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𝘚𝘵𝘢𝘳 𝘉𝘶𝘳𝘴𝘵

"Porque podemos explotar el cielo, solo tú y yo juntos cariño"


Días, semanas, algunas horas y meses, cada medida del tiempo se acumulaba en una cuerda que fieramente tiraba del corazón, no cualquier corazón, el suyo, el que pertenecía a la música y tal vez algún día a alguien que lo amara tanto como él a su guitarra. Haley cuenta en su cabeza las posibilidades de que algo así suceda, pero no cree que sea posible, después de todo jamás ha sido el centro de atención ni el faro de algún barco, él solo es lo que el mundo quiere que sea. Un simple chico con sueños grandes y un hambre insasiable de comerse la vida, en el fondo sabe bien que está destinado a grandes cosas, al menos eso espera.

Con cierto fastidio se alejo de la caja que contiene algunos de sus discos de vinilo, la idea de que el camión de mudanzas pudiera perder alguno le genera cierto fastidio, ya ha pasado antes y solo tal vez él acabó sobre el conductor del camión golpeándolo por destrozar la caja con un mueble.

Denver no era una ciudad lejana, muchos de sus veranos los pasaban ahí y aunque era divertido algunas semanas, luego podía regresar a su vida en California con normalidad. Disfrutar de los clubes, la buena música y tal vez un poco la playa, aunque eso solo lo hacía cuando alguna banda daba un espectáculo. Sin embargo vivir en un pequeño pueblo, alejado de todo y con tan solo una pequeña tienda de baratijas musicales de segunda mano, ¿eso? Eso jamás se lo podría perdonar a su madre.

No era tonto, estaba próximo a cumplir sus quince años y podía asimilar el hecho de que sus padres se divorciaran, sin embargo no podía aceptar que tuvieran que irse, ¿qué culpa tenían sus hermanos y él? Ellos no fueron los que engañaron a su madre con una enfermera, bueno, con una mejor amiga enfermera y tal vez hermana. Su tía no se había comportado del todo bien, siempre fue mala para tomar decisiones.

Él coloca uno de sus casetes favoritos en el walkman, era un aparato nuevo que obtuvo un año antes de ser lanzado a la venta, todos gracias a las conexiones de su padre en la industria musical. Luego de colocar los audífonos puede escuchar la gloriosa voz de Freddie Mercury y por instinto su cabeza comenzó a seguir el ritmo. Con la música de fondo el trabajo de llevar las cajas al camión se estaba volviendo algo más sencillo.

En varias ocasiones se encontró con sus hermanos mayores, ellos se tiraban algunos objetos, al menos hasta que su madre entró gritando, eso no evito la caída de aquel preciado florero azul que de todas formas era un horrible regalo de aniversario.

Cuando noto lo que sucedería aprovecho el tiempo para agacharse, su madre tomó a ambos hermanos mayores por la nuca y los hizo golpear sus frentes, ambos se quejaron de dolor y Haley se hizo de la situación para escapar con su caja de libros.

─¡Y no cuenta como maltrato porque fueron sus cabezas las que impactaron! Ahora dejen de jugar y vayan a buscar sus maletas, par de niños inmaduros.

Carácter, la señora Katherine conocía bien la definición, ella misma era la personificación de tal temple. Una mujer famosa en la industria, excelente abogada y de los mejores músicos de rock, siempre bromeaban conque sacaría a Isaac de la cárcel algún día.

Fuera de su hogar el cielo estaba despejado, él sol ardía con fuerza contra su piel, algo que tal vez no extrañaría.

Su padre fue a despedirlos, incluso intento hablar con su ex esposa, pero Katherine solo le enseño el dedo medio y subió al coche, colocando sus lentes de sol.

Dos músicos juntos nunca funcionarían bien, era la ley del rock, porque uno podría estar dispuesto a dejar la música por el otro.

Haley fue el último en subir al auto, el asiento del fondo fue suyo, lo que quedaba de él al estar rodeado de cajas, uno de sus hermanos iría en su propio auto y el otro en el asiento delantero.

Fue entonces que se preguntó cuanto tiempo podía durar una melodía que endulzara tanto el alma hasta matarla, porque todos se aburrían al escuchar la misma canción tanto tiempo, su padre lo hizo luego de treinta años.

Isaac bromeo todo el camino, él solo le subió a la música y espero tapar el escándalo que su hermano provocaba, sin embargo al final le termino por quitar el walkman y Haley fue obligado a prestar atención. Una tortura.

Isaac cantaba de forma desafinada sobre lo mucho que le gustaban las mujeres y las drogas, cuando jamás en su maldita vida había tenido alguna de las dos, su madre aprovecho para burlarse de aquello.

La verdad era que Isaac apestaba cantando, pero era un genio cuando tomaba un bajo, simplemente nunca había escuchado a alguien que pareciera uno solo con algún instrumento, los pequeños escenarios que compartían siempre eran devorados por el hermano del medio. Sin embargo Ayden tenía una buena voz, aunque destacaba más en la batería. Los tres tenían una banda llamada Star Burst, todavía no eran conocidos, pero ellos deseaban el éxito más que cualquier otra cosa.

A mitad de camino se detuvieron en una gasolinera, Ayden intento coquetear con unas chicas e Isaac se divirtió arruinando sus planea, Haley estaba tan acostumbrado a esos dos que no dudaba que algún día los abandonaría a su suerte, pero luego no sobrevibirian y le daba un poco de pena.

-¿Menos enojado?- Katherine hablo, la mujer había tomado asiento junto a su hijo menor luego de llenar el tanque del auto. El pelinegro se acomodo mejor en el cordón del suelo, negando con la cabeza, quería tanto regresar a su hogar.

─Es solo que no entiendo esto, ¿por qué debemos irnos?

Era una pregunta difícil de responder, porque podía encontrar tantas razones buenas y unas cuantas malas, pero ella sabía que esa opción era la mejor que podía haber tomado bajo aquellas circunstancias.

─Eres un chico listo Hal, sé que en un futuro podrás entenderme...

Un fuerte ruido impacto cerca, haciendo que madre e hijo levantarán la vista en busca del dúo dinámico. Isaac había impactado de cara contra una máquina de gaseosas y Ayden se burlaba de él.

Katherine y Haley se observaron, luego bajaron sus lentes de sol, ambos se levantaron de prisa y caminaron al auto.

─Si te preguntan algo, no los conocemos y no voltees a verlos o vendrán a pedirte dinero.

Su madre abrió la puerta del auto, ambos entraron y esperaron a Isaac para retomar el viaje.

Llegar al pueblo de Denver les costo tres días de viaje, durante ese tiempo consiguieron pequeñas habitaciones de hotel para dormir, parecía que un asesinato había sucedido ahí por el gran desastre que era, sin embargo no tenían mucho de donde elegir.

Para el alivio de todos, en especial el trasero dormido de Haley, acababan de entrar a la ciudad. Era como el opuesto de California, el sol parecía estar en blanco y negro, aunque para ese momento estaba comenzando a nublarse.

Katherine condujo por las despobladas calles, a la lejanía se podía escuchar gritos de algún tipo de juego, de seguro algún deporte. Al llegar frente a una casa de dos pisos la mujer apago el motor, detrás de ellos se estacionó el camión de mudanzas y el coche de Ayden.

Meter todos los muebles y cajas llevó más tiempo del que les hubiera gustado, aun así faltaban cosas para la casa y su madre aseguró que las comprarían el lunes a más tardar.

Haley se hizo espacio entre el mundo de cajas, su nueva habitación era más pequeña que la otra, sin embargo ahí estaba, ubicando sus discos en un pequeño mueble.

El silencio lo estaba matando, al revisar su walkman noto que no le quedan baterías, entonces decidió poner el tocadiscos, él cerró la puerta y luego coloco su disco favorito de Queen, la púa contra el vinilo género una de las mejores canciones del mundo.

La música tal vez estaba muy alta y por aquella razón Haley fue interrumpido, un chico le gritaba por la ventana que le bajara el volumen, al parecer su vecino no era fanático de la buena música. El pelinegro lo ignoro y tan sólo unos minutos después lo tenía golpeando en su puerta.

Con el fastidio de su alma, tomó un abrigo y bajo a escuchar el gran regaño del chico, alias vecino de ventana, al parecer nadie quería darle un poco de paz.

En cuanto abrió la puerta y salió, el chico retrocedió dos pasó, Haley pensó que eso era extraño.

─¿Puedes bajarle el volumen a tu música?

El pelinegro rodó los ojos y cruzo sus brazos, era ciertamente fastidioso que le pidieran eso cuando estaba en su propia casa.

─Claro, ¿no quieres que te prepare un té también?

El castaño lo miro con confusión y al no dar una respuesta Haley levanto la mirada, fue entonces que todo explotó en su interior y no de una forma negativa.

─¿Eso fue sarcasmo?─ El vecino pregunto, sin embargo Haley no encontró la manera de responderle, sentía que si hablaba las palabras saldrían con alguna especie de tartamudeo.

Pocos minutos después de que ambos intercambiaron palabras, el mundo pareció enviarles una señal. Un trueno resonó en toda la cuadra y la lluvia los empapó. Haley sonrió con los nervios comiendo su poca capacidad oratoria, Finney sintió un tintineo, dos tintineos, para el tercero el universo entero expolto en su corazón, ¿el cielo alguna vez había contado con tantas estrellas como hasta ahora? Tal vez la más brillante estaba junto a su ventana y él no lo había notado, ¿pero como no notar a Haley?






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¡Hola! ¿Qué tal están?

Sí, volví con otro fanfic, como si ya no tuviera suficiente, pero esta idea llevaba semanas en mi cabeza y ya no podía ignorarla.

Algunas cosas que me gustaría comentar: Haley es un pan de Dios y lo amo.
Ahora si, sin bromas, en este fanfic Finney es autista y sí, me estoy intentando informar lo mejor posible para darle una buena representación, pero hay que recordar que no todas las personas autistas son iguales y que en los años 80 el tema no era algo conocido aún.

Sin nada más que decir, nos leemos dentro de poco.

~besos

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