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7. Feromonas.

Hi~ Bueno, este es uno de mis capítulos preferidos por muchas razones, no andare recalcando las advertencias cada capítulo considerando la tremenda nota del inicio, yo no me hago responsable de acciones ajenas ni ahora, ni nunca, si están bien para seguir con eso, let's go.

¡Espero que les guste!

—Mierda.

Ash suelta una última arcada en contra del lavamanos, da el agua, espera a que el líquido amarillento se vaya por el boquete blanco con restos de cloro y odorífero de vainilla, sus dedos siguen crispados contra los bordes de cerámica, la garganta le arde, sus ojos están llorosos, a veces cuando vomita el ácido no sale solo por la boca y parte se desvía hacia la nariz, odia que pase eso, vomitar por su nariz se siente como si le echaran ácido en el cráneo abierto, es una sensación rara y picante en su cerebro que le genera un zumbido extraño en las orejas y arde. Arde. Arde. Arde. Se enjuaga. Respira. Calma.

Al menos esta vez no se tapó el lavamanos, a veces se tapa incluso si no purga sólidos y entonces es un dolor de culo porque si da el agua demasiado tiempo y no empieza a bajar el vómito se hace lago y entonces tiene que o meter la mano para intentar destaparlo o llenar una botella y esperar que se destape a presión. No tenía contemplado tener una purga en una fiesta, de hecho, iba bien pero sus amigos lo presionaron para que comiera un par de botanas y hasta ahí llegó.

Es agotador.

¿Por qué debe haber comida en todas partes?

No es que odie la comida, no.

Ash ama la comida, hay comida en todas partes, hay comida en la fiesta, la gente normal come, pero él no puede comer, no ha comido desde hace años con pauta alimentaria y todo porque purga. Hubo un tiempo en que anduvo con fluoxetina, eso debería haberlo ayudado a controlar el descontrol que hay en los atracones, pero la fluoxetina se usa para la bulimia y no existe medicación para la anorexia que esté aprobada y el tema de Ash no es el vómito sino el terror a engordar así que...si, no funcionó.

Bulimia no es lo mismo que anorexia purgativa.

Y bueno, si hubiera funcionado no estaría vomitando en medio de una fiesta ¿verdad?

—¿Ash? —Es Shorter quién está golpeando el otro lado de la puerta, se escucha culpable e inquieto en igual medida, fue él quién lo obligó a tomar y comer después de todo, claro que este mejor amigo en potencia debía tener una carrera relacionada a la cocina, Dios debe odiarlo tanto—. ¿Estás bien?

—Sí. —Miente, lavándose las manos, la cara y los dientes de manera compulsiva, eliminando detalle por detalle del crimen que ha cometido—. Estoy bien, ya me siento mejor.

—Lo siento, no sabía que te caerían tan mal esas cosas.

—Te dije. —Ash abre la puerta, más recompuesto—. Tengo un estómago delicado en relación a toda comida chatarra.

—Perdón. —Wong se asimila a un perro pateado—. Es que estás tan delgado. —¿Cuál es el maldito afán que tiene la gente con hablar de los cuerpos ajenos?—. He escuchado que el tipo de Eiji son los hombres mamados y tú pareces un fideo andante, sin ofender, por eso quería que comieras un poco más, deberías ganar masa corporal, eres un alfa.

*Nueva inseguridad desbloqueada*

Genial.

—No me ofende. —Llora internamente—. Me gusta ser un fideo andante.

—Ni se te nota en esa camiseta, tranquilo, te disimula bien tu falta de músculo.

—Pero...

—Podríamos ir al gimnasio juntos ¿sabes?

Oh, no.

Su dismorfia corporal ha despertado con este comentario y de pronto deja de sentirse como el chico medianamente guapo que dejó su hogar con los halagos de Griff y ese sollozo sentimentalón de Max al "estar tan grande" y verse "como todo un hombre" pues ya no se siente tan bien en sus jeans, sus converse rojas y su musculosa negra, al contrario, ahora aparece más que nunca ese sentimiento de soy-una-plasta-grasienta-arrastrándose-alrededor-de-la-fiesta, ansía volver a casa y ocultar su cara fea detrás de un libro, pero no, está atrapado acá porque le prometió a Eiji que vendría pero Eiji ni siquiera se ha aparecido.

Gordo de mierda. Asqueroso. Grotesco. Flojo. Pajero. Masivo. Hinchado. Enorme. Le dice la anorexia.

«Eres monstruoso, Ash».

Ja.

Concéntrate en Shorter en lugar de la incomodidad corporal, concéntrate en Shorter y en cómo dice:

—Vamos a conseguirte otra cerveza. —Bueno, al menos ha sido oportunidad de conocer a sus otros compañeros aunque sea en una charla banal y disipar los rumores acerca de su rareza—. ¿Te quieres unir a alguno de los juegos?

—No, ¿me imaginas en esas cosas? —Concentrarse en Shorter funciona para aplacar la voz que está en su cabeza 24/7 repitiéndole una y otra vez esas cosas que ya sabe—. ¿Por qué querría jugar?

—Es que Eiji estaba jugando verdad o reto. —Ay no, usó esa palabra.

—¿Eiji?

—Sí, lo vi jugando con Yue. —Se maldice internamente.

—Bien, vamos.

—Eres tan predecible cuando se trata de Eiji. —Shorter ríe entre dientes, arrastrándolo al grupo que se encuentra jugando de todas maneras—. No tienes que hacer nada que no quieras, puedes tomar un shot en caso de que prefieras pasar ¿entiendes? —Le susurra puesto que nadie se inmuta con su llegada ni les explica cómo jugar pero tampoco les importa, de hecho lo prefiere a llamar la atención.

—Entiendo.

Pero no podría estar menos interesado en el juego (o en la fiesta en realidad) debería estar eufórico porque a pesar de todo esta es su primera fiesta no solo de universidad, sino de vida, Griff desbordó en llanto cuando le mencionó que saldría y Max incluso lo llevó al centro comercial a comprarle ropa con la que se viera y cita «como James Dean en una caja de Marlboro» pero esta cuestión de mezclar sus intereses con los demás y tener que fingir que le importan las banalidades es tedioso en demasía, además, está el tema de la comida que le suma un bonus, por ende, no tiene planeado asistir a otra fiesta por el resto de su vida. No gracias. Es más divertido ser un ermitaño.

—¿No llegamos tarde para jugar? —La voz de Eiji enciende todas sus alarmas mentales—. Yue tenía que ir al tocador y por eso nos fuimos.

—Eiji me sostuvo el cabello mientras vomitaba, es una ternura. —El omega chino se encuentra ebrio y es evidente, Shorter lo mira con preocupación aunque no dice nada—. Quiero seguir jugando.

—Claro que pueden. —Es un alfa quién está girando la botella, Ash lo ha visto antes, está dentro del equipo de pértiga y también es japonés—. No sería una fiesta sin ustedes dos, ¿verdad, Ei-chan?

¿Ei-chan?

Vaya, Eiji realmente tiene muchos amigos y fue un idiota por creer que sería especial, pero está bien porque nunca esperó serlo y de todas maneras se la está pasando decente con Shorter y la pandilla.

Está bien no ser especial para Eiji.

—Hola, Ash. —Pero entonces Eiji le susurra del otro lado del salón—. Me alegra verte acá.

Oh, Dios.

¿Cómo puede superar a Eiji cuando se ve injustamente bien en ese atuendo?

Mierda.

Ni siquiera debería ser una sorpresa puesto que Eiji siempre se ve injustamente bien pero esta noche lleva una chaqueta rosa fosforescente que apenas le cubre la clavícula y deja entrever esa musculosa negra que resalta sus bíceps torneados y su piel de un cobrizo caramelo, lleva un pantalón de colores claros con estampados llamativos que a pesar de ser sueltos delinea sus piernas a la perfección, luce sexy, adorable e irresistible.

—Amigo, cierra la boca. —Shorter de hecho debe ayudarlo a cerrarla para que se pueda calmar, Ash acostumbra a deleitarse con la belleza, hay mucha belleza en los libros de hecho pero esto es distinto totalmente, esto quema y se siente cosquilloso y burbujeante. Hormonal. Adolescente. Mariposas.

—Eiji se ve muy lindo esta noche.

—Uy, parece que te lo quitan.

Está intercambiando palabras con el otro sujeto del equipo de pértiga, hablan en japonés, esta es la primera vez que lo escucha hablar así de fluido y es maravilloso, Eiji frunce su entrecejo con un falso puchero ante lo dicho por ¿Mizuno? (aparentemente) mientras el alfa lo molesta tomando sus gafas de lente de botella rosadas y volviéndolas a colocar en su cabeza. Es desagradable verlos interactuar.

O más bien, es desagradable el sentimiento que inunda su corazón, probablemente exista recelo en su relación con Eiji porque Eiji fue su primer amigo y ya.

Pasan varias rondas girando la botella, salen varias verdades y retos patéticos, las personas se ponen nerviosas cuando es su turno e impresionan no saber qué hacer, pero no le importa, Yut-Lung parece demasiado ebrio para hacer bien los desafíos, Shorter acepta los retos por desquiciados que sean e incluso acaba con la cabeza medio rapada a causa de uno, Eiji por otro lado se muestra más cohibido en relación al éxtasis del ambiente, la música está fuerte, hay luces fosforescentes mojando el salón y el juego avanza lentamente.

—Es tu turno, lince. —La botella lo vuelve a apuntar, una beta la giró—. Y yo te reto a que me beses.

—¿Qué?

—Me escuchaste. —Sonríe mordiéndose el labio—. Quiero que me beses justo en la boca, no te voy a pedir que te contengas, puedes ir con todo.

—Oye, ¿no eres un poco obvia? —Yut-Lung impresiona molesto con el reto de la chica—. ¡Ni siquiera lo dejaste elegir entre verdad o reto además! —Ah, se ha puesto sobrio de golpe y apuesta que debe esa reacción a Eiji y su carita de angustia.

—Estoy de acuerdo con Yue, no puedes obligarlo a besar a alguien.

—Aguafiestas. —Ella chilla, sus palabras tiemblan, también está ebria—. De todas formas es un reto.

—Entonces que Ash elija a quién quiera besar del círculo. —Mizuno dice—. ¿Eso te parecería mejor?

—No. —Frunce el entrecejo—. No es mejor.

—Aguafiestas. —La chica repite molesta—. Solo besa a alguien.

—No quiero besar a nadie de acá. —Mentira—. Tampoco pretendo beber un shot. —Y de antemano ya sabe que iría a vomitarlo y no tiene ganas de quemarse otra vez la nariz por el ácido.

—Entonces yo me puedo ofrecer de voluntaria. —La chica es coqueta, descarada, bonita—. ¿Cierto?

—O... —Yut-Lung toma al omega por los hombros—. Eiji puede hacerlo.

—¿Qué? —Chillan al unísono mientras Yut-Lung rueda los ojos muy lentamente y se mira fastidiado.

—Por si prefieres a los hombres en vez de a las chicas. —Le guiñe un ojo y Aslan no comprende para nada a lo que se refiere.

—¿Por qué haces ese gesto raro? No entiendo.

—¡Ugh! Por si prefieres besar a Eiji que es un hombre, ya sabes.

—Ah sí. —Todos miran expectantes—. Lo prefiero.

—Genial. —Yue sonríe y es un enigma—. Entonces ¿qué esperas? Bésalo.

Va a besar a Eiji.

Sip.

Su corazón retumba contra sus tímpanos cuando se inclina para acercarse al omega, hay una mirada, una mirada que a veces cree ver en Eiji pero nunca está seguro, es cariñosa, algo temerosa pero más que nada...expectante. Ash le acaricia la mejilla, nunca ha acariciado a nadie de esta forma que única y exclusivamente transmite adoración, sus yemas atrapan uno de sus mechones oscuros, lo acuna y lo enreda detrás de su oreja con mucha suavidad, siente la sangre calentarse en su cara, sus piernas tiemblan aunque está arrodillado enfrente del nipón, huele bien, huele maravilloso aunque no debe llevar ningún perfume encima.

—¿Puedo besarte? —Entonces se lo pide, no hará nada sin el consentimiento explícito del omega.

—Te dije que podías. —Eiji se lo da.

—Aún así. —Musita—. Quiero escucharlo.

—Bésame, Aslan.

Entonces ve cómo Eiji aprieta con fuerza los párpados y se pone completamente a voluntad de Aslan, el gesto lo remueve de sobremanera, el alfa se inclina suavemente, las demás personas desaparecen junto al resto de la fiesta, el tiempo se detiene, la tierra deja de girar, solo importa Eiji y él y solo son Eiji y él en este salón. Inclina dulcemente sus labios hasta los del omega, permite que esa esencia lo embriague como si se tratara de una droga mortificante y entonces...lo besa.

No hay fuegos artificiales ni se caen las estrellas, solo son labios apenas tocando labios, solo son dos manos entrelazándose, solo es la respiración de Eiji ahogada en un jadeo mientras el corazón de Ash late como loco dentro de su pecho. Fue simple. Cálido. Dulce. Fue el mejor beso que hubiera soñado.

Le gustó.

Realmente le gustó besar a Eiji.

Entonces se separan y hay un rubor furioso cubriendo el rostro de ambos y Aslan se muere de ganas de tomarlo de las mejillas y volverlo a besar pero está vez mucho más intenso.

—E-Eso fue todo. —El omega tartamudea y se aparta—. Solo fue un reto.

—Sí.

Y algo en esas palabras... solo fue un reto. Rompe un poco su corazón.

Porque para Ash no "solo fue un reto", para él fue especial, cree que Eiji lleva siendo alguien especial en su vida desde que se adentró y sí, sabe que no ha pasado mucho tiempo y probablemente aprecie con tanta intensidad esto porque estaba famélico de afecto y Eiji fue el primero con la terquedad lo suficientemente grande como para saltar sus muros y está agradecido por eso. Ni siquiera vislumbra lo que siente por el japonés, incluso antes de conocerlo tenía un crush pero ahora es peor, le importa a nivel genuino y hay un sentimiento de... codicia creciendo en su interior, un sentimiento que quiere conocer más y más de Eiji, que quiere volverse especial.

Eso duele.

¿Y cómo se sentiría Eiji si le dijera que horas antes de besarlo estaba vomitando?

«Eres monstruoso, Ash».

Eres asqueroso.

Necesita salir de la fiesta para no ahogarse en su cabeza, todo le da vueltas, todavía puede sentir un resqueme dulce impregnado a sus labios y este es el problema de tomarle peso a la enfermedad, te das cuenta de todo eso que te ha quitado y te duele seguir atrapado. Y está dolido. Está tan dolido. Está dolido con Eiji por no darle importancia al beso, no está molesto con Eiji, Eiji no hizo nada malo, está molesto consigo mismo por ser un tonto y esperar demasiado. Vio el nivel de amor, popularidad y admiración que le tienen, ¿realmente esperó ser parte de ese mundo?

¿Qué le queda entonces? ¿Conformarse con sus migajas? No piensa nada de esto con la cabeza fría, sabe que más adelante se le va a pasar y lo procesará más racional, pero en este momento lo lastima saber que hay una brecha entre él y Eiji, y para Eiji esto nunca será tan significativo como para Aslan.

Le da pena.

Puede tener pena.

Hace mucho no se conectaba con la pena, debe ser bueno en cierta medida.

—Dime que sí, bebé. —Para su desgracia por supuesto, termina presenciando algo desagradable.

Eiji está con alguien en el jardín, tiene las manos enredadas alrededor de su cuello mientras el sujeto lo tiene tomado de las caderas y apoyado contra la pared, parece que se van a besar, ja, supone que para Eiji algunos besos sí son relevantes, no los de Ash.

—No te hagas el difícil, vamos. —Aslan reconoce esa voz.

—Arthur, déjame. —Debería irse y dejarlos en su pelea marital—. Estás borracho.

—Y tú estás precioso.

—N-No me toques. —El pincho de pánico en la voz de Eiji lo paraliza, impidiéndole irse—. Tú dijiste que nunca podrías estar con un omega usado y marcado.

—Podría hacer una excepción por ti esta noche.

—¡Suéltame! No quiero. —Eiji suena al borde del llanto—. ¡Para!

Ni siquiera lo piensa, en un segundo ya está entre Eiji y Arthur, no sabe de dónde ha sacado la fuerza para tirarlo contra el piso e interponerse como un depredador furioso entre ellos pero se siente más fuerte y fiero.

—Largo. —Entonces le ordena y todos tiemblan, Ash nunca ha usado su voz de alfa, ni siquiera sabía que tenía una hasta este momento—. Largo sino quieres que te dé la paliza de tu vida.

Tch. —Arthur chasquea la lengua y se va.

Ash se da vueltas.

La sonrisa de Eiji hace estrellas.

Bonita. Cálida. Sincera.

—Mi héroe. —Entonces dice con alivio genuino—. Gracias.

—Tú también me salvaste de Arthur una vez, recuerda. —Ash se excusa porque está rojo, desastroso y caótico, básicamente su dismorfia lo convierte en una especie de plasta rosa y gay, pero no espera que sea la dismorfia esta vez, es algo más—. Te la debía.

—Aún así. —Eiji se sienta en el piso y lo invita a hacer lo mismo—. Gracias, Ash. Espero que no haya sido muy aburrida tu primera fiesta.

—Estuvo bien. —El alfa obedece sentándose a su lado, sus brazos desnudos chocan contra los brazos desnudos de Eiji (quién perdió su chaqueta rosada), sus piernas se extienden sobre el pasto húmedo.

—No te escuchas muy convencido. —Entonces lo reprocha sutilmente en un puchero—. La odiaste.

—No la odié. —Ríe—. Pero no es mi estilo.

—Ya veo.

—Tú pareces sentirte cómodo en esta clase de ambientes.

—No realmente. —Eso le sorprende—. Pero las personas esperan muchas cosas de mí, a veces creo que eso me deprime demasiado, las personas no suelen ser comprensivas cuando fallo.

—No creo que esas personas valgan la pena entonces.

—¿Y quién sí vale la pena?

—Tú vales la pena, Eiji.

Eiji deja descansar su cabeza sobre el hombro de Ash, siente la suavidad de esa mejilla regordeta en la punta de su clavícula, primero está tenso ya que teme ser un cojín incómodo, no obstante el nipón ha cerrado los ojos y ralentizado su respiración, luce relajado, seguro e incluso...ronronea. Alto. Alto. No. Los omegas solo ronronean si se sienten totalmente augustos y amados en presencia de un alfa, por ende, carece de sentido que Eiji esté ronroneando recostado encima de su hombro, debe ser su imaginación, pero entonces libera sus feromonas al sentirse a salvo y Aslan no puede evitar albergar esperanza sobre algún día ser especial si hace esto.

Tonterías.

Ja.

—¿Sabes qué es lo mejor de estar contigo, Ash? —La voz del moreno se escucha adormilada y bajita, seguramente le ganó el cansancio—. Qué no tengo que fingir o pensar demasiado, me dejas ser solo yo mismo y eso se siente muy bonito. —El japonés se acurruca aún más contra sus brazos—. Gracias.

—Eiji...

—Hueles bien. —Balbucea—. Me gustan tus feromonas, me hacen sentir protegido.

—No deberías decir cosas así. —Ash se tapa la cara, la tiene caliente y mojada—. Sigo siendo un alfa después de todo.

—Lo sé. —Eiji se restriega igual que un conejito mimoso—. Yo sigo siendo un omega.

—Tienes una marca. —Se le sale el pensamiento.

—Me mordieron sin mi consentimiento. —Eiji suelta medio adormilado—. Los alfas me dan bastante miedo aunque aprendí a disimularlo bien, pero tú nunca me has dado miedo, Ash, ni una sola vez.

—Yo no...

—Eres especial.

—¿Por qué?

—¿Qué clase de pregunta es esa? —Entonces suspira—. Porque eres Ash.

El capítulo de mañana parte muy light y termina explicitando quién le hizo la marca a Eiji, así que preparense porque entramos en el siguiente arco.

¡See ya!

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