❥︎ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 10: Nᴏᴡ ʏᴇs, ᴛʜᴇ ᴡᴀʀ ʙᴇɢɪɴs
ᑕᕼᗩᑭTᗴᖇ 10 ;;
•𝐴ℎ𝑜𝑟𝑎 𝑠𝑖, 𝑐𝑜𝑚𝑖𝑒𝑛𝑧𝑎 𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑒𝑟𝑟𝑎•
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☾︎ᵖᵘᵇˡⁱᶜᵃᵈᵒ: 07/01/2021☽︎
—¿Ya estás listo? —preguntó Luciel al entrar a la cocina y ver a Sol preparándose el desayuno.
—Umm si.
—Mentiroso, aún estas empanado estas echando zumo en el bol de cereales en vez de leche —rió cuando el pelinaranja apartó corriendo el brick de zumo de piña manchando un poco la encimera.
Sol se quejó por lo bajo de forma casi inentendible, cosa que hacía gracia a Slocker. Abrió la puerta de un armario de la limpieza y sacó una bayeta para limpiar lo que se derramó mientras que Sol simplemente echaba el bol al fregadero, había desperdiciado zumo y cereales.
Sol bufó y se sentó en la mesa de la cocina bajo la atenta mirada de su novio quien sacó otro bol y esta vez el brick correcto preparándole un nuevo desayuno. Una vez listo se lo dejó sobre la mesa pasándole también una cuchara mientras él iba a prepararse unas tostadas.
—Llevas dando vueltas desde las cuatro de la mañana, no has atinado a hacerte el desayuno más simple que existe y... ¿te has puerto la camiseta del revés? —ante esa pregunta el chico se apresuró en mirar si lo que decía Luciel era cierto, pero el rubio solo rió.
—Era broma, la tienes bien puesta.
—Ja ja, muy gracioso —rodó los ojos molesto.
Luciel dejó las tostadas en el tostador y se acercó a su novio por detrás rodeándole la cintura con los brazos teniendo que agacharse un poco para esto al estar el otro sentado en un taburete. Dejó un beso en su mejilla, otro en su mandíbula y por último en el cuello, al principio trató de mantener el ceño fruncido, pero cuando con el último beso le hizo cosquillas toda la seriedad se fue por el caño.
—¡Ya! Sabes que tengo cosquillas —rió apartando a su novio.
—Entonces ¿me vas a decir que te pasa o tengo que sonsacartelo a base de cosquillas?
—Ni se te ocurra listillo —le dio un golpecido con su dedo índice en la frente.
La tostadora soltó un pitido dejando salir las tostadas hacia arriba al estar ya listas. Luciel se acercó y las colocó en un plato, cogió un cuchillo y mantequilla del frigorífico y lo dejó todo sobre la mesa.
—Me preocupa la reunión, la misión, la maldita guerra y mi estúpido cuerpo —soltó de repente Sol.
Luciel agarró el brick de zumo que Daystar había dejado fuera y se giró para mirar al chico que desvió la mirada avergonzado. Se acercó de nuevo a la mesa y tomó asiento frente a su pareja dejando la comida de lado para prestarle atención.
—Te escucho.
—He estado toda mi vida encerrado en un hospital, deseando poder salir y ser útil por una vez, pero cuando logro salir traiciono a todos aliándome con el clan del acero. Para colmo siento que soy el único que no a saldado sus deudas con los demás —comenzó a explicar sin mirar a Slocker—. Quería haber hablado de esto con todos, haberme disculpado, pero no, al terminar el torneo mi cuerpo decide volver a dejar de funcionar bien para estar de nevo dos años más en esa maldita cárcel de enfermos. Seguro que todos me odian en este momento y solo de pensar que voy a tener que verlos hoy como si nada me está volviendo loco.
Sol cruzó los brazos sobre la mesa y apoyó su cabeza sobre estos ocultando así su cara. Slocker lo miró conmovido y con su mano acarició lentamente las hebras anaranjadas del mayor en edad, aunque a veces no lo pareciera por su forma de actuar.
—Eres un idiota.
—Gracias, eso me consuela —se quejó sin levantar la cabeza.
—No intento consolarte, solo hacerte ver la realidad, la realidad que tu solo te niegas a creer —dejó de acariciar su pelo y le hizo levantar la cabeza levemente, lo suficiente para poder ver sus ojos—. Sol, nadie te odia, en mayor o menor medida son capaces de comprender las razones que te llevaron a aceptar ese trato, igual que llegaron a comprender las razones de Falco, Jimmy o Raven.
—Que tuviera razones para aceptar no me exime de la culpa.
—Claro que no, porque debes eliminar esa culpa por ti mismo, los demás pueden perdonarte, pero también tienes que perdonarte tú.
Sol no dijo nada, solo bajó la mirada pensativo, para que no se desconectara de la conversación Slocker lo hizo levantar la cabeza un poco más y pegó su frente a la del mayor.
—Hoy los veras, pues no los evites. Es el momento de enfrentar tu miedo y ver con tus propios ojos como el mundo no es como tu mente asustada te hace creer.
—¿Pero y si resulta ser como mi mente lo cree? —Slocker negó cerrando los ojos para luego abrirlos con mayor decisión.
—Habla con ellos, discúlpate de la forma que tu creas mejor y que te haga sentir bien, te van a escuchar, no te van a juzgar, creeme —dejó un fugaz beso en su nariz antes de tomar un poco de distancia de nuevo—. Esto es algo que yo no puedo arreglar por ti, pero te prometo que estaré a tu lado para ponerte en pie o darte un empujoncito cuando sea necesario, ya lo sabes.
Sol suspiró y se limitó a meterse la primera cucharada de cereales en la boca mientras veía a Luciel untarse la tostada, al contrario que él el rubio parecía bastante tranquilo. Entonces una pregunta llegó a su mente.
—Cambiando de tema —volvió a hablar al tragar— ¿Cómo está tu brazo?
Señaló con la cuchara el brazo derecho de su novio. Cuando el clan del acero irrumpió en el CG tres días atrás y colocó la bomba que los hizo volar a todos por los aires, Luciel se quemó la parte derecha de su cuerpo que era la que mas expuesta estuvo a la explosión. Los daños en su torso y pierna izquierda no fueron tan graves, a penas se le notaban las marcas de las quemaduras, y en su cara no llegó a recibir tanto daño ya que tuvo tiempo a cubrirse con los brazos y los rasguños que obtuvo ya se le habían curado. Por otro lado su brazo derecho si se vio más afectado, para empezar fue la parte de su cuerpo que mas daño recibió al cubrirse con ellos, y además por un fallo de los soldados que los atendieron al principio solo sufrió mas daños.
Aquellos soldados al ver que su chaqueta estaba casi completamente chamuscada, quisieron quitársela para que no le hiciera mas daños, pero esta se había pegado un poco a su quemada piel y al intentar retirarla tiraron también de esa poca piel creándole mas heridas. Cuando Slocker se quejó por el dolor decidieron no hacer nada y esperar hasta que los médicos mas cercanos llegaran. Skie fue la primera en hacer acto de presencia y cuando se enteró de lo que iban a hacer aquellos soldados casi los lanza por una ventana, Slocker aún recordaba sus palabras exactas ya que en realidad fue bastante cómico.
"—¡¿Cómo se os ocurre quitarle la chaqueta chiquillos?! ¿No veis que se le ha pegado a la piel? ¡Ni con superglú logras esto! Tenéis que estar más atentos, madre mía, ahora tengo yo mas trabajo, si es que no."
Era tan adorable como una ardilla y tan letal enfadada como un cuchillo por lo que no sabías si tener miedo por sus regaños o sentirte enternecido.
—Bastante mejor, ya no me duele, de hecho apenas es una leve molestia ahora.
—Por favor ten mas cuidado ¿qué haría yo si me quedo sin mi mediocre favorito?
—Ahora el que no se siente consolado soy yo —dijo para darse la vuelta dramáticamente como si se hubiera enfadado.
Sol rió y su risa se le contagió a un Luciel que no podía aguantar serio y acabó cediendo volviendo a mirar al pelinaranja.
Continuaron comiendo con tranquilidad mientras que ahora Luciel miraba de reojo la venda que cubría su mano y brazo derechos. Skie ya le advirtió que tuviera cuidado y que se echara todos los días la pomada especial para quemaduras graves que le dio, lo había hecho sin falta todos los días y pudo notar una clara mejora de como estaba el primer día a como estaba ahora.
La chica de pelo azul ya le advirtió que aquellas marcas se quedarían con él para toda la vida, las del torso y pierna casi no se notarían a no ser que te fijaras bien, pero las del brazo si que serían claramente notorias. A él sinceramente le importaba poco, prefería mil veces acabar con miles de cicatrices en su cuerpo a morir, solo quería poder salir adelante tras esa guerra y poder estar junto a Sol como tanto lo habían querido ambos.
Una vez ambos terminaron Luciel iba a levantarse para recoger y fregar los platos usados, pero Sol se le adelanto y lo obligó a sentarse de nuevo.
—Tu has preparado el desayuno, yo limpio —dijo sin más—. Además con las vendas no puedes mojarte la mano.
—Para eso están los guantes de látex.
—No hay guantes de látex.
—Si que hay —arqueó una ceja—. Están en el armario de debajo del fregadero.
Sol entonces dejó todo y abrió las puertas de dicho armario sacando de allí efectivamente una pequeña caja de cartón con al menos dos pares de guantes de látex. Luciel iba a decirle que él llevaba la razón, pero entonces Daystar abrió la ventana frente a él y lanzó la caja por ahí volviendo a cerrar la ventana y apartándose para dejar a su novio ver el interior del armario.
—¿Ves? No hay.
"Nota mental: Nunca llevar la contraria a Sol cuando esta decidido. Me gustaría evitar que lo próximo que lance por la ventana sea yo"
—Vale, está bien, tu ganas. No hay.
Sol sonrió satisfecho con la respuesta y cerró las puertas del armario para continuar fregando. Al menos ya no parecía estar tan torpe como antes, aparentemente esa charla si que había funcionado para tranquilizarlo un poco, eso o estaba fregando con lejía y él no se había dado cuenta.
Sin querer molestarlo, salió de la cocina para subir de nuevo a su habitación, Sol ya estaba vestido con el uniforme y listo para ir al CG, pero él seguía en pijama.
El CG estuvo cerrado por esos tres días mientras reparaban los daños de la entrada y comprobaban que la estructura no recibió daños graves. Dejaron a medias la reunión de la otra vez, pero Travis dejó bien claro que la retomarían en cuanto todo estuviera arreglado y ese día era aquel. La noche anterior recibieron una llamada de la junta para que tanto él como Sol fueran a la reunión.
Que Sol fuera le sorprendió en un principio pues si bien era verdad que hacía ya algunas semanas que recibió el alta, no había tenido aún ninguna misión como el soldado recién incorporado que era, y tampoco estuvo en la reunión pasada como para que lo llamaran ahora. Por ello entre los dos llegaron a a conclusión de que eso tenía que ver con el cambio de estrategia que Percival mencionó, era posible que estuvieran llamando a los soldados que tendrían algún papel importante en ello.
En un par de minutos ya estaba completamente listo por lo que casi bajando las escaleras de dos en dos regresó a la planta baja, donde Sol ya había terminado con los platos y esperaba mirando su teléfono móvil. Slocker no pudo resistirse al momento de gran lucidez que le llegó y aprovechando que Sol no lo escuchó llegar al estar centrado en su pantalla caminó si hacer ruido hacia él.
Con todo el tema del hospital, su salud débil ese tiempo y el trabajo fuera de Luciel no habían tenido mucho tiempo para ellos y la verdad es que el rubio ya extrañaba los momentos donde lo que mas le preocupaba era no saber como declararse a aquel chico frente a él. Llegó por detrás rodeándolo con sus brazos de repente provocando un grito ahogado de parte del otro por el susto, sin darle tiempo a reaccionar lo cogió y lo sentó esta vez sobre la mesa de la cocina para que estuviera mas a su altura.
—¡¿Pretendes matarme de un infarto?! —dijo dándole un golpe en el hombro en broma, pues el propio Sol se aguantaba la risa.
—Solo quiero mi compensación por llamarme mediocre —dijo acercando su boca a la de Sol sin dejarle de nuevo tiempo a contestar.
El simple hecho de poder estar allí de esa forma ya era suficiente para ambos, querían disfrutar de aquel momento de tranquilidad antes de tener que partir inminentemente a una reunión que lo cambiaría todo.
Lo admitía, tuvo miedo de perder a Sol, siempre lo tuvo, desde sus crisis cuando lo conoció en el hospital, a cuando se enteraron de que ambos participarían en el Midnight War hasta cuando descubrió que él era uno de los tan buscados traidores. Le daba igual que el mundo entero lo odiara, él siempre protegería a Sol aunque tuviera que dar su vida a cambio, aunque al hacerlo tuviera que volverse el enemigo de todos los clanes que había.
Él nunca culpó a Sol por lo que hizo, si era verdad que le sorprendió muchísimo al enterarse, pero era el que mejor comprendía por qué lo había hecho, pues era probable que si a él le hubieran propuesto ese mismo trató, hubiera sido igual de idiota como para aceptarlo en aquel momento de pánico.
—Te quiero, Sol —dijo una vez se separaron y Sol sonrió.
—Yo también te quiero.
—¡Por la Diosa, vosotros dos iros a un hotel! —Infinity puso una mueca asqueada.
Estaba llegando al CG junto a Víctor y Vladimir, a quienes se encontró de camino, cuando vio a Liliya y Njord en pleno momento cursi. Realmente no hacían nada raro, ambos hablaban en voz baja algo que los tres chicos no lograron escuchar mientras que Lily simplemente sonreía cual colegiala enamorada a la que su crush por fin le hacía caso, mientras que incluso Njord formaba una leve sonrisa.
Para Infinity ver a Snio sonreír despreocupado era tan extraño como ver a un pez caminando por la tierra y a la vez le daba incluso algo de repelús, después de todo era con Liliya, alias la psicópata, con la que estaba.
—Muérete, Beyond —se limitó a decir el peliazul retomando su expresión neutral.
—¿No puedes ir a joderle el día a otro? —se cruzó de brazos Liliya
La chica estaba enfadada por el hecho de que los hubieran interrumpido, ya era difícil de por si lograr que Njord se relajara, ahora que habían venido a molestar lo sería aún mas ¿dónde estaba Maxim cuando lo necesitabas?
—O al menos ve a que Millennium te Iida a ti, de la forma que tu prefieras, no pongo límites —se burló logrando que Infinity gruñera.
—Chicos no empecéis —llamó Vlad a la calma, pues después de haber tenido la oportunidad de convivir con esos tres y Terry durante el torneo sabía que una vez que empezaban no terminaban.
—Veo que os han llamado a vosotros también para la reunión de hoy —trató de cambiar de tema Njord.
—Parece que formaremos equipo una vez mas —asintió Víctor.
—A mi lo que más me preocupa es el para qué es esta reunión, yo no estuve presente en la anterior, pero teniendo en cuenta como dejó el acero nuestro cuartel no creo que los jefes vayan a quedarse de brazos cruzados —dijo Vladimir.
—Tres clanes caídos, dos jefes muertos, espías entre nuestros soldados, un ataque a tres bandas y una bomba en nuestro CG —comenzó a enumerar Beyond—. No tiene pinta de que vayan a pasar todo eso por alto .
—Hablando del ataque ¿No hubo perdidas? —preguntó Vladimir mirando al edificio frente a él.
Si bien era cierto que parecía diferente a la última vez que lo vio, era más por el aura que emanaba que por su apariencia. Definitivamente no tenía el aspecto de un edificio que había estallado tres días atrás.
—Materiales bastantes, humanas ninguna, Neil Turner pudo crear un escudo de cristal para proteger a Inchy y Camellia de los daños mayores y la recepcionista fue protegida por Jade quien recibió la mayor parte del daño —comenzó a explicar Liliya—. Estuve hablando con Terry el otro día y me dijo que los únicos daños que recibieron fueron varios golpes que se llevaron él y Artemisa al salir despedidos, las quemaduras de Slocker, dos costillas rotas de Jade al proteger a la otra mujer y una muñeca dislocada a parte de golpes y quemaduras leves en Cronus.
—Hubiera sido mejor que no pasase, pero al menos me alegro de que no fuera a mayores —dijo Infinity y Njord asintió de acuerdo con él.
—Anda, pero si estáis todos aquí reunidos —mencionó Pocus al llegar al lugar junto a su hermano, Maxim y Riccardo.
—Ah genial, los desquiciados también están aquí —mencionó Byoko.
—¡Le dijo la sartén al cazo! —hablaron a la vez los hermanos Blade, Infinity y Riccardo.
—Madre mía, los Sesame, Millennium y ahora también Byoko, ¿qué pretenden? ¿matarnos a todos? —mencionó Riccardo suspirando.
—Al parecer, estos tipos son eficaces de eso no hay duda, pero no miden los daños colaterales —bufó Víctor.
—Y cuando tú eres un posible daño colateral es peor aún —rió Vladimir.
—Solo entremos de una vez —dijo Infinity de forma tosca pasando al interior del edificio, era como si de repente se hubiese puesto de mal humor.
—¿Y a este ahora que le pasa? —le preguntó Hocus a los dos compañeros del hielo del azabache.
Njord se encogió de hombros sin entender tampoco, pero Liliya se limitó a carcajearse bajo la mirada confundida de su novio y el mayor de los Sesame.
—Luego dicen que la loca soy yo, lo que pasa es que la gente no aprende que a veces la mayor locura que puede padecer un ser humano se llama amor —y dejando aún la duda en el aire ella también pasó al interior.
No era idiota, loca tal vez, pero idiota no. Había notado el ceño fruncido de su amigo en cuanto Di Rigo y compañía hicieron acto de presencia, y estaba segura al 99.99% de que su enfado no tenía nada que ver con los gemelos del clan de la niebla o el músico barato del clan del bosque.
Normalmente cuando Maxim llegaba a algún lugar y daba la casualidad de que Infinity estaba allí solía lanzarse encima de él para atormentarlo un rato, era una extraña manía que cogió el de moños después del Midnight War, al parecer le hizo gracia buscarle las cosquillas al mayor. Pero desde hacía algunas semanas, puede que incluso meses si lo rememoraba bien, ambos habían estado bastante raros, Maxim había dejado de molestar a Infinity y a su vez este último trataba de evitarlo todo lo posible, y aunque ambos trataban de aparentar normalidad y disimular aquello, para un ojo experto como el suyo era demasiado obvio.
No sabía que había pasado exactamente con esos dos, después de todo era avispada y observadora, más de lo que muchos pensaban, pero no era vidente, no podía saber cada mínima cosa que pasaba en la vida de los demás, tampoco es como si le interesara saberlo, cada uno allá con sus problemas. Aunque si le preguntaban ella simplemente diría que lo único que hace falta para arreglar la situación es que esos dos hablaran de forma sincera, pero para un cabeza hueca como Infinity y un espíritu libre y ciego como lo era Maxim, eso era bastante difícil.
La entrada ya había sido reparada, solo faltaban algún arreglo aquí o allí, pero estaba casi terminada. El ascensor estaba inutilizable debido a que el mecanismo se rompió por culpa de la explosión y aún no habían podido arreglarlo, por ello les tocó subir por las escaleras hasta las tercera planta.
Una vez entraron a la sala de reuniones ya había varias personas en esta. La enorme mesa era utilizada en esta ocasión solo por los jefes y sus sucesores, el resto de personas estaban de pie alrededor, algo que les sorprendió tanto a Liliya como a sus compañeros fue ver a Davy sentado en aquella mesa. Con tanto revuelo no habían tenido tiempo para que contara que había aceptado el puesto.
—Yo sé de alguien a quien no le va a sentar nada bien que no se lo contara —escuchó que le susurró Pocus a Hocus.
—A un señorito pelirrojo de nombre Tet Aqua ¿verdad? —rieron los dos por lo bajo.
Ahora que miraba bien la mesa, no todos los jefes estaban presentes, Seymour Hillman no se encontraba en la sala aunque nadie parecía darle importancia a eso, solo a Arion se lo veía algo decaído.
Algunas personas más fueron llegando poco a poco a la sala, y hasta que Travis no revisó que todos los que había hecho llamar estaban presentes no dio comienzo a la reunión.
—Bien, sé que muchos estaréis muy perdidos respecto a la razón por la que se os ha hecho llamar y no os preocupéis que todo se os será explicado en este instante —comenzó a hablar el adulto de pelo morado—. Como todos ya sabéis el clan del acero ha estado lanzándonos más ataques de la cuenta en estas últimas semanas, algo que nos extrañó mucho a todos los jefes pues el clan del acero nunca se apresura, les da igual tardar mucho tiempo en lograr algo puesto que no tienen ninguna prisa.
—El problema llegó con ese ataque triple niebla-bestias-fuego de hace algo menos de una semana, y por supuesto la llegada a la sede del clan del hielo hace tres días —continuó hablando Aquilina.
—En el ataque de hace unas semanas, ese en el que Byoko Liliya provocó un alud de nieve —señaló Hailey a la mencionada quien simplemente sonrió—. Logramos atrapar a un pequeño grupo de soldados aún con vida, cinco en concreto. Dos de ellos murieron de hipotermia días después, pero tres lograron sobrevivir y ahora están en los calabozls subterráneos de este clan.
—Uno de esos tres soldados es un alto cargo del ejercito del clan del acero y hemos conseguido que nos hable sobre los planes de su clan —retomó Percival la palabra.
—Y seguro que lo lograron amablemente —escuchó a Víctor susurrarle eso a su hermano
—Él nos dijo que la supuesta fuerza que ellos creían que nuestros clanes tenían es mucho menor de la esperada, y que al ver esto Cinquedea a decidido acelerar las cosas, la conquista de los doce clanes originales va demasiado lenta para su gusto.
Se escuchó el bufido de más de uno en la sala al escuchar lo de la debilidad de los clanes, ahora había varios ceños fruncidos y puños cerrados de pura ira.
—Nosotros vamos a demostrar que se están equivocando, que nos están subestimando y que su ego va a acabar llevándolos a la derrota y por tanto a la destrucción —Percival dio un golpe sobre la mesa con su puño—. Si ellos nos declaran la guerra nosotros les contestaremos de igual forma, pero esta no será una batalla defensiva más, esta será la batalla definitiva que le ponga punto y final a ciento sesenta y dos años de conflictos.
De repente el orgullo y el ímpetu de todos se podía sentir en cada rincón de la sala, había sido un discurso que realmente les había levantado los ánimos. Todos de por si ya estaban dispuestos a luchar, a dar sus vidas por proteger sus hogares y a las personas que querían, pero ahora ya no era solo disposición, era un hecho inmediato y que todos tenían como objetivo. Todo iba a acabar y más les valía esforzarse y sudar hasta sangre si hacía falta para que ese final llegara a su favor.
—Este militar también nos dijo la forma en la que se organiza el acero, no es muy diferente a la nuestra de divisiones y escuadrones, pero si hay algo que llamó nuestra atención —habló ahora Joseph.
Era increíble la soltura que parecía tener ya para esas ocasiones, acababa de ser nombrado como jefe del clan de las bestias hacía días, pero no parecía que eso afectara a su imagen, era capaz de desenvolverse como si llevara años haciéndolo. Y había que reconocer que aunque Jones no estaba interviniendo demasiado en la charla no desentonaba nada con el ambiente, había decidido ser el jefe, y parecía que no iba a dudar ni por un segundo de su decisión.
—Lo especial de su ejercito son catorce soldados bajo las ordenes directas de Gyan Cinquedea, al parecer han sido modificados genéticamente y sometidos a una experimentación y un entrenamiento muy duro con tal de obtener a los soldados más fuertes que existen —habló Aquilina de nuevo—. Los catorce del acero son muy peligrosos, de hecho los cinco soldados que estuvieron aquí hace tres días son parte de ese grupo; Isabelle Trick, Rex Remington, Dracon Yale, Quentin Cinquedea y Aimé Quintet. El soldado nos dio los nombres de los otros nueve; Wenceslas Wales, Buddy Fury, Ryoma Nishiki también conocido como Roma, Gene Ghiskhan, Dave Quagmire, Jerry Onimo, Cherise Blossom, Bobby Shearer y Grisley Bear.
—Ya hay gente que ha tenido encuentros con estos soldados —aseguró Stewart—. Slocker nos habló de su encuentro con Nishiki, los tipos que atacaron a Damian eran Quentin y Aimé y Quagmire es el tipo que mató a Sleight, así que no quiero que los subestimeis.
Liliya se quedó algo pensativa al escuchar esos nombres, había uno en especial que se le hacía familiar. Njord la miró al darse cuenta de que algo pasaba con ella.
—¿Estás bien? —le susurró preocupado.
—Si, si, no te preocupes, solo estaba pensando.
Una sonrisa se formó en su cara, ya recordaba quien era, el nombre que se le hacía familiar, Cherise Blossom, ese era el nombre de la hija de perra pelirrosa que conoció poco antes de que comenzara el torneo. Esa asquerosa le habían hablado como si nada a pesar de que eran los causantes de toda la mierda que vino después, se las iba a pagar todas juntas, odiaba a la gente que le mentía a la cara.
—El clan del acero planea atacarnos antes de que la semana finalice, así que nosotros nos prepararemos y les devolveremos la jugada. Para ello haremos tres grupo, el primero será el que se infiltrará directamente en el clan del acero, será un grupo mas reducido al ser un trabajo tras las sombras, la misión de este equipo es destruir los suministros del acero, energía, comida, medicinas, y por supuesto llegar hasta Cinquedea y matarlo —explicó Travis.
—El grupo estará formado por Xavier Foster, Dave Inchy, Preston Princeton, Jordan Greenway, Sol Daystar, Artemisa Carmina, Bryce Whitingale, Luciel Slocker, Bay Laurel, David Samford, Davy Jones, Alessandro Il Grande, Joseph King, Lynx Rigel, Rina Ibara, Cronus Fourseason, Ringo Saturn y Riccardo Di Rigo —los fue nombrando Deanna.
—Hemos escogido este grupo de dieciocho soldados por sus resultados superiores en infiltración, espionaje, recogida de información y por supuesto por sus dones de asesinar desde las sombras. Estaréis solo vosotros, no habrá más soldados del ejercito, ni escuadrones, ni divisiones para apoyaros si tenéis problemas y el fracaso podríais pagarlo con la muerte —fue totalmente sincero Ray Dark—. Si alguno quiere negarse a ir este es el momento, no juzgaremos a nadie, somos conscientes de que es prácticamente una misión suicida.
Nadie dijo nada, nadie se quejó, todos los nombrados estaban totalmente de acuerdo con el grupo creado e iban a dar lo mejor de ellos para lograr su objetivo, Cinquedea iba a pagar.
—El segundo grupo —retomó Travis la explicación—. Seréis nuestra defensa impenetrable, evacuaréis las ciudades que se vean afectadas, protegeréis a los ciudadanos e impediréis el avance de cualquier escuadrón enemigo que llegue a las fronteras.
—Jack Wallside, Wolfe Whyte, Erika Archibald, Mark Evans, Abigail Coffee, Axel Blaze, Samguk Han, Shawn Frost, Byron Love, Rob Crusoe, Nelly Raimon, Camellia Travis, Terry Archibald, Hyperion Wise, Rae Godmother, William Glass, Victoria Vanguard, Archer Hawkin y Keenan Sharp —nombró de nuevo Deanna—. También llevaréis con vosotros a los escuadrones médicos de Skie Blue y Tezcat, y por supuesto dejaré a vuestras ordenes a las divisiones de la A a la M del ejercito.
—El tercer y último grupo será el de la primera linea de ataque, serán los encargados de hacer el primer choque de ejércitos y mantener la atención en el campo de batalla para que así no se fijen tanto en el primer grupo infiltrado, hay que darles trabajo.
—Ahí estarán las divisiones de la N a la Z del ejercito dirigidos por Damian Laggenfeld, Liliya Byoko, Neil Turner, Bradford Ash, Dulce Loamy, Iggie Loo, Vladimir Blade, Arion Sherwind, Erika Eagle, Víctor Blade, Tet Aqua, Claude Beacons, Njord Snio, Cálico Corsair, Nathan Swift, Caleb Stonewall, Jude Sharp, Bailong, Fey Rune, Infinity Beyond, Maxim Millennium, Pocus Sesame, Hocus Sesame, Harrold Houdini, Michael Ballzack, Faythe Heeler y Hurley Kane, además llevaréis como apoyo los escuadrones médicos de Rosie Redd y Silvia Woods.
Se dieron algunas indicaciones e instrucciones más. Realmente el ambiente estaba bastante calmado para lo que acababan de contar, el final, el final por fin estaba cerca.
—Señor —habló Corsair llamando la atención de Travis— ¿Podemos saber donde está el jefe del clan del viento? Es extraño que no se haya presentado en toda la reunión.
Travis iba a contestar la pregunta, pero Arion aprovechó un momento dubitativo del mayor para ser él quien contestase armándose de valor.
—El jefe Seymour Hillman está actualmente de camino al clan del bosque donde el acero tiene su cuartel general —dijo sin pausas para no acobardarse en el ultimo minuto—. Él tiene el papel mas importante en todo esto, descubrir el día exacto en el que Cinquedea piensa atacarnos.
Hasta aquí el capítulo de hoy.
Madre mía se me alargó mas de lo que yo pensaba, de hecho había algunas cosas más que quería añadir en este capítulo pero ya se me iba a quedar demasiado largo para lo que yo tenía pensado así que lo dejaremos para el capítulo siguiente o ya lo añadiré en otro momento u.u
En fin ahora que toda la guerra está bien pensada y organizada, y hemos disfrutado de este último momento de paz con un momento ñoño de Sol y Luciel ya podemos decir hola a las muertes :D
Recordad que nos vemos este sábado en Horror Circus y el domingo en otro capítulo de Midnight War.
~Nova/Dreamer ♥
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