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♔ Capítulo 3

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El desayuno de hoy termino bien, tuve una platica amena con ambos presidentes.

Después, la visita al museo de arte islámico con el presidente de Qatar fue un gran recorrido. Estuvo la prensa presente y nos tomamos varias fotos.

De camino en el coche estuve revisando los artículos en Internet y la mayoría eran muy positivos. Todos hablaban sobre el buen trabajo que hice en Qatar como líder y la buena relación que forme con las figuras públicas. También mencionaban notar una versión mas madura de mí.

Supongo que lo hice bien y mis padres estarán contentos. Ya podía relajarme de verdad.

Carla quería salir de fiesta esta noche, así que estaba decidiendo que ponerme cuando apareció en mi habitación con una maleta.

—Esta es toda la ropa que traje conmigo —dice colocando 10 vestidos, 5 faldas y como 8 blusas sobre mi cama. —Y mi maquillaje —avienta su cosmetiquera encima de la ropa.

—¿Por qué tan poco? —cuestiono con evidente sarcasmo.

—Ja ja ja, lo dice quien trae mas de 30 atuendos

Ruedo los ojos.

—Es por protocolo, nunca se sabe que puede suceder. Una mancha, agua en la ropa, un botón que se rompió, muchas cosas pueden pasar —respondo simple. —Además, no soy yo quien decide eso

—Si, bueno. ¿Ya sabes qué te vas a poner?

Después de mucho tiempo buscando decidí optar por algo sencillo: una blusa de manga larga roja con una falda negra y unas mallas del mismo color.

Mi amiga, por otro lado ama ir elegante 24/7, así que eligió un vestido largo de satin con una abertura arriba del muslo.

Le pedi a Robert que no me acompañara, de igual modo siempre llevo en mi bolso un dispositivo en forma de llavero con el que él puede conocer mi ubicación y si lo presiono saber que necesito ayuda.

Aunque él arriesga mucho obedeciendo mis peticiones, aún así me comprende y me da mi espacio cuando se lo pido. No podía tener un mejor guardaespaldas.

Llegamos a un lugar llamado Aqua Longe que le recomendaron a Carla en el aeropuerto, pero era muy diferente a los bares que habíamos vistado en otros países.

Era un lugar muy relajado más que un bar parecía un restaurante. Eso si, la vista era preciosa y la comida ni se diga.

—No veo a ningún chico que me llame la atención —Carla bebe de su copa.

—Tal vez si dejaras de pensar en ligar por un minuto

—Oye, no pienso en eso todo el tiempo, solo cuando estoy aburrida

—¿Y qué pasó con Maximiliano? ¿No se iban a casar y todo?

Max es parte de nuestro círculo de amigos y el ex mas reciente de Carla.

—Sabes perfectamente que eso fue sólo para hacerte salir de tu cueva Real —responde rodando los ojos. —Ya superalo, además Max nunca me gustó, vale?

Comencé a notar que ya casi no había personas en el bar. Apenas eran las 11pm cuando se acercó un mesero a nuestra mesa.

—Disculpen señoritas, ya vamos a cerrar —informó.

—No puedo creerlo —Carla arrastra los pies mientras salimos del lugar.

—La comida estaba buena

—Joder Melissa, ya olvidaste como nos divertíamos. ¡Antes hubieras salido enojadisima diciendo que no te embriagaste lo suficientemente! —dice mi amiga exaltada apunto de aventar su bolso a una maceta.

—No grites —río. —Puedes embriagarte en el hotel

Ella deja de caminar y yo también me detengo.

—¿Qué pasa? —volteo a verla.

—¿Qué fue eso? —pregunta atonita. Yo no doy señales de enteder y añade. —Acabas de reír. MELISSA, MI MEJOR AMIGA, ACABA DE REIRSE. NO. JODAS —corre a abrazarme. —Hace mucho que no te veía reír, promete hacerlo mas seguido

—¿En serio? —pregunto porque no había notado eso y ella asiente. —Creo que esa copa me afectó un poco entonces

—Esto vale mas que todos los chicos que me pude haber ligado en un bar en Madrid —sonríe. —Mañana sigue la diversión ehh —nos vamos todo el camino abrazadas al hotel.

—¿Vamos primero al desierto a ver los camellos o crucero por la ciudad? —pregunta Carla mientras come unas crepas con fresas.

Estamos desayunando en mi habitación. Yo solo pedí un té matcha ya que no suelo tener hambre en las mañanas.

—Mmm... vamos al desierto

—Vale —asiente emocionada.

Después de hacer una excursión al desierto y tomarnos fotos muy aestethic, llegamos a la ciudad algo cansadas. Carla entró a la primera tienda que vio para comprar agua.

Yo la espere en una banca hasta que unas aves tomando agua en una fuente me llamaron la atención y quise tomar unas fotos.

Me acerque lentamente a una buena distancia, saque mi móvil y solo pude tomar una foto (que salió pésima) porque el chasquido y el flash de una cámara las espantaron y salieron huyendo.

Volteé hacía el origen del ruido y estaba un chico que también tomaba una foto del lugar desde el otro extremo de la fuente. Le lance una mirada furiosa, si estuviéramos en un manga, mi mirada estaría rodeada de llamas de fuego ardiente.

Camino hacía él para que pueda escucharme.

—Es de día, no necesitas el flash para sacar una foto y para la próxima deberías quitar el sonido al tomar una fotografía, sino no tendrás el resultado que quieres —hablo enojada.

El chico baja su móvil y puedo ver su rostro. Es ese jugador de la selección que llegó tarde cuando di el discurso, el jugador con el que hubo ese estúpido chisme. No pude evitar rodar los ojos al reconocerlo. Él se nota sorprendido al verme.

—Lo siento, no me di cuenta que el flash estaba activado y ¿quién dice que no obtuve el resultado que queria? —se acerca a mí mostrandome la foto que acaba de tomar, en donde capturó a las aves volando en medio de la fuente y había unos ligeros destellos de luces por el flash y el sol, parecía que tenia un efecto muy cool. Vale, reconozco que la foto salió bien pero no lo reconocere en voz alta.

—¿Ese era el resultado que querías? —cuestiono mirándolo fijamente a los ojos. —No sabes nada de fotografía entonces

—Me gusta a mí, creo que eso es lo que importa, Princesa —responde encogiendo sus hombros. —Me llamo Pablo, por cierto —extiende su mano hacia mí, pero al ver que no la tomo añade con una leve sonrisa. —Juro que no esta mojada

Me doy la media vuelta y lo ignoro mientras me dirigo a la banca donde estaba esperando a Carla.

—Me disculpe por eso —dice alcanzandome.

—A veces una disculpa no es suficiente —me detengo y lo volteo a ver. Es imposible no contemplar sus ojos, los rayos de sol les da un toque color miel, tan claro que se alcanzan a notar unos destellos amarillos alrededor de su pupila.

—¿Ah no? —pregunta inocentemente.

—¿Tu disculpa va a regresar a las aves en dónde estaban? —inquiero alzando las cejas.

—No fue mi intención arruinarte la foto, pero ya habrá mas oportunidades —responde con simpleza. —Si tomar esa foto era tan importante para ti, puedo compartirte otras que he tomado —añade desbloqueando su móvil.

—No gracias —lo detengo antes de que me muestre las fotos. —No me interesa

—¿Segura?

Iba a responderle cuando apareció una chica un poco mas alta.

—No conseguí entrar pero —se calla al verme. —¿Princesa Melissa? Wow es todo un honor —sonríe. —¿Podría tomarme una foto con usted?

La observo y después dirijo mi mirada al tal Pablo.

—Preferiría no involucrarme con personas como ustedes, con permiso —me doy la vuelta y sigo mi camino.

Era la verdad. Lo que menos queria era relacionarme con él y sus conocidos.

—Hasta que llegas —digo cuando Carla se acerca y me pasa una botella de agua.

Después de que regrese a la banca, espere 15 minutos más hasta que llegó.

—No vas a creer a quien acabo de conocer —se sienta y abraza su móvil con cara de adolescente enamorada.

—¿Harry Styles?

—Mejor

—¿Cómo que mejor? —pregunto atonita. Carla y yo somos muy fans de Harry Styles, pero Carla tiene un amor supremo hacía él. ¿Cómo podía decir que conoció a alguien mejor?

—Al amor de mi vida —sus mejillas se ponen rojas rojas.

—¿Ese no era Harry Styles? —entrecierro mis ojos.

—Si, pero a él ya lo conocí —se detiene para contar con los dedos. —7 veces en Los Angeles y San Diego. Pero a él... —suspira. —Lo acabo de conocer y sentí LA conexión —recalca la palabra "la".

—¿Esa conexión que sentiste con tus últimos 3 exes? —ruedo los ojos.

Carla se enamora muy fácil.

—No, esto es diferente. Y me invito a su partido mañana, le dije que venía con una amiga y me dio 2 entradas —responde emocionada moviendo sus manos como loca.

—¿Es un jugador?

—Si, pero no cualquiera, el mejor

—Ni siquiera lo has visto jugar —ruedo los ojos.

—Pero mi corazón me lo dice —se lleva una mano al pecho.

—Yo no quiero ir a ver otro partido. Con el que vi hace unos días fue suficiente

—Noo, Melissa tienes que acompañarme, por favor —pide mientras me sujeta del brazo.

—¿En serio? Si es tu ligue, no tengo nada qu -

—Tienes que conocerlo y darme tu opinión —me interrumpe.

—¿Desde cuando mi opinión te ha importado para salir con un chico?

—Porque este es EL chico, por favorrr —junta sus manos suplicando.

La he escuchado decir eso muchas veces, pero es mi amiga no tengo muchas opciones.

—Ash, ¿mañana? —digo irritada y asiente con la cabeza. —Entonces, vamos a desperdiciar uno de nuestros días en Qatar para ir a un partido, genial eh. Excelente plan

—Ay por dios, si sólo estabas haciendo esto por mí, no era como que te importaba mucho salir a conocer el país

En la suite del hotel, Carla me enseñaba la fotos que tomó hoy para elegir unas y subirlas a Instagram. Ella a diferencia de mí, si tenía vida en las redes sociales.

—Esa —respondo cuando me enseña una foto donde esta al lado de un camello.

—Vale, ¿tú no subirás nada? Hace siglos que no subes nada en Snapchat

Aunque no puedo tener redes sociales públicas. Los jóvenes de nuestro círculo social y yo solemos usar Snapchat y mantenemos el contacto por esa aplicación. Todo lo que yo subo solo lo ven las personas que tento agregadas. Es un espacio bastante privado y exclusivo.

—No sé, lo pensaré

Al final del día, nos dormimos bastante tarde, compartiendo fotos de nuestro viaje en el grupo que tenemos en Snapchat. Me sentí como en los viejos tiempos de mi adolescencia donde me la pasaba chateando por aquí. Se sintió bien por un momento.

Erick me envió mensaje privado exigiendo que salgamos en su yate un día de estos. Me sentia un tanto mal por ignorarlo todo este tiempo, así que le respondí que me dijera cuando y ahí estaría.

Ahora, Carla y yo estamos arreglandonos para ir al dichoso partido.

—¿Cómo me veo? —pregunta dándose una vuelta.

Traía puesto un vestido beige con negro corto que le quedaba precioso.

—Me encanta, te ves muy bella —respondo con una sonrisa.

—No sé que hacer con mi cabello —hace pucheros frente al espejo.

—¿Quieres que te haga unas ondas? —señalo la plancha que había en la habitación y ella asiente con una sonrisa.

Así solíamos arreglarnos entre nosotras cuando íbamos a fiestas. Aprendí algo de peinar en el proceso.

El outfit que elegí fue algo sencillo, unos pantalones de mezclilla con una blusa de cuello blanca y un blazer colores pastel encima.

—¿Y si alguien me reconoce? —pregunto un poco ansiosa.

—Naaa, habrá muchisima gente, nadie espera a la Princesa de España. No te preocupes —responde Carla despreocupada mientras busca un labial.

—Igual llevaré estas gafas —digo mientras guardo las gafas de sol en mi bolso.

—Ya estamos listas entonces —dice Carla después de ponerse el labial y teclear algo en su móvil.

Al salir de la habitación le informo a Robert donde estaré, aunque de igual forma sé que estará cerca del lugar por cualquier cosa.

Tomamos el taxi del hotel, y llegamos al estadio Al Janoub, es igual de grande que el Lusail.

Mientas caminamos hacía la entrada noté varias personas con las camisetas de la selección española.

—No me dijiste que juego es el que vamos a ver

—¿Eh?

—Carla —me detengo. —¿El chico ese va a jugar contra España? No quiero estar aquí, esta lleno de españoles

—Hey, vamos Melissa. No es como que todos los españoles reconocen a los miembros de la familia Real —hace una pausa. —Bueno, solo a los que les gusta el chisme —encoge sus hombros. —Si no fueras mi mejor amiga, ni yo te reconocería con esos lentes —añade sonriendo y me jala del brazo para entrar al estadio.

Tal vez tiene razón y yo sobrepienso mucho las cosas. Carla pasa las entradas y nos dan unos pases VIP.

Quedé anonadada, ¿así es como se entra a un estadio normalmente? Cuando fui al partido de España vs Alemania fue por una ruta muy diferente, aquí hay gente por todas lados y es tardado llegar a tu lugar sin chocar con alguien.

—Por lo menos te dio asientos VIP —comento mientras nos sentamos.

—Hay algo más... —dice nerviosa.

—Habla —la miro fijamente a los ojos.

—En realidad, él juega con España, es un jugador de la selección española —rié nerviosa.

—¿Estás loca? Claramente me reconocerá cuando nos presentes —respondo un poco exaltada.

—¿Y qué tiene? ¿Mi novio no puede saber quién eres?

—Wow wow wow, ya estas imaginando cosas —ruedo los ojos.

—Hazme entender, ¿en qué afecta "eso"? —pregunta Carla utilizando "eso" para que la gente de alrededor no escuche, refiriendose a que él sepa que soy la Princesa.

—En muchas cosas, pero hablamos después —respondo mirando a mi alrededor.

—Pero sé amable, por favor —pide.

Yo sólo asiento con la cabeza y después de unos minutos los jugadores comienzan a salir al campo.

—¿Quién es?

—Ese, ese —Carla se pone de pie y señala con su brazo llamando la atención de algunas personas alrededor. —El número 26. ¿A qué no es guapo? —sonríe sin despegar la mirada de él.

Me pongo de pie también y sigo con la mirada la dirección que Carla señaló y veo a un chico haciendo unos estiramientos.

—Es tu tipo —respondo con simpleza.

—¿A qué te refieres? —pregunta confundida.

—Es el tipo de chico que te gusta. Cabello oscuro, ojos oscuros y mirada de chico malo pero que en realidad no mata ni una mosca —enumero las características con mis dedos.

—¿Pero qué diablos? Eso no es —se calla pensando.

—¿Ves? —alzo una ceja.

—Que todos los chicos con los que he salido se vean asi físicamente no quiere decir que... bueno, tal vez, puede ser —hace una pausa. —¿Y qué hay de ti?

—¿Yo qué? —volteo a verla con los brazos cruzados.

—Cabello claro, pálido como la luna, y mirada de chico inocente, lindo y puro pero que en realidad es un hijo de puta —dice enumerando las características justo como yo lo hice.

Me río y niego con la cabeza.

—Ese no es para nada mi tipo

—¡Todos los chicos que te han gustado son exactamente así! —entrecierra sus ojos mirándome.

—Eso no significa que sólo me parezcan atractivos los chicos con esas características, es estúpido

—Pues yo digo lo mismo. ¿Ves? —sonríe celebrando su victoria en la discusión. —Lo único que sé es que Pedri es totalmente mi tipo —dirige su mirada hacía el jugador 26 de nuevo.

—¿Pedri? —repito riéndome.

—Si, respeta a mi futuro novio —dice golpeandome el hombro suavemente.

—Vale —levanto las manos en son de paz.

—Mira —señala a un jugador en el campo. —Ese es Gavi, recuerdo haberlo visto en una foto cuando leía un articulo sobre el rumor ese pero vaya que es guapo en persona

Volteo a verlo y en efecto, es el número 9, estaba calentando con un balón.

—No me interesa

—No puedes negar que esta muuuy bien

—No es mi tipo, fin —tomo asiento.

—Ya

Después de una eternidad, el partido finalizó 1-0, admito que mas de una vez estuve siguiendo a Gavi con la mirada, quedé impresionada con la energia que juega como si entregará su alma en el partido.

Pero en general me pareció aburrido. Esperaba mas goles.

—Tu novio no metió ningún gol

—No, pero jugó increíble —responde Carla sonriendo.

—Carla, no sabes nada de fútbol ¿cómo puedes decir que jugó bien? —digo rodando los ojos.

—Porque lo mire jugar dah —se levanta de su asiento. —Anda vamos a los vestuarios

—No, yo te espero aquí —respondo haciendo una mueca.

—Mm bueno, pero no te vayas a ir. Enseguida regreso

Carla desaparece en la multitud y aprovecho para revisar mi móvil. Después de 15 minutos Carla regresa mas feliz de lo normal.

La observo expectante.

—Hace hambre ¿no? Vamos a cenar —pregunta sonriendo.

—Me apetece una pasta o un platillo italiano —respondo poniéndome de pie.

—Pedri nos invitó a comer, traerá a su mejor amigo para que lo conozca —me toma del brazo.

—Presentame al tal Pedri y sólo vayan ustedes a comer

—Melissa no seas así, vamos los 4 porfa —hace un puchero. —Pedri nos invitó y yo quiero cenar con mi mejor amiga, el chico que me gusta y el mejor amigo de él

—Las cosas que hago por ti —digo dandome por vencida.

Carla amplía su sonrisa y me abraza.
Caminamos entrelazadas de los brazos, no sé a donde se dirige pero no digo nada.

Llegamos a un estacionamiento privado al parecer porque casi no hay personas.

—Ya vienen —comenta a la vez que escribe algo en su móvil, imagino que habla con el tal Pedri.

Mis ojos captaron movimiento en una puerta de vidrio de donde salen dos chicos. A uno lo reconocí como Pedri, vestía unos pantalones negros y una camiseta blanca con un suéter gris encima.

El chico que estaba a su lado tenía el cabello mas claro, vestía unos pantalones azul marino y una camiseta blanca sin estampado.

Cuando levantó la mirada y lo vi a los ojos no podía creerlo, era Gavi, el chico de las aves, pude notar su asombro mezclado con disgusto en su rostro al verme.

Yo no disimulo cuando alguien me cae mal así que no pude evitar rodar los ojos.

—¡Holaa! —saluda Carla una vez que llegaron a donde nosotras estábamos.

—Hola —Pedri le da dos besos en la mejilla a Carla como saludo. —Él es el amigo del que te hable, Pablo, pero todos le decimos Gavi

Carla abre sus ojos sorprendida.

—¿Gavi? —dice y voltea a verme sonriendo sin disimular.

—Hola, mucho gusto —saluda Gavi. —¿Ya nos conocemos?

—No no no, es que creo que ya había oído tu nombre antes —responde mi amiga con una risa nerviosa (no hace falta decir que es pésima mintiendo) y acepta el apretón de manos de Gavi. —Ella es mi mejor amiga, Melissa

—Hola Melissa, me hacia mucha ilusión conocer a la mejor amiga de Carla. En el poco tiempo que hemos estado hablando, ella habla mucho de ti —dice Pedri sonriendo ofreciendome su mano.

—Hola, puedo decir lo mismo —sonrió y nos saludamos de mano.

—Hola —saluda Gavi serio extendiendo su mano hacia mi.

No digo nada y sólo acepto su mano porque le prometi a Carla ser amable.

—Es un poco extraño, porque ya habíamos conocido a Melissa en una situación diferente —ríe Pedri para quitar la incomodidad. —¿Si nos recuerdas? —me pregunta.

—Aquella vez me dedique a hacer lo que tenia que hacer, no me fije mucho en sus rostros —respondo y es verdad, aunque solo recordé el rostro de Gavi porque llegó tarde.

—Ja ja ja si, pero aquí no tengan miedo, es solo mi amiga —dice Carla. —Melissa parece seria pero es muy agradable, Gavi

Él solo asiente y un coche se estaciona al lado de nosotros.

—Pedi un uber para irnos —informa Pedri dando pasos hacía el coche.

—Perfecto, entonces vamos, deben estar cansados y hambrientos —Carla sonríe.

Subimos al uber que Pedri pidió, él va en el asiento de copiloto, y nosotros 3 en la parte de atrás, Carla y Gavi en la ventana quedando yo en medio de ellos. Sería un viaje largo.

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