❥︎ Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 1: Uɴᴛɪʟ ᴛʜᴇ ᴅᴀʏ ᴡᴇ ᴅɪᴇ
ᑕᕼᗩᑭTᗴᖇ 01 ;;
•ℎ𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑒𝑙 𝑑𝑖́𝑎 𝑑𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑎 𝑚𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒•
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☾︎ᵖᵘᵇˡⁱᶜᵃᵈᵒ: 23/11/2020☽︎
—¡Il Grande, Slocker, se dirigen hacia el este! —avisó Rina por el auricular girando bruscamente el volante del jeep que con un fuerte chirrido cambió en 90° su dirección.
—¡Si, ya los vemos! —contestó el rubio.
—Los detendremos todo lo que podamos en lo que llegas —se limitó a decir Alessandro.
Rina pisó el acelerador hasta el fondo, no podían dejarlos avanzar más o la misma nieve les dificultaría seguirlos con los jeeps.
—Según el radar se han dividido en dos grupos —avisó Eugene a la fémina desde la parte de atrás—. El primer grupo continua con la trayectoria inicial.
—¿Y el segundo?
El chico dejó de mirar el ordenador y se colocó bien las gafas antes de mirar a la chica quien no despegaba la mirada de la carretera.
—Van directos a su muerte.
—El grupo de Byoko.
—Efectivamente.
Rina sonrió, al parecer aquella desquiciada podía ser de gran ayuda cuando estaba en tu mismo bando.
Hacía tan solo unas horas que Hailey Cometti avisó al clan del hielo del avistamiento en sus costas de una embarcación no identificada que se dirigía hacia el clan del hielo. Rápidamente los escuadrones que estaban en la zona se acercaron y como pensaron interceptaron a un grupo de soldados del acero tratando de infiltrarse.
Lograron frenar a la mayoría en la misma zona en la que desembarcaban, pero un grupo de 10 soldados se les escapó y trataban de alcanzar algunas de las ciudades del hielo para inmolarse. No eran soldados comunes, ellos mismos se suicidaban con bombas que pegaban a su cuerpo y se llevaban o todos los que podían junto a ellos, aunque fuera inocentes o simples niños, era asqueroso.
Tenían que impedir a cualquier costo que alcanzaran hasta el más recóndito pueblo de la zona.
En ese preciso momento una fuerte explosión se escuchó y los dos que viajaban en el vehículo vieron un brillante estallido en la falda de la montaña acompañado en seguida por un alud de nieve. Eso había sido justo por la zona en la que se encontraba el escuadrón al que Liliya pertenecía.
—Escuadrón Delta ¿todo bien? —se apresuró en intentar ponerse en contacto Eugene con ellos por el ordenador.
—Si, todo bien —ambos suspiraron al escuchar la voz de Infinity.
—¿Qué ha pasado por ahí Beyond? —preguntó Rina siendo escuchada gracias al altavoz de portátil de Peabody.
—La loca entrando en acción —con eso ya fue entendido, pero de todas forma dio una explicación más detallada—. Disparó directamente a la bomba que uno de ellos llevaba en el pecho con el rifle de francotirador y los hizo explotar, si alguno había sobrevivido ahora está sepultado bajo toneladas de nieve.
—¿De quién fue la brillante idea de darle un rifle? —cuestionó la peliverde arqueando una ceja.
—Culpa mía —admitió una segunda voz por la línea de Infinity.
—Esa no se la vio venir ¿eh, Capitán Whitingale?
—No te burles de mi niña —a pesar del aparente tono enfadado todos sabían que bromeaba.
Bryce Whitingale era demasiado inexpresivo e incluso intimidante, la primera vez que los novatos lo conocieron realmente pensaban que era alguien frío, y así era, para qué mentir. Pero después de un año y algo luchando juntos habían comenzado a entenderlo, al menos un poco.
—Ibara quiero que vayas a ver como les va al escuadrón de Il Grande —ordenó el mayor.
—Estoy de camino Capitán.
—Eres muy lenta.
—¡Voy a casi 200 por hora!
—Pues lo que yo decía, muy lenta, písale más al acelerador que no te va a morder.
Rina bufó y Eugene cortó la comunicación con el escuadrón Delta, de seguir así si que se hubiera montado la Guerra Mundial con esos dos discutiendo. Los dos eran demasiado tercos y no daban fácilmente su brazo a torcer, sus discusiones y debates podían alargarse por horas.
Rina volvió a dar un volantazo de esos que a Eugene no le gustaban una pizca pues siempre salía volando al no haber cinturón de seguridad en la parte de carga de atrás del jeep. En frente ya se podía casi divisar la zona por la que el escuadrón de Il Grande debería de estar, y de hecho el sonido de disiparos le indicaba que así era.
—Vamos a coger un atajo.
—No me gustan tus atajos —admitió temeroso el de gafas llevándose el ordenador hacia su pecho para tratar de protegerlo sabiendo que eso se iba a transformar en una montaña rusa.
En lugar de continuar recto por el camino se desvió por una cuesta que comenzaba a subir la montaña, ese camino estaba lleno de piedras y el traqueteo no se hizo esperar, subieron casi media montaña hasta que Ibara consideró que ya estaban lo suficientemente arriba. La chica agarró un rifle que llevaba en el asiento de copiloto y lo fue cargando a la vez que salía del vehículo, Eugene en la parte de atrás se limitaba a tratar de no vomitar el desayuno.
La peliverde se asomó al filo del barranco y por la mirilla del arma no tardó en encontrar al escuadrón que buscaban, eran cinco del acero, contra los cinco que componían aquel escuadrón y la lucha se veía bastante igualada. No podían tirarse así por mucho más tiempo así que ella misma movería la balanza. Apuntó hacia el primer soldado del acero que se le puso a tiro y con el primer disparo consiguió darle en el hombro haciéndolo distraerse por el tiempo justo para que Slocker atravesara su garganta con uno de los cuchillos.
Rina chasqueó la lengua, quería darle en la cabeza, pero con tanto movimiento no se pudo, estaba claro que no era de las mejores francotiradoras, pero se defendía bien.
En cuanto el combate quedó en un cuatro contra cinco aquel equilibrio del principio se rompió y pudieron quitarse de en medio con relativa rapidez al resto de soldados.
—Gracias por la ayuda, Rina —escuchó como la llamaba Luciel por el comunicador, llevó sus dedos índice y corazón hacia el auricular de su oreja derecha y con un simple clic pudo hablar de vuelta al activar el micrófono.
—Se os veía algo apurados —la risa del rubio fue lo siguiente que escuchó—. Todos los infiltrados han sido eliminados, nos retiramos.
Tras avisar de ello regresó a paso firme al jeep del que nada más abrir la puerta dejó el rifle de nuevo en el asiento del copiloto y al cerrarla se giró para mirar a su compañero.
—¿Te encuentras mejor?
—Si... Solo, esta vez volvamos con más tranquilidad ¿vale?
La verdad es que aquella misión había sido bastante simple en comparación con otras que había enfrentado a lo largo de esos dos años de guerra, más aún teniendo en cuenta que con ellos había ido un escuadrón Odisea, los escuadrones de mayor rango en el ejercito de La Resistencia. Era escuadrones especiales con soldados altamente entrenados y con un capitán de escuadrón de la llamada primera generación, refiriéndose así a los que rondaban la edad de gente como Jude Sharp y que participaron en el anterior Midnight War al que Rina estuvo.
Básicamente escuadrones liderados por veteranos en la guerra y que ya tenía experiencia en el torneo a muerte.
Como Eugene pidió Rina regresó más lentamente al clan del hielo donde se encontraba la base de La Resistencia. Originalmente a aquella eliminación habían enviado tan solo al escuadrón de Il Grande y al escuadrón Delta de Withingale, pero cuando un grupo de 10 soldados se les escaparon la enviaron a ella y Eugene pertenecientes al grupo especial de rastreadores, ellos localizaron a los soldados y los llevaron hasta los puntos estratégicos donde acabarían con ellos definitivamente.
No tardaron demasiado en llegar al CG, como llamaban al edificio principal de La Resistencia, donde organizaban al ejercito rebelde y se reunían los jefes de los clanes para habla sobre nuevas estrategias, información obtenida y demás cosas. También era el lugar donde Aquilina Schiller, junto a su padre Astram Schiller, Deanna Tam y Longjohn Silver se hospedaban tras tener que salir huyendo de sus clanes. En el momento de la invasión los tres se replantearon el quedarse y afrontar el destino aunque fuera la muerte, al estilo de el último que abandona el barco que se está hundiendo es el capitán, pero otros jefes insistieron en que un líder vivo podía ayudar y apoyar mucho más a los suyos que un líder muerto.
Rina pasó a través de un enorme portón que se abrió en cuanto confirmaron que eran ellos, dando paso a una sala subterránea llena de otros muchos vehículos tanto de transporte como de guerra, era un garaje.
Ambos bajaron del jeep y apenas estaban fuera cuando el portón volvió a abrirse y otros tres jeep más, pero algo más grandes que el que Ibara conducía, entraron estacionando cada uno en su respectiva plaza. De los vehículos salieron el resto de personaje que habían participado en la misión hablando distendidamente de diversos temas que no tenían nada que ver los unos con los otros.
—Peabody —Bryce se acercó a los dos menores en cuanto bajó del asiento de conductor de uno de los jeep— ¿Tienes el informe y los datos?
—Si, Capitán. Están todos aquí —alzó un poco los brazos mostrando el portátil que aún protegía entre sus manos.
—Bien pues quiero que vengas conmigo a la sala de reuniones principal. En cuanto a ti Ibara por hoy ya has terminado tu trabajo, puedes retirarte.
La peliverde asintió y vio como ambos chicos se marchaban en dirección a uno de los ascensores que había por el lugar. Suspiró en cuanto estuvo segura que el albino no podría escucharla y se estirazó alzando los brazos hacia arriba, estaba molida.
—¡Ey Rina! —giró la cabeza al escuchar como la llamaban y vio a Infinity acercarse a ella— Vamos a ir a comer todos juntos ¿te vienes? —señaló con su pulgar su espalda donde Slocker, Il Grande y Byoko esperaban al de pelo negro mientras hablaban.
—Lo siento, ya he quedado con Bay para comer, llegó anoche de su misión en el clan de la niebla y a penas hemos tenido tiempo para hablar —se explicó—. Otro día quizás.
Beyond asintió y sin insistir más regresó con el grupo a quienes parecía indicarles que ella no iría por es vez.
Rina caminó en silencio hasta el ascensor que hacía unos minutos habían tomado Bryce y Eugene y esperó paciente hasta que llegara para subirse a él. En aquellos momentos de soledad y tranquilidad es cuando se ponía a pensar en cuanto habían cambiado las cosa en aquellos años, incluso la situación personal de sus amigos y compañeros y la suya propia eran totalmente diferentes.
Cuando entró al Midnight War tenía 19 años, ahora ya tenía 21 y sentía que en tan solo 2 años había madurado más que en los 19 anteriores. Aquel torneo trajo consigo muchas cosas malas, pero también algunas buenas que sinceramente no cambiaría, como por ejemplo la relación de ya un año con el mismo chico con el que había quedado para comer.
Recordaba como hacía un poco más de un año ella misma le pidió salir al ver que el pelimorado no se atrevía a dar el paso, estaban luchando en una guerra que de un momento a otro podía significar el fin de sus vidas, no estaba como para dudar ahora. Esta razón también fue por la cual hace unos 3 mese decidieron comenzar a vivir juntos, es decir ambos eran mayores de edad, no había problemas legales, y aunque llevaban poco tiempo como pareja, apenas había cumplido un año juntos, ya se conocían desde antes por lo que tampoco es que hubiera problemas de confianza.
El resultado fue muy positivo, y al menos en esos 3 meses todo había ido muy bien, incluso mejor de lo que esperaban y no se arrepentían para nada de haberse apresurado un poco. Aunque ambos debían reconocer que lo que les dio el último empujoncito para hacerlo fue ver como Lynx y Davy hacía ya un año que vivían juntos y todo había ido mejor que bien entre ambos.
Ellos en su momento también llevaban tan solo un año saliendo juntos, pero ya tenían la confianza de haber sido prácticamente mejores amigos clandestinos por años. Ella se alegró bastante por ellos cuando se enteró, eran esos pequeños detalles que le hacían sentir que aunque ahí fuera hubiera una guerra aún podían continuar con sus vidas, y esa no había sido la única noticia importante, de hecho la que se llevaba la palma era que 3 meses después del torneo Terry y Erika se casaron.
Si, fue una sorpresa para todos, pero de nuevo ambos eran mayores de edad, y al contrario que los demás ellos ya llevaban algunos años de relación a escondidas de miradas indiscretas. El plan de ambos eran marcharse juntos al acabar el Midnight War, una fuga de pareja al puro estilo de las películas, pero aunque esa idea se vio truncada decidieron no esperar más y dar finalmente ese paso que para ambos significaba tanto.
Aunque si Rina era sincera, esa noticia no le sorprendió tanto en su momento en comparación con la noticia que Njord les dio a todos hace unas semanas, bueno siendo sincera Liliya lo había ido propagando a los cuatro vientos y Njord tuvo que ir por detrás dando explicaciones. ¡Iban a casarse! Estaban malditamente prometidos, teniendo en cuenta la poca bola que Snio le daba a Byoko durante el torneo pensó que ese enamoramiento solo era un capricho de la chica, no se esperaba que el sentimiento fuera mutuo y mucho menos que fueran tan en serio.
A veces las ironías de la vida eran totalmente inesperadas, al menos en aquella ocasión era una ironía positiva y no como la de participar en un torneo en el que hacían una guerra en miniatura y terminar en una guerra real.
Salió del CG dispuesta a ir caminando hasta el apartamento que compartía con Laurel hasta que escuchó como la llamaban una nueva vez. Se giró y nada más ver quien se acercaba sonrió.
—Pensaba que no te iba a pillar, he tenido suerte —Bay llegó a su lado también sonriente.
Mientras hablaba producía vaho desde su boca por el contraste de su aliento cálido y la fría temperatura del exterior, estaban en primavera, pero eso daba igual cuando se trataba del clan del hielo, allí la temperatura más alta que se había registrado fue un verano en el que hubo 3 grados, un auténtico récord.
Rina llevaba aún la ropa del ejercito ya que apenas acababa de salir y no había tenido tiempo de cambiarse, llevaba unos pantalones de un blanco crudo con un abrigo de pelo por dentro que llegaba hasta sus rodillas y una botas de un color gris oscuro, colores perfectos para el camuflaje en una zona de nieve como aquella. Bay por su parte también llevaba un abrigo y unas botas más cotidianas, pero a esto se le sumaban también unos guantes y una bufanda, era lo típico que todos vestían allí a excepción de los nativo del clan del hielo a quienes no parecía afectar aquella temperatura.
—Me has pillado justo saliendo, creí que nos veríamos en casa.
—Salí a comprar unas cosas para la cena, estamos algo vacíos —levantó una bolsa que la chica recién notaba que el otro llevaba.
—Oh, tenía pensado ir yo esta tarde —reconoció, la verdad es que no había tenido mucho tiempo libre en la última semana y como Bay estuvo fuera no se preocupó demasiado por ello.
—No te preocupes, estaba aburrido y si te soy sincero me a servido como la perfecta escusa para venir a recogerte, aunque volvamos andando —soltó una leve carcajada que Rina no pudo evitar seguir.
—Vaya, que galán —dijo medio en broma medio en serio— ¿Volvemos entonces?
Bay asintió y con la mano que tenía libre agarró la mano de Ibara regresando así con tranquilidad, eran de los pocos momentos así que podían disfrutas a solas.
—¡Como os lo estoy contando! —exclamó Infinity mostrando gesto de incredulidad que logró hacer reír a sus tres acompañantes.
—Oh venga, no tiene que ser tan malo —le quitó importancia Alessandro.
—Claro eso lo dices porque tu no tienes a un loco que te acosa cuando te ve por la calle —bufó—. Me recuerda a Liliya cuando acosaba a Njord.
—Pues ten cuidado que a ella le funcionó —se burló Slocker—. Ahora ella y Njord están prometidos, a ver si Maxim te va a liar.
La risa de todos, a excepción de la de Beyond, se escuchó de nuevo en la mesa.
—Gracias, sois un gran apoyo emocional...
El grupo entró al primer restaurante con mesas libres que encontró. Bueno, quizás al primero, lo que se dice al primero no, siendo sinceros habían ido buscando uno en específico que ya habían pisado más de una vez y en el que además les hacían descuentos por ser clientes habituales.
Erika y Terry fueron los primeros en descubrir aquel sitio cuando decidieron cenar allí en una de sus salidas, la comida estaba tan buena y los trabajadores eran tan amables que no tardaron en recomendar el lugar y el resto del grupo fue pasando por el local de vez en cuando. Había llegado al punto de ser el lugar oficial de encuentro cuando salían juntos a comen o cenar y el dueño y camareros ya los conocían y al enterarse de que eran amigos, y muchos de ellos soldados, les comenzaron a hacer descuentos que ellos sinceramente agradecían mucho.
—Ahora hablando en serio —cambió el tono un poco Slocker, seguía sonando alegre, pero ahora tenía un toque de seriedad—. Si no quieres nada con Maxim deberías ser claro con él, no es bueno que sin querer le des esperanzas que no van a llegar a ningún lado.
—Literalmente vivo mandándolo a la mierda cada vez que se me acerca.
—Infinity... —la mirada del rubio le indicó que eso no iba a funcionar—. Vosotros dos vivís en guerra, es vuestra dinámica, como el acoso de Liliya y el pasotismo o paciencia legendaria de Njord. Si simplemente sigues igual, para él será lo normal, de hecho si le sigues el juego puede interpretarlo como una señal de que tiene una oportunidad.
Infinity no dijo nada y se limitó a mirar concentrado como las burbujas del refresco que contenía su vaso estallaban. Los otros tres se miraron entre ellos y luego miraron de nuevo a su amigo, Liliya fue la primera en hablar y por primera vez no lo hacía burlándose o para molestar.
—Porque a ti no te gusta ¿verdad?
Era una pregunta tan sencilla de si o no, pero que hasta ahora nunca le habían hecho. Como Beyond se la pasaba rechazando a Maxim y quejándose de lo molesto que podía llegar a ser siempre pensaron que este no estaba interesado, pero ahora sentían que había sido idiota dar eso por sentado.
—¿Podemos cambiar de tema? Me siento acosado por vuestra mirada —pidió Infinity tratando de devolver el ambiente ligero a la comida, quería desviar la conversación pues comenzaba a sentirse intimidado y nervioso y eso no le gustaba demasiado.
Todos comprendieron que era mejor no insistir, era mejor que él mismo aclarara sus ideas, ellos no podían hacer mucho más.
—Bueno pues ¿Cómo está Sol? —preguntó Alessandro a Slocker.
El rubio suspiró echándose hacia atrás en su silla.
—Algo mejor, pero el ambiente sigue siendo... raro.
—¿A qué te refieres? —preguntó Liliya antes de llevar un trozo de carne a su boca.
—Bueno hace un mes que confirmaron la desaparición de cualquier rastro del cáncer, han sido dos años muy largos, no ne gusta admitir esto pero había momentos que la situación incluso me superaba a mi así que no me quiero ni imaginar como debía sentirse Sol —reconoció Luciel echando su pelo hacia atrás al pasar su mano por su frente—. Me siento impotente, no sé como ayudarle, trato de pasar el mayor tiempo posible con él, desviar su atención del tema del hospital cada vez que puedo, pero siento que ahora todo para él gira al rededor de su enfermedad ¡y lo comprendo! Es algo muy duro, pero no creo que sea bueno para él quedarse atrapado en eso, necesita un respiro y él mismo se lo impide.
—¿Y si lo hace a propósito? —esas palabras de Liliya llamaron la atención de todos.
—Explícate, bruja —la señaló Infinity con el tenedor.
—Bueno, todos hemos pasado en estos dos años por nuestros propios problemas de conciencia, ya sabes, saber que somos asesinos, que nos vendimos, que hicimos cosas horribles... —hizo una pequeña pausa antes de continuar, como si pensara en algo en específico—. Poco a poco todos hemos podido ir pasando página y obteniendo el perdón de los otros y de nosotros mismos ¿Quién nos iba a decir en el torneo que comeríamos nosotros cuatro juntos? Dos del despiadado clan del hielo, un traidor del clan de la montaña que trató de matarnos a todos con una bomba y un chico del clan del sol que nos odiaba con todo su ser.
Todos entendieron el punto al que quería llegar la chica.
—Lo que quiero decir es que nosotros hemos tenido dos años para pasar por ese proceso, pero Sol ha estado absorbido por él cáncer y las operaciones para salvar su vida, él fue uno de los cuatro traidores que ayudaron al clan de la montaña, y tres de ellos ahora están muertos. Él fue el único que sobrevivió a pesar de todo lo que había hecho y quizás piensa que no se lo merece.
Slocker sintió como su corazón se oprimía, Liliya tenía mucha razón, había sido tan idiota que ni siquiera había pensado en eso. Él quería ayudar a su novio, pero ni siquiera fue capaz de abordar el tema realmente importante.
Beyond colocó su mano sobre el hombro del rubio que lo miró notablemente compungido.
—No te tortures pensando en que es tu culpa, eso no tiene ningún sentido. Lo que debes hacer ahora es estar ahí para él y apoyarlo hasta que esté listo para hablar de todo esto contigo.
Slocker suspiró de nuevo y asintió, Infinity estaba en lo cierto, era increíble que estuviera escuchando consejos del clan del hielo, su yo del torneo estaría muy sorprendido.
Continuaron el almuerzo con algunos temas más alegres y con las quejas comunes sobre la guerra en la que vivían, a Slocker le hacía gracias, pues aunque en combate aquellos tres se tomaban las cosas en serio, dejémoslo en que Liliya es Liliya, en un ambiente cotidiano se quejaban de ellos como si fueran niños preadolescentes que no querían ir a clases.
Al salir del restaurante se despidieron pues cada uno tenía otras cosas que hacer. Aquella tarde Luciel tenía que ir al hospital a recoger a Sol a quien finalmente le daban el alta, sus padres aún vivían en el clan del sol, visitaban a su hijo bastante en el hospital y estaban presentes en todas sus operaciones importantes, pero era Luciel quien se encargaba prácticamente de su novio por lo que cuando le dieran el alta pasaría al menos las primeras semanas en su casa. Luego ya todo dependería de si el pelinaranja prefería quedarse o volver al clan del sol por una temporada con sus padres.
—¡Anda pero si es Slocker, chico cuanto tiempo!
El chico vio a Artemisa acercarse a él a lo lejos. La pelimorada vestía con ropa similar a la que se usaba en talleres y llevaba unos guantes marrones bastante gruesos. Llevaba en las manos varias bolsas llenas de cosas que definitivamente parecían demasiado pesadas, nunca hubiera pensado que alguien tan pequeña como Artemisa tendría tanta fuerza.
—¿Qué? ¿De compras? —la chica asintió con una enorme sonrisa.
—Los materiales para la fábrica de armas no se compran solos y Preston olvidó pasarse esta mañana —infló las mejillas enfadada con el mencionado, aunque Slocker estaba seguro de que en 5 minutos se le habría olvidado.
Artemisa tras el Midnight War no quiso saber nada sobre combatir o el frente de batalla. La perdida de Langford y Colby fueron duras para ella, muy duras, sobre todo la de Columbia quien era su mejor amigo de toda la vida y lo conocía desde que eran tan solo unos críos. La pelivioleta no podía soportar la idea de volver a luchar y ver morir a alguien importante para ella delante de sus ojos, la noticia de una muerte de por si era dura, pero verla y no poder hacer nada para evitarla a pesar de estar tan cerca era muchísimo peor.
Aunque esto no impidió que esta chica, con lo solidaria y empática que siempre era, quisiera ayudar a los soldados de alguna forma y esto la animó a usar su don de fuego para la creación de armas. Descubrió que tenía un don nato para la forja, sus armas blancas eran de una cálida impresionante, y sus armas de fuego habían ayudado mucho en la guerra.
En un principio comenzó ese trabajo por su cuenta, pero cuando comenzaron a llegarle muchos más pedidos tuvo que pedir ayuda. Preston fue el primero en ofrecerse, ella y el chico del clan del trueno habían hecho muy buenas migas desde que se conocieron, quizás Preston no podría ocupar el hueco que Colby dejó, cada persona era única e irreemplazable, pero si que podría ayudar a aminorar el dolor. La segunda persona persona que se ofreció a ayudarla fue el propio Bradford, quien para cumplir el último deseo de su hermano mayor de que él viviera se había alejado de la batalla directa, pero aún quería ayudarlos a todos, y encontró la manera siendo ayudante de Carmina.
Estos casos no eran los únicos que él conocía de excompañeros que siguieron caminos diferentes al de formar parte del ejercito. Erika comenzó a trabajar en un orfanato de niños que quedaron huérfanos por la guerra, comenzó como una simple cuidadora más, pero dos años después ya era la mano derecha de la directora del centro de acogida. Otro de los casos más reconocidos para él fue el de Dulce Loamy quien por si misma había fundado desde cero una ONG.
Ella ayudaba a toda esa gente que la guerra había dejado sin hogar y sin recursos. Les proporcionaba una casa, comida, ropa y todo lo que necesitarán gracias a las amables donaciones del resto de personas. Loamy había sabido sacar lo mejor de todos en las peores circunstancias.
—¿Y tu? ¿Ibas a ver a Sol? —preguntó Artemisa curiosa.
—Si, hoy le dan el alta.
La chica se sorprendió al principio, pero luego se puso realmente feliz.
—¡Eso es genial! Estoy muy feliz por Sol y también por ti, parece que al fin las cosas empiezan a mejorar para vosotros.
—Han sido dos años duros, no voy a mentir, así que yo también me alegro de esto, espero que sepamos mantener esta felicidad.
—Ya verás que si, con paciencia todo se puede.
La pelivioleta le contagio la sonrisa, ella realmente si que era muy positiva.
—Bueno, me tengo que ir, espero que podamos quedar un día de estos y ponernos al día, que últimamente gracias a Damian tan solo tango más trabajo.
—Él fue quien te recomendó a sus superiores ¿verdad?
—Si, si, y se lo agradezco mucho, me recomendó a su jefe, Silver, y gracias a esto otros clanes me han contratado para crear sus armas, pero ahora no tengo ni un minuto libre.
Damian Laggerfeld era probablemente uno de los casos más curiosos que Slocker conocía. Aquel chico que parecía tan pasota y desinteresado cuando lo conoció actualmente era uno de los mayores estrategas del ejercito y uno de los pilares claves. Su nivel analítico podía ser comparado con el del propio Jude Sharp, de hecho este lo había acogido bajo su tutela sorprendido por las capacidades del castaño.
Slocker se sentía feliz porque su amigo hubiera encontrado al fin su camino, tan solo temía que ese camino fuera forzado por su odio o su sed de venganza, para acabar con aquellos que tuvieron la culpa de la muerte de Gabriel. Aunque todos tenían diversos motivos para estar ahí, y no todos eran precisamente nobles, por lo que tampoco podía juzgarlos.
—Bueno, a sido genial hablar contigo ¡Nos vemos!
—Adios.
Y así con una amplia sonrisa la chica se alejó de allí cargando todas aquellas pesadas bolsas que parecían contener pieza de repuesto por el ruido metálico que generaron cuando la pelivioleta se marchó.
Caminó por unos minutos más hasta al fin llegar al hospital del clan del hielo, dentro la temperatura era mucho más cálida, cosa que Luciel agradecía al estar acostumbrado a las temperaturas calidad del clan del sol. Una vez dentro por fin pudo quitarse la chaqueta y encaminarse a la habitación de sol que ya sabía de memoria donde estaban, estaba seguro de que podría ir con los ojos cerrados.
Tocó un par de veces a la puerta antes de entrar y al pasar se encontró con un ya vestido y listo Sol para marcharse de allí. Luciel no pudo evitar reír ante la escena, le recordaba mucho a cuando eran niños.
—Parece que ya tienes ganas de marcharte ¿no?
—Estoy deseándolo —admitió riendo él también.
Daystar se levantó del borde de la cama donde estaba sentado para acercarse al más alto y darle un corto beso en los labios antes de coger la mochila donde llevaba las pocas cosas personales que tenía en aquel hospital y salir junto a Luciel de aquella habitación.
Pues aquí está el esperado primer capítulo de esta segunda parte de Midnight War ¿Qué os ha parecido?
Para empezar he ido situando un poquito como están las cosas y mostrando la situación personal de los personajes principales, poco a poco se irá sabiendo también sobre el resto uwu
Para compensar un poco por tanta muerte y destrucción del final de la primera parte he querido hacer un capítulo con un poquito de love también ;w; y con muchos secretos del amor ewe
No tengo mucho más que decir a parte de que espero que os haya gustado y que perdón por no publicar al final el capítulo de Olympus, pero con tanta actualización seguida de MidWar y el tag de mi blog pensé que sería muy cargante tanta actualización seguida.
Pero no quiero perder el día de actualización por lo que es probable que se publique el sábado que viene, justo antes de mi semana de exámenes en la que moriré y os quedaréis sin saber el final de MidWar XD
~Nova/Dreamer ♥
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