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6. ¿Y si te como a besos?

Hi~ Este capítulo es super relax, sientense para despegarse un poco porque el de mañana se viene potente, ahora disfruten un capítulo lleno de cotidianidades y momentos con los personajes de confort nada más, se nos viene ya mañana. Mil gracias por leer~

Espero les guste.

Ash pretende hacer prueba de realidad e intenta tragarse la sopa que tiene enfrente, luce apetitosa, el caldo no es demasiado transparente o grasiento y al contrario, las burbujas se deslíen de maravilla cuando presiona los palillos chinos entre las verduras, hay una buena proporción de puerro, tomates y ugh, calabacines para su desgracia pero no deja que esas calabazas bebés lo intimiden, se aventura a indagar en los fideos, la consistencia es agradable y ligera. Sí, podría comérsela y de hecho inclusive cree que tiene ganas de comérsela.

¿El problema?

—¿Y bien? —Tiene a Shorter Wong encima—. La preparé especialmente para ti, ¿qué te parece?

—No tengo hambre.

Por ende, prefiere apartarla, no hay nada peor que presionar a un anoréxico para que coma y menos sino es en su espacio seguro, es decir, con Griff y Max y su pauta alimentaria.

—Es una lástima. —El alfa apoya su mentón contra su palma, lleva un delantal de cocina mugriento amarrado a la cintura y tiene el cabello envuelto en una pequeña red, luce absolutamente estúpido, aun así, le da un aire de confianza—. Quería que alabaras mi comida, todos lo hacen.

—No es cierto. —Nadia (su hermana) se pasea hacia la mesa—. Los clientes siempre encuentran mi comida más sabrosa.

—Presumida. —Bufa, quitándose la pequeña red del cabello, acomodándose a su lado—. Sino vas a comértela ¿puedo devorarla? Sería un desperdicio no hacerlo.

—Tú la preparaste, adelante.

—Tú te lo pierdes. —Shorter le lanza una sonrisa descarada antes de tomar el bol con sus dos manos y verterlo directo en su boca, Aslan lo mira perplejo sintiendo un pequeño mordisco de envidia.

Yo también quiero hacer eso.

También quiero ser normal.

Pero no, en su lugar tiene un refresco dietético para no levantar sospechas por no comer nada, luce tan insípido en comparación, bufa, llevándose la pajilla hacia la boca, sintiendo su pelota de angustia crecer como un balón de helio dentro de su estómago, pero ni siquiera ha comido nada y es agotador que la comida use el 90% de su espacio mental, ¿pero con qué lo llenaría sino fuera con comida? Su sonrisa brota de manera automática en un relámpago inconsciente de respuesta.

Eiji.

El descarado, terco y desquiciado Eiji Okumura.

—Estás pensando en Eiji. —Entonces el desgraciado dice con el caldo todavía escurriendo, cayendo en gotas amarillentas desde su boca hacia su clavícula apenas cubierta por la musculosa—. Ni trates de negarlo, lo tienes escrito en toda la cara.

—Eiji es mi amigo, tengo permitido pensar en él. —Shorter baja el bol de cerámica hacia la mesa, se ve intrigado—. ¿Cierto? —Se acerca progresivamente, se mira cauteloso y recatado, es casi como si se estuviera acercando a un gato callejero y tanteara si puede hacerle cariño o saldrá arañado.

—Puedes. —Acepta lento, muy lento—. Pero lo miras de una forma...diferente.

—¿Diferente?

—Si, bueno, no me miras así a mí y soy tu amigo.

—¿Quién te dijo que eras mi amigo? —Aunque la pregunta sale más cruda de lo que desearía al alfa no le gusta que pasen a llevar su consentimiento y elijan por él—. No eres mi amigo.

—¿Eh? —Pero Wong tampoco le da tanta importancia—. ¿No lo somos? Pero si hasta compartimos nuestros secretos amorosos.

—No compartimos nuestros secretos amorosos. —Enfatiza—. Tú hablaste contra mi voluntad sobre lo cachondo que estás por tu novio y esa mierda.

—Ajá. —El alfa corresponde con una sonrisa amigable y brillante—. Y tú me hablaste de Eiji, eso nos hace bros, estamos unidos para siempre.

—No quiero ser tu bro y no lo hagas sonar como una sentencia de por vida. —O peor, un casamiento.

—Muy tarde, ya somos bros. —¿Cómo diablos terminó involucrado con esta clase de persona? Dios lo perdone por sus pecados—. Además, te presté mi restaurante para que tengas una cita con Eiji.

—No es una cita si vienen todos sus amigos.

—Ah, si te refieres a ellos no te preocupes. —Shorter apunta a una de las mesas contiguas en dónde un grupo estruendoso está peleando por quién se comerá el último dumpling o algo así—. Los chicos son geniales, bueno, todos menos Bones pero por alguna razón es el favorito de Eiji.

—¿Bones? ¿Siquiera es un nombre real?

—¿De verdad eres quién para hablar? —Shorter alza una ceja, no tiene sus anteojos y por eso, se ve cómo el vello se crispa contra la perforación de metal—. Lince ceniza.

—Buen punto. —Se ríe—. Más corto.

¿Y quién lo diría? Es divertido tener amigos y la verdad, se siente afortunado de que Shorter también haya insistido con este tema de volverse cercanos.

Shorter se caracteriza por su cabello púrpura y por un estilo de barrio, tiene una personalidad alegre, divertida y hasta un poco payasa por un lado, pero también ha podido ver un lado más protector de este otro alfa e incluso paternal, pero otra vez, hay una voz en su cabeza que le dice que es una mala idea dejarlos entrar porque cuando se enteren de lo jodido que está lo abandonarán y mientras más los conozca más duro se caerá. Pero Shorter salteó patas de pollo solo para molestarlo y le habló de esa vez que robó gallinas, le mostró fotografías de su época de calvicie y lo hizo sentir normal aunque no comió un solo bocadillo, como si fuera "parte de los chicos".

Un bro.

Tal vez no sea tan malo.

Ash nunca ha tenido un amigo con quién hablar las cosas, suele encerrarse en las novelas, por mucho que le gusten estas nunca le responden así que tal vez... sea buena idea tener contacto más humano.

—Gracias por el consejo del otro día. —Entonces se debe obligar a admitir pese a la precaria etiqueta que suele manifestar—. Tenías razón, me sentía como la mierda luego de esa pelea, nunca pensé lo que Arthur estaba diciendo de Eiji.

—Lo supuse. —Shorter se encoge de hombros con casualidad, están cerca y Ash no suele estar cerca de sus compañeros, por ende es extraño e intimidante y aun así hay una chispa de expectación entre su pecho que arde y arde—. Todos dicen que eres fiero, pero la cara que pusiste enfrente de Eiji fue algo que no pude sacarme de la cabeza por eso pensé en ayudarte, parece que has pasado por cosas un poco mierdas y también he estado ahí, es duro salir sin nadie que te tienda una mano ¿entiendes?

—¿Por eso me hablaste?

—Y porque te veías malditamente genial, definitivamente quería ser tu amigo, lo he intentado desde hace un rato.

—Ah. —Ash se rasca la nuca, apenado—. No me había dado cuenta.

—Los chicos también se te intentaron acercar. —Entonces apunta al trío de la otra mesa—. Aunque siempre estabas metido en un libro, no sé cómo Eiji hizo para que sacaras la cabeza de ahí.

—Me haces sonar como un avestruz.

—Pues eso parecías.

—Sí que tienes pelotas. —Bufa—. Pero no sé, supongo que podríamos intentar ser amigos.

—¡Ah! Por fin adoptaré a mi introvertido. —¿Adoptar a su...? Ni de joda, se retracta.

—Olvídalo, ya no quiero ser más tu amigo.

—Oh, vamos. —Shorter gimotea y es un poco gracioso lo exagerado que es—. No rompas mi pobre corazón ahora que por fin te tengo.

—No hagas sonar esto gay.

—Amigo, no sé si lo has notado pero somos gays.

—Yo no... —Ni siquiera vale la pena—. Cállate. —Y claro que ese es su argumento para terminar esa discusión, podría negarlo, de hecho, Ash tuvo una novia a los 14 años, nunca se ha sentido realmente atraído por un hombre pero sus mejillas están calientes y la punta de sus orejas arde.

Es que Eiji.

Eiji lo hace sentir como una plasta rosada, floreada y gay.

Por Dios, Eiji, incluso cuando se conocieron por primera vez sabía el tipo de persona que él era, pero no le temió ni fue cauteloso, le habló con ese horrible inglés, Ash primero pensó que era raro aunque se imaginó que sería porque era extranjero, pero no. Era Eiji siendo Eiji. Imprudente. Valiente. Terco. Orgulloso. Infantil. Tonto. Amable. La clase de persona que no logra dejar a la gente sola, se consigue hacer amigos de todos y tiene alas y no juzga, al contrario, acoge. Y usa uniformes deportivos. Y sino usa suéteres horriblemente feos. Tiene cabello esponjoso. Estornuda su nombre. Saca la lengua sino gana las discusiones. O patea el piso. O tensa los puños. O hace pucheros. Pucheros que son bonitos. Todo Eiji es bonito.

Nunca le pidió nada a cambio, esa fue la primera vez que realmente lo ayudaron e inclusive ahora...

—Sabía que te querías comer a Eiji a besitos. —Shorter corta el hilo de sus pensamientos, existe una sonrisa de comemierda en su boca que hace que se atore con el aire.

—¿Qué dijiste? —Debe preguntarle puesto que es amable y se niega a caer en este juego.

—Qué te quieres comer a Eiji a besitos, mueres por pasarle el chicle con la lengua.

—No me rebajaré a esto. —Bufa amurrado—. Soy demasiado maduro para lidiar contigo.

—Ash y Eiji sentados en un árbol b-e-s-a-n-d-o-s-e. —El aludido entorna los ojos ¿acaso va en kínder para comportarse de esa forma? No caerá, no caerá, no caerá, es un adulto—. Comiéndose a besitos.

—¡Yo no me quiero comer a Eiji a besitos! —Entonces gimotea estampando su cara contra la mesa, muy tarde acaba de entender que ser amigo de Shorter es equivalente a estar expuesto a constante humillación pública—. Somos amigos.

Sí.

Eiji es su amigo oficialmente y eso lo hace malditamente feliz porque joder, Eiji lo hace malditamente feliz y ya.

—Un amigo al que quieres comerte a besitos.

—¿Quién se quiere comer a Eiji a besitos? —Ash tiene que agachar la mirada para ver quién les está hablando, es un chico enano de contextura delgada y rasgos chinos.

—Ash quiere.

—Ah. —El mocoso frunce el ceño, visiblemente irritado—. Pues si quiere salir con Eiji necesita tener antes mi aprobación, soy un amigo muy preciado para él. —Alardea acomodando sus manos encima de su cadera e inflando el pecho casi como si ese gesto pudiera hacerlo más alto (spoiler: no lo hace).

—Él es Sing Soo-Ling. —Enano. Flacucho. Un langostino—. Tiene un pequeño crush con Eiji. —Musita ¿acaso le sorprende? Está seguro de que media facultad debe tener un crush con el fly boy por todo el talento que tiene, o su carácter amable, o su sonrisa suave, o su rostro de bebé, sus pucheros, sus risas, sus bromas, su sentido del humor un poco mierda y...niega. Ash definitivamente no tiene algún maldito crush con Eiji ni quiere comérselo a besitos.

—¿Él es el nuevo amigo de Eiji? —Shorter asiente—. Puff, no es la gran cosa.

—¿Perdón?

—Apuesto que no sabe nada realmente de Eiji. —Entonces el mocoso gimotea—. Yo soy un experto.

—Primero, no me interesa realmente saber algo de Eiji. —Dice defensivo—. Y apuesto que tampoco eres un experto.

—¡Ah! —Jadea horrorizado—. ¡Sí lo soy! Soy un experto en todos mis amigos.

—Sí, Sing tiene un pequeño crush conmigo también y con Yut-Lung, probablemente tenga un crush más adelante contigo, está en esa edad, ya sabes.

—Ya veo. —Pero Ash realmente no lo sabe ni lo quiere saber—. ¿Entonces te nos unes?

—¡Sí!

La primera cosa que descubre acerca de Sing es que es un buen niño pese a su estilo de vida callejera, se esfuerza por ser obediente con Nadia, procura ser un líder justo ya que gracias a esa conversación descubre que Shorter es líder de una pandilla contraria a la de Arthur en Chinatown que va a heredar Sing, lo que lo lleva al segundo punto: Sing es el mayor (y único) entusiasta de Shorter que hay en la faz de la tierra, lo admira de sobremanera y eso se nota, tienen una relación estrecha que lo remonta un poco a su propio vínculo con Griff, es lindo ver este lado más paternal del alfa.

Es extraño.

—Debiste ver la cara que Shorter puso cuando se dio cuenta de que era hombre. —De alguna forma, Ash ha acabado en medio de los amigos de Eiji en un restaurante de comida china y disfruta un poco de esa ironía, últimamente le pasan cosas extrañas.

—Pero bueno, ya estaba ahí y siempre supe que era medio gay así que... —El chino se gana el respeto de todos los demás—. Acá estamos, mi chica tenía una ramita.

—Era obvio que Yue venía con sorpresa ahí abajo. —Entonces Bones grita.

—¿Cómo debía saberlo? Llevaba un vestido chino que lo hacía ver de infarto, parecía una chica sexy.

—Y en lugar de una chica sexy conseguiste a un hombre histérico, ¿no te sientes estafado?

Nah, creo que fue lo mejor.

—Yo nunca intenté ocultar el hecho de que era hombre. —La voz que retumba a través del negocio es grácil, delicada y filosa, todas las miradas se enfocan en el dúo que se encuentra frente a la mesa, hay un chico con cabello extraordinariamente largo y mueca maliciosa abrazando la cadera de Eiji y es casi como si fuera una boa constrictora—. Tú solo saltaste a tus propias conclusiones.

—Es verdad. —Shorter suspira, su rostro se relaja automáticamente ante la llegada de quién asume es su novio, pero su comportamiento tan empalagoso con Eiji enciende sus alarmas mentales—. Yo solo saqué mis conclusiones pero acá estamos.

—Ajá. —El chico alza una ceja despectivamente y lo mira—. ¿Y este esperpento quién es?

—Yue. —Hay un regaño cariñoso en la voz de Eiji que él nunca antes ha escuchado—. No empieces.

—No estoy empezando nada. —Los dedos de aquel chico se deslizan con coquetearía por la cadera del omega, los ve enrollarse en el short deportivo antes de abandonarlo por completo y confrontarlo sin tapujos—. Te hice una pregunta ¿o acaso estás sordo?

—Soy Ash Lynx. —Se limita a decir.

—¿Ash Lynx? —Y él le responde como si fuera un don nadie—. Ay, cariño, cada vez los eliges peor.

—¡Yue!

—¿Qué? ¿Acaso yo soy quién está usando un nombre dolorosamente patético e inventado? —¿Qué dijo acerca de su apodo? Skip le dijo que era un título genial—. Cómo sea, parece que has encajado bien en nuestro grupo y tendré que soportarte un poco más. —Entonces bufa con falso dramatismo, llevando su mano hacia su pecho y arrojando la nuca hacia atrás—. Soy Yut-Lung Lee. —Y le extiende una mano como si le estuviera haciendo un favor.

Ash conoce de nombre a Yut-Lung Lee, sabe que las personas tienden a compararlos dado su ranking de notas y de hecho, suelen decir que son caras de la misma moneda, ahora que finalmente lo posee enfrente rechaza esa idea porque si bien, tienen ciertos rasgos similares Ash cree exudar una energía diferente en dónde incluso siendo un introvertido antisocial los demás temían acercarse por el aura fiera que desprendía, este omega por otro lado tiene un aire de seducción audaz, como si disfrutara manipular a los demás para que satisfagan sus deseos. Se ve caprichoso, histriónico, teatral. No sabe cómo diablos logra encajar con Shorter siendo tan opuestos o con Eiji. Eiji es un sol. Yut-Lung parece más una luna.

—Mi querido Eiji. —Alto ¿qué es ese apodo?—. Tu futuro novio me está mirando feo.

—Ash no es... —El japonés toma un gran bocado de aire antes de suspirar—. Me cansé de que todo el día me estés molestando con el tema.

—Uy, qué sensible.

—Ash. —Eiji lo mira con sus grandes ojos de gacela—. ¿Quieres ir a tomar aire?

—Sí.

Se van a las afueras del Chang Dai a pesar de los chiflidos, Ash debería estar emocionado, finalmente puede pasar un tiempo a solas con Eiji, no obstante el encuentro con el omega chino dejó una pelota de incomodidad flotando en su vientre, no es angustia, eso es otra cosa, es algo doloroso que aprieta su corazón y su garganta cuando los ve juntos y hace que los ojos le ardan. Es que Yut-Lung al parecer es muy cercano a Eiji y verlo llamarlo por apodos empalagosos y restregarse con tanta confianza, oh Dios ¿y si la marca en la nuca de Eiji es de Yut-Lung? Sí, claro, sabe que es novio de Shorter pero aun así, no es poco usual que un omega marque a quién quiera y podrían ser poliamorosos, ya se imagina la sonrisa bobalicona del alfa al aceptar la propuesta. Le da igual. Sí. ¿Qué importa que Eiji tenga esa relación de tres personas?

—¿Tu novio es Yut-Lung? —Entonces suelta la pregunta apenas cruzan la puerta porque no aguanta más con su propia cabeza.

—¿Qué? —Eiji luce a lo menos confundido—. Es el novio de Shorter.

—Pero te toca tan...confianzudo.

—Ah, Yue es posesivo conmigo. —Eiji le dice medio cohibido.

—Se ven cercanos. —¿Pero qué tan cercanos?

—Es mi mejor amigo.

—¿Así se ve un mejor amigo? —Una ola de asco inunda sus tripas al pensar en Shorter de esa forma.

—Creo que depende un poco del amigo. —Eiji es juguetón y le pega en el hombro—. Lo siento, ellos pueden ser un poco intensos pero te prometo que son buenas personas.

—Parecen buenas personas. —Musita, se han acomodado a las afueras del Chang Dai, hace un poco de frío, Ash puede ver su aliento transparentarse en cada palabra y Eiji solo viste uniforme deportivo por ende, se cuestiona si debería sacarse la chaqueta y prestársela, no lo hace, no tiene la confianza necesaria para hacerlo.

—Ash... —Eiji lo llama con las mejillas rojas por el frío y la nariz arrugada—. Sé que no te agradan la clase de eventos muy grandes pero la otra semana habrá una fiesta y quería saber si irías, te lo tengo que preguntar en privado para evitar que nos molesten ahí adentro, ya sabes.

—¿Qué? —Aslan nunca ha estado en una fiesta—. ¿Contigo?

—Bueno, sí. —El moreno ladea la cabeza con una sonrisa pícara—. Te estoy invitando ¿verdad?

—Sí, pero probablemente vayas con tus amigos.

—Sí, pero eres mi amigo y quiero ir contigo también.

También.

Ah, claro, ¿qué esperaba?

—Iremos en un grupo de amigos, claro. —Ríe nervioso—. No estaba imaginando otra cosa ni nada.

El sentimiento incómodo se hace aún más grande en su estómago porque acá lo entiende, Eiji podía invitarlo a fiestas durante los fines de semana, podía mirarlo con sus ojos dulces, con su sonrisa pura y abierta que hacía que su corazón latiera, podía buscarlo en la biblioteca, ir a su casa e insistir para que intercambiaran números e incluso hacerlo partícipe de sus demás amistades.

Pero Eiji nunca lo verá como algo más.

Con suerte es un amigo y Eiji tiene montones de amigos en realidad. Ash no encaja en ese panorama. Y aun así...

—¿Irás?

—Sin duda estaré ahí.

Aun así...

CHAN, mañana nos vamos de fiesta y pasan muchas cosas, ya veran.

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