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LOVE HURTS


Me encanta leer, es algo que me apasiona desde que las letras cobraron significado en mi ya lejana niñez.

Otra de mis pasiones es escribir, poder crear mundos y tiempos que se expanden infinitamente como si se trataran de senderos en un laberinto como alguna vez imaginó el gran Borges.

Mi mente se dispara con todo lo que me rodea: una situación cotidiana,conversaciones con mis hermanas escritoras, alguna canción, fotografía y un largo etcétera que es muy largo de enumerar ¡Las ventajas de tener la capacidad soñadora de una niña de cinco años!

Si has tenido oportunidad de leer alguna de mis locuras sabrás que la principal fuente de inspiración que tengo es un guapiiiiiiiiiiiisimo y talentoso chico coreano al que amo y admiro con todo mi corazón: Nuestro príncipe Kim SeokJin.😍😍

Hoy te invito a acompañarme a fantasear con esta historia que estoy segura, calza perfecta en estos cuentos de medianoche.



Cierra los ojos...

Ahora, imagina un reino opulento con una corte repleta de lujos pero también de mentiras, hipocresía y ansias de poder.

En ese contexto tan lleno de contradicciones vive un príncipe: SeokJin, que pronto asumirá la gran responsabilidad de gobernar ya que su padre abdicará a su favor.

Todo rey necesita una reina así que el soberano regente se afana en buscar a su futura nuera pero no tiene necesidad de esforzarse en la tarea ya que su hijo sabe desde hace mucho tiempo quién es la dueña de su corazón: Marianne, la princesa del reino vecino y segunda en la línea de sucesión de su nación.

-Has elegido bien hijo mío Su Majestad es una muchacha llena de virtudes y una alianza con su pueblo será muy beneficiosa para nuestro reino.

-Lástima que entre sus muchas cualidades no esté la belleza.

-¡Madre!

-¿Qué hay de malo en decir la verdad? No voy a negar que la chica tiene un no sé qué pero dista mucho de la hermosura con que hemos sido bendecidos.

-Esposa mía el Todopoderoso ha sido muy benévolo regalándonos una nueva bendición que complete los dones que adornarán a nuestros nietos: Belleza e inteligencia que llegará, gracias a Dios, por su línea materna.

SeokJin debe contener la risa que pugna por salir al ver el gesto de indignación que cubre el hermoso rostro de su madre.

-Padre no olvides mencionar la nobleza de espíritu y generosidad.

-De eso tendrán de sobra hijo mío porque son gracias que también te adornan.

-Padre ¿Tengo entonces tu bendición?

-Por supuesto hijo mío será un honor que la princesa Marianne acepte tu propuesta y nuestros reinos unan sus destinos.

Marianne acepta de inmediato ya que el guapo príncipe es grato a sus ojos desde que se hicieron amigos en la academia diplomática donde se conocieron y nació un romance que tuvieron a bien mantener oculto hasta que fuera el momento propicio.

-Solo espero que mi padre no entregue mi mano a otro príncipe.

-Que eso no te desvele querida, ten por seguro que haría de inmediato una contraoferta que mi suegro sería incapaz de rechazar...

¡Marianne no te vayas! ¿Por qué estás tan molesta?

-¡Tómate dos minutos para que reflexiones sobre la estupidez que dijiste!

El príncipe estaba en la disyuntiva de correr y alcanzar a su novia o quedarse a analizar sus palabras así que optó por hacer ambas cosas hasta que frenó su carrera cuando se dió cuenta de lo que dijo.

-Jin... ¡Eres un imbécil!

Seguramente tu gran imaginación inspirada en los cuentos de hadas ya visualizó la pomposa boda de los radiantes contrayentes y auguras el felices para siempre...

SIENTO DECEPCIONARTE PERO EN ESTA HISTORIA LAS COSAS NO SERÁN TAN SENCILLAS..


...


Ha pasado un año desde las nupcias de SeokJin y Marianne, su primer aniversario de bodas está próximo a celebrarse y las festividades iniciarán con una cena de los aún príncipes con sus padres.

Es la noche previa al gran evento y el joven matrimonio se encuentra en sus aposentos preparándose para dormir.

SeokJin está sentado en la cama leyendo un libro o por lo menos intentándolo ya que sus ojos se desvían continuamente al ver el reflejo del espejo del tocador de su esposa que le muestra la imagen de su amada Marianne que cepilla su cabello de manera autómata mientras se encuentra cabizbaja para que él no note la tristeza de su mirada.

El príncipe suspira, deja la lectura para un mejor momento y se sienta al lado de su mujer que carraspea tratando de disimular el inminente llanto que se avecina.

Jin hace lo que mejor sabe: cobijar con su amor a Marianne.

La toma de la cintura con las dos manos, la levanta con delicadeza y la sienta en su regazo. Luego, deposita un suave beso en la curva del delicado cuello de la muchacha.

Esto es suficiente para que ella se aferre a su esposo y deje salir las lágrimas que tenía guardadas.

-Háblame cariño ¿Qué te tiene tan triste?

-Tú lo sabes.

-Marianne...

La princesa levanta el rostro bañado en lágrimas y toma el apuesto semblante de SeokJin con sus pequeñas manos que lucen sus costosos anillos de compromiso y matrimonio.

La expresión de preocupación pero sobre todo de profundo amor de Jin hace que su corazón se estruje de dolor y el llanto se haga más profuso.

-¡Soy un fracaso como esposa! ¡Todos... todos están esperando que te de un hijo, al futuro heredero del trono pero mis entrañas se niegan a crear vida! ¡Te he fallado amor mío y no puedo soportar esa idea!

-Marianne mi vida ¿Acaso te he reclamado algo? ¡Yo te amo! Sé de tu anhelo por ser madre y créeme que el día que me digas que tu sueño se cumplió seré el hombre más feliz de la tierra... ¡Corrección! Ya lo soy porque te tengo a mi lado, un hijo será un motivo más para amarte pero mientras eso suceda debemos seguir disfrutando del amor que nos tenemos.

-Eso suena muy lindo y sé que eres sincero Seokjinnie pero no puedo tapar el sol con un dedo: tus padres y el reino entero están esperando que les des un heredero y no podrás hacerlo mientras siga a tu lado.

La expresión afectuosa y comprensiva del príncipe cambia a una de enojo.

-¿Qué me estás diciendo Marianne? ¿Piensas dejarme? ¿Es que ya no me amas?

-¡Por supuesto que te amo! ¿Por qué crees que me siento tan abatida? ¡La sola idea de perderte me destruye! Pero soy consciente que el tiempo corre y llegará un momento que las posibilidades de tener un hijo se irán extinguiendo conforme pasen los años.

-¡Mujer por favor no seas fatalista! Somos jóvenes y sanos verás que pronto le daremos la buena noticia a nuestros padres. Marianne eres una fiel creyente, ora para que tu anhelo se cumpla sé que Dios te escuchará porque conoce la pureza de tu alma.

-¿Sabes que eres muy tierno Majestad?

-Sí, pero como dice Su Alteza Real tengo múltiples virtudes que me adornan ¿Quieres que te deleite con una que es exclusiva para la futura reina consorte?

-Será un honor Majestad.


...


-¡Padre, madre estoy tan feliz de tenerlos aquí!

-Mi niña te ves radiante, el amor por SeokJin te hace brillar más que nunca.

-Padre, madre, gracias por acompañarnos en esta ocasión tan especial.

-Siempre es un gusto venir a visitarlos como familia y no solo por asuntos de estado.

Los padres de Marianne son recibidos con el protocolo respectivo y el efusivo saludo de parte de su consuegro.

La cena de aniversario va de maravillas hasta que las copas de vino empiezan a hacer mella en el escaso buen juicio de la reina MinJi.

-Permítanme hacer un brindis por el primer aniversario de bodas de nuestros queridos SeokJin y Marianne ¡Que el Señor los siga bendiciendo con muchos años de amor y apoyo mutuo para gobernar con sabiduría!

-¡Bravo, bravo! ¡Lindo brindis George! Pero ¿Sabes? Deberías incluir algo muy importante ¡Que Dios haga lo suyo en el vientre infertil de tu pequeña hija! ¡Este reino necesita un heredero y un año ha sido tiempo más que suficiente para engendrarlo!

-¡Madre basta!

-¿Por qué debo callarme Seokjinnie? ¿Acaso no es cierto lo que digo? ¡Deberíamos estar celebrando acompañados de un precioso nieto y no teniendo que hacer el esfuerzo de no cantarle sus verdades a tu mujer!

-¡MinJi suficiente! Lamento este triste espectáculo, les debemos una disculpa sobre todo a tí hija.

Señor Park acompañe a sus majestades a sus aposentos, señora Bernard lleve a la princesa a su habitación y por favor dele un calmante.

-Padre yo acompañaré a Marianne.

-Hijo deja que su nana la atienda. Tu y yo tenemos que hablar.


...


-¿Estás hablando en serio? ¡No me pidas que haga algo así, es una afrenta a la dignidad de Marianne!

-¡SeokJin calmate! Sé que es difícil de asimilar pero te recuerdo que antes que ser el esposo de Marianne eres el futuro rey de esta nación y es tu deber proveerla de un heredero.

-¿Me estás reduciendo a la condición de un semental?

-¡Por supuesto que no! Pero debes ser consciente que debemos asegurar la línea de sucesión y si tu esposa no está en condiciones de darte un hijo las leyes del reino te permiten tomar concubinas que aseguren la permanencia de nuestra casa en el poder.

-¿Concubinas? ¡Esto es tan absurdo! ¿Y cómo se supone que las obtendré?

-Habrá un proceso de selección entre las hijas de los nobles de la corte. Deben cumplir ciertos requisitos que serán evaluados por la casa real, el primer ministro y tu guía espiritual.

-¿Tendré que ser partícipe de esa atrocidad?

-Deberías, pero haré una excepción por respeto a mi nuera.

-Padre debe haber otra solución ¡No puedo hacerle eso a Marianne!

-Empezaremos con los procedimientos médicos para ayudar a tu esposa a engendrar un bebé. Si los tratamientos no resultan debes prepararla para que acoja con amor a tus hijos porque el mayor entre ellos será el heredero de la corona, los demás serán parte de la línea de sucesión y para legalizar esa figura Marianne los firmará y criará como suyos.

-¡Padre, padre me pides demasiado!

-Lo sé hijo pero es la única opción que queda. Debo hacer mea culpa porque tu madre y yo debimos haber tenido más hijos que aseguraran nuestro legado en el reino pero el destino quiso que solo tú llegaras a alegrar nuestros días.

-Tengo la sensación que si yo no hubiera venido al mundo la idea de tener concubinas no te hubiera desagradado en lo absoluto.

El rey da un gran suspiro y apreta con afecto el hombro de su hijo.

-En el pasado no todos tuvimos la suerte de desposar a la mujer que amabamos.


...


-Marianne por favor dime algo.

---

-Marianne... Amor...

La princesa deja de mirar fijamente a SeokJin y se para de su asiento rompiendo el contacto con la mano de su esposo.

Sus ojos están hinchados por llorar noches consecutivas y piensa que no le queda una lágrima más que derramar pero ¡Oh! ¡Sorpresa! la impactante noticia que acaba de darle SeokJin revive el río que fluye de sus ojos.

Marianne está tan indignada que solo atina a secar con furia el llanto que corre por sus mejillas.

-¿Qué quieres que te diga? ¿Qué estoy feliz de saber que tendré que compartirte con otras mujeres? ¿Que corro el riesgo de que te enamores de ellas y te pierda definitivamente? ¿Cómo te sentirías si la figura fuera inversa? ¡Y lo peor de todo! ¡Me piden que críe a los hijos de otras restregándome en la cara el hecho de que mi vientre es un lugar frío y seco donde nunca crecerá la vida!

El ataque de ira de la princesa es tal que destruye todo cuanto encuentra a su paso: jarrones, cuadros, espejos hasta que llega a la pintura que inmortalizó el día de su boda.

Sus manos se agarrotan ante la imposibilidad de destruir un objeto tan preciado para ella y su esposo, así que descarga su frustración con un grito que sale de lo más profundo de su ser.

Jin la sujeta con fuerza al ver como cae colapsada y la acompaña en un llanto que parece interminable hasta que ambos se quedan dormidos sobre la mullida alfombra de su habitación.

...


SeokJin despierta al sentir que un suave tacto acaricia su cabello y rostro.

Sus aún adormilados e hinchados ojos ven con pena que las orbes de Marianne están tan inflamadas como las suyas y que en su mirada hay una mezcla de amor y resignación que lo colma de tristeza.

-¿Te sientes mejor querida?

Un suspiro de su esposa le confirma que la aceptación de la realidad es parte de su temple pero no algo que le haga mucha gracia.

Las palabras que llegan confirman las sospechas del príncipe.

-Igual, pero tus cálidos brazos me dieron la serenidad para recordar que, antes que ser tu esposa y de hacer el papelón de comportarme como una niña berrinchuda, soy la futura reina consorte y entre mis deberes están acompañarte y aconsejarte para que seas un buen gobernante, criar con amor y sabiduría a nuestros hijos, los futuros soberanos de esta nación a la que ambos nos debemos por completo.

No te voy a negar que mi lado de mujer está muy dolido pero no en vano pasé cuatro años de mi vida en la academia diplomática y de buen gobierno así que tengo bien aprendida la lección: tu y yo seremos los regentes que el pueblo anhela y necesita.

SeokJin besa a Marianne y espera que ella sienta el amor, la pasión y admiración que le profesa.

Un gran abrazo sella la muestra de afecto.

-Te adoro Annie ¡Nunca lo olvides!

-Y yo a tí Jinnie ¡Hoy y para siempre!


...



La familia real se encuentra en el salón principal del palacio esperando la llegada y presentación de las concubinas de SeokJin.

Los reyes ocupan sus tronos ubicados en la parte central del ambiente mientras el príncipe heredero se ubica a la diestra acompañado por su princesa.

Marianne capta la mirada burlona de su suegra, ella la sostiene mientras aprieta con cariño la mano de Jin, gesto que no pasa desapercibido por la madre de su amado que le lanza fuego por los ojos.

La princesa no se amilana en lo absoluto, al contrario, responde a las puyas de su suegra con una elegante sonrisa.

-¿Mamá ya empezó a incomodarte?

-¿Incomodarme? ¡Para nada! Me divierte lo ridícula que puede llegar a ser.

SeokJin esboza una sonrisa sexy que eriza la piel de su mujer.

-Me gusta tu lado malvado.

-Tu madre saca lo peor de mí.

¡Y si que lo hace! Marianne saca a flote su yo más oscuro gracias al mundo de los sueños donde más de una vez se regodea con la imagen de la cabeza decapitada de su suegra sobre una charola de plata sufriendo la pena máxima por haber sido encontrada culpable de traición a la corona.

La animadversión que siente hacia la madre de Jin no es gratuita, la muy bruja se ha dedicado a fastidiarla desde el día uno de su llegada a palacio amparándose en su bocota de borracha que aparece cada noche a la hora de la cena. Su vida en la casa real se hace más llevadera gracias a SeokJin y su suegro que es todo lo contrario a la impresentable MinJi.

Al principio le dolió el rechazo de la cabeza hueca pero después de un tiempo llegó a la conclusión que su desprecio se debía a una sola cosa: ENVIDIA.

La reina codicia con todo su corazón la felicidad de Marianne, el amor y apoyo incondicional que le brinda SeokJin y que ella no tiene de parte de su esposo e hijo.

La zorra es tan baja que no pierde oportunidad de restregarle en la cara lo hermosa que es y el hecho de que ella sí le dio un heredero a la corona.

Sus deseos por hacerla sentir miserable han llegado tan lejos que solicitó por intermedio del Obispo del reino ser parte del proceso de selección de las concubinas reales.

Obviamente que SeokJin y el rey se opusieron pero el argumento del guía espiritual de la reina fue que ambos debían tener algo de piedad por ella y que eso ayudaría a "hacerla sentir útil y darle algo de paz a su conflictuada alma" ; además, les aseguró que él vigilaría que su participación fuera sensata y digna de Su Alteza real.

El Heraldo real entra al salón y después de las respectivas reverencias y saludos procede a presentar al Duque de Creek y al Conde de High Home padres de Elise y Caterina respectivamente.

Marianne no puede evitar sentir una repentina sensación de asco ante la presencia de las muchachas que luego identifica como indignación.

Las jóvenes que están frente a la familia real son hermosas, eso es indudable ¡Pero son casi unas niñas!

Elise, la rubia, trata de mostrarse serena y aplomada pero sus enormes ojos celestes reflejan el mismo temor de Caterina que se esfuerza en esconder su evidente nerviosismo estrujando la tela de su vestido.

La pobre castañita está al borde del desmayo y parece que nadie lo nota hasta que Marianne hace un gesto al pomposo Duque de Creek para que guarde silencio.

-¿Ocurre algo nuera?

-Sí Padre ¿Podemos colocar unas sillas para que las damas tomen asiento? Las noto fatigadas y creo que es muy descortés que las dejen allí paradas como si fueran meras estatuas más aún cuando van a formar parte de la casa real.

Las sonrisas satisfechas de los caballeros reales y un gesto de la mano del rey es suficiente para ejecutar el pedido de la princesa.

La cháchara continúa esta vez a cargo del padre de Caterina que ensalza los dones de ambas muchachas.

Marianne observa con detenimiento a las chiquillas que están cabizbajas evitando su escrutadora mirada lo que hace que la princesa sienta compasión por ellas.

-¡Pobrecillas! Se deben sentir como unos trozos de carne vendidos al mejor postor o unas yeguas que servirán como nidos para la simiente de un semental.

La sola idea de que Elise y Caterina compartan las caricias de SeokJin hace que la sensación de repugnancia vuelva a ella.

SeokJin nota su descompensación así que da las gracias a los padres de sus concubinas y solicita que se dé por terminada la reunión.

El amoroso esposo acompaña a su esposa a sus aposentos y procura que se sienta mejor.

-¿Cómo te sientes querida?

-¿Quieres que sea honesta?

-Como siempre lo eres Annie.

-Jinnie me siento confundida. Por una parte debo reconocer que la idea de tener que compartirte con esas niñas...

-¡Espera, espera! ¡Yo sería incapaz de aprovecharme de unas infantes! Sé que se ven muy jóvenes pero me aseguré de que tuvieran una edad apropiada.

-¿Cuántos años tienen?

-Elise ya cumplió veinte y Caterina los cumplirá dentro de un mes.

-Son cinco años menores que nosotros.

-Así es.

-Son hermosas pero un detalle que me llamó la atención fue el hecho de que no tienen la misma ascendencia que la casa real.

-Fue un pedido que le hice a mi padre. Quiero que mis... nuestros hijos tengan rasgos cercanos a los tuyos.

Marianne se echa a reír sorprendiendo a Jin.

-¡Oh, por supuesto, serán idénticos a mí con sus enormes ojos celestes, o su blonda cabellera rubia o tal vez hereden mi soso cabello oscuro idéntico al de Caterina! ¡Demonios necesito espejuelos! ¿Esa niña no tiene un precioso cabello castaño con reflejos rojizos como buena hija de la isla esmeralda?

SeokJin mira aturdido a su mujer y no sabe qué decir haciendo que Marianne lo mire con dulzura y contenga su ataque de risa.

-Eso fue muy lindo de tu parte ¡Gracias!

-De nada aunque debo admitir que tuve que tragarme las cien mil maldiciones cuando supe quienes fueron las elegidas.

-Apuesto a que adivino quien dio el voto determinante para que ellas fueran las finalistas. Esto tiene el toque ponzoñoso de tu madre.

Jin se recuesta al lado de Marianne y suspira derrotado.

-La conoces bien.

La princesa suelta otra risa divertida.

-¿Qué es tan gracioso?

-Acabo de imaginar la cara de tu madre cuando vea que los rasgos prevalecientes de nuestros niños sean los tuyos ¡Como le va a joder no poder fastidiarme!

-¡Princesa, ese vocabulario!

-Sírvase disculparme Su Alteza pero creo que la ocasión lo amerita ¿No lo cree mi señor?

-Mmm... Tal vez sí pero ese exabrupto merece un correctivo ejemplar.

-¿Me va a azotar mi señor?

-Creo que unas nalgadas serán suficientes.

-¡Mi señor! Procure que sus manotas no hagan mucho ruido, no queremos que su madre piense que tiene un hijo pervertido.

-Me acabas de inspirar para hacer exactamente lo contrario.

-¿En serio?

-Dime que no disfrutas la idea de sacar de quicio a tu suegra.

-¡Dame lo más fuerte que puedas aunque mañana no pueda sentarme!

La simpática y escandalosa risa del príncipe llena los pasillos que conducen al área privada del palacio haciendo que el rey mueva la cabeza y sonría divertido y la reina entorne los ojos con expresión de fastidio.

...


Los súbditos de la monarquía Kim aman y respetan por igual a quien será su reina porque es inevitable compararla con su actual soberana.

Mientras MinJi siempre resaltó por su belleza su actuar como la reina consorte no es del agrado del pueblo ya que es muy evidente el desprecio que ellos le inspiran.

Marianne, en cambio, pasea su elegante y distinguida figura por todo lugar donde es necesaria su presencia: hospicios para niños huérfanos, hospitales, escuelas y parroquias son bendecidos con el aura de su noble esencia.

Los pobladores del reino tienen un motivo más para admirarla: es vox populi que la princesa ha acogido bajo su protección a las concubinas de su esposo y muchos entienden el porque: un alma tan pura como la de la linda esposa del príncipe SeokJin es consciente que en el juego de poderes las concubinas reales son víctimas de la ambición de sus padres que reciben a cambio de cederlas al trono dinero y propiedades mientras ellas dejan de ser elegibles por los jóvenes nobles para casarse y formar una familia.

Cuando ya no son útiles para la corona son desechadas como algo inservible, sin arraigo familiar con sus casas de origen ni vínculo con sus hijos muchas optan por acabar con sus vidas o las más serenas por internarse en conventos y morir completamente olvidadas.

Las viejas chismosas afirman que la princesa en realidad es una hipócrita ¿Como alguien puede suponer que tenga misericordia con las mujeres con que se acuesta su marido?

-¡Si yo fuera ella las trataría como apestadas!

-¡Exacto vecina, me encargaría de recordarles su lugar!

-Es evidente que nuestra princesa no es ustedes por eso ella llenó los ojos de nuestro lindo príncipe ¡Lady Marianne es un ángel en la tierra y no tiene nada que ver con unas viejas criticonas de la plebe!

-¡Sí, sí! Vamos a ver cuánto le dura lo angelical cuando el príncipe le pegue la enfermedad de los infieles.

Las habladurías basadas en la sabiduría popular no cuentan con algo: los médicos reales tiene chequeadísimas a las concubinas así que al primer indicio de alguna enfermedad de "esas" serán inevitablemente expulsadas del reino.

El príncipe, por su parte, le ha jurado a su esposa que solo tocará a las muchachas para el fin para el cual han sido llevadas a palacio:engendrar a sus hijos y una vez logrado el cometido nunca más les pondrá un dedo encima.

SeokJin es tan optimista que piensa que Dios los bendecirá con un niño propio y no será necesario tener que tomar a las muchachas a lo que su esposa solo responde con un:

-Eres tan adorable Seokjinnie sé que nuestros niños serán tan tiernos como tú.

...



El deseo de SeokJin no se cumple y es necesario que haga uso de su poder sobre las concubinas.

Elise le regala a los príncipes un precioso principito de rubia cabellera, ojos rasgados color miel y labios sonrosados al que los felices padres bautizan como JiMin.

El corazón de azúcar de Marianne cae rendida ante el pequeño y lo acoge como su esposo suponía que lo haría: como una verdadera madre.

Elise es su nodriza y la princesa se conmueve al ver cómo la muchacha aprovecha ese momento para prodigarle algo de cariño al niño que creció en sus entrañas.

Caterina por su parte resulta ser muy fértil y cede al matrimonio unos lindos mellizos: JungKook que hereda los grandes y expresivos ojos de su padre y su color de cabello y Eyre que es el vivo retrato de su abuela paterna con el plus de tener un abundante cabello castaño rojizo que la hace lucir como toda una muñequita.

La madre de los mellizos también funge como su nodriza y la presencia de Marianne es una constante ya que se ha propuesto acompañar a las muchachas en esa etapa tan importante para sus niños.

La convivencia hace que la princesa le tome cariño a las jovencitas y las adopte como sus "hermanas" y su ánimo de protegerlas crezca al tener la certeza que ni ellas ni SeokJin se profesan pasión de ningún tipo.

Sus observadores ojos han notado que entre Elise y Caterina ha florecido el amor y no solo el fraterno pero es algo que prefiere guardar para ella y no comentárselo a Jin porque puede ocasionarle un trauma.

Su esposo es enfático al negarse a la propuesta del Consejo Real de mantener el concubinato. Elise y Caterina han pasado a ser las nanas de sus hijos y damas de compañía de la princesa.

SeokJin ha decidido que su familia resida en un castillo cercano a la casa real porque no quiere que su madre contamine a sus hijos con su toxicidad, especialmente a Eyre a la que ve cómo su presa favorita y para evitar las continuas discusiones de MinJi con Marianne que defiende su derecho al respeto de su estilo de crianza.

El pueblo congratula la dicha de la pareja de príncipes cuya casa está llena de la alegría de sus hermosos hijos y ruegan a lo sagrado para que su felicidad se complete con la llegada de un hijo nacido del vientre de su amada Marianne.

Las plegarias de la plebe son oídas un año más tarde cuando después de muchos sobresaltos y cuidados la princesa da a luz al heredero de la corona: SungJae, que es el calco y copia de su guapo padre.

Este hecho marca el tiempo para que el Rey Hyun Bin inicie el proceso para ceder la corona y abdique a favor de SeokJin el nuevo monarca del reino.


...

Un joven oficial corre a todo galope en medio del enorme campo de entrenamiento de la Academia Real del Ejército.

Su corazón late con fuerza y pesar porque la noticia que lleva a su joven soberano es por demás ingrata y además sabe que las espuelas con que arrea a su caballo lastiman sus costados pero es la única forma de imprimir velocidad al equino para llevar a tiempo las malas nuevas.

El Teniente Kim cruza a gran velocidad en medio de la escolta que acompaña al Rey y el oficial de guardia anuncia la presencia del edecán de palacio lo que sorprende a SeokJin.

-Teniente Kim ¿Ocurre algo malo?

El oficial Kim TaeHyung está tan agitado como su caballo y las palabras se niegan a salir de su boca.

-Teniente Kim...

-Su Majestad usted debe... debe regresar de inmediato al palacio.. la Reina... la Reina está muy mal.

El rey da un paso al frente y toma de los hombros al recién llegado.

-¿Qué le pasa a Marianne?

-Está inconsolable Alteza ella... ella encontró muerta a la dama Caterina.


...


El camino de retorno a palacio resulta eterno para SeokJin.

Apenas cruza el portal que lo conduce a su hogar se apea de un brinco del caballo y corre con toda la velocidad de sus piernas hasta llegar a los aposentos de quien en vida fuera la madre de sus adorables mellizos.

Caterina reposa sobre su lecho rodeada por Elise y Marianne que lloran mares de lágrimas.

Jin se acerca a las dolientes y su esposa se aferra a él transmitiendo su dolor.

-¿Annie qué fue lo que ocurrió?

La reina suelta poco a poco el abrazo que la une a su esposo y en medio de hipidos que trata de controlar habla con voz entrecortada.

-No es momento de explicártelo... querido... mío. Te pido que organices... que organices las honras fúnebres de nuestra amada niña.

Debemos...debemos avisar a sus padres y... hacerlo lo más pronto posible... quiero que su cuerpo sea tratado con cuidado y respeto por... por un embalsamador que está al servicio de mi familia.

Jin no entiende el pedido de su esposa pero no duda en cumplir con sus deseos.


...

El rey y la reina están sentados frente a frente en su lecho nupcial.

Vestidos de luto riguroso el silencio se interpone entre ellos haciendo más pesado el aire de la habitación.

SeokJin toma la mano de su esposa con la esperanza de que este gesto la anime a decir lo que guarda en su corazón.Marianne acaricia la mano masculina y deja que una lágrima ruede por su cara y caiga en los nudillos de su esposo.

-Annie...

-Alguien asesinó a Caterina y quien lo hizo pensó que nadie se daría cuenta pero no contó con que Cat la acusara con lo que le quedaba de aliento.

-¿La acusara? ¿Fue una mujer?

-Sí

-¿Quién fue la arpía?

-Tu madre.


...


-Jinnie deja de dar vueltas me estás mareando.

-¿Cómo puedes estar tan tranquila? ¡Estás acusando a mi madre de asesinato!

-¿Tranquila? ¡Estoy todo menos en calma!

-Marianne sé que mamá no es de tus personas favoritas y tienes motivos de sobra para detestarla pero...

-¡No te atrevas a decirlo! Tengo muchos defectos como cualquier hija de Dios pero mentirosa o calumniadora ¡Jamás!

SeokJin detiene su marcha y se sienta nuevamente al lado de su mujer, la toma de los hombros y la mira con ojos llenos de confusión.

-Querida por favor dime ¿De dónde has sacado esa idea tan terrible?

-Ya te lo dije, Caterina la acusó poco antes de morir.

-¿Cómo lo sabes?

-Ella me lo dijo cuando ... cuando la hallé agonizando en el jardín donde usualmente juegan nuestros hijos.

El rostro del rey adquiere expresión de pánico.

-Los niños...

-No la vieron porque esperaban por ella para cenar. Sabes que Jungkookie es muy inquieto y la única que podía tranquilizarlo era Cat así que me pareció extraño que no llegara a auxiliarme con el diablillo por eso fui a buscarla en el último lugar donde la vi con vida.

La hallé sentada en una de las bancas, al principio pensé que estaba dormida pero cuando me acerqué me di cuenta que respiraba con dificultad y al tratar de reanimarla y preguntarle qué le ocurría llegó a susurrar el nombre de esa desgraciada: MinJi.

-Annie yo... ¡Yo no sé qué pensar! Mi madre puede ser banal, deslenguada, insensible y poco compasiva pero de allí a matar ¿Qué motivo tendría para hacerle daño a alguien tan dulce como Cat?

-Yo también me rehusaba a la idea Jinnie. Tu madre se ha esmerado en demostrar que es tal y como la describes pero sigue siendo tu mamá y a pesar de todo no puedo negar que te ama aunque lo demuestre de la peor forma. El señor Le Found que es el embalsamador que trajiste de mi país es además una eminencia médica y fue capaz de encontrar el arma con que Cat fue asesinada.

Marianne se pone de pie, abre un cajón de su mesa de noche y saca una caja de exquisita madera. Al abrirla deja ver dentro de ella un fino alfiler de plata del que cuelgan lágrimas del mismo metal.

-Caterina murió porque alguien le clavó esto en el corazón. Si te fijas bien esta joya solo puede pertenecer a alguien de la casa real o la casa de nobles consejeros.

-Te doy la razón en eso pero mi pregunta aún no tiene respuesta ¿Por qué mi madre querría matar a Cat?

-No lo sé SeokJin pero debemos averiguarlo aunque tengo una sospecha.

-¿Cuál?

-Ella me odia, tal vez pensó que matando a Caterina me lastimaría profundamente. Si esa fue su motivación puede darse por satisfecha.

El llanto vuelve a Marianne y como siempre los brazos de su amado son su refugio y consuelo. Cuando la calma vuelve a ella susurra al oído del rey:

-Prometeme que la muerte de Caterina no quedará impune.

-Te lo prometo.

-Y que el culpable será juzgado con severidad sea quien sea.

El silencio entre los esposos dura unos segundos.

-Jin...

-Lo prometo.


...



El Teniente Kim camina entre las sombras que protegen su identidad y las de los tres oficiales que lo acompañan y a los cuales lidera como parte de la guardia personal de la reina Marianne.

Las oscuras capas que usan los camuflan en la oscuridad ocultando sus elegantes uniformes militares.

-Es aquí.

Kim guía a sus hombres hasta una antigua capilla ubicada en uno de los barrios más pobres de la ciudad donde la joven reina es admirada casi con idolatría.

El Teniente toca la puerta de la sacristía que se abre de inmediato gracias a la contraseña pactada con anterioridad con el sacerdote a cargo del lugar.

-Adelante caballeros Su Majestad los espera.

Kim TaeHyung ingresa acompañado por los oficiales Min, Jung y Kim que son tan leales a Marianne como el joven que los comanda.

El cura los conduce hasta el interior del pequeño templo y los deja a solas con la persona que los convocó.

-Buenas noches Teniente, oficiales, gracias por acudir a mi llamado.

Los cuatro hombres hincan una rodilla en señal de total respeto al escuchar la voz de la reina consorte.

-Por favor levántense y tomen asiento para poder dialogar.

Los soldados descubren sus rostros y Marianne inclina ligeramente la cabeza en señal de saludo.

-Los he convocado esta noche porque confío plenamente en ustedes ya que han demostrado con creces su lealtad hacia mi persona y la de nuestro amado rey.

-La tiene totalmente Alteza. Nosotros somos hijos del pueblo y estamos muy agradecidos por todo lo que hace por nuestras familias.

-El rey Hyun Bin fue un buen soberano pero el rey SeokJin es un visionario y está logrando que nuestro reino sea una nación cada vez más poderosa.

-Su estilo de gobierno ha humanizado a la casa real ante los ojos de la población.

-Todos sabemos que usted Alteza tiene mucho que ver con eso porque nuestro Rey es noble pero usted... Usted es un ángel de bondad.

Marianne sonríe por el halago pero mueve su cabeza negando y toma con afecto la mano del soldado que la congratuló.

-No lo soy HoSeok, hay personas más piadosas que yo solo que viven en total anonimato.

La reina suelta suavemente la mano del oficial que la mira embobado.

-Jóvenes no tenemos mucho tiempo ya que debo regresar pronto a palacio así que seré directa.

Han sido convocados porque requiero que realicen una tarea fuera de los deberes que tienen asignados.

El Teniente Kim es el primero en responder.

-Haremos lo que nos pida Majestad.

-Necesito que vigilen a la Reina Madre y me reporten sus movimientos sobre todo los que ustedes consideren sospechosos.

Los cuatro se miran entre sí sorprendidos por el pedido de su reina.

-Sé que mi solicitud les parecerá extraña pero puedo asegurarles que es un asunto de vida o muerte.

Marianne suspira, toma aire y cabizbaja comparte con sus soldados el motivo de sus suspicacias.

-Necesito comprobar que la reina MinJi está implicada en un crimen.

Las expresiones de sorpresa no tardan en llegar.

-Tengo la certeza que está involucrada en la muerte de la dama Caterina.

Marianne levanta la mirada al sentir como uno de los soldados pierde el aliento por unos segundos.

Es el oficial Min que no puede ocultar el dolor y asombro en su mirada.

El joven recupera la compostura y solicita la palabra a lo que la reina accede de inmediato.

-Majestad Cat... La dama Caterina murió de forma repentina y nunca supimos el motivo de su deceso.

-Tuvimos que manejarlo con mucha discreción para no entorpecer las investigaciones. Cat... Cat fue asesinada y con el último aliento fue capaz de decirme el nombre de su agresora: la reina MinJi.

Min se pone de pie y por reflejo toma la empuñadura de su espada pero la mano firme del oficial Jung lo sujeta mientras el Teniente Kim lo llama a la sensatez.

-Oficial Min...

Min hace un esfuerzo por serenarse pero las emociones lo desbordan.

-¿Y por qué esa miserable sigue caminando como si nada? ¿Es que acaso Caterina no merece justicia?

-¡La merece y con creces! Es por eso que los he convocado, necesito recabar las pruebas suficientes que lapiden a esa pérfida y no vuelva a lastimar a nadie más.

Min respira agitado y pronuncia una frase que hace que el corazón de la reina duela.

-Alteza ¿El Rey SeokJin sabe sobre sus sospechas?

-Sí

Un grito contenido resuena al interior del templo.

-¿Y no piensa hacer nada? ¿Pretende encubrir un crimen?

-Oficial Min usted sabe que nuestro soberano es un hombre bueno y justo solo que...

por favor necesito que lo comprendan... SeokJin...SeokJin...

Las lágrimas de Marianne conmueven a los soldados.

-Entendemos Majestad, nuestro rey debe estar tratando de asimilar esa terrible idea.

-Cuente con nosotros Alteza.

-Encontraremos las pruebas que condenen a esa desgraciada, la muerte de la dama Caterina no quedará impune.

-Vamos Majestad la escoltaremos de regreso a palacio.

-Gracias oficiales.

-Redoblaremos nuestra custodia Alteza no podemos arriesgarnos a que intente atentar contra usted o alguien más de su entorno inmediato.


...


Los días pasan y la labor de los guardias leales a la joven reina empieza a dar frutos.

Contrariamente a lo que pensaba Marianne el conocer las andanzas de su suegra no la llena de la tranquilidad de saber que pronto la desenmascarará sino de temor por su integridad, la de sus hijos y hasta por la de su adorado SeokJin.

El saber que cuenta con la protección de sus cuatro arcángeles le da cierta seguridad pero prefiere poner la mayor distancia de por medio entre la malvada y sus seres queridos así que opta por solicitar a su esposo que Elise y sus hijos sean trasladados de inmediato a su castillo familiar.

El Teniente Kim asigna la protección de los infantes reales a los oficiales Kim y Jung mientras él y Min se convierten en la escolta personal de su soberana.

La reina vive en la constante disyuntiva de revelarle al rey el verdadero carácter de su madre o guardar la información que tiene por temor a desatar a la bestia que habita en la bella MinJi.

Sus dudas la sumergen en una constante actitud retraída y distante que hace que SeokJin sospeche que su siempre sincera y comunicativa Marianne está ocultando un secreto que no quiere compartir con él. Las suspicacias del soberano aumentan cuando su esposa cesa sus constantes reclamos por hallar justicia para Caterina.

Esta situación hace que la pareja se aleje sin darse cuenta y llene sus conversaciones sólo con tópicos referidos a sus hijos; la complicidad y alegría que adornaban su relación se apagan poco a poco y ninguno de los dos sabe cómo lidiar con ello.


...


La figura melancólica de Marianne recorre los hermosos jardines del castillo familiar.

La alegría de compartir momentos con sus hijos ha desaparecido porque la sombra de la Reina Madre ensombrece sus pensamientos y hace que se sienta derrotada porque una certeza la atormenta hace unos días: MinJi logró su objetivo... La está separando de SeokJin y en el proceso destruye su temple y entereza convirtiéndola en una mujer temerosa y asustadiza.

Sentada al pie de un árbol ora al Poderoso rogando por recuperar la templanza y que se apiade de ella dotándola de las palabras adecuadas para revelarle la verdad a Jin.

Marianne realiza sus oraciones con los ojos cerrados y una lágrima escapa de ellos.

-Por favor Alteza no sé de por vencida pronto tendremos acorralada a la zorra.

La profunda voz del oficial Min sobresalta a la reina.

-Perdón Su Majestad no fue mi intención asustarla.

La enguantada mano del oficial ofrece de manera galante un pañuelo a su reina que ella acepta con un gracias.

-Oficial Min ¿Puedo hacerle una pregunta personal?

El guapo joven se queda en blanco por un momento pero responde con un movimiento afirmativo.

-Usted... usted amaba a Caterina.

Min abre sus ojos sorprendido pero no niega lo afirmado por Marianne.

-¿Ella... correspondió a su afecto?

El soldado solo atina a mover la cabeza, mira el horizonte y después de un momento se anima a contar su historia.

-Mi amor por Cat surgió casi sin darme cuenta. Al principio solo me conformaba con apreciar su belleza y lo encantador de su personalidad que afloraba cada vez que compartía los juegos con los principitos.

Marianne sonríe y mueve la cabeza afirmando.

-Me di cuenta que moría por confesarle mi amor pero mis amigos me aconsejaron que desistiera de esa idea. Cat y yo proveníamos de mundos totalmente diferentes, ella era una concubina real y yo un simple soldado pero mis ilusiones crecieron al darme cuenta que mi presencia no le era del todo indiferente.

El rostro de la reina se llena de sorpresa e interés.

-Una noche me topé con ella en este mismo lugar y Caterina tomó la iniciativa para una conversación trivial.

¡Cat era hermosa! Su alma era inocente y brillaba con tanta fuerza que me dejó encandilado y tan estúpido que no pude evitar decirle lo que sentía por ella.

Caterina me dijo que le resultaba grato pero que se sentía confundida porque amaba a otra persona o por lo menos eso es lo que ella creía.

Cuando lo mencionó entré en pánico porque pensé que se refería a Su majestad, el rey SeokJin, pero Cat me aseguró que no se trataba de él.

Me pidió tiempo para aclarar sus sentimientos porque no quería ser injusta con nadie.

Marianne recuerda que notó que Elise y Caterina estuvieron distanciadas pero que se reconciliaron poco antes de que la castaña muriera.

-¡Fui tan feliz cuando correspondió a mi amor! Decidimos mantener nuestro romance en secreto porque no quería que Cat fuera señalada por amar a un plebeyo ni que sufriera el repudio de su familia.

La voz de Min se quiebra y el oficial se esfuerza en contener las lágrimas que están por escapar de sus ojos.

-¡Caterina era mi todo y esa perra me la arrebató! ¿Qué daño le pudo haber hecho para acabar con su tierna alma?

-¿Cómo te llamas?

-Yoongi

-Yoongi... Te juro por la memoria de nuestra linda Cat que no me rendiré y como dijiste pronto tendremos cercada a la zorra.

-Gracias Majestad.


...


Marianne se reúne con sus guardianes.

La humilde nave de la capilla que los acogió hace unas noches atrás se llena de susurros y la figura de una piadosa Virgen es testigo del asombro de la reina al conocer las motivaciones de su suegra.

-Debemos tener mucho cuidado cuando MinJi se sienta cercada querrá salir impune a toda costa.

-Majestad esa arpía jamás admitirá que su único interés es manchar su imagen ante el rey y destruirla.

-Su maldad va más allá: quiere quedarse con sus niños.

-¡Jamás lo voy a permitir!

La voz del párroco de la capilla sobresalta al grupo.

-¡Teniente Kim una dotación de la guardia real se acerca a todo galope!

-¡Debemos irnos, todavía no es momento de revelarle la verdad a SeokJin!

Los oficiales escoltan a Su Majestad pero son interceptados por el Comandante Jo, capitán de la guardia real.

-¡Alto en nombre de Su Majestad!

Marianne adopta una actitud severa y le habla con firmeza a Jo.

-Abra paso Comandante debo retornar a palacio.

-No irás a ningún lado hasta que me expliques que haces al otro lado de la ciudad en esta iglesia ruinosa.

-¿Jin?

-¿Lo ves Seokjinnie? Esta perra está complotando en tu contra y estos son sus secuaces ¡Apuesto que uno de ellos es su amante!

La joven reina siente como su corazón se rompe en mil pedazos.

-¿No creíste cuando te dije que ella mató a Caterina pero no dudaste en traerla hasta aquí para humillarme y acusarme de traición?

-¡Sí que eres una puta cínica! ¡Escuchala Seokjinnie es tal y cual como siempre te lo dije!

-¡Silencio madre es suficiente! ¡Guardias escoltenlos a palacio!


...


Marianne camina de un extremo al otro de su gran habitación matrimonial.

SeokJin la dejó encerrada y desapareció hace horas sin decir una sola palabra hasta que el sonido de la cerradura de la puerta anuncia que por fin está de regreso.

Cuando la reina lo ve siente una pena inmensa por el hombre que ama: Jin apenas se tiene en pie, señal que ha estado bebiendo tratando de ahogar la tristeza de su corazón.

Al ingresar a su alcoba trastabilla y pierde el equilibrio yendo a dar de bruces a la mullida alfombra que tapiza el ambiente.

Marianne corre solicita para ayudarlo.

-Jinnie amor ¿Te hiciste daño?

-¡No me llames así! ¡No soy tu amor y ahora no sé si alguna vez lo fui!

-¡Lo eres, siempre lo has sido!

-¿Ah sí? ¿Entonces por qué me engañabas?

-¡Jamás lo he hecho!

-¡Mentira! ¿Crees que soy estúpido? ¡Hace semanas que me ocultas algo no te atrevas a negarlo! ¡Además hoy te pillé con las manos en la masa!

La reina debe hacer un esfuerzo para no abofetear a su esposo y hacer que reaccione.

-Es cierto que estuve ocultando información, admito que fue un error pero lo hice para protegerte porque la verdad resultará demasiado dolorosa para tí.

-¡Oh! ¿La dulce y falsa Marianne ahora se preocupa por mí?

La paciencia de Marianne llega a su límite así que en un arrebato deja salir la bofetada que tenía reservada para SeokJin.

El rey la mira asombrado, luego la toma por los hombros y la sujeta con fuerza mientras la ira cubre su mirada pero reacciona al notar el rostro aterrado de su esposa.

-¡No vuelvas a hacer eso!

Jin suelta con fuerza a la joven que cae sobre la amplia cama.

La muchacha siente que ya no puede más así que echa a llorar con un dolor tan profundo que provoca que SeokJin se siente en la cama y la gire con suavidad.

Las lágrimas resbalan por las adorables mejillas de Su Majestad.

-¿A ti también te duele Annie? ¿Si ya no me querías porque no me lo dijiste?

-¡Por Dios SeokJin! ¿Vas a creer todo lo que te dijo la perversa de tu madre? ¿Es que no nos conoces a ambas? ¿No me darás la oportunidad de explicarte?

-Marianne no sé qué pensar ¡Estoy tan confundido!

-¡Entonces MinJi ganó!

La reina se permite llorar un poco más y drenar su dolor hasta que la imagen de los días felices al lado de Jin, sus niños, Elise y Caterina la llenan del valor y la fortaleza para demostrarle a SeokJin que ella jamás le ha faltado.

-Jinnie por favor dame la oportunidad de demostrarte que te amo y que lo que hice fue para evidenciar que tu madre no es una persona de fiar.

La duda es evidente en el rostro del rey.

-Si no lo haces por nosotros hazlo por nuestros hijos ¡Los niños están en peligro debemos protegerlos!

-Está bien Marianne, te escucho.

-Hoy no fue la primera vez que me reuní con el Teniente Kim y los oficiales Min, Jung y Kim. Los convoqué porque son de mi entera confianza y al igual que yo buscan protegerte porque te consideran un rey bueno y muy valioso para nuestra nación.

Les encargue la tarea de vigilar a tu madre con la finalidad de hallar las pruebas que la incriminen con el asesinato de Caterina.

-Annie te dije que me encargaría de eso.

-¿Lo has hecho amor mío? La muerte de Cat aún no tiene un culpable y entiendo tus motivos... Es tu madre y te niegas a admitir que pueda ser capaz de algo tan atroz.

El rey cede a sus afectos y se aferra al pecho de su esposa.

-Mi madre no fue siempre esa persona cruel y cínica que conoces.

-No lo dudo cariño pero la amargura ha llenado su corazón y la ha convertido en un ser egoísta y ruin.

Tu madre sabe bien lo que es la infidelidad y por eso fue muy sencillo reflejar en mí lo que ella hace.

Jin levanta la cabeza y mira incrédulo a su mujer.

-¿Mamá engaña a papá?

-Sí, sus amantes son el Comandante Jo, el Ministro de Hacienda y... el padre de Caterina.

-¡Oh por Dios!

Marianne se pone de pie y de una caja fuerte oculta en una de los rincones de la habitación extrae un grueso fajo de hojas.

-Estas son los reportes pormenorizados del seguimiento a tu madre, puedes ver las fechas y horas de sus desplazamientos.

-Annie me duele saber que mi madre engaña a mi padre ¡Él no se lo merece! pero eso es un asunto que solo les compete a ambos.

-Te daría la razón si no fuera porque tu madre está complotando para sacarte del poder y quedar como la reina regente hasta que en teoría SungJae tenga edad suficiente para gobernar.

-¡Marianne lo que dices es absurdo! ¿Qué podría alegar en mi contra?

-Muchas cosas: que sufres de alguna enfermedad incapacitante, que adoleces de la suficiente calidad moral e idoneidad para regir a la nación por citar algunos de sus posibles argumentos.

SeokJin no puede creer lo que oye ¡MinJi es su madre jamás le haría algo así!

-No puedo creer lo que escucho ¡Soy su hijo ella no podría dañarme de esa forma!

-¿Estás seguro de eso? ¡Ella sabe cuanto nos amamos y aún así fue capaz de sembrar la duda en tí! ¡Mira las condiciones en que te dejo! ¿Todavía dudas de su maldad?

-Aunque lo que dices fuera verdad ella no sería la llamada a gobernar el Consejo de nobles puede pedirle a papá que regrese al trono.

La mirada que Marianne dirige a su esposo dice más que mil palabras.

-¡No, no, no! ¡Mamá no sería capaz!

-MinJi ya inició su plan para sacar del camino a todo el que le estorbe: Si crees en sus mentiras el Consejo de Nobles me acusará de traición a la patria y sabes cuál es la pena para ese crimen. Dime la verdad SeokJin ¿Recibirás con gusto la charola con mi cabeza decapitada?

-¡Basta por favor ten piedad!

-¡Dimelo SeokJin!

-¡Prefiero morir antes de ver semejante barbaridad!

-Tu madre te conoce bien amor mío.

El rey no soporta más y una gran arcada hace que vomite todo el licor que circulaba por su organismo.

La joven reina abraza a su esposo que tiembla como un niño asustado.

-Tranquilo Jinnie estoy aquí para ti.

-¿Qué voy a hacer Marianne?

-Lo que corresponde al buen rey de esta nación: compórtate como el soberano justo y noble que eres y si aún quedan dudas en tu corazón escucha la voz del pueblo.


...


Las calles del reino son un hervidero de chismes y rumores.

La noticia de que Su Majestad, el rey SeokJin ha puesto bajo arresto a la Reina Marianne, a la Reina Madre, al Ministro de Hacienda, al Comandante de la Guardia Real, al Conde de High Home y a los oficiales que conforman la guardia personal de la reina ha dejado estupefactos a todos ¿Es que acaso el joven monarca ha perdido la razón?

El primero en mostrar su sorpresa es el Rey emérito Hyun Bin que exige las explicaciones del caso.

Después de escuchar con atención da su parecer al atribulado rey en ejercicio.

-MinJi no termina de sorprenderme. Sabía que me ponía los cuernos pero ¿Con tres? Realmente se superó a sí misma.

-¿Y lo dices tan tranquilo?

-¿Qué otra reacción quieres que tenga? Hijo no eres ningún niño inocente, sé que desde hace mucho tiempo sabes que tu madre y yo tenemos una relación meramente de apariencias. Le tengo cariño a MinJi por ser tu madre pero debo admitir que nunca la he amado, nuestro matrimonio solo fue un arreglo entre dos países que cerraban así un capítulo de luchas absurdas y que aspiraban a la unión para convertirse en la poderosa nación que ahora somos.

Tienes mucha suerte SeokJin al haber podido desposar a la mujer que amas y porque tu esposa es la reina que nuestro pueblo merece.

-¿Entonces crees que lo que dijo Marianne es cierto?

-¡Por supuesto! No sé que te dijo tu madre para que hayas sido capaz de dudar de mi nuera pero si quieres convencerte interroga a los amantes de MinJi y terminarás de conocer la verdad.

SeokJin sigue el consejo de su padre y el primero en cantar es el padre de Caterina que admite que MinJi le ofreció que si la ayudaba a cambiar las leyes emitidas por la Cámara de Nobles para hacer posible su ascenso al trono ella modificaría la que impedía que el rey consorte fuera un plebeyo.

El tipo terminó de derrumbarse cuando Jin le dijo que sobre MinJi pesaba la sospecha de haber matado a Caterina.

-¡Mi pobre niña! ¡Ella...ella descubrió mi amorío con esa maldita! ¡Me advirtió que no creyera en ella, que solo me utilizaba y no la escuché!

La última vez que la vi se fue muy decepcionada y dijo que le contaría lo que ocurría a la reina Marianne ¡Jamás pensé que MinJi acabaría con ella con sus propias manos!

El padre de Caterina no pudo con el cargo de conciencia y acabó con su vida en la soledad de la celda que lo acogía.

Los interrogatorios al Comandante Jo y al ministro fueron un poco más de lo mismo: los estúpidos habían cedido al juego de seducción de la arpía y habían sido engatusados con el cuento de ser los reyes plebeyos.

¿Qué obtenía MinJi con hacerlos sus cómplices? De Jo conseguiría la sumisión absoluta de las fuerzas armadas que veían al Comandante como un líder innato.

Manipular al ministro la ayudaría a obtener el control de la Casa de la Moneda y poder malversar a su antojo aún a costa de empobrecer a la nación.

El careo más difícil para SeokJin fue el que lo enfrentó a su madre.

-¡Seokjinnie! Por lo visto la putita te volvió a enredar en sus mentiras ¡Hombres! Todos caen con una buena mamada y el cuento que son unos tigres en la cama.

-¡Te prohíbo que hables así de mi esposa!

-¡No me puedes prohibir nada niñato soy tu madre!

-¡Y yo tu rey!

-¡Mi rey! ¡Vaya, vaya se le subieron los humos al tierno Seokjinnie! Entonces Su Majestad ¿A que debo el honor de su presencia?

-He venido a convencerte que admitas tus intenciones de complotar contra la corona pero como tus planes no llegaron a cumplirse apelaré a mi poder para que no seas sometida a la pena capital.

-¿Y por qué supones que estoy interesada en pudrirme en la cárcel? ¡Prefiero que el pueblo vea como el insensible de su adorado rey no tuvo piedad con su propia madre!

-¡Madre por favor por una vez no seas tan cínica! ¿Sabes el dolor que sentí cuando tuve la certeza que quisiste destruir a mi familia? ¿Tan grandes son tus ansias de poder?

-¡De poder, de riqueza, de amor! ¡Lo quiero todo! Tu abuelo ¡Ese viejo de mierda! Me trató peor que a una concubina real y me entregó como una ofrenda de paz porque se cagaba de miedo ante la idea de que su reino de pacotilla fuera arrasado por el padre de Hyun Bin.

¡Me privó de todo lo que me correspondía! ¿Qué tiene de malo que quiera disfrutar de un poco de lo que a tí te sobra?

-Madre...

-¡No te atrevas a mirarme así! ¡Prefiero que me arranquen la cabeza antes de ver lástima en tus ojos!

SeokJin se retira cabizbajo porque sabe que solo tiene un camino.


...


El pueblo se agolpa en las calles para ver la ejecución de la que alguna vez fue la reina consorte y sus amantes que defraudaron la confianza que el rey depositó en ellos.

Los hombres caminan cabizbajos y con expresión de arrepentimiento mientras que MinJi sube al patíbulo con una sonrisa burlona en el rostro y en medio del abucheo de los pobladores.

-¡Muerte a los traidores!

-¡Queremos la cabeza de esa zorra!

-¡Que la maten por querer hacerle daño a nuestros reyes!

-¡Mala madre, hasta una loba tiene más amor por sus cachorros!

MinJi lanza un escupitajo al público y se mantiene con actitud desafiante.

Las ejecuciones se llevan a cabo. El sonido del hacha cortando el aire y arrancando de cuajo las cabezas de los ejecutados son los únicos sonidos audibles ante el silencio sepulcral que hace la muchedumbre.

La última en probar la filosa hoja es MinJi cuya cabeza rueda con los ojos bien abiertos lo que provoca que todos aparten la vista como si se tratara de la testa de la Medusa.

En palacio una pareja se abraza brindandose calor, amor y apoyo mutuo como juraron hacerlo cuando se casaron con la promesa de estar juntos para siempre.

-Perdoname Marianne, nunca debí dudar de tí. Yo... mi madre...

-Fuiste una víctima más de su locura cariño no tengo nada que perdonarte.

-Te adoro Annie ¡Nunca lo olvides!

-Y yo a tí Jinnie ¡Hoy y para siempre!

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