cuerpo se unió al de Bay y Dave en aquel lugar, aunque ni de lejos con tanto honor como el de los otros dos. Preston dejó a Dracon con vida por el momento con el único objetivo de atarlo y que cuando despertaran pudieran interrogarlo y sacarle información valiosa.

Giró su mirada hacia Rina que se mantenía al lado del cuerpo de Bay, el cual había puesto boca arriba y había cerrado sus ojos para que pudiera descansar al fin en paz. Preston se acercó a ella colocando su mano en su hombro en manera de apoyo aunque sabía que en ese momento nada sería suficiente para aminorar el dolor de la perdida.

—Se que dije que había que apartar el dolor hasta que todo terminara, pero... —su voz se rompió antes de terminar la frase.

Al final la chica no pudo evitar en un llanto desconsolado que rompió también el alma del mas bajo. Aquellos gritos desesperados y que parecían querer desgarrarla por dentro le hicieron mirar a Artemisa de reojo antes de volver a centrarse en la peliverde. Se había dado cuenta de lo frágil que era la vida.

Yo solo digo que no gano para disgustos ಥ_ಥ

Este capítulo me dolió en el alma y eso que tuve que quitar algunas cosas de la primera parte del grupo de Slocker porque sino el capítulo se quedaba demasiado largo. Os puedo asegurar que la parte que tuve que recortar saldrá en otro capítulo y que si hubiera salido en este el dolor se intensificaría por mil.

Mi alma arde por haber matado al bueno de Bay, pero la trama lo necesitaba y su nombre salió cuando elegí al azar las muertes. Muy mal todo.

Siento mucho las actualizaciones tan irregulares de estas últimas semanas, pero han sido días muy raros y cargados, hasta que no he cogido el ritmo bien de nuevo no he podido comenzar a ponerme al día y espero poder actualizar los dos día a la semana que hacía antes a partir de ahora.

Pd: perdón por los posibles dedazos pues no hice la lectura de corrección par a poder publicar hoy :p

~Nova/Dreamer

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