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❥︎ Cᴀᴘɪ́tᴜʟᴏ 17: Tʜᴇ ғᴀʟʟ ʙᴇɢɪɴs

ᑕᕼᗩᑭTᗴᖇ 17 ;;

•𝐿𝑎 𝑐𝑎𝑖𝑑𝑎 𝑐𝑜𝑚𝑖𝑒𝑛𝑧𝑎•

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☾︎ᵖᵘᵇˡⁱᶜᵃᵈᵒ: 19/02/2021☽︎

Estaba seguro de quien los había atacado se había marchado por aquel pasillo, incluso lo había seguido escaleras arriba a la cuarta planta. Lamentablemente en algún punto lo había perdido finalmente pues no había rastro del atacante.

Lynx quiso gritar de pura impotencia. Todo marchaba tan bien hasta que en un descuido volvieron a recibir otro duro golpe de realidad. Al menos sabía que el causante de todo debía de estar por las salas de ese pasillo pues lo había acorralado y no había sitio por donde pudiera huir.

—¡Lynx! —a pesar de la voz que lo llamaba no se giró a comprobar quien era, no hacía falta.

Davy llegó corriendo a su encuentro, sabía que salió corriendo detrás de él, ya parecía un mal chiste del juego del ratón y el gato. Lynx levantó la mano para que Davy guardar silencio, trataba de escuchar algún ruido que le indicara donde estaba aquel maldito asesino.

El jefe del clan del agua no dijo nada tratando de recobrar el aliento. De camino allí tuvo que esquivar algunos ataque y terminó teniendo que atacar a algunos soldados del acero que se interpusieron. Por lo menos ahora sus compañeros tenían menos enemigos de por medio.

—Lynx, por favor, escúchame —el de pelo azul puso sus manos sobre los hombros del albino par hacer que lo mirara—. Sé que estar furioso, pero si vamos a hacer esto hagámoslo con cabeza ¿Está bien?

Lynx desvió la mirada, pero Davy no lo dejó pasar y lo forzó a mirarlo a los ojos, ojos que lo observaban con preocupación.

—Lynx... Enfrentarte al enemigo cegado por la ira nunca acaba bien —advirtió de nuevo—. Te ayudaré, pero lo haremos a mi manera.

El de tez morena al fin suspiró y estuvo por unos segundos tratando de tranquilizarse para acceder a las palabras de su novio. Davy mostró una sonrisa al ver que Rigel parecía volver a pensar con la mente fría y acarició por un momento su mejilla antes de centrarse en el pasillo frente a él.

—¿Seguro que está aquí? —Lynx asintió.

—No ha podido ir a ningún otro sitio.

—Bien revisa las habitaciones de la derecha, yo revisaré las de la izquierda. Luciel y Sol no parecen habernos seguido así que ahora estamos solos, ten mucho cuidado —pidió acercándose a la primera puerta.

Lynx también se acercó a una de ellas y la abrió con cuidado, se asomó pero estaba vacía, las ventanas tampoco estaban abiertas como signo de que hubiera escapado por ahí. Cerró la puerta y se acercó a la siguiente. Con el mismo sistema abrió varias de las puertas del lado derecho del pasillo obteniendo en todas el mismo resultado que en la primera.

Las habitaciones donde mirar se iban acabando y su paciencia se agotaba ante la posibilidad de que se les hubiera escapado. No permitiría que el asesino de Il Grande se fuera así como así, pues a pesar de que el choco del clan de la montaña y el no tuvieran una relación tan cercana, muchos de sus amigos y compañeros si que se llevaban muy bien con él. Además Lynx había perdido a los suficientes compañeros como para saber lo mal que se sentirían los mas cercanos a Alessandro cuando se enteraran de su muerte.

Una perdida siempre dejaba una marca ya fuera mayor o menor, y aunque dijeran que las personas acababan acostumbrándose a todo, para Lynx eso era una vil mentira. Era imposible que alguien alguna vez se acostumbrara al miedo, a vez morir a tus seres queridos, a presenciar los actos mas atroces que el ser humano era capaz de hacer. Si de verdad existía alguien capaz de hacerse a la idea de eso y aceptarlo como alguien cotidiano lo lamentaba profundamente.

—¡Lynx! —un grito de alerta de Davy lo sacó de sus pensamientos— ¡Aquí!

Se escucharon varios golpes indicando que estaban forcejeando o peleando. El chico no perdió ni un segundo y corrió a la habitación donde su pareja se encontraba. Pudo ver de hecho el sable de Jones volar y clavarse en la pared mientras unas piernas se metían por el conducto de ventilación del techo.

—¡Se escapa! —gritó Davy señalando el conducto.

—¡Yo voy! ¡Tú síguenos desde fuera! —indicó Lynx corriendo hacia aquel lugar— Yo lo haré salir —prometió antes de tomar su forma de sombra y entrar a la ventilación.

Se deslizó rápido por aquel lugar estrecho y no tardó demasiado en atrapar a aquel soldado escurridizo. En la primer salida del conducto lo agarró de la pierna y tiró de él para llevarlo al exterior. Parecía que habían salido en una especie de jardín botánico interior, alguna clase de invernadero lleno de plantas extrañas que jamás habían visto.

Seguramente aquel lugar era alguna clase de laboratorio del clan del bosque, y seguro que los del clan del acero no habían perdido la oportunidad de echar un vistazo a las investigaciones. A Lynx le preocupó en cierto modo ver un lugar así, pero ya se preocuparía por el clan del bosque más tarde.

Por el ruido de la caída de ambos chicos y la de la rejilla de metal Davy acudió al lugar rápidamente. Al entrar a aquella extraña sala vio como Lynx había logrado inmovilizar al otro soldado manteniendo su cuerpo atrapado con una llave. En soldado del acero se retorció tratando se soltarse del agarre y fue ahí cuando Davy al fin pudo ver a quien habían estado persiguiendo todo ese tiempo.

Como ya había sospechado se trataba de la élite del clan del acero, uno de sus catorce mejores soldados al igual que lo había sido Wenceslas Wales. Estaban enfrentándose a Buddy Fury. La mente de Davy comenzó a pensar rápido en la escasa información que sus superiores, o más bien ex-superiores, le habían dado acerca del castaño de pañuelo en la cabeza.

Se cara palideció y se abalanzó hacia ellos más rápido de lo que jamás se había movido. Agarró a Lynx y lo apartó de un fuerte tiró que confundió al albino. Un misero segundo después del propio cuerpo de Buddy salieron cientos de espinas, como si su cuerpo se hubiera cubierto de púas como un puercoespín.

Lynx miró sorprendido la reacción del más alto, si Davy no lo hubiera apartado ahora mismo sería la personificación de un alfiletero. Y la imagen mental no era ni de lejos tan suave como las palabras que había usado. Esas espinas tenían la dureza y fuerzas necesarias para haberle perforado un pulmón o cualquier órgano vital, incluso su corazón. No hubiera tenido tiempo ni de dar su última exhalación.

—Te dije que iríamos con calma —regañó el peliazul a su pareja.

Buddy se levantó del suelo y corrió hacia ellos dispuesto a atacarlos en un cuerpo a cuerpo. No pudo avanzar mucho cuando una gigantesca roca se estrelló contra él, aunque siendo exactos era más bien un gran trozo de hielo.

Lynx y Davy miraron a la puerta, desde donde el ataque llegó y vieron allí parado a Bryce, detrás de este estaban Cronus, Joe y David. Lynx suspiró aliviado, aunque también algo frustrado por no haberse podido encargar él mismo de Fury.

—Ya sabía yo que estarías método en todo el lío —habló Bryce dirigiéndose a Davy— ¿No puedes ser un jefe tranquilo y mantenerte lejos del peligro altamente mortal?

—No es mi estilo —rió con culpabilidad Jones.

Bryce rodó los ojos y quiso agregar algo más, pero David lo interrumpió antes de que lo hiciera al ver que Buddy no había sufrido tantos daños como los esperados y ya se levantaba del suelo librándose de la mole de hielo.

—Este no es el momento ni el lugar para discutir —zanjó el tema—. Jones, Rigel, os venís con nosotros.

—¿Qué? —preguntó Lynx.

—Iremos a hacerle una visita a Cinquedea. Ya tenemos el camino despejado —explicó Joe.

—Withingale, Fourseason, ¿os ocupáis vosotros de él? —señaló al soldado del acero que ya se acercaba para atacarlo.

—Por supuesto —asintió Cronus lanzando un rápido rayo al castaño.

Buddy lo esquivó y saltó sobre Cronus, pero antes de alcanzarlo Bryce lo golpeó con una patada. Buddy se cubrió sin problemas no recibiendo nada de daño.

—Ahora iros, nos estorbáis —dijo bruscamente el albino.

Los cuatro no dieron lugar a que Bryce se molestara más y salieron de aquel jardín lo mas rápido posible. Buddy por otro lado les mostró una media sonrisa ladina.

—En cuanto me libre de vosotros yo mismo iré a presenciar como el señor Cinquedea liquida a vuestros amigos.

—No me toques las narices, niñato —Bryce suspiró y secó el sudor que caía por su frente.

El albino se veía algo cansado y con algunas magulladuras producto probablemente de enfrentamientos anteriores. Cronus se veía igual al mayor aunque no tan enfadado como este. El mal humos de Bryce residía en aquel calor agobiante y aquella humedad molesta que por alguna razón había en el clan del bosque.

Podía sonar estúpido, pero para alguien acostumbrado a las temperaturas bajo cero del clan del hielo, y con un corazón más frío que un iceberg, esa temperatura resultaba absurdamente pesada. El enfado de Bryce Withingale era con lo que Buddy no había contado y probablemente era un factor que olvidarlo le resultaría muy caro.

Lynx y Davy siguieron a Samford y King corriendo a través de los pasillos y escaleras hasta llegar a la última planta de aquel edificio. Como Joe había dicho la mayoría de soldados ya habían caído, y los pocos que aún quedaban en pie no les resultaban un problema.

Probablemente aquella falta de fuerzas se debía a la "limpieza" que ya habían hecho por aquellos pisos Di Rigo, Saturn, Greenway y Foster. Ciertamente habían hecho un buen trabajo.

—Es ahí —señaló Joe una puerta al final de un estrecho pasillo.

Los cuatro estaban escondidos tras aquella esquina para evitar cualquier posible trampa o emboscada.

—¿Cómo lo sabes? Todas las malditas puertas y pasillos son iguales en este sitio —mencionó Davy.

—Por el olor —se señaló Joe la nariz—. Ya sabéis que los sentidos de los ciudadanos del clan de las bestias están más desarrollados que los del resto. Y puedo asegurar que ahí huele a rata de cloaca.

—Además si te fijas bien el pasillo es aquí más estrecho, hecho así a propósito para evitar que pasen por él muchas personas a la vez —indicó David—. Y la puerta aunque parezca de madera como todas las demás es de acero blindado pintado como si fuera simple madera.

—¿Acero pintado? —Lynx trató de fijarse mejor pero no era capaz de ver la diferencia con el resto de puertas del lugar a excepción de que esa era algo más grande.

—No creo que la colocaran los del clan del bosque —admitió el de parche—. Seguramente la mandó colocar Cinquedea cuando tomaron el clan y pusieron aquí su propia base.

—Bueno el punto ahora no es ese. No detecto más presencias que la de Cinquedea, pero eso no nos asegura que no haya tram...

Cuando Joe se giró para hablar con sus tres compañeros notó que David ya no estaba. Los dos menores también parecieron sorprendidos al no haber notado en qué momento se había ido. Escucharon un clic y un pitido débil como de algo apagándose y luego un mecanismo rompiéndose.

Los tres se asomaron por la esquina del pasillo rápidamente y vieron a Samford parado en mirad del pasillo con dos pequeños machetes, uno en cada mano. Además en el suelo había varias piezas de metal y la pared se veía dañada.

—Ya no hay trampas —dijo encaminándose hacia la puerta como si nada.

Joe y Davy miraron a Lynx, el que mejor conocía a David de los presentes al ser procedentes del mismo clan. Lynx se encogió de hombros con una sonrisa nerviosa.

—¿Venís o qué? —les llamó la atención David.

Los tres no se hicieron derogar más y se acercaron al de pelo largo quedando frente a la puerta. Al estar tan cerca Lynx al fin notó que efectivamente, como David mencionó, era acero muy bien pintada, de verdad que parecía madera di no te fijabas bien.

—Seguramente estará cerrada desde dentro, entre nosotros cuatro no tenemos suficiente fuerza de impacto para tirarla abajo así que Rigel y yo entraremos primero, abriremos la puerta y vosotros dos entraréis como apoyo —explicó David, nadie pareció tener nada en contra de esa idea. Además de que no tenían un plan mejor ni tiempo suficiente para pensarlo.

Si esperaban mucho allí parados podrían llegar refuerzos o peor aún, Cinquedea podría encontrar la forma de escabullirse.

Tanto el mayor como el menor del clan de la luna tomaron es forma tan conocida de sombra. Una forma ciertamente útil y por la que la mayoría de soldados de la luna se centraban  mayor otro a mente en infiltración y recopilación de información. También solían participar bastante en misiones de rescate, aunque en esa ocasión no rescatarían a una personas, más bien recuperarían la paz que les fue robada.

Nada mas pasar entre la puerta un cuchillo fue lanzado contra ellos haciendo que tuvieran que separarse. Al mismo tiempo que esquivaban tomaron de nuevo su forma física y David se lanzó directamente a por el hombre moreno y de pelo rosa que permanecía sentado tras su enorme escritorio.

Lynx reconoció en seguida a Cinquedea a pesar del revuelo y un ml presentimiento se instaló en él. Estaba demasiado tranquilo para estar solo contra soldados de otros clanes que venían a matarlo. Pero no había tiempo de pensar.

—¡Lynx la puerta! —gritó David.

Rigel no se lo pensó más y corrió hacia ella tratando de abrirla lo mas rápido posible par darles paso a Davy y Joe. David por su parte agarró los dos machetes de antes lanzándose hacia el mayor que lo esperaba mirándolo fijamente.

Lynx no lo pudo ver al estar de espaldas, pero definitivamente la sonrisa que mostró no invitaba a acercarse. La cerradura al fin cedió. El sonido de la puerta abriéndose fue escuchada por todos como una alarma de inicio, y al mismo tiempo como si indicar el final de algo.

La puerta se abrió ante los ojos de Davy y Joe gas a cámara lenta y la luz que se colaba entre la ventana iluminó parcialmente el oscuro pasillo. Sus ojos presenciaron a contra luz como Gyan no se inmutaba en su asiento aunque la escena que presenciaba daban ganas de gritar de pura impotencia.

Nadie supo como, pero de alguna forma alguna trampa se activó y cientos de afiladas estacas salieron del techo, las paredes y el suelo por toda la habitación excepto en el sitio donde Gyan descansaba. Toda la sala se tiñó de rojo como si fuera un lienzo macabro que solo veías en tus peores pesadillas.

Una carcajada resonó al mismo tiempo que Davy cayó al suelo del pasillo al haber sido empujado por King. Miró sin poder mover ni un músculo aquella escena que le dieron ganas de vomitar.

Lynx apenas conseguía recuperar el aliento tras algo que sucedió tan rápido, no tenía tiempo de procesarlo todo. No sentía su cuerpo, por lo que no podía saber si estaba bien o no, suponía que si pues no sentía dolor alguno, o quizás ya había muerto.

Por fin sus sentidos se reiniciaron a todo prisa comprendiendo al fin la situación en la que estaba. Joseph lo había protegido con su propios cuerpo. Las estacas no lo habían alcanzado a él, pero podía ver como algunas atravesaban el cuerpo del castaño. De hecho Joe no podía casi sostenerse en pie, Lynx notaba como era él quien empezaba a cargar el peso del más alto.

Con cuidado se separó ayudando a Joe a recomponerse mínimamente, varias heridas le sangraban bastante pero afortunadamente no parecía haber recibido una punzada en un lugar crítico mas haya de una bastante fea en el torso. En es momento se preocupó por Davy y dejó al mayor apoyado en la pared mientras que corría hacia la puerta para ver que había sucedido.

Al ver a su pareja en perfecto estado sentada en el suelo prácticamente se abalanzó para abrazarlo. Davy apenas reaccionó puesto que su vista estaba clavada en aquella persona que no tuvo tanto suerte como ellos de salir ilesos, ni tampoco la suerte de Joe de salir muy herido pero vivo. Ver el cuerpo de Samford acribillado desde casi todos los ángulos no era bonito, pero por alguna razón no era capaz de apartar la mirada.

Abrazó por fin a Lynx y tomó su mano que lo ayudó a levantarse. Cuando ambos se giraron vieron a Cinquedea levantarse y acercarse al cuerpo inerte de Samford. La ir volvió a invadir a Rigel, que estuvo a punto de soltar a Davy y salir directo a por aquel hombre, más hubo alguien que se le adelantó.

Ni siquiera el propio Cinquedea vio el puño de Joe acercarse a su cara. El castaño casi no podía moverse, pero la misma ira que guiaba a Lynx ahora lo guiaba a él. Los golpes llegaron desde todas las direcciones no dando tiempo a este. reaccionar.

—¡Rápido, por aquí! —se escucharon unos gritos a lo lejos.

Davy supo al instante que eran refuerzos del acero. ¿Realmente perderían la oportunidad ahora?

—Davy —lo llamó Lynx.

Con solo mirar a sus ojos lo supo sin necesidad de que este continuar hablando. Aun así el completó lo que el albino quería decir mientras ambos se giraban a donde Cinqedea y King se enfrentaban.

—Te seguiré aunque tenga que ir al mismísimo infierno.

Un fuerte cañonazo de agua, acompañado de las sombras que Lynx era capaz de mover se lanzaron hacia el jefe del clan del acero, y lo siguiente que vieron fue como el mayor era lanzado hacia la ventana del edificio.

Mientras en la sede del clan del acero, anterior sede del clan del bosque que había sido arrebatada, se destaca el caos, un grupo mucho más pequeño se alejaba de allí corriendo. No huían, por supuesto que jamás abandonarían a sus compañeros, pero ahora mismo la nueva misión entre manos era mucho más importante. De hecho era crucial para la victoria definitiva de La Resistencia.

Sol y Luciel se habían marchado acompañando a Xavier y Jordan sin dudar. La misión del grupo de infiltración se dividía en sos puntos igual de importantes; matar a Gyan Cinquedea y destruir los recursos del clan del acero.

Según Jordan después de que ellos despejaran los pisos superiores junto a Ringo y Riccardo enviaron a los dos menores a destruir los suministros, tanto de armas como de alientos. Fue entonces que recibieron el aviso de Eugene de la localización de la presa, aquella que proveía de energía a todo el clan del acero.

Loa dos mayores en seguida tomaron el liderazgo de la nueva misión ante ellos ya que Joe, David y Bryce estaban ocupados con sus propios problemas, además aún no habían localizado a Gyan y eso era importante también. Por ello Xavier optó por llevarse con ellos dos a un par de soldados más tan solo.

Con la que se estaba liando no tendrían a demasiados soldados destinados proteger la presa y eso jugaría a su favor a pesar de que seguían siendo tan solo cuatro. Era una misión peligrosa, prácticamente suicida, y todos lo sabían. Pero no por ello se echarían atrás.

Había algo más que había estado preocupando a Luciel desde hacía un rato. Según Jordan, Ringo y Riccardo se estaban ocupando de los suministros, Rina y Bay habían ido al árbol sagrado como apoyo para Preston, Artemisa y Dave, donde desgraciadamente este último había muerto. También sabían de primera mano que Davy y Lynx estaban juntos y esperaban que bien, pero ¿Dónde estaban todos los demás? No tenían noticias de Cronus, Bryce, David o Joseph. Encima Alessandro tampoco estaba activo.

El rubio temía que el plan hiciera aguas en el último momento, pero tampoco quería ser pájaro de mal agüero, por ello no comentó ese sentimiento con nadie, ni siquiera con Sol. No quería preocupar mas de lo debido a su novio y ademas jo era lento de hostigarse con esas preguntas. Si lo que quería era que el plan saliera bien él también debía esforzarse, y su objetivo ahora era aquella presa del clan del agua.

No tardaron demasiado a llegar bajo aquella cascada del principio para tomar prestado uno de los jeep y salir de allí toda velocidad. Haíia tan solo algunas horas que habían estado allí, pero ya le parecían días, como si hubiesen pasado cientos de cosas desde aquello.

—Bien escuchad, os explicaré el plan —se giró Greenway con una tablet en las manos.

Xavier por su parte seguía centrado en la carretera sin aminorar la velocidad. Tendrían que rodear el campo de batalla para no verse envueltos y esos los retrasaría algo más.

Jordan encendió el aparato y en seguida un holograma del continente se mostró y él agrandó la imagen para mostrar solo la zona que les interesaba. Terminó por mostrar tan solo el territorio del clan del agua.

—Como vamos en jeep, y además nos acompaña ningún miembro del clan del agua, la única zona por la que podemos acceder al clan es por esta zona —señaló un pequeño pasillo de apenas unos kilómetros de extensión que unía las tierras del clan del agua con el resto del continente.

El clan del agua era casi una isla de no ser por ese paso estrecho y eso hacía también de este clan un ligar difícil de atacar. De hecho si el clan del acero consiguió tomar el lugar era tan solo porque atacaron antes de que se prepararan. Si el clan del agua hubiese tenido tiempo de preparar un mínimo de defensa no hubieron logrado hacerse con el territorio tan fácilmente.

—Es una pena no haber encontrado a Jones —mencionó Xavier.

—Debimos frenarlo a él y Lynx antes de que salieran corriendo, lo siento mucho —se disculpó Luciel a pesar de no tener culpa del accionar de sus compañeros.

—No hay caso en seguir dándole vueltas a algo que no pudo ser —dijo Jordan—. Centrémonos en nuestras posibilidades.

—¿Dónde está la presa? —preguntó Sol acercándose al holograma.

—Aquí, justo al final de este río, antes de que desemboque en el mar —señaló el de pelo verde—. Dejaremos el jeep aquí, a unos quince minutos caminando para que no nos detecten.

—Si es que logramos llegar hasta allí —dijo Luciel.

Sol miró curioso a su pareja. Jordan por su parte si sabía a lo que Slocker se refería. Y aunque no le gustara admitirlo el también tenía esa misma preocupación.

—Si la única zona para acceder al clan es este paso —señaló en el mapa—. Es de cajón que el clan del acero tendrá ahí casi todas sus fuerzas.

Jordan no dijo nada. Él tampoco llegó a pensar que harían en caso de verse sobrepasados por las fuerzas del acero. El plan era que Davy los ayudara a cruzar por el mar, pero no hiba a poder ser.

—Ya he solucionado yo eso —aseguró Xavier sorprendiendo a Jordan—. Espero que ese par ya esté listo cuando lleguemos para no tener que perder más tiempo.

—¿A qué te refieres? —preguntó Jordan.

—Como tu bien has dicho no hay caso en lamentarnos por no conseguir a Jones, por ello he conseguido otra ayuda, no sé si tan buena como el jefe del clan, pero tendremos que conformarnos.

Jordan no siguió insistiendo en saber a lo que el pelirrojo se refería, después de todo terminaría por saberlo antes o después. Se centró entonces de nuevo en los dos menores que viajaban detrás.

—Bueno, la presa tiene varios accesos, todos probablemente vigilados así que entraremos por aquí.

La imagen volvió a ampliarse alejándose varios metros de la presa, puede que unos doscientos metros más o menos. Aquel lugar parecía ser el desemboque de un desagüe en una vía secundaria del río.

—¿Vamos a entrar por las alcantarillas? —dijo con asco Sol.

—No me seas quisquilloso ahora —rió Jordan—. Se que no es la manera más elegante, pero nos libraremos de varios enfrentamientos.

—Pero si lo que queremos es hacernos con el control de la presa nos tendremos que enfrentar a ellos tarde o temprano ¿no? —cuestionó Slocker.

—No necesariamente —negó Xavier.

—No vamos a tomar la presa —negó Jordan—. Vamos a volarla.

El de pelo verde se giró a su mochila y mostró el interior de esta dejando ver un dispositivo que era claramente un explosivo.

—No se si uno solo será suficiente para destrozarlo todo —dijo Sol.

—Lo será si hacemos que explote en la sala de combustible que mueve la maquinaria —asintió Jordan volviendo a dejar la mochila entre sus piernas.

Xavier continuó conduciendo hasta que ya casi estaban cerca del paso al clan del agua, pero en lugar de ir hacia allí se acercaron más a la parte de los acantilados y allí el pelirrojo frenó el jeep. Todos salieron del vehículo expectantes por lo que Foster había estado planeando ya que ni Jordan sabía lo que se traía entre manos.

—Esos dos ya deberían de haber llegado —frunció el ceño—. Mira que. le dije—. Eugene que enviaran a gente puntual.

—¡Ey! Nosotros somos puntuales.

Los cuatro giraron viendo subir por el acantilado a Aqua y Cálico. Ambos habían usado sus dones de manipulación de agua para impulsarse gracias a esta a lo alto de aquel lugar sin tener que escalar.

—Llegamos hace treinta minutos —aseguró el pelirrojo—. Hemos estado revisando de que no hubiera trampas en el agua o barcos cerca que pudieran vernos u atacarnos.

—Esta bien, esta bien, retiro lo dicho —cedió Xavier.

—¿Ellos son nuestros refuerzos? —preguntó Jordan no muy seguro de eso.

—Era lo mejor que había disponible.

—Hasta Hurley hubiese sido mejor.

—Ey, que estamos aquí —se quejó de nuevo Cálico.

—¿Cuál es el plan entonces? —interrumpió Sol para que el grupo no empezara a pelear.

—Os haremos un camino y os llevaremos a través del mar para evitar las defensas del paso terrestre —explicó Tet.

—Vamos que os llevaremos por entre el agua como si fueramos Moisés —dijo orgulloso Cálico.

—¿Quién es Moisés? —preguntó Slocker alzando una ceja.

—No lo sé.

Aqua golpeó el hombro de su amigo para que dejara de decir tonterías y ambos volvieron a acercarse al filo del acantilado. Entre los dos bajaron a los cuatro chicos al fondo e hicieron un pequeño camino a varios metros bajo el agua "solidificando" esta. Era como caminar por gelatina, bastante extraño para todos.

Como si fuera una cinta mecánica se comenzaron a mover sin necesidad de andar, pero ni Tet ni Corsair estaban extrañados. Slocker miró todo con asombro pues jamás se imagino estar haciendo algo así. El poder de los ciudadanos del clan del agua era realmente monstruoso si estaban cerca de esta.

Gracias a la ayuda de la velocidad con la que se movían por el mar por el don de los dos chicos del agua llegaron relativamente rápido al otro lado. Por fin estaban en territorio del invadido con del agua y usaron el cauce del río para encaminarse a la presa que no tardaron mucho en tener enfrente.

—¿No venís? —preguntó Sol frente al enorme túnel de hormigón por el que pasarían para meterse en el alcantarillado.

—Paso de meterme ahí —se negó rotundamente Corsair. Tan solo el olor que salía de allí ya era espantoso.

—Nosotros nos quedaremos aquí como defensa principal —dijo Aqua—. Cuando hagáis explotar la presa el agua acumulada al otro lado saldrá de golpe y no me gustaría inundar toda la zona. Trataremos de controlar en la medida de lo posible el camino para que siga el curso del río.

—Tened mucho cuidado —dijo el de pelo naranja siendo el último en entrar, Cálico y Tet asintieron despidiéndose del grupo.

—Eso deberíamos decíroslo nosotros —sonrió Cálico.

Caminaron por aquel oscuro y sucio lugar por un buen rato. Sol no pudo evitar soltar varias caras de asco e incluso que le dieran arcadas cuando un olor mas fuerte le llegaba. No sabía que había allí por lo oscuro que estaba, pero casi que prefería no verlo. El olor a basura se le quedaría encima por días, no podía esperar a darse un baño y acababan de entrar.

—Aquí es —señaló Xavier unas escaleras que subían por la pared.

Aunque escaleras era mucho llamarlo. Eran hierros que salían de la pared para poder subir. Sol, y todos los demás aunque no lo expresaran directamente, se alegraron por poder salir de aquellas alcantarillas al fin.

El primero en subir fue Xavier seguido por Slocker, Sol y Jordan cerrando el grupo. Levantó aquella tapa o puerta para asomarse al exterior y se vio dentro de alguna especie de almacén o bodega. Quitó la tapa de acero de en medio y salió ayudando a todos los demás para volver a colocarla en su sitio después. Cuantas menos señales de que habían entrado dejaran a la vista mejor.

Jordan usó la pulsera que llevaba para poder proyectar el mismo holograma que en el jeep mostró desde la tablet. Obviamente ahora se veía más pequeño pero era igual de bueno.

—Vale estamos en un piso bajo tierra, la sala de maquinarias está dos plantas más arriba. Subamos tratando de no llamar demasiado la atención.

Todos asintieron y caminaron tratando de no llamar la atención. Cada vez que se cruzaban con algún vigilante que no podían evitar Slocker o Daystar lo cegaban y Jordan atacaba desde la distancia.

—¡Intrusos! —aquel grito definitivamente los pilló por sorpresa.

Un operario salió de una de las salas gritando y tratando de alertar a los soldados y a la seguridad del lugar. Slocker quiso lanzarle un cuchillo, pero dudó por un segundo. Era un civil, solo trabajaba allí y tuvo la mala suertes de verles, ¿de verdad lo mataría?

Antes de que tuviera tiempo de finalmente reaccionar el cuerpo del hombre cayó al suelo entre bastante sangre y el rubio se giró a mirar a sus superiores. Jordan bajaba una pistola después de haber disparado. Esta obviamente llevaba un silenciador para no alertar a más soldados aún.

—Son enemigos —dijo el de ojos negros—. Puede verse como un inofensivo civil, pero todos en el clan del acero están muy bien adiestrados. Si dudáis moriréis, jamas lo olvidéis.

Slocker tragó saliva. Esas palabras la verdad es que le preocuparon y a la vez le hicieron verse como un completo idiota por no haber hecho algo antes a pesar de haber sido el primero en reaccionar.

Un golpe le llegó a Jordan por la espalda lanzándolo contra una pared. Un soldado había llegado alertado por los gritos del operario y acudió en su ayuda aunque un poco tarde.

Xavier lo golpeó a pesar de hacerse algo de daño por la defensa férrea que aquellos soldados siempre mostraban. Slocker entonces se propuso enmendar su error anterior y esta vez si atacó con sus cuchillos al hombre degollándolo rápidamente gracias a la distracción de Foster.

—¿Lo habrán escuchado más soldados? —preguntó Sol.

—Es posible. Será mejor que continuemos antes de comprobarlo —dijo Xavier.

Xavier le extendió la mano a Jordan para ayudarlo a levantarse después de aquel duro golpe y continuaron su carrera por los interminables pasillos y escaleras. Como ya habían pensado varios soldados se pusieron en guardia ante los gritos de aquel civil, pero por suerte no eran muchos y pudieron encargarse de ellos sin mayor drama.

—Ocho —informó Sol después de asomarse discretamente por la puerta de la sala de maquinarias que habían estafo buscando—. Hay ocho soldados ahí dentro.

—Sol y yo nos encargaremos de ellos —indicó Slocke—. Vosotros id colocando la bomba y preparando el temporizador.

El grupo tendría diez minutos para salir de allí y alejarse todo lo posible antes de que estallara. El tiempo sería muy ajustado, pero si dejaban demasiado tiempo alguien podría desactivarla y todo aquello habría sido en vano.

—Está bien, pero andaros con ojo —pidió Jordan.

Los dos menores fueron los primeros en pasar abalanzándose hacia los soldados y uno por uno fueron cayendo. Las armas volaban y cortaban de un lado y de otro. el acero brillaban ante el resplandor de la luz y el cruce de golpes se volvía continuo y peligroso.

—Chicos... —los llamó Jordan.

Los tres lo miraron y no se vieron muy felices al ver el ceño fruncido del hombre de pelo verde. Ver a un Jordan así de serio nunca era bueno.

Sol dio una patada en el estómago al último de los soldados que quedaban en pie y Slocker acabó de un corte en el estómago con él. Ambos se acercaron a los dos mayores que ya parecían tenerlo todo listo.

—Tenemos un problema —dijo—. El temporizador de la bomba se ha roto.

—¿Qué? —Sol se mostró preocupado ante eso.

—Debió de ser antes cuando aquel tipo me pateó —indicó Jordan.

—Ese bastardo debió de romper algo —apretó los puños Xavier.

—¿Y qué vamos a hacer ahora? —preguntó Slocker— No podremos activarla sin temporizador.

—Si que podemos, pero... —Jordan suspiró— No habrá tiempo de huir.

—Iros —ordenó Xavier. Jordan lo miró con los ojos como platos.

—No, fue mi culpa que se rompiera, debí de tener más cuidado. Yo la activaré.

—Un momento —los paró Sol— ¿De qué estáis hablando?

Los dos adultos se miraron entre ellos antes de contestar a Daystar. Sabían que la respuesta no iba a gustarle y se dirigieron expresamente a él puesto que Luciel si parecía haberlo entendido desgraciadamente.

—No hay temporizador, por lo que una vez pulsado él botón estallará de inmediato —explicó Jordan.

—Uno de nosotros debe quedarse atrás —Xavier no se veía muy feliz ante la idea. Ninguno de ellos en realidad.

—¡¿Qué?! ¡No! —dijo Sol horrorizado— ¡No dejaré a nadie atrás de esa forma!

—Sol... —Jordan quiso decir algo pero el de pelo naranja no lo dejó.

—Debe de haber otros solución. Quizás engañar a alguno del acero para que pulse el botón. O crear alguna clase de mecanismo para que algo presione el botón cuando estemos fuera.

—Es demasiado arriesgado —negó Xavier—. Solo tenemos una oportunidad, y es demasiado importante como para fallar. Muchas vidas dependen de nosotros.

—Pero dejar morir a alguien tampoco es la solución —negó el más bajo.

Sol no pudo seguir protestando cuando un golpe en su nuca lo hizo caer inconsciente. Antes de que cayera al suelo unos brazos lo sujetaron.

Slocker fue el responsable de ello y no dijo nada por justificarse. Se echó el cuerpo de Daystar a la espalda antes de mirar a sus mayores.

—Sol no me perdonará esto fácilmente —les dijo—. Espero que estéis seguros de esto.

Ambos asintieron designados. Jordan se acercó a él y tuvo que alzar un poco la cabeza pies Luciel a pesar de ser menor en edad era mas alto que él.

—Es la única solución —dijo con una mirada cálida tratando de transmitirle seguridad—. Ponemos a salvo.

Sol dudó de nuevo, pero las palabras de Xavier volvieron a su mente. Además la mirada determinada de ambos no dejaba lugar a dudas. El rubio asintió y con Sol a su espalda salió corriendo de allí.

—No te iras ¿verdad? —preguntó Foster.

—¿Te iras tú? —le contestó Jordan con otra pregunta.

El pelirrojo soltó una risa amarga y se sentó en el suelo con la bomba entre las manos. Jordan tomó asiento a su lado en el suelo también y apoyó su cabeza sobre el hombro del mas alto.

Esperaron así, en silencio por diez minutos dando tiempo a Luciel para que saliera de allí. Una vez el tiempo límite pasó Xavier y Jordan se miraron a los ojos por unos segundo.

—A sido un placer trabajar a tu lado, Jordan.

—Lo mismo digo, Xavier.

Las luces naranjas, rojas y amarillas se vieron desde fuera, acompañadas de los escombros que volaban y el fuerte ruido de la explosión. Luciel mantenía abrazado a Sol en un lugar alto fuer ya de la presa. A lo lejos podía ver a Cálico y Tet ocuparse de las tonelada de agua como podían.

—Espero que puedas perdonarme por esto —susurró Slocker cerca del oído del aún inconsciente Sol.

Primera semana desde hace tiempo que por fin puedo hacer las dos actualizaciones de la semana :')

Este capítulo se me ha quedó bastante mas largo de lo esperado pero me gusta el resultado, no creó que se haya hecho demasiado pesado. ¿Qué habrá pasado con Cinquedea? ¿Y con el bueno de Joe? ¿Qué habrá sido de Buddy, Bryce y Cronus?

Este capítulo ha tenido tres muertes del tirón y serán tres hermosas personas que no olvidaremos ;-;

Siento las faltas, o palabras raras que puedan haber quedado ya que no hice la lectura de corrección y a veces el autocorrector hace de las suyas. Sin nada más que decir nos vemos mañana en Horror Circus ewe

~Nova/Dreamer

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