11. Un omega diferente.
Hi~ Debo dejarles el capítulo ahora porque tengo una tarde bastante atareada, pero como les comenté ayer, es demasiado lindo, este es un capítulo muy de confort e intimidad y por eso sin duda es uno de mis favoritos. Así que espero que les guste y gracias por apoyar la dinamica el primer tercio de este mes.
Se les quiere mucho.
—¿Eres real?
El japonés ladea la cabeza en contra de la almohada, si bien, la pregunta impresiona haberlo tomado por sorpresa sus ojos grandes y brillosos solo destilan ternura, la clase de ternura inocente que Aslan solo ha soñado con poder tocar, su boca se entreabre para esbozar esa sonrisa que delinea hoyuelos, hace estrellas e inspira galaxias enteras, sus mejillas se tiñen lentamente por un bonito rubor, pierde el aliento y el aliento se desliza por la nariz de Ash, es agradable, cálido y a juzgar por lo entrecortado que está debe haberse puesto nervioso por su comentario audaz. Es adorable. Todo Eiji es adorable.
—¿A qué te refieres? —Entonces el omega ríe—. Claro que soy real.
—Sí. —Ash alarga una mano hacia sus mofletes para tocarlos, son suaves—. Solo quería asegurarme.
—¿Y tú? —Sus piernas se encuentran enredadas debajo de una manta de polar, la tarde está helada, la serie sigue corriendo en el computador—. ¿Eres real, Ash?
Ash-u, nunca Ash.
—Claro que sí. —Responde desconcertado—. Soy real.
—Solo quería asegurarme.
Están frente a frente sobre la cama del alfa, se encuentran cubiertos por una inmensa manta dentro de su burbuja de intimidad, la excusa para esta salida fue que vieran una serie, no obstante, en algún punto del primer capítulo Aslan quedó absolutamente embobado con la belleza de su compañero y no pudo dejarlo de mirar, entonces Eiji le lanzó una sonrisa coqueta y decidió interpretar su ansiedad como una invitación para seguir con el concurso de miradas.
Y acá están.
Frente a frente.
Tan cerca que sus narices se alcanzan a rozar, con los pies jugando debajo de la manta, con Okumura enredando sus palmas alrededor de su cuello bajo mientras reposa tiernamente encima de su pecho y es casi una sensación de pareja, Ash nunca ha tenido una pareja "seria" su única experiencia previa fue esa novia que consiguió a los 14 años y no duró, por eso... le aterroriza compartir dicha intimidad.
—¿No deberíamos estar viendo la serie? —Entonces el nipón le pregunta agitando esos racimos de tinta que tiene por pestañas, apoyando su mentón levemente en la almohada e inclinándose encima del alfa.
—Tú puedes ver la serie. —Musita—. Pero yo estoy más entretenido viéndote a ti.
—¿Estás diciendo que mi cara es graciosa?
—Tal vez. —Entonces Eiji frunce el entrecejo y esboza un puchero de hámster obeso molesto y Dios, Ash se muere por tironearle las mejillas solo para fastidiarlo, así que lo hace—. Pero definitivamente es más divertido pellizcarte la cara, onii-chan.
—¡Ash! —Gimotea—. ¿Podrías tocar otro lado? Me pones nervioso si acaricias mi cara.
—No la acaricio, acariciarla sería gay.
—¿Qué parte de nuestra amistad no es un poco gay? —Su voz escapa indignada, esporádica y tosca.
—Somos bros, eso no es gay, estamos reforzando amistad.
—Dios, no debí haberte presentado a Shorter jamás.
—¡Eiji!
—Solo te estoy diciendo que tocarle la cara a tu amigo es algo gay, si no te gusta deja de tocármela.
—Bien, cómo desees. —Y como Ash es un presunto genio con 200 puntos de IQ procede a descender ambas manos hacia el trasero del omega e intensificar mil veces más ese sonrojo—. ¿Así está mejor?
—Ni siquiera te responderé. —Gruñe, restregándose bajo el cuello de Aslan, quedándose ahí en una especie de berrinche lo que no debería provocarle nada, sin embargo, ha escuchado que los omegas tienen esta clase de comportamiento cuando desean marcar territorio en su alfa, eso carece de todo sentido ¿verdad? Porque nunca lo verá como su alfa—. Me gustan tus feromonas.
—¿Eh? —Su cara se siente caliente igual que magma de volcán.
—Me gustan mucho tus feromonas. —Entonces le repite—. Hueles delicioso, Ash.
Descarado. Orgulloso. Bonito.
Hermoso.
—Siento que podría hacer un nido con tus cosas.
—Los nidos solo son para parejas.
—Ah. —Eiji se encoge hacia el cuello del alfa haciéndole imposible ver su expresión, aún así, hay un leve tinte rosado en la punta de sus orejas—. Olvidé ese detalle, lo siento si te desagradó lo que dije, tienes razón.
—Aunque... —Ash desvía su mirada hacia los estantes repletos de libros, todavía tiene una mano en el trasero del omega y no quiere volverse demasiado consciente de eso pero tampoco quiere sacarla ni tampoco quiere sacar a Eiji de encima en realidad, se siente bien tenerlo pegado—. Si llega tu celo y no tienes a nadie mejor en quién pensar para construir un nido puedes hacerlo pensando en mí.
—Los nidos no solo se construyen en el celo, Einstein. —¿Acaso la pequeña mierda se está burlando de él?—. Pueden construirse en cualquier época, el objetivo es hacer un lugar seguro.
—¿Por qué querrías mis ropas para tu lugar seguro?
—Porque eres algo así como mi lugar seguro, Ash. —Maldición, la confesión lo pone tan emocionado que podría llorar, no lo hace por supuesto, tiene una imagen que mantener frente al omega.
—Tú también eres mi lugar seguro. —Le murmura—. Mi terco, torpe y un poco infantil japonés pero sigues siendo mi lugar seguro. —El aludido le sonríe.
—Me alegra.
Se quedan en silencio.
Las manos de Eiji navegan lentamente alrededor de su cuello y se siente bien, sus caricias son toques de mariposa que cincelan a voluntad todo lo que es el alfa, atrapa uno de sus mechones rubios entre la punta de sus yemas y sonríe, contemplando el color con esos ojos oscuros pero no con la clase de oscuridad que da miedo, esta oscuridad es cálida, encantadora y reconfortante, es Eiji y Eiji sigue en su recorrido táctil hacia su mentón, raspando su inexistente barba, examinando el rostro de Ash casi como si fuera algo digno de admiración. Es tan irracional, de repente piensa, sabiendo que él mismo debe ser mucho más irracional para estarse derritiendo en estos mimos. Le gustan esos dulces roces.
—También quiero tocarte. —El pensamiento se le sale y la vergüenza le explota en la cara.
—Puedes. —Pero Eiji es comprensivo—. Puedes tocarme si quieres, Ash.
Diablos.
¿Cómo podría no conservar esperanza de ser especial para Eiji si le dice esta clase de cosas?
Entonces lo hace, extiende su mano para memorizar con sus yemas la cara del omega, primero teme, porque su primer instinto es pensar en el rechazo dado la aspereza en su piel y no obstante, sus ojos cafés son una invitación de corazón abierto que lo incita a continuar, así que obedece porque vamos, ¿cuándo ha podido negarle algo a Eiji? Su resuello corre afanoso mientras pasea su pulgar alrededor de su mentón, su piel es de un tono bronceado y acaramelado que luce mucho más adorable a causa del rubor que la ha salpicado, su boca es pequeña, carnosa y grácil, deja apoyado el dedo en su labio inferior más tiempo del que debería, las feromonas se intensifican y de repente, se siente demasiado romántico.
Los amigos no hacen esta clase de cosas.
Nada se siente como una atmósfera de amigos acá.
—¿Por qué elegiste heartstopper para ver juntos? —La voz de Eiji se escucha lejana pese a lo encima que están del otro, su pecho golpea con tanta fuerza que cree que sufrirá un ataque de sobre ingesta aunque ha seguido bien la pauta.
—Porque tú querías ver anime y yo no caería ante tus tradiciones otakus.
—El castillo vagabundo es una película de cultura, no es otaku. —Gruñe intentando darle una patada por debajo de la frazada, consiguiendo que entorne los ojos, es tan infantil—. Además, es mejor que esa película de leopardos congelados que tú querías ver.
—Las nieves del Kilimanjaro es una obra de arte, está basada en un libro de Hemingway.
—Y justamente por eso debe ser aburrida.
—Tú no tienes respeto por tu seguridad, ¿no es así?
—¿Por qué? —Y claro que debió suponer que en lugar de espantarse, Eiji se divertiría—. ¿Acaso me vas a hacer daño solo por insultar al peor escritor del mundo?
—Para. —Advierte—. No quieres tener esta conversación.
—Pero creo que quiero tenerla. —Entonces el omega se arrima encima de su pecho, usando sus dos brazos para construir una especie de nido sobre los pectorales del alfa, dejándolo a su merced.
—Ei-ji. —Le advierte consiguiendo que el aludido le lance una mirada fastidiada a raíz de su terrible pronunciación—. Ei-ji. —Repite degustando el nombre, de hecho le gusta que sean sílabas apartadas por el tono tan cántico que adquiere, deja que se derrita acá y arda hacia su lengua. Ei-ji. Eiji. Mi Eiji.
—Deja de repetir mi nombre. —Advierte.
—Okumura.
—¡Eso es peor! —Gimotea, aunque sabe que debe estar destrozando la pronunciación y que debería parar por su mueca de disgusto absoluto ama meterse con el nipón—. Okumura es mi padre, no yo.
—Okumura. —Repite solo para molestarlo—. Ei-ji Okumura.
—Ash-u. —Dice porque es un hijo de puta infantil—. Lynxu.
—Acabas de matar el inglés.
—No respondiste mi pregunta. —Entonces se amurra—. ¿Por qué heartstopper?
Porque es una serie gay que tiene un personaje socialmente marginado, arisco, jodido y trastornado que se enamora de un deportista todo etéreo e inalcanzable con una personalidad más brillante que el sol que pasa provocando pánicos gays en el pobre Charlie, ah, además Charlie padece de anorexia.
Y yo quiero saber si somos Nick y Charlie.
Necesito saber si soy tu Charlie.
—Por nada en particular. —Okey, esa es una terrible mentira.
—Ajá.
—Me gusta heartstopper, tiene a Nick y Nick es grandioso.
—¿Esa es tu clase de hombre? —Eiji parece demasiado interesado en el tema, lo comprueba porque ha despegado su mentón de sus brazos para mirarlo con mucha atención pero el brillo en sus pupilas no debería pegarle tan fuerte como lo hace—. Tu tipo de pareja ideal, me refiero.
—Supongo. —El omega está cerca y muy cerca y Ash tiene que encoger sus piernas para no estallar por lo bien que se siente tenerlo encima—. Me gusta Nick.
—¿Por qué?
—Porque... —Da una intensa bocanada de aire, el aire quema, tenerlo tan encima es una sensación de fuego chispeante expandiéndose por su torrente sanguíneo, consumiéndole cada músculo, poro, fibra y órgano—. Nick es genial, es amable y amigable y tiene una personalidad brillante, sabía todos esos rumores que rodeaban a Charlie y aun así, prefirió acercársele y conocerlo, además permaneció a su lado a pesar de todo, es un poco torpe, un poco tonto, su sentido del humor es mierdoso y debe hacer rabiar mucho a Charlie. Pero tiene un gran corazón.
—Ash.
—Ve lo herido que está Charlie, lo mal que la ha pasado, lo duro que es estar enfermo y no permite que eso lo amedrente, además practica deporte y se ve realmente lindo con ese uniforme deportivo, es honesto aunque duela, es leal, es dulce, es cálido, es amable, tiene una sonrisa que me encantaría ver todo el día, especialmente cuando salta la pértiga, es deslumbrante, su expresión es maravillosa, aunque todo de él es maravilloso y hermoso.
—Pero Nick no hace salto de pértiga, Nick juega fútbol americano.
—Oh.
Mierda. Mierda. Mierda.
—Cierto. —La jodió—. Eso quise decir, no salto de pértiga. —No tiene coraje para ver al omega a la cara luego de semejante humillación por lo que prefiere desviar su atención al computador que está encima de la cama pasando el primer capítulo de la segunda temporada y quiere llorar.
—Creo que Charlie es mejor. —Hay nerviosismo entretejido a la voz de Eiji y lo nota por cómo rompe las sílabas en el aire y por cómo tensa sus puños sobre su pecho—. Me gusta que Charlie sea tímido, pesimista y tenga una actitud mierdosa de Holden ya que probablemente la ha tenido duro y es una fachada para alejar a la gente a primera vista, a todas las personas que realmente no merecen entrar detrás de sus muros y conocerlo.
—Ya veo. —Frunce el entrecejo—. Pero Charlie no es genial.
—¿Por qué?
—Porque Nick es un sol y Charlie es lluvia de medianoche.
—No lo había pensado así.
—Por eso no creo que encajen bien, Charlie tiene una personalidad difícil.
—Tal vez. —Sin embargo, impresiona irracional y terco y eso lo saca de quicio—. No me importa en realidad. —Claro que no lo hace.
—No pueden gustarte las personas así ¿acaso eres masoquista? —Pero Eiji solo tararea entretenido.
—Supongo que mi tipo de persona tiene el carácter de un gato, ya sabes, extraordinariamente arisco a primera vista pero igual que la rosa del principito son solo cuatro espinas para protegerse por todo lo que ha sufrido y lo mal que la ha pasado, creo que es la clase de persona que no podría dejar sola, así que le insistiría por mucho que le irritara, insistiría una y otra vez para que esté menos solo y no porque quiera algo a cambio o necesite que me corresponda, solo me gustaría hacerlo feliz, quieres hacer feliz a las personas que amas, creo que es eso. Además, Charlie es alguien hermoso aun si ama esos terribles libros con peces plátanos y leopardos congelados.
—Pero Charlie no lee a Hemingway o a Salinger.
—Oh. —Finalmente se miran—. Mi error.
—Eiji... —Pero eso no puede ser un error, no uno tan grande ¿verdad? La anorexia le está susurrando cosas en la oreja, no obstante, no puede escuchar o importarle nada en realidad—. Yo...
Creo que te amo.
Creo que estoy un poco demasiado loco por ti.
Creo que soy tu Charlie y realmente muero por que seas mi Nick.
—¿Sí?
¿Crees que Eiji te amaría si sabe que vomitaste antes de besarlo en la fiesta?
¿Crees que podría amar a alguien tan grotesco como tú?
Los ojos de Ash queman por sus propios pensamientos porque existe algo demasiado real en el asco, impacto y shock que las personas tienden a tener con su trastorno. ¿Para qué se engaña? La mayoría no quiere tener que lidiar con una enfermedad de pareja, es un dolor de culo caminar sobre huevos rotos con el tema de la comida, él nunca podrá darle cosas simples a Eiji como salir a comer perritos calientes a la biblioteca, ir por una hamburguesa o tragar botanas en el cine e inclusive ahora batalla para no purgar el almuerzo que Griff le preparó según la pauta y diablos, le da rabia tener que tolerar pensamientos intrusivos sobre vómito queriendo besar al chico que le gusta.
No está listo para una relación, no tiene ni una relación consigo mismo, no se puede hacer cargo de esto.
Además...
—Él te odiará cuando sepa que no eres normal, ¿crees que no es asqueroso lo que haces? Tú mismo apenas puedes lidiar con el asco y si Griffin y Max te soportan es solo porque deben hacerlo, Eiji no.
A veces pasa así.
A veces la distorsión corporal y la rigidez cognitiva clavan sus garras cuando menos lo espera, le da mucha pena haber estado finalmente yendo un poquito mejor, lleva siete días enteros sin algún tipo de purga gracias a las medidas conductuales en su casa y aunque se enrabia (porque su trastorno es su satanás interno) creía que estaba... mejor. No. No está mejor si piensa en vomitar. En su estómago hinchado. En las calorías. En la gordura. Jim. El desprecio. El odio. En la anorexia. En esa jaula. Lluvia de medianoche. Sí.
—¿Cómo va el salto de pértiga? —Entonces desvía el tema de manera monumental y algo se rompe en los ojos de Eiji.
—Oh. —Algo duele en sus ojitos cafés, eso lo mata pero ¿qué otra cosa puede hacer? Porque incluso si tuviera el coraje suficiente para confrontarlo sobre la naturaleza genuina de su relación no es sano iniciar algo sino está... bien.
El amor no es un centro de terapia.
Y Eiji no es su salvación.
—Bien. —Miente, es un terrible mentiroso.
—Has estado yendo a los entrenamientos menos animado. —Entonces señala—. Sé que ocurre algo.
—¿Por qué te fijas en eso?
—Porque siempre me fijo en ti. —El moreno impresiona sufrir tanto por el comentario, es casi como si Aslan hubiera sacado una navaja y lo estuviera apuñalando—. ¿Estás bien?
—No. —El japonés parpadea, su mirada se ha cristalizado y el alfa se pregunta cuánto aguantó sobre este tema, Eiji es maravilloso dándole confort a los demás ¿pero recibiéndolo?, ¿dejándose ayudar? Tiene todo un problema con la idea de ser una carga—. No estoy bien, tienes razón.
—¿Quieres hablar de eso?
—No quiero ser una molestia.
—¿Cómo podrías ser una molestia si yo te estoy preguntando? —Entonces le dice y debe sostenerlo de las mejillas para que le quede absolutamente claro—. Te lo dije, quiero estar para ti porque...
Estoy muy enamorado de ti.
—Soy tu amigo. —Miente aunque ya no sabe para quién—. Habla conmigo.
—No es la gran cosa.
—Estás a punto de llorar. —Ash no soporta más restarle importancia a lo que está pasando el omega porque sí, Eiji puede ser muy cruel con su propio sufrimiento, pero mientras deje que se quede a su lado nunca va a cometer el error de también minimizar las tormentas que está sobrellevando puesto que incluso si "se ahoga en un vaso de agua" se está ahogando—. No tienes que decirme sino sientes que quieres contarme, pero me gustaría entender.
—Me van a reemplazar como el Fly boy.
—¿Qué?
—Me van a relegar de mi posición. —De pronto, Eiji está llorando horrible encima, sus lágrimas caen desde sus grandes ojos hacia sus mejillas, intenta limpiarlas, aplacarlas, esconderlas, e incluso quiere castigarlas, sin embargo, la pena es lo feo, lo roto, lo crudo, lo cruel y es lo real—. Pronto será oficial.
Es el conejo sangrando y el gato envenenado que se escapa de casa para ir a agonizar.
Es la anorexia. La muerte. La vida. La enfermedad.
—Se lo darán a Mizuno.
Es el niño roto que amaba volar pero le rompieron las alas.
—¿Por qué? —Es lo único que puede articular, sus manos se crispan sobre la espalda del moreno ya que muere por abrazarlo y consolarlo, pero no lo toca, no puede, no todavía.
—¿Qué no es obvio? —Entonces le pregunta con una sonrisa rota—. Él es mejor que yo y ya, eso es todo y está bien, de verdad entiendo que es lo mejor para el equipo pero no sé, me siento tan fuera de lugar, me siento echado y es una estupidez porque nunca fue mío ese lugar, solo me hizo famoso la fotografía de Ibe-san, ni siquiera era bueno, ni siquiera era talentoso, no merecía el puesto.
—Eiji.
—Aun así... —El omega se encoge sobre su pecho, se hace pequeño y la impresión de vulnerabilidad es tan grande que tiene la sensación de estar sosteniendo a un animalito herido—. Sé que no tendría que ser la gran cosa y que estoy exagerando, solo me da pena haber sido dispensable para mi equipo porque hubo un tiempo en que realmente pensé que pertenecía, es duro darte cuenta de que nunca perteneciste en realidad y eso me da pena.
—¿Por qué no tendría que ser la gran cosa? Es la gran cosa.
—No lo es, estoy siendo muy sensible, me lo han dicho bastante. —Su boca tiembla en una sonrisa, Ash odia lo falsa que es esa expresión, Eiji es sincero y no debería obligarse a ponerse una armadura contra la crueldad cuando su armadura es su ternura tan sincera, sea bueno o malo todo lo del nipón debería tener acogida, le da rabia que no sea así—. Mi mamá dice que es mi culpa por no esforzarme lo suficiente.
—¿Y qué diablos sabe ella de lo que haces? —La ira explota como magma en sus palabras—. Siempre te esfuerzas más que nadie, te quedas practicando después de tus clases y llegas primero que todos a las canchas, te desvelas estudiando para no perder el ritmo, ayudas a tus compañeros aun si nadie te ayuda a ti, me da mucha cólera escuchar que ella tenga la osadía de decir eso ¿quién carajos cree que es?
—Mi mamá.
—Sí, pues todos los padres son una mierda. —Bufa hecho una furia—. Pero tu mamá está haciendo méritos para ser especialmente una mierda, voy a pegarle.
—¡Ash! —Eiji abre los ojos de golpe—. No puedes pegarle a mi mamá, es una señora.
—Max a veces también se comporta como una señora y eso no me detiene a golpearlo.
—Eres un irracional.
—Dice el irracional que no ve lo maravilloso que es, ellos se lo pierden, ¿realmente creen que podría un mastodonte volar con la gracia que tú vuelas? Que estúpidos, pierdo neuronas de solo pensarlos, eres un omega diferente a los demás y ellos están tarados sino pueden apreciarte, eres una persona absolutamente deslumbrante, eres Nick, Eiji, ¡eres Nick! Y ellos tienen suerte de tenerte, no al revés.
—Estás enojado. —Eiji sigue llorando mientras concluye—. Estás muy enojado.
—¡Claro que estoy enojado! Nadie parece haber visto lo mucho que te esfuerzas y te esfuerzas tanto ¿cómo no me va a dar rabia eso? —Pero está sonriendo.
—Tú lo viste. —Entonces le dice con una expresión que, si bien, no sabe cómo descifrar hace que le duela mucho el corazón—. Tú me viste, Ash.
—Claro que sí. —Musita, finalmente acunando al omega—. Siempre te veo, Eiji.
—Yo no...
—Ni siquiera puedes imaginarte lo importante que eres para mí, tú salvaste mi vida.
—Qué gracioso. —El japonés se deja caer sobre el hombro del alfa, restregándose bajo su cuello en busca de sus glándulas aromáticas—. Yo lo habría dicho al revés.
No necesitan intercambiar otra palabra para abrazarse, Ash lo sostiene bajo sus brazos con fortaleza esperando que esto sea lo suficiente para demostrarle que es importante lo que pasa, que está bien tener rabia y que esa rabia es compartida, Eiji le corresponde, aunque se queda estático al principio porque todavía le es extraño que el lince se permita tener este contacto tan personal, no lo rechaza, solo se quedan ahí, aferrados al otro como si sus vidas dependieran de ese momento y aunque Aslan no entiende de palabras de consuelo su hombro se humedece en silencio.
Y es acá, sosteniendo a Eiji mientras llora que entiende que efectivamente, está enamorado y carece de toda lógica seguirlo negando.
Porque Eiji lo salvó.
Le dio la motivación suficiente para intentarlo una última vez y no lo dejó solo, ni una sola vez. Wow.
Eso duele.
Duele y asusta.
Fue sin querer que note tantos paralelismos con heartstopper, es que tienen un montón, onda Eiji y Nick tiene las mismas vibes así como Charlie y Ash acá, bueno, incluso para las personas que no lo han visto espero haber dado el contexto suficiente, fue un capítulo super meh y tranqui que me hizo feliz porque mañana se nos vuelve potente otra vez esta cosa y de ahí no paramos en un rato.
¡See ya!
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