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13. No eres una bestia.

Hi~ Una de las ventajas de escribir esto es que mi examen es de tca, lo sigo hoy pero muchas gracias por todas las buenas vibras y el amor, me dieron fuerzas para sobrevivirlo. Okey, chicos, este es el último capítulo de transición antes de pasar a días super intensos, so, disfrutenlo, es muy relax y de confort, es un capítulo domestico y lindo.

¡Espero que les guste!

—¡Retráctate! —Eiji gimotea del otro lado de la cama, una mullida frazada cobija de su cintura hacia abajo, su espalda se encuentra apoyada contra la pared, están tan cerca mirando Netflix en el cuarto de Shorter que sus rodillas se tocan incluso debajo de la manta y arde—. Dijiste que te gustaba Nick.

—Sí, antes de que fuera un imbécil con el beso que le dio a Charlie.

—El pobrecito estaba confundido.

—Solo lo defiendes porque es uno de los tuyos. —Bufa, echándose un perrito caliente a la boca tras un solo golpe, sintiendo el picor de la mostaza danzar en sus papilas gustativas, el pan también tiene una textura agradable y un tanto blanda, sin duda Shorter prepara las mejores botanas, lo contenta estarlas pudiendo comer bien, luego de esa sesión familiar algo se liberó—. Por eso chillas.

—Yo no chillo.

—Dice el chillón. —El japonés impresiona querer golpearlo, más, logra contenerse para interrogarle:

—¿Por qué se supone que "es de los míos"?

—Porque es un jock deportista.

—¡Ash! Yo no soy un jock deportista.

—Por favor, todos los cerebros de músculos son iguales. —Sabe que lo hizo enfadar cuando ve cómo toma un puñado de palomitas para aventárselo a la cara—. Muy maduro de tu parte.

—Charlie es un pesado con Nick. —Eiji defiende a su especie—. ¿Acaso no puede ser más adorable?

—Los introvertidos no somos adorables.

—¿Ahora quién está proyectando? —Le pregunta con una sonrisa de comemierda que es tan jodida que Ash debe alcanzar otro perrito caliente para metérselo en la boca al nipón—. ¡Ah! ¡Está picante!

—Veamos si así te calmas.

—No creas que me detendrás solo con un perrito caliente, cuando termine de comer vamos a seguir con el tema hasta que admitas tu derrota. —El omega llena sus mofletes de pan y sinceramente luce adorable con las migas en su boca y sus dedos con mostaza. Es injusto, entonces piensa.

—¿Eh? Quizás necesitas una salchicha más grande para animarte. —Lo molesta arrojándole una risa audaz y coqueta.

—Depende... —Pero como es Eiji el tiro le sale por la culata—. ¿Estamos hablando de tu salchicha o la mía?

—¡Eiji! —El alfa le estampa un cojín contra la cara y el movimiento es tan bruto que derrama el bol con palomitas al costado del moreno—. ¡No seas grosero!

—¡Tú empezaste! —Y como la edad mental de Eiji es de cinco años agarra un puñado de dulces para tirárselo al rostro, al principio Aslan trata de tolerarlo puesto que es mejor que eso, usa habilidades de respiración y se enfoca en el computador que pasa heartstopper, pero pronto es un puto fastidio.

—Para. —Advierte.

—¿O sino qué? —Eiji le tira una palomita a la mejilla, se le queda pegada—. ¿Vas a atacarme con tu actitud de Charlie? Ese es mi pan de cada día, Lynx.

—¡Pequeña mierda!

Se abalanza sobre Eiji.

El omega patea indignado e intenta quitárselo de encima, no obstante, la brecha corporal se profesa a favor del alfa quién le inmoviliza ambas muñecas contra la cama, aprovecha su estómago expuesto en uno de esos horribles suéteres para hacerle cosquillas, Eiji entorna sus ojos en blanco, se retuerce y batalla y gimotea, eh, al parecer es cosquilloso, el descubrimiento hace que lance una risa malvada.

—Así que ya no eres tan fuerte ¿no es así, Nick Nelson? —Su mueca de Cheshire se ensancha cuando sus manos viajan al abdomen desnudo del omega y se roba un jadeo—. Eres sensible acá.

—N-No es verdad.

—¿Quieres comprobarlo? —Entonces acomoda sus palmas con dureza por las caderas de Eiji e inicia una guerra de cosquillas que no puede ganar—. Puedo tocar más intenso, onii-chan.

—¡Ash! —Por más que se retuerce no es rival para un lince, las palomitas quedaron esparcidas arriba de la cama y algunas se han acumulado alrededor del cabello del omega—. ¡Para, es trampa! —Aun si dice eso el hijo de puta intenta darle un rodillazo en las costillas.

—¡Eiji! Casi me pegas en los huevos.

—¿Qué? Me estoy defendiendo, se justifica.

Entonces Ash se le tira más cerca y aprovecha de investigar los puntos débiles del japonés para hacer aún más intensa esta guerra de cosquillas porque obviamente son muy maduros, en el fondo la risita de Eiji es lo que lo incita, tiene una risa preciosa, maravillosa y sublime, la oiría para siempre, lo sabe y es un sentimiento de corazón, además, el nipón tiene una forma de reírse con el cuerpo entero en que hasta su nuca se va hacia atrás, su abdomen se comprime, sus piernas trepidan, cada centímetro de piel enrojece para darle la expresión más adorable del mundo. No puede perder esta chance, Ash lo mata con cosquillas y el cuerpo del pertiguista eventualmente pierde fuerza y queda a su merced.

—¡Ya! ¡Ya! Me rindo, no haré más bromas de salchichas.

—Shorter es una mala influencia para ti. —Entonces no puede resistirse, libera sus muñecas y muere por pellizcarle las mejillas así que eso hace aunque se gana un puchero que joder, lo flecha, es bonito y adorable, igual que todo Eiji en realidad.

—Siempre he sido así. —Sonríe.

—¿Por qué te estabas guardando las bromas de penes antes entonces? —El omega encoge hombros y desvía la mirada hacia el desastre que Shorter tiene en los estantes, es su primera pijamada y verse en este panorama es divertido.

—Me pones tímido.

—¿Tímido? —Eso llama su atención—. ¿Qué hay de tímido en ti? —Irónico considerando que el alfa es quién le ha tocado el trasero para "reforzar amistad" supone que Eiji lo saca de su zona de confort.

—¡Ash! Sí soy tímido. —Mentira, eres brillante, amable y gentil, eres un sol, no lluvia de medianoche.

—Sobre todo cuando usas esos shorts deportivos que te dejan ver hasta el alma. —Ambos enrojecen a causa de ese pensamiento—. No es que me fije, claro, es algo que dicen tus fans.

—Es importante para el deporte dejar mis músculos libres. —Oh, Aslan puede sentir muy bien dichos músculos estando arriba del omega igual que un depredador hambriento, con esa cintura bronceada y estrecha atrapada entre sus muslos mientras sus caderas se estrellan—. Es cuestión de deportistas que los nerds no entienden, pero claro, apenas te levantas de la biblioteca ¿verdad?

—Tal vez. —Odia darle la razón.

—Ya debes tener el trasero cuadrado de tantas horas sentado.

—Mejor el trasero cuadrado que el cerebro cuadrado. —Para rematar lo intenta patear cual conejo.

—¡Yo no tengo el cerebro cuadrado! —Abre los ojos de golpe y gimotea intentando luchar de nuevo, es un terco sin remedio y por eso le fascina tanto—. Pero el deporte usa gran parte de mi vida.

—De verdad eres todo un Nick Nelson. —Bufa—. Necesitas sin duda de un Charlie para equilibrarte.

Quiero que me necesites.

Quiero ser tu Charlie.

—Ah. —Eiji ríe nervioso—. Pero ¿sabes? Últimamente he pensado que Charlie no es mi tipo de chico.

—Oh. —Su corazón se hace trizas con esa pequeña confesión, sí, racionalmente sabe que no significa nada que a Eiji le guste un personaje de una serie juvenil, no obstante, era la forma más atinada que Aslan tenía de mostrarle lo que realmente era—. ¿Cuál es tu tipo?

—Creo que me gustan rubios. —Entonces le dice con esa sonrisa brillante, atrapando un mechón de oro en la punta de sus yemas—. Qué sean un poco nerds, tengan un lado malicioso y adoren usar la misma ropa siempre, especialmente camisetas blancas y converse rojas, así es imposible que luzcan más americanos, igual que James Dean en una caja de Marlboro.

—¿Te gustan americanos?

—Sí, me gustan los alfas americanos lindos con un carácter de gato caprichoso que apenas consigan tolerarse a sí mismos pero por alguna razón me derritan el corazón.

—Eso es específico. —Pierde el aliento, su corazón late como loco dentro de su pecho, odia admitirlo pero Shorter tiene razón y apenas logra articular un pensamiento con Eiji cerca, pero ¿pueden culpar al pobre Ash? Está literalmente encima del omega, sintiendo sus cuerpos pegados, aspirando lo bien que huelen sus feromonas y sintiéndose todo sudado y hormonal—. Muy específico.

—Si anhelas puedo hacerlo más específico. —No debería ir más lejos sino va a hacerse responsable.

No puede hacerse responsable.

Mierda.

—Quiero saber. —Pero su corazón es terco y necesita escucharlo directamente de su boca—. Dime.

—Me gustan las personas que tienen apodos de depredador y en el fondo son animales domésticos, que están solos porque les ha tocado duro según lo que puedo inferir, pero de todas maneras no se miran cómodos con la soledad así que me es imposible ignorar eso y termino pegado, me gustan los ojos verdes, pero solo si son verde jades y las pecas escondidas y las pronunciaciones graciosas como Ei-ji o Gizmo, eso se me hace muy bonito. Él es muy bonito.

—¿Él? —Asiente.

—Creo que estoy loco por un alfa pero me da tanto terror no ser correspondido y arruinar la amistad que tenemos porque adoro ser su amigo y podría conformarme con eso, pero a veces me siento así, a veces hace que mi corazón duela mucho y entonces tengo ganas de volverlo a besar.

—¿Ya lo has besado antes? —Ash le acomoda un mechón detrás de la oreja, hace cosquillas el toque.

—Una vez. —Entonces dice—. Fue un reto en una fiesta, nunca supe bien lo qué pasó por su cabeza, pero creo que lo odió.

—Creo que le gustó. —Ash se inclina—. Creo que le gustaría besarte de nuevo.

—Entonces debería hacerlo.

—Debería ¿verdad?

—Wow, wow. —Shorter entra con dos boles de botanas—. No iba a decir nada pero realmente odio la idea de que pierdan su virginidad en mi cama, así que...

—¡No íbamos a hacer nada! —Wong alza una ceja y se quita los lentes para hacer énfasis en la pose.

—Ajá.

—¡Es verdad! —Eiji también se defiende—. Solo estábamos teniendo una guerra de cosquillas.

—Ajá. —No es creíble—. Hey, estábamos viendo rápido y furioso ¿por qué ahora está heartstopper?

—Porque somos gays, lo dijiste. —Ash se burla dejándose caer encima de Eiji quién suelta el oxígeno ante el repentino peso extra—. Así que veremos eso.

Buh, no son divertidos. —Chilla aunque tiene una sonrisa—. Abran paso en la cama, la única forma en que los deje hacer algo es si tenemos un trío.

—¡Shorter!

—Pero no le digan a Yue.

Hijo de puta.

Pero de todas maneras permite que Wong se acomode entre las mantas con los dos tazones repletos de botanas y sigan viendo Netflix.

Esta no solo es la primera pijamada de Ash sino que además es la primera vez que interactúan como una unidad los tres, al principio las cosas fueron un poco incómodas puesto que construyeron aparte las relaciones entre sí y pese a esto les costó descubrir su equilibrio de grupo (de hecho, esa es razón de la pijamada). No fue tan catastrófico como se lo imaginó, Aslan gradualmente se relajó y encontró entrañable tener a sus dos espacios seguros interactuando juntos, Shorter rebosa extroversión junto con una energía que te da la confianza para relajarte a su lado mientras que Eiji es... Eiji, es imposible estar tenso con Eiji cerca. Por ende, Aslan terminó encantado con esta nueva situación aunque como es un tsundere (según Yut-Lung) nunca lo admitirá en voz alta.

—¿Está rico? —De hecho, ni siquiera se percató cuándo empezó a sacar botanas y a devorarlas de forma compulsiva frente a la serie.

—Bastante decente diría yo. —Ash es un sándwich de extrovertidos entre las mantas y le gusta.

—Te dije que alabaría mi comida. —Entonces Wong le saca la lengua al nipón ya que son sumamente maduros en este grupo—. A diferencia de tu apestoso natto.

—¡No hables así del natto! —Gimotea—. Ash me prometió que me dejaría cocinárselo.

—Mis condolencias, amigo. —Shorter le da palmadas brutas en la espalda—. Todos odiamos el natto acá, pero por alguna razón es la comida favorita de Eiji.

—Tiene sabor a hogar. —Un platillo que sabe a hogar, al hogar de Eiji.

—Pues tu hogar apesta.

—¡Shorter!

—Me gustaría probarlo. —Entonces le da la razón al omega quién le lanza una sonrisa malditamente brillante antes de apretar con fuerza los párpados y sacarle la lengua a Shorter.

Sí.

Desde la sesión familiar con Blanca no se ha sentido presionado para comer e irónicamente ya come mucho más siguiendo la pauta alimentaria y todo e incluso ha evitado purgar porque ahora posee a muchas personas a su alrededor que están ahí hasta que se va la tormenta de anorexia y olvida toda necesidad de compensar. Cree que está un poquito mejor en ese sentido e infiere que se debe a eso que sacó en sesión, si bien, no es primera vez que lo exterioriza, es la primera vez que lo escuchan.

Tal vez Blanca no sea taaaan mal terapeuta.

Veremos.

—¿Entonces cómo funciona esto de las pandillas? —Ash se lo pregunta cuando han devorado tantos capítulos en Netflix que han quedado literalmente tirados sobre la cama, uno de sus brazos se quedó atrapado encima del estómago de Shorter mientras el otro está sosteniendo a Eiji de los hombros y se siente casi como de pareja—. No entiendo del todo lo que debo hacer.

—Mantener a Arthur a la raya. —Shorter bosteza perezosamente, se rasca el vientre subiéndose su camiseta musculosa, su cabello es un desastre, los lentes los tiene tan malpuestos que posiblemente le estén picando un ojo y ensartando una mejilla, no le importa—. Arthur se cree con derecho a todo en la facultad, por eso mis chicos detienen sus malos tratos, pero su pandilla es más numerosa.

—¿Por qué los chicos no se unieron a tu pandilla en ese caso? —Eiji se acurruca a su lado y eso hace que el corazón le explote, se ve adormilado y poco consciente de lo que hace—. ¿No tendría mucho más sentido que tú los guiaras a todos?

—Somos racistas, los blancos nunca dejarían que chinos los gobernaran, además por eso mismo nos siguen faltando el respeto en la pandilla de Arthur. —Sus dedos navegan entre sus mechones negros hasta llegar a la marca y de repente, hay un vuelco incómodo de rabia abriéndose paso en sus tripas.

—¿Qué clase de cosas hacen?

—Lo que sea que les dé la gana, son un grupo de betas que se creen alfas, son peligrosos.

—Shorter... —Eiji impresiona dormido—. ¿Un beta puede marcar a un omega?

—Lo sabes. —Entonces los lentes de sol se terminan de caer y Shorter lo mira con una expresión tan extraña como dolorosa—. Eiji te contó.

—Sí. —El omega se ha acurrucado contra Aslan totalmente noqueado por el sueño—. Me dijo.

—Eiji cree que no lo sabemos pero cuando esto recién sucedió la peste de Arthur era tan fuerte que incluso temimos que hubiera pasado algo más, ya sabes. —Traga duro, su sangre se convierte en un torrente de hielo, quiere vomitar ante el simple pensamiento de Eiji siendo... mira su sonrisa pacífica entre sueños ¿cómo alguien querría lastimarlo?—. Arthur está muy enamorado de Eiji y cuando Eiji lo rechazó se descontroló horrible, por eso también formé una pandilla.

—Pero Eiji no pertenece a tu pandilla.

—No, nunca ha querido. —Musita hundiendo su cara aún más en la almohada—. Ni siquiera Yue ha logrado convencerlo y es su mejor amigo, sin embargo, siento que las cosas serían diferentes contigo y que a ti no te lo negaría.

—¿Por qué?

—¿Qué no es obvio? —Shorter ríe—. Ustedes se aman.

—Nosotros no...

—Ash. —Shorter lo llama con seriedad—. No sé quién te habrá hecho tanto daño en el pasado para hacerte sentir que no mereces nada, pero te prometo que para Eiji, para mí y para los chicos mereces solo felicidad, nos importas de verdad, estamos para ti e incluso si nos conocemos desde hace poco, nuestra amistad es más profunda que la mayoría que he tenido.

—Shorter.

—Yo no llamó bro a cualquiera, bro.

—Supongo que sí adoptaste a tu introvertido. —Se burla—. Gracias.

—Hey, todo extrovertido ruidoso necesita de su introvertido amargado. —La mirada del alfa se alza hacia Eiji—. Y a él lo haces muy feliz, llevo siendo amigo de Eiji desde que entró a la universidad pero esta es la primera vez en que lo veo realmente contento y más relajado, antes tenía la sensación de que él se estaba obligando a interpretar una especie de papel, es lindo verlo genuinamente cómodo.

—Oh. —El omega le habló acerca de eso luego de la fiesta—. Ya veo. —Sus mejillas arden, sus latidos duelen y la anorexia está enfadada desde la esquina porque no la han invitado a la pijamada.

—Valora lo que eres también, es solo un consejo.

—Sí. —Traga duro—. Shorter.

—¿Sí?

—Tu comida estaba realmente deliciosa. —Entonces dice aunque sabe que no lo entenderá del todo y eso está bien—. Me cuesta un poco comer, soy mañoso, gracias.

—Claro que lo hemos notado, casi nunca comes y estábamos preocupados, por eso trajimos muchas comidas deliciosas para ver qué te apetecía más. —No tienes que comprenderme para validarme.

—Vaya.

No tienes que saber de anorexia para importarte.

Ash no puede dormir luego de esa conversación (a diferencia de Shorter quién ronca a lengua suelta) siempre le ha dado miedo exponer su condición, es usual que los que padecen de anorexia dejen de ser personas cuando el diagnóstico se descubre y pasen a ser un problema, pasó en su bonita familia compuesta por las dos personas más validantes y contenedoras así que...le da terror que Eiji, Shorter o los chicos de repente lo traten diferente y se pongan hiperreactivos al alimento.

En vez de pensar eso prefiere darse vueltas para amortiguar los ronquidos del chino, el problema es que Eiji está demasiado cerca y sus latidos arrancan a mil por minuto en reacción a su toque, mierda, no es justo que siga tan acurrucado contra el alfa con sus racimos de pestañas ensombreciendo esas mejillas rosadas o sus labios entreabiertos o sus cabellos rebotando encima de sus párpados y dando un espectáculo de ternura que Ash no puede resistir, Eiji es entrañable, entonces piensa, se le rompe el corazón apenas lo hace después de todo ni siquiera sabe cómo llamar el sentimiento que le gatilla.

Sí.

Ese sentimiento que lo hace volverse mil veces más terco porque es lindo molestarlo o lo hace releer el guardián entre el centeno solo para oírlo chillar, o lo hace sentarse en las prácticas para animarlo incluso sino es bueno animando a los demás, eso que lo hace comer y no vomitar, que lo motiva con las terapias aun si perdió esperanza, eso que es cálido, suave y lo derrite, eso que solo Eiji impresiona tener el poder de despertar.

«El sentimiento Eiji Okumura», así debe llamarse.

—Hola. —Y acá está otra vez ese sentimiento estallando dentro de su pecho como pirotecnia apenas queda a merced de los ojos del omega—. ¿Tampoco puedes dormir, Ash?

—Los ronquidos de Shorter. —Apenas respiran porque están demasiado cerca, tan cerca que siente la nariz de Eiji acariciar la suya y lo escucha tragar duro.

—Ah. —Ríe, también se mira nervioso—. Ya veo. —La tensión es demasiada.

—Tú... —Sino pone un tema cree que hará combustión espontánea y explotará dejando pedazos de sí mismo esparcidos por el cuarto de Shorter—. ¿Qué harás con el equipo de pértiga? —Entonces el deporte aparece como la solución más obvia.

—No sé. —Qué Eiji haga un puchero sin duda no ayuda—. Todavía estoy viendo cómo me siento ahí con Mizuno y el cambio de lugar, pero es doloroso ¿sabes?

—Me imagino. —De repente, el alfa tiene la abrupta necesidad de apretarle la mano para consolarlo o hacerlo sentir un poco más acompañado, así que lo hace—. Se escucha duro, sé lo importante que es el salto de pértiga para ti.

—Sí.

—Además, luces realmente hermoso cuando lo practicas.

—¿Hermoso? —Sus mejillas se tiñen de un adorable rosado que lo incita a ir un poco más allá, pero es inevitable.

—Te ves hermoso cuando saltas, Eiji. —Se sincera—. Creo que siempre eres hermoso pero te miras especialmente hermoso en esos momentos.

—No soy hermoso. —El omega ríe e intenta bajar el mentón.

—Lo eres. —No lo deja, lo sostiene de los bordes de las mejillas, tiene que hundir sus nudillos contra la almohada para sostener la posición y sin embargo, no le molesta—. Eres precioso.

—Tú eres precioso, yo nunca podría tener una belleza así. —Ash sabe a lo que se refiere aunque no hubo tiempo para tomarlo en serio dada la distorsión corporal—. Yo soy... raro.

—Eso es verdad, tienes una belleza extraña. —Le explica—. Creo que eso me gusta de ti, a diferencia del resto tu belleza es como un tesoro escondido que hay que aprender a descifrar, no es una espada afilada con la que atacas o usas para manipular, no, es algo que se oculta a simple vista, no obstante, mientras más miras más embelesado quedas, creo que tienes algo indescriptible, algo cálido, gentil, dulce y especial reservado para quiénes valgan la pena, es una belleza del tipo principito, no del tipo rosa o una belleza de tipo girasol si quieres ponerte en plan de flores. Eres un girasol muy soleado.

—Ash...

—Creo que eres extrañamente precioso, Eiji. —Entonces repite—. Y creo que en el equipo son unos tontos sino saben apreciar todo el esfuerzo que has invertido en ellos, girasol.

—Creo que tú eres una belleza de tipo rosa. —El moreno le sonríe y su sonrisa es tan deslumbrante que hace que otra vez le sangre mucho el corazón.

—¿Por qué son peligrosas?

—No creo que las rosas sean peligrosas, tienen sus espinas a simple vista, nunca buscan hacerle mal a los demás con ellas, pero tampoco quieren salir heridas.

—Eiji...

—Creo que eres una belleza del tipo rosa por su simbolismo apasionado, eres valiente y admirable, si eso te convierte en una rosa no creo que sea malo. Además, las rosas significan algo muy especial.

—¿Qué cosa?

—Amor eterno. —Eiji sonríe—. Buenas noches, Ash.

Bueno, si ya estaba despierto antes ahora se siente como si le hubieran vertido un expreso hirviendo encima de las pupilas. Genial. Sí. Seguramente le dijo eso dado el sueño además Eiji resulta amigable de naturaleza y por ende, debe decirle esto a absolutamente todos sus amigos, no es gran cosa igual que el beso de la fiesta, es cosa de bros. Aunque se repita eso no puede evitar inclinarse hacia dónde se encuentra recostado el omega y hundir su nariz en sus cabellos brunos, huele a ese shampoo de lavanda que siempre usa cuando termina las prácticas con el toque de sus feromonas.

Joder, sus feromonas.

Ash nunca ha sentido su naturaleza propia de alfa, no obstante, tiene la necesidad de hundir su nariz aún más entre sus cabellos esponjosos y suaves, sus labios tocan la marca de Arthur y eso despierta una marejada de frustración que lo hace estrechar aún más cerca al omega, siente el pulso saltando en su propia garganta y su boca seca, odia que Eiji huela a otra persona cuando debería oler a Aslan.

«Muérdelo» entonces dice una voz en su cabeza.

Es tu omega. Es tuyo. Es tuyo.

Márcalo.

Siente sus colmillos raspar esa parte tan sensible, Eiji ni siquiera se ha tensado porque se ha quedado dormido y las feromonas tan relajadas lo delatan por ende es su oportunidad para darle un mordisco y hacerlo suyo, se relame, se inclina, Eiji huele tan bien, es embriagador, es intoxicante, es suyo, Eiji es suyo, es suyo, es suyo, ¡lo va a morder!

—Ash. —Pero entonces—. Para. —Shorter lo ha detenido tirándolo lejos del omega.

—¿Qué?

—Si lo haces Eiji nunca te lo perdonaría.

—¿Nunca me lo perdonaría? —Y es acá cuando el efecto de esas feromonas desaparece y Aslan cae en la cuenta de lo que estuvo a punto de hacer y de repente quiere vomitar, siente asco de sí mismo porque Eiji, su dulce Eiji, su amigo, tiene la confianza suficiente para dormir desprotegido aunque le teme a los alfas y Ash estuvo a punto de...—. Soy una bestia. —Se cubre la boca, está temblando sin dejar de tiritar, no sabe si Shorter lo empujó o él se cayó pero está en el piso.

—No lo eres. —La mirada de su mejor amigo se suaviza—. Es normal que reaccionaras así si eres un alfa, ¿acaso no tomas supresores?

—Yo nunca... —No entiende lo que pasa, supone que así se deben sentir las chicas cuando les llega la regla y nadie se las explica—. Shorter. —No sabe qué decir y diga lo que diga nada volverá a hacer que las cosas estén bien.

—Ash. —Sin embargo, Shorter es comprensivo y se inclina—. No eres una bestia.

—Mira lo que estuve a punto de hacerle. —Llora, llora y no puede dejar de llorar. Es monstruoso, ni siquiera se debe a la anorexia.

—Ash, no eres una bestia. —Entonces susurra—. Eres un alfa primerizo que reaccionó con el omega que ama, nada más.

Pero no se siente así.

Nunca se podrá sentir así.

CHAN, mañana se viene potente, es todo lo que diré y el jueves igual.

See ya~

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