❥︎ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 13: Dɪᴇ ᴡɪᴛʜ ʜᴏɴᴏʀ
ᑕᕼᗩᑭTᗴᖇ 13 ;;
•𝑀𝑢𝑒𝑟𝑒 𝑐𝑜𝑛 ℎ𝑜𝑛𝑜𝑟•
✔︎—————;;*;;—————✔︎
☾︎ᵖᵘᵇˡⁱᶜᵃᵈᵒ: 26/01/2021☽︎
—¡Dulce a tu derecha! —gritó Arion para advertirle.
La chica sin necesidad de mirar donde Arion indicaba, pues ya sabía que era un soldado del acero claramente, se movió de manera rápida con un paso lateral a su izquierda esquivando una espada que descendía desde arriba con la intención de cortarla. Lo curioso de este arma es que formaba parte de la mano del soldado, literalmente cambió la forma y dureza de su mano para transformarla en el filo de una afilada espada.
Una vez esquivó el ataque giró de forma brusca lanzando una patada a la cara del soldado que trató de cubrirse rápidamente pero Dulce lo usó de impuso para propulsarse por encima del hombre colocando sus manos en los hombros de este. Una vez estuvo detrás sacó sus sais con los que atravesó al tipo que cayó al suelo.
Aquellos sais eran diferentes a los que usó durante el Midnight War, todas las armas que usaba su bando eran diferentes pues habían sido fabricadas de forma colaborada entre los mejores herreros y armeros de Kúvii.
¿Quién les hubiera dicho que algún día esas personas trabajarían juntas y compartirían su conocimiento? Realmente el destino era caprichoso e impredecible para los humanos.
Arion se agachó esquivando un par de disparos que llegaban en su dirección y con una fuerte ráfaga de aire desarmó a los dos soldados que le atacaban lanzando sus rifles lejos de ellos y ahora siendo él quien se acercó par atacarlos tumbándolos en el suelo con relativa facilidad.
El comienzo de la batalla fue un completo caos. Al poco tiempo de llegar a la frontera con el clan del bosque y que empezara la batalla todos acabaron divididos. Se suponía que habían hecho grupos, escuadrones, que facilitarían el avance del ejercito, pero no había todo posible continuar unidos.
Lo primero que hizo el clan del acero fue tratar de separarlos, dividirlos todo lo posible para que no unieran fuerzas. Había perdido a su grupo de vista, de hecho solo pudo mantenerse junto a Arion y hacía un rato que no veía a nadie de su escuadrón, obviamente veía pelear a más soldados de su ejercito, pero justo a los de su grupo no los veía por ninguna parte ¿quizás todos habían muerto ya?
—Por aquí ya están todos —la avisó Arion.
Dulce dio una última patada en el estómago de su enemigo y con un golpe del mango de los sais en la nuca lo dejó inconsciente.
—Por aquí también —dijo retomando un poco su aliento—. Sigamos, no hay tiempo que perder.
Corrieron por el bosque evitando otro conflicto por el momento gracias a que el resto de sus compañeros se podían ocupar bien de la situación en la retaguardia. Debía avanzar al frente y quizás, con algo de suerte, encontrar al resto de su escuadrón.
Un fuerte ruido se escuchó encima de ellos, alzaron la cabeza y pudieron ver aviones sobrevolándolos entre las copas de los árboles. Eso era malo, pues esos aviones eran enemigos y solo estaban allí por dos posibles opciones y lamentablemente las dos opciones eran malas para ellos.
La primera opción era que estuvieran planeando bombardear el campo indiscriminadamente hubiera aliados o enemigos para evitar males mayores. La otra opción era que tan solo pasaran por allí para ir hacia el clan del hielo y bombardear este, cosa casi peor había que admitir.
—¡Dulce, Arion! —Ante la llamada inesperada se giraron exaltados, Nathan se acercó a ellos a paso rápido— Los habéis visto ¿verdad?
—¿Los aviones? —preguntó Dulce sin esperar una respuesta— Es difícil no notarlos con el ruido que hacen.
—No podemos dejar que hagan algo, ni aquí, ni en ningún otro lado, no tenemos tiempo para además de luchar tener que ir a rescatar y atender heridos de los ataque aéreos.
Ambos asintieron siguiendo al de pelo azul a una zona algo mas abierta para tener mayor visibilidad del cielo y por tanto de los aviones del acero. Habías comenzado a dar algunas vueltas por el campo examinando la situación, aunque algunos de ellos ya comenzaba a alejarse.
Al igual que ellos tres salieron a una zona abierta otros soldados más del clan del viento y el trueno también lo hicieron. Todos habían pensado lo mismo que Swift y esto facilitó la coordinación del ataque.
—¡Los del clan del trueno que ataques los aviones del oeste! —ordenó sin titubear— ¡Los del clan del viento el oeste conmigo!
Nadie se quejó de aquella orden. Dulce se reunió con aquellos de su clan y comenzó a localizar todos los aviones de la zona, en seguida tuvo en el punto de mira a su objetivo, estaba a una distancia e iba a una velocidad perfecta para recibir su ataque.
En ambas palmas de sus comenzó a acumular energía, el viento se unía en el mismo punto y dos pequeños tornados comenzaron a ser cada vez más fuertes y a cambiar su forma a una especie de esfera hecha de viento. Incluso a pese de que la energía estaba compacto en aquellas esferas el viento que generaba comenzaba a devolverle sus hebras rosadas y una vez que estuvo preparada las lanzó sin esperar a nada más.
Ambas enfermas cruzaron el cielo a una velocidad frenética. La primera de ellas golpeó el ala de un avión que se cruzó por en medio, no era si objetivo, pero daba la mismo pues al perder su ala cayó en picado y seguía siendo un peligro menos. La segunda si logró alcanzar el avión que ella quería dándole de pleno y logrando que este explotara en el mismo cielo.
La luz de la explosión no tardó en ser acompañada por algunas más de otro aviones a los que sus compañeros dieron. Incluso la luz de los rayos que el clan del trueno lanzaba acompañaba el espectáculo.
—¿Ya están todos? —preguntó Arion una vez que no vio ninguno más en la zona.
Nathan no contestó al instante, trató de agudizar su oído y su vista para ver si lograba encontrar algún avión enemigo más, pero debido a los gritos de la guerra que se libraba no conseguía escuchar demasiado.
—Parece que ya están todos —asintió finalmente—. Si alguno a escapado por casualidad no llegará muy lejos.
—Bien ahora lo mejor sería que...
Arion no pudo terminar su frase puesto que Swift los empujó a ambos al interior del bosque de nuevo. El mayor creó una fuerte ráfaga de viento que bloqueó y desvió unas agujas que se dirigían anteriormente hacia ellos.
Dulce se levantó con rapidez con la intención de volver para ayudar, pero el propio Arion la agarró del brazo para frenarla. La chica lo miró confundida sin entender porqué el castaño se interponía.
—No, tenemos que irnos.
—¿Qué? ¿De qué hablas?
—Nathan y los demás se encargaran de ellos, a nosotros ahora nos necesitan en el frente.
Debido a los ataques a los aviones los soldados del acero los localizaron nuevamente. Gracias a la intervención de Nathan, los dos menores no se vieron envueltos de en un extendido combate que los retrasaría en su camino.
Aunque Dulce seguía sin estar demasiado de acuerdo con aquella retirada, se marcharon con sigilo y mucho cuidado de que no los vieran. Llegar como apoyo al frente era ahora más importante.
Corrieron entre el campo de batalla tan rápido como pudieron, esquivar ataques y armas era difícil y en más de una ocasión tuvieron que contraatacar para no salir dañados. Llegaron así a la rivera de un pequeño río con a penas una profundidad que llegaba a sus tobillos, no parecía ser una zona concurrida y el grupo de soldados más cercanos estaban a decenas de metros de allí.
—Mira, tenemos que seguir este río hacia arriba.
Arion activó su pulsera holográfica mostrando un mapa geográfico de aquella zona. El terreno irregular, comparado con las llanas praderas del clan del viento, les estaba desgastando su resistencia más de lo que habían pensado.
Aunque el clan del viento también tení algunas zonas montañosas o de grandes rocas para escalar, no era comparable a aquel lugar donde la inclinación del suelo podía llegar a desestabilizarte y había rocas y raíces en medio que podían ser un obstáculo a la hora de correr.
—Aquí está la primera fila ¿no? —señaló Dulce un punto en el mapa a algo más de un kilómetro de donde ellos estaban.
—Si —asintió Arion—. Ya no nos queda mucho, debemos darnos prisa.
—¿Arion? ¿Dulce?
Por el sobresalto nos nombrados giraron la cabeza a la vez quedando algo nerviosos al tan solo lograr ver unas siluetas oscuras entre las sombras del bosque. Cuando las figuras caminaron un poco hacia la luz suspiraron al comprobar que tan solo eran los hermanos Blade.
—Que susto —soltó imconscientemente Loamy.
—¿Qué hacéis por aquí? —preguntó Arion apagando el holograma.
—Dimos por casualidad con este río y aprovechamos par venir. beber agua y reponer fuerzas —contestó con una leve sonrisa Vladimir—. Escuchamos unos ruidos raros y vinimos a comprobar qué pasaba.
—¿No estabais encargados de la avanzadilla con los tanques? —volvió a preguntar Arion.
—Explotó —se encogió de hombros Víctor logrando que Arion se pusiera nervioso.
—¡Eso es horrible! ¿Vosotros estáis bien?
—Si, si, tranquilo, salimos de el antes d que todo se incendiara y continuamos a pie —trató de calmarlo Vladimir—. Ahora tratamos de llegar hasta a primer línea.
—Nosotros igual —admitió Dulce—. Nos separamos de nuestro escuadrón al poco de que la batalla comenzara y sospechamos que todos han muerto.
—Entonces avancemos juntos, será mucho más seguro —propuso Vladimir.
Arion iba a contestar cuando una de esas agujas salió de a saber donde incrustándose en su cintura. Ahogó un quejido par llevarse las manos rápidamente a la aguja que ahora tenía clavada en su piel.
—¡Arion! —Dulce quiso acercarse a su amigo, más una nueva aguja quedó clavada a pocos centímetros de su pie cuando intento caminar hacia él.
—¡Vaya, vaya! Me perdí en este maldito bosque, pero he tenido bastante suerte —una voz femenina y aguda se escuchaba cada vez más cerca, hasta que pudieron vislumbrar una nueva silueta al otro lado del pequeño río—. He encontrado cuatro presas preciosas para jugar in rato.
La persona al fin pudo verse descubriendo así a una chica de pelo rosa recogido en un elaborado moño que simulaba una flor de cerezo. A Dulce le sonó mucho, trató de hace memoria y una rápida imagen de esa chica hablando con Byoko le llegó.
—Cálmate, Cherise, ¿a caso no te has divertido bastante ya? —un chico apareció junto a ella, aparentaba ser de la misma generación que Nathan, pero no podía asegurarlo— Deberías tomarte esto más en serio.
—¿Sabes, Shearer? Una guerra para mi tan solo es un juego en el que tus muñecas pueden romperse, así que ¿por qué no disfrutar con ellas hasta que eso pase?
Vladimir y Víctor no tardaron en desenvainar sus espadas y ponerse en guardia, por otro lado Dulce al fin pudo llegar hasta Arion.
—¿Te encuentras bien? —le preguntó preocupada.
—Si, no es nada.
Llenándose de decisión tiró de la aguja sacándose la de el cuerpo junto a un nuevo quejido. Dulce rápidamente rompió su propia chaqueta para usarla como vendaje provisional y taponar la herida de Arion, que a pesar de no se muy grave era profunda y la sangre no paraba de salir.
Los sentidos de Dulce se agudizaron al sentir peligro y con rapidez sacó sus sais colocándose delante de Sherwind para protegerlo. Lo que parecía una cinta de metal bastante flexible, casi como si fuer tela, se enredó en una de sus muñecas.
—Nunca bajes la guardia —dijo Cherise.
De un movimiento seco tuvo la suficiente fuerza como para desestabilizar a la del clan del viento y lanzarla contra un árbol que golpeó con su espalda cayendo al suelo. Sus sais cayeron desperdigados también al haberlos soltado por el golpe.
Víctor con rapidez se ocultó en su propia sombra que se movía veloz por el suelo hacia Cherise. Bobby se colocó esta vez delante creando en su mano un pulido escudo que reflejó la luz del sol cegando a Víctor y haciendo desaparecer la sombra obligándolo a salir a la superficie de nuevo.
Bobby le dio una patada haciéndolo rodar por el suelo, pero el chico, incluso antes de parar de rodar aprovechó la inercia para ponerse en pie una vez más. Vladimir aprovechó la distracción de su hermano para estirar su sombra hasta el peliceleste y retenerlo agarrándolo de los pies.
Víctor corrió de nuevo hacia ellos con la diferencia de que Bobby ahora no podía dar ni un paso. Cuando trató de golpearlo con su espada el otro creó de nuevo aquel escudo que lo bloqueó por completo, por detrás también se había acercado Arion sin que se dieran cuenta y utilizando el viento para aumentar su velocidad trató de acercarse lo suficiente par golpearlo por la espalda.
Cherise lo vio. Rápidamente lanzó de nuevo aquella cinta de metal que Arion esquivó la primera vez, pero al segundo ataque no pudo evitar que lo agarrara del pie y lo lanzar por los aires bastante lejos, de hecho no pudieron ver en qué parte del bosque cayó.
—¡Arion! —Dulce aún levantándose del suelo frunció el ceño con ira mirando a la pelirrosa.
Ella también corrió para recuperar sus sais esquivando mas ataques de aquella cinta. Creo una nueva esfera de viento que lanzó hacia Cherise y que cuando esta esquivó golpeó a Bobby de forma colateral lanzándolo e impactándolo contra un árbol.
—Es un inútil —se limitó a decir al ver a su compañero golpeado y casi inconsciente.
Por el golpe casi había conseguido partir el grueso tronco del árbol, eso debía doler. Dulce de nuevo se trató de acercar a la pelirrosa que se puso en guardia nuevamente y rechazó cada ataque que Dulce, Vladimir o Víctor le hacían. Gracias a aquella cinta es como si hubiera un escudo de 360° protegiéndola, como si estuviera dentro de una burbuja impenetrable.
—No es por aguar la fiesta, pero no sois muy observadores ¿verdad? —rió Cherise y los tres se vieron confundidos.
—¿Dónde coño está? —preguntó Víctor al ver que Bobby ya no estaba contra el árbol de antes.
Salió de detrás de aquel hombre, y por la espalda lo degolló como había estado haciendo durante todo el rato desde que la batalla comenzó. Damian no era el mas fuerte de entre todos sus compañeros, pero era astuto, rápido,escurridizo y su físico no era tan malo, por no hablar de su gran control sobre su don, una lastima que el cuerpo de agua más cercano fuera aquel intento de río.
Con el dorso de su mano limpió la gota de sangre que manchó su mejilla y continuó su camino sin perder el tiempo. No tenía un objetivo fijo dentro de aquel caos, estaba mas o menos en medio de todo el campo de batalla, no tenía prisa en llegar al frente pues ya había visto a varios compañeros tratar de llegar y apoyar la retaguardia era igual de importante.
Se limitaba a ocultarse y atacar al primer soldado descuidado que se le acercara, matar y deshacerse de cuartos más mejor era lo único que tenía en mente. Tenían que aguantar todo el tiempo posible para liberar carga del grupo de la defensa y darle tiempo al grupo de infiltración a acabarlos desde dentro.
—¡A que estas basura!
Damian esquivó por los pelo el filo de la espada de un soldado que se acercó por su espalda, parece que ya lo habían descubierto.
—¡No huyas cobarde! —gritó el soldado hirviendo en ira pues había visto como acabó con su otro compañero.
—No huyo, solo me pongo en una posición favorable, neandertal analfabeto —dijo con el ceño fruncido.
Después de correr por unos metros a su derecha se paro mirando al soldado que también corría hacia el. Concentró todo su poder y detrás no tardó en aparecer una considerable masa de agua que había hecho llegar del río cercano que había mencionado. A pesar de su pequeño tamaño y cauce procuró no separarse mucho de el pues podía marcar una gran diferencia.
Lanzó el agua de golpe hacia el soldado que por la fuerza quedó tumbado en el suelo tras ser arrastrado por cierta distancia. Damian formó puntas de flecha con el agua y la dejó caer hacia el hombre dando fin a la corta lucha.
—Es de idiotas pensar que los únicos que lanzan objetos punzantes son los del hielo y el acero —bufó hastiado por la incompetencia.
El ejercito del acero podía estar compuesto por numerosos soldados muy bien adiestrados, pero se botaban que nunca habían estado en combate real, después de todo durante los 160 años que estuvieron ocultos nunca lucharon contra ningún otro clan, mientras que los otros 12 ya tenían experiencia militar. Si el clan del acero tenía la ventaja numérico y de preparación, ellos la tenían en la experiencia.
Damian continuó su camino que solo frenó al ver a alguien conocido a lo lejos. El chico luchaba contra un soldado del acero que esquivaba sus ataque de fuego con facilidad y una agilidad increíble, no es que el chico fuera malo en combate, sino que aquel soldado parecía ser de un mayor rango.
Se cercó en silencio acultándose con los árboles, era el compañero de Artemisa, Bradford, esquivaba como podía los ataques del soldado pues aparentemente había perdido su arma. Bradford lanzó una bola de fuego y el soldado se ocultó tras un árbol para que no le diera, se perdió entre el bosque.
El castaño aun podía sentirlo, escuchar sus silenciosos pasos, pero era rápido y no le daba tiempo a saber su situación exacta para atacarlo. En ese momento alguien saltó hacia él por su espalda sin que él lo notara, pero su avance fue frenado por un fuerte cañonazo de agua que lo hizo chocar contra un árbol.
Bradgord se giró sobresaltado por el ruido del impacto y vio al hombre noqueado. Damian salió de entre la maleza y se acercó al hombre clavándole una de sus cuchillo en el cuello para acabar con él.
—Eres bueno —reconoció el mas bajo aliviado por que todo terminara bien.
—Solo he aprovechado que aún no me había visto —se encogió de hombros.
—Gracias por la ayuda aun así.
Damian limpió la hoja del cuchillo antes de volver a guardarlo en su funda atada a su muslo. Se giro para mirar a Bradford tras eso.
—¿Qué haces por aquí tu solo? Es peligroso ir por cuenta propia.
—Lo mismo podría preguntarte yo a ti.
—Pero yo pregunté primero.
Bradford soltó una mezcla de risa y suspiro, esa respuesta le recordó un poco a su hermano mayor. Él era del tipo de personas que podían ponerse a la defensiva y ser realmente cabezotas al respecto.
—Está bien, tu ganas. Antes me acompañaba Loo, pero tuvo que irse par ayudar a Turner y yo continúe en solitario —explicó—. Y de alguna manera acabé en una emboscada aquí. ¿Me dirás que haces tu aquí ahora?
—Está cerca del agua, y tanto vegetación me ayuda a ocultarme y atacar por sorpresa, como justo ahora —señaló el cuerpo del soldado muerto.
—¿Tratas de llegar al frente? —Damian negó.
—Simplemente trato de quitarme a todos los posibles de encima.
Bradford iba a contestar algo, pero un sonido los hizo callar. Ambos se pusieron alerta pues eso no había sonado a simples hojas que se movían por el viento, sino más bien a que alguien se acercaba.
—Me parece que vas a tener la oportunidad de matar a alguno más —dijo en voz baja Bradford.
Ambos chicos pusieron espalda contra espalda para tener el mayor terreno posible vigilado y evitar los puntos ciegos. Al parecer el ataque sorpresa no era lo que aquel intruso tenia en mente pues salió como si nada del frondoso bosque que lo ocultaba. Caminaba con tranquilidad y confianza, como si no hubiera ninguna razón par querer esconderse.
—Al fin os encuentro —Un chico corpulento y alto paró su caminar para mirarlos con superioridad.
Damian cogió un cuchillo en cada mano colocándose en guardia con ellos en alto, Bradford, al no tener arma cubrió sus palmas de fuego poniéndose al lado de Laggerfeld.
—Vaya, pero si hasta los inútiles quieren pelear —el recién amplió aun más su sonrisa.
—Damian —lo llamó en voz baja Bradford.
—Este no es el momento, Ash.
—Escucha, joder. Es uno de os catorce del acero, ya sabes esos soldados tan fuertes —Damian lo miró por un segundo de lado y Bradford continuó—. Recuerdo su cara de las imágenes que nos mostraron, es Grisley Bear.
El chico llevaba un objeto enorme apoyado sobre su nombró derecho, iba cubierto por una especie de tela negra y no podían ver lo que era. La intriga no duró mucho pues Grisley tiró de la tela tirándola al suelo y desvelando una enorme espada no muy larga pero muy ancha. Además por su filo irregular se asemejaba mas a una enorme sierra.
Bradford tragó saliva, es arma parecía peligrosa y si era la mitad de bueno de lo que se hablaba iba a ser difícil quitárselo de encima. Tenían que buscar una manera de salir de allí ya y buscar refuerzos.
Damian al contrario que el menor dio un paso al frente ganándose una mirad sorprendida de este. ¿Qué pretendía ahora? No, ya sabía la respuesta y no le gustaba un pelo.
—¿Qué haces? —preguntó— Tenemos que buscar apoyo ¿Ya no te acuerdas de como acabaste la última vez que te enfrentaste a ellos? El tal Quentin cadí te mata.
—Eso no volverá a pasar —aseguró—. Además los demás están también ocupados, no podemos darles más trabajo. Acabaremos con él nosotros mismos.
Una fuerte carcajada se escuchó por parte del contrario que cogió la espada con ambas manos, tenía pinta de pesar.
—Os veo demasiado confiados, escoria.
El primer ataque vino sorpresivamente por parte de Damian que se lanzó de frente hacia Grisley y trató de clavarle el cuchillo en el pecho, el chico ni siquiera se molestó en mover su arma para bloquear su ataque, cuando el cuchillo tocó la piel del contrario se partió. Ante la sorpresa Damian retrocedió rápidamente manteniendo en su mano la empuñadura del cuchillo roto.
Al fijarse en Bear pudo ver como su piel se había vuelto de un tono plateado como el propia metal, era retomó poco a poco su color normal. Había convertido su propio cuerpo en metal para que los ataques físicos no lo dañaran, ¿todos los grandes guerreros del acero podían hacer eso?
—Por eso te dije que esto era una mala idea —le recriminó Bradford.
—No seas pesimista, si las armas no funcionan probaremos con los dones.
No tuvieron tiempo de continuar hablando pues ahora fue Grisley quien se lanzó a atacar. Golpeó el suelo con la espada y cientos de enormes pinchos, mucho más grandes que esas agujas que solían lanzar, salieron del suelo con rapidez. Por suerte aquel ataque solo avanzaba en linea recta y no ocupaba una gran extensión por lo que con suerte tuvieron los reflejos suficientes como para saltar a un lado y esquivarlo.
El ataque no acabó ahí, aprovechando el primer ataque Grisley se lanzó hacia Damian y le lanzó un ataque con su espada que esta vez no pudo esquivar al 100% llevándose un corte en el costado. Bradford lanzó una fuerte llamarada para separarlos a ambos haciendo retroceder al soldado del acero, pero no por mucho tiempo.
Grisley paso su objetivo de Damian a Bradford y se acercó también con la intención de atacarlo. Laggerfeld, a pesar del dolor, lanzó un fuerte chorro de agua que si dio al otro tipo lanzándolo al interior del bosque, Grisley no tardaría en volver así que el más bajo se apresuró en reunirse con su compañero.
—¿Te encuentras bien? —preguntó alterado.
—Si, si, solo es un corte sin mucha profundidad por suerte.
—Si, pero hay que parar el sangrado o podría ser peligroso.
El ruido de los arbustos los alertó y vieron a Bear salir de nuevo de entre los árboles pasando su dedo pulgar por un corte que se había hecho en su mejillas. Habría sido seguramente al chocar con alguna rama de árbol.
—Divirtámonos un poco más ¿sí? —Grisley sonrió.
De nuevo hizo chocar su espada en el suelo haciendo surgir aquellos enormes pinchos de nuevo. Damian quiso quitarse, pero el dolor por la herida recién echa lo hizo tardar en reaccionar y ya no le daba tiempo a esquivarlo. Dándose cuenta de esto Bradford soltó de nuevo una fuerte llamarada, probablemente de las más potentes que había soltado en todo el día y logró derretir los pinchos antes de que los tocaran.
Al ver esto a Damian le vino una idea perfecta, aunque solo tendrían una oportunidad para intentarlo, si fallaban, entonces si estarían jodidos.
—Bradford, cúbreme unos segundos, voy a frenar el sangrado de la herida —pifió Damian y el menor asintió.
Mantuvo ocupado a Grisley por unos segundos, debido a la fuerza del chico, aunque hubiese querido no lo hubiese podido distraer por mucho más. En ese corto tiempo Damian se quitó su chaqueta y la rasgó para obtener así una tela algo más larga que envolvió alrededor de su cintura para cubrir la herida como vendas provisionales.
Aun le dolía un poco, estaba claro que iba a necesitar una cura mejor lo antes posible, pero ahora la prioridad era otra. Una vez listo Bradford volvió a reunirse con el al ser golpeado por una patada de Bear que lo lanzó al suelo.
—¿Estas bien?
—No es una casualidad que sea de los más fuertes del acero —dijo ya cansado y eso que apenas llevaban unos minutos enfrentándose a él.
—Tengo un plan, no es el mejor plan, ni el mas seguro, además solo tendremos una oportunidad de llevarlo a cabo.
Bradford lo miró desconcertado, miró de nuevo a Bear que volvía a ponerse en guardia con su espada en mano y se acercaba a ellos. Encima las plantas de la zona se habían empezado a quemar por sus ataques y si no paraban el fuego lo antes posible podría salirse de control y dañar a sus aliados cercanos.
—¿No hay mas opciones?
—Con las personas que somos, las habilidades que el tiene y mi herida, no.
—Mierda, esto es una mierda —Grisley lanzó un nuevo ataque de aquellas cosas afiladas que solían del suelo hacia ellos— ¡Hagámoslo!
Damian asintió y consiguió escapar del ataque de nuevo por los pelos sintiendo un pinchazo en su abdomen, pero ni eso lo frenó. Se acercó de nuevo a Grisley con nuevos cuchillos en mano y dispuesto a tratar de clavárselos.
—Sois unos idiotas, eso no va a funcionar.
Con facilidad Gisley volvió a endurecer su piel volviéndola metálica de nuevo repeliendo así el filo de los cuchillos.
—Ya, pero es que eso era justo lo que yo quería, no eres el único que puede usas su don como defensa.
Damian usó el agua de aquel río cercano para hacer una burbuja que lo rodeaba, como una armadura que lo protegiera, pero ¿protegerlo de qué? Aprovechando que su don seguía activo pero Grisley seguía centrado en Laggerfeld, Bradford lanzó una nueva llamarada, más fuerte que la anterior, quizás más ardiente de las que jamas había creado.
Gracias a su escudo de agua Damian pudo salir de allí antes de que el agua se evaporara por completo, pero debido a la potencia Grisley se vio atrapado con la única defensa del acero de su piel gracias al cual no se quemaba la piel. A pesar de todo el acero no aguantaría mucho ante un calor tan fuerte durante un largo tiempo, era la naturaleza del metal ante esas circunstancias.
Brandford trató de mantener esa potencia el la imo tiempo posible, solo hasta que no pudo más y su propio cuerpo comenzaba a quemarse por la fuerza paró. Damian lanzó una pequeña bola de agua hacia las manos de su compañero para refrescar su piel ardiente y rápidamente se lanzó hacia Grisley que apenas podía moverse.
El acero al final sucumbió ante el fuego y su piel real comenzó a quemarse también, el acero se había derretido un poco complicando su movilidad, el dolor y desconcierto impidió que reaccionara lo suficientemente rápido como para esquivar la puñalada que Damian le dio en el pecho.
—Hijo... de puta —dijo al sentir el cuchillo clavarse en el.
—Creeme, podré vivir con ello —dijo sacando el cuchillo para volver a clavarlo una vez más—. La muerte de la basura no es un problema para mi.
Y después de algo más de una semana por fin he vuelto :')
Lamento muchísimo la espera, pero realmente fue una semana difícil. Desde el principio ya estamos con exámenes y dando un Motón de temario para aprovechar el tiempo al ser este trimestre mas cierto. Además yo ya he comenzado con mis practicas de trabajo y los viernes y jueves trabajo por lo que llego cansadísima a mi casa y sin ganas de existir, nunca pensé que el trabajo de oficina podría cansar tanto.
Trataré de retomar el ritmo poco a poco con la escritura, pero debido a este exceso de trabajo inesperado la reanudación de Olympus aún tardará un poco pues apenas puedo sacar tiempo para escribir Midnight War y es un proyecto que quiero terminar a mediados de febrero como mucho para liberarme un poco. Veo innecesario alagar el final mas de eso.
Una vez esta historia termine haré un apartado en mi nuevo blog del 2021 sobre las nuevas fechas de actualizaciones basadas en mi nuevo tiempo libre para escribir ^^
De nuevo disculpas por la tardanza y perdonad los dedazos pues me salté la lectura de corrección para publicar lo antes posible.
~Nova/Dreamer ♥
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro