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O2➜ i'd like to be my old self again

now playing . . . i'd like to be my old self again but i'm still trying to find it🩺🦿

❝ día uno ❞

les invito a votar y comentar, no cuesta nada y ayudan a que la historia siga creciendo <3

LA EMOCIÓN QUE ALBA SENTÍA POR VOLVER A EJERCER su profesión de manera continua después de mucho tiempo era una dicha que sólo ella podía explicar. Se pasó toda la noche trabajando en un programa de días continuados para poder ayudar a la lesión de Robert. El tiempo estaba en su contra y que Xavi le dijera que tenía menos de 3 semanas para lograrlo le agitaba el corazón.

A la mañana siguiente se presentó a primera hora en el campo de entrenamiento. Dejó que su hermano fuera a hacer sus respectivos quehaceres y ella caminó hacia la oficina del presidente del club para esperar el veredicto final sobre su contrato. Dentro de sí sabía que ya estaba en el equipo ya que prácticamente Lewandowski ya era su responsabilidad, pero aún así debía esperar lo protocolar.

Se había mantenido alrededor de 10 minutos sentada en un banco afuera de la oficina a la espera de quienes serían sus nuevos jefes, en el mejor de los casos. Justo cuando estaba pensando en irse a trabajar la puerta en frente suyo se abrió.

—Oh, señorita Páez —habló Joan, el presidente del club cuando la vio ponerse de pie—. No sabía que estaba aquí.

—Eh...Buenos días, lamento la incomodidad, pero quería hablar por lo de mi contrato y la permanencia en el...

—Ya lo discutimos —Xavi apareció detrás de él—, no hay nada que decir.

Ella no entendió por completo la intención de aquellas palabras y guardó silencio nerviosa por los primeros segundos.

—Eh...¿Qué quieren decir con eso?

—Que estás dentro —respondió Laporta—. Cumples con todos los requisitos y más. Eres justo lo que ahora buscamos.

—Llamamos a tus antiguos clubes y todos pueden confirmar tu excelente trabajo. Te recomendaron muy bien —siguió Hernández.

—Además, ya sé que ayer empezaste un diagnóstico con Lewandowski y no quiero interrumpir eso —retomó el presidente—. Así que...Bienvenida al Barcelona.

Ella estaba impactada y sorprendida que tartamudeó las primeras palabras—Yo...Vaya, Dios mío, muchas gracias.

Los tres se estrecharon las manos con alegría por el nuevo trato.

—Cuando termines tu horario laboral pasa por mi oficina para ver tu contrato, los términos y que puedas firmar.

—Claro, claro, lo haré.

—Ahora ve tranquila, se nota que tienes mucho que hacer —sonrió Joan—. Contamos con tu ayuda.

—Sí, por supuesto, hoy empezaré el tratamiento —se acercó a Xavi—. Hablando de eso, me gustaría que vieras el plan de trabajo que creé anoche para Robert. Con el tiempo que me diste y los estudios del fisioterapeuta deberíamos estar listos en dos semanas...Si el cielo nos ayuda.

El hombre tomó el Ipad que la mujer le extendía y leyó el cuadro con fechas y entrenamientos que ella había preparado—Se ve bien, creo que es posible.

—¿En serio? —dijo un poco confundida ante la certeza con que habló.

—Sí —le devolvió—, confío en ti y en que harás tu trabajo de manera impecable.

—Gracias —sonrió de lado—. De todas maneras enviaré esto a tu correo para que también tengas constancia del proceso. Ahora, si me disculpas...Voy a ver a nuestro enfermo.

Asintió—Mucha suerte.

La mujer giró sobre sus talones y desapareció de las oficinas para una vez más dirigirse hacia los gimnasios.

Se sentía bien, lo confesaba. Volver a ponerse su uniforme clínico, despertarse temprano para el trabajo, tomar todos sus utensilios de kinesiología, crean una planificación terapéutica y estar en un recinto futbolístico era lo que ella disfrutaba, y ahora, después de mucho tiempo, lo había retomado.

Por años le fue difícil ejercer, sobre todo cuando era joven. El divorcio de sus padres, la violencia que ejercieron contra ella, la muerte de su madre y el hacerse cargo de sus hermanos por mucho tiempo hizo que sus estudios y posterior trabajo quedaran en segundo lugar. Ella amaba la kinesiología, pero le costó poder ejercerla al cien por ciento. Sin embargo, una vez que lo hizo, se sintió la persona más feliz en el mundo.

Por eso su felicidad, aquella que sólo ella podía entender.

—¡Buen día! Vamos a salvar una pierna.

Robert Lewandowski soltó una suave risa cuando escuchó aquella ya familiar voz a sus espaldas. Giró su torso un poco para ver como Alba ingresaba al área con los brazos en alto y una inspiradora sonrisa.

—Buenos días —palmeó su hombro—. ¿Cómo estás?

—Bien —asintió—, bueno, en realidad mejor, podría decirse.

—Es bueno oírlo —dejó su bolso en un costado—. ¿Listo para empezar?

—Eso espero.

—Escucha, el siguiente partido es en 2 semanas y media y, si Dios nos compaña, podrías volver en 2 acorde al plan de trabajo que creé para ti —enseñó su Ipad—. Lo único que te voy a pedir es alto compromiso, obediencia al tratamiento y constancia en el trabajo ¿Sí?

—Seguro —se dobló las mangas de su polera deportiva color celeste fuerte—. Quiero esto al igual o más que tú, créeme.

Soltó una risa nasal—De acuerdo, lo vamos a comprobar. Primera pregunta... —se volteó para buscar algo—. ¿Cómo llegaste aquí? ¿Alguien te vino a dejar o...Condujiste?

El polaco quedó mudo y le costó poder formular las primera palabras—Eh...Conduje.

Lo que vino después el hombre no se lo esperó.

Alba se volteó con un rociador de agua y con él le disparó un chorro directamente en la cara. El futbolista se quejó e inmediatamente se llevó las manos a la cara, asustado y sorprendido.

—¿¡Qué fue eso!?

Strike 1 —dijo dejando la botella a un lado—. ¿Eres consiente de que no debiste hacer eso? Ejerces presión con tus piernas en los pedales y no necesito eso, al menos no por unos días.

—Bien, bien, error mío ¿Sí? No lo volveré a hacer, lo prometo.

—Mas te vale —lo apuntó con un dedo—. Segunda pregunta...Bajaste usando las muletas...¿Verdad?

El hombre agachó la cabeza y maldijo en su interior—No.

Lo esperado llegó: La mujer volvió a tomar la botella y le disparó otra vez en la cara.

Strike 2.

—Por Dios, no soy un perro —se quejó limpiándose la cara—. Al menos avísame para cerrar los ojos...O la boca.

—Necesito que uses las muletas, por amor al cielo —suspiró—. Reserva los movimientos con tu pierna para los que tendrás que hacer aquí conmigo. Además, la elevación del músculo ayuda. ¿Entendido? Cuida esa pierna.

—Lo haré, lo haré —asintió rendido.

—Voy a confiar en ti ya que ésta era sólo la primera prueba —llenó sus pulmones de aire e hizo una pausa para posteriormente decir—: Última pregunta, número 9...Cuando llegaste aquí no te fuiste a meter a la cancha ¿Verdad?

Lewandowski tragó saliva.

—Y tampoco driblaste alguna pelota ¿No es así?

El polaco se mantuvo en silencio con la vista fija en la kinesióloga que lo miraba con una ceja alzada, con su pie derecho golpeando el suelo repetidas veces y con la botella de agua firme en su mano, esperando la respuesta que él iba a darle.

—¿No es así? —insistió.

Robert suspiró rendido, cerró los ojos y sólo dijo:

—Ya dispara.

Con mucho gusto la española apretó el gatillo de la botella y nuevo chorro fue disparado en dirección al rostro de Lewandowski. El hombre se volvió a limpiar con las manos y movió la cabeza en forma horizontal.

Strike 3.

—Me voy a amputar la pierna.

—Ay, no seas llorón —le reclamó la castaña dejando su arma a un lado.

—Sí, eso haré, es más sencillo.

—No, sencillo sería que cooperaras conmigo. Todo lo que estoy haciendo es por tu bien. Te quieres mejorar ¿O no?

—Sí, claro que sí, pero...

—Eh, eh, eh —alzó su dedo índice—, no hay peros aquí. Tienes una lesión, no es gravísima, pero sí es algo que te va a retener de jugar, que es técnicamente lo que tienes que hacer. Necesitas mi ayuda y voy a dártela, pero no tiene sentido que lo haga si no eres parte del proceso. Tenemos menos de 3 semanas para el siguiente encuentro y sólo puedo ayudarte en 2 si cooperas conmigo.

—Lo entiendo, tienes razón, no debí hacer nada de lo anterior —enseñó las palmas de sus manos.

—A partir de hoy estoy oficialmente en este club así que vas a tener que obedecer a todo lo que te diga ¿Está claro?

—Más que claro, profe —el ojiazul llevó su mano derecha a su cabeza como si estuviera imitando una seña de soldado.

El gesto le sacó una risa a la española—Bien, me encanta hacer las pases. Ahora empecemos de verdad.

La mujer se volteó para buscar un par de cosas en su bolso y posteriormente se giró para enseñárselas.

—Los primeros 3 días vamos a trabajar con hielo, compresión, elevación, movilización activa y por favor el uso de las muletas —señaló aquel par en una esquina—. Así que...Hoy disfruta de esta linda amiga...La bota de compresión.

Dejó aquel instrumento kinésico sobre la camilla y ayudó al polaco a ponérsela en su pierna afectada. Aquel objeto haría el trabajo por sí sólo mientras Alba monitoreaba todo desde su Ipad.

Mientras le ajustaba la bota notó que Robert no dejaba de mirarla. Sus electrizantes orbes azules casi del mismo color que su camiseta se habían pegado a su rostro como si tratara de buscar algo. En ese momento Páez entendió de qué se trataba todo el asunto y alzó la voz para decir:

—Voy a responderte inmediatamente aquella duda que en este momento está asaltando tu cabeza —le miró y el futbolista se removió en su lugar al ser sorprendido en su acción—. Sí...Soy hermana de Pablo.

Él abrió la boca formando una O—Eso tiene mucho sentido...No podía recordar a quién te me hacías parecida.

Rió suavemente—Sí...Tú querido compañero Gavi es mi hermano. Volví a verlo después de bastante tiempo y tuve la suerte de estar esta temporada trabajando con él.

—Qué bueno...Me alegro por ustedes.

—¿Te ha dicho que eres su ídolo? —le dijo de repente ya activando la bota.

Frunció el ceño—No...No lo ha hecho.

Sonrió por lo bajo—Mi hermano es la persona más fiel que puedes conocer. Jamás a usado otra camiseta que no sea del Barça o ha alentado a otro club...Sin embargo...Cuando era pequeño usaba su camiseta del Bayern Munich con un gran número 9 en la espalda y con el apellido... —hizo una pausa para alzar las manos y completar—: Lewandowski.

—No te creo —se llevó una mano a la boca.

—Es real, yo se la compré —sonrió—. Te lo juro, veía partidos de otro equipo y de otro país sólo por ti...Eres una de las personas que lo inspiró en el fútbol. No entiendo como pueda estar tan tranquilo teniendo a su ídolo en el mismo club.

—La verdad sí se ve muy tranquilo; no esperaba que me dieras esa información.

—Por favor, no le digas que yo te dije esto o me va a matar —ambos rieron.

—No lo haré, mis labios están sallados —hizo como si estuviera poniendo un cierre en su boca.

Al oír la última palabra Alba se dio unos segundos para meditar en lo oído, un poco confundida.

Sellados —le dijo luego de unos segundos de silencio—, la palabra es sellados...Del verbo sellar.

—Oh... —entendió de inmediato—. Lo lamento, aún hay palabras en español que no me aprendo. Sigo mejorando.

—No, tranquilo, lo hablas bastante bien. No dejas atrás tu marcado acento, la intensidad que pones en la letra R o en las terminaciones con S y la verdad es que eso suena bárbaro —asintió—. Lo haces muy bien.

Rió—Vaya, no sabías que también dabas clases de español.

Se unió a la risa—Hablo español ¿Qué esperabas? —revisó su Ipad mientras la bota hacía su trabajo—. ¿Cuántos idiomas hablas?

—3. Obviamente polaco, inglés y ahora español.

Hizo una mueca de aprobación—Se oye bien —guardó silencio un segundo—. Si adivinas cuántos idiomas hablo ya no volveré a lanzarte agua.

—¿En serio? —alzó una ceja.

—...Por hoy.

Él rió.

Una de las mejores características de Páez es que no solamente se enfocaba en ayudar al área física, sino también en la emocional. Sabía perfectamente que las lesiones, en la mayoría de los casos, también afectaban la salud psicológica de las personas, sobre todo de los deportistas, los cuales básicamente dependen de su movimiento para trabajar. Debido a eso les animaba, les hacia reír y todo lo que estaba dentro de su alcance durante las terapias.

Era una de las tantas cosas que la hacía única.

—Eh... —hizo una mueca mientras meditaba—. ¿5?

—rió—. Cerca, son 6.

—¿En serio?

—Sí —enumeró con sus dedos—. Español, por supuesto, inglés, alemán...Francés —el estómago se le revolvió cuando recordó porqué lo hablaba—. Portugués y latín. Polaco no hablo porque eres el primer hombre de Polonia con el que trabajo...Pero quizás aprenda.

—Espera...¿Latín? —aquello lo tomó por extrema sorpresa—. ¿Por qué rayos aprenderías latín? Es una lengua muerta.

—Por diversión.

—¿Aprendiste latín por diversión? —ella asintió y el río—. No es cierto...Nadie habla latín.

—Yo sí.

—Bromeas.

—Pruébame —puso sus brazos en jarra.

—Bien —suspiró—. Di: No volveré a lanzarle agua a Robert.

—No diré eso...En realidad, no haré lo que dijiste —lo amenazó con un dedo al aire.

—Si quieres que te crea...

Gruñó—Non mittet aquam apud Robert iterum.

—¿¡Qué!? —se llevó una mano a la boca—. Estás jugando.

—Búscalo en Internet si quieres —alardeó—. Pero que quede claro que el hecho de que te lo haya dicho en latín no significa que vaya a hacerlo...El disparo de agua es tu castigo.

—Bien —apoyó las palmas de sus manos hacia atrás en la colchoneta—. Estás llena de sorpresas Alba, he aprendido mucho de ti hoy.

Rió suavemente—Espero sólo sepas las cosas buenas.

Uh, buen punto. Si él sabía las cosas malas no la estaría viendo de la misma manera.

O eso era lo que ella pensaba.

Pero vamos, era recién el día 1 ¿Qué podía salir mal?

gif by hercticz <3






























































HOLA HOLA, ANDO CON TODAS LAS PILAS CARGADAS CON ESTA FIC

cómo están, como les va? espero que bieeeeeen.

qué les pareció el capitulo? nuestros papás se están llevando muy bien y alba hará todo lo posible por ayudar a robert🥺🥺🥺

espero estén disfrutando esto tanto como yo uwu y no se olviden de votar y comentar ya que, mucha gente lee los capítulos pero casi nadie vota p comenta y eso igual es sad))):

30 votos para actualizar <3

pero bueno, nos vemos pronto con más de estos dooooos<3

nat

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