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A La Media Noche



Leer bajo tu propia responsabilidad.

Espero que disfrutes de la comedia y feliz día de muertos y Halloween atrasado.

El día era como cualquier otro, el sol brillaba como de costumbre y el viento soplaba como lo hacía la mayoría de los días, la escuela seguía la misma rutina que debía seguir según el día, las calles eran transitadas por el mar de personas de todos los días, el sol se ocultaba a la misma hora.

Entonces, ¿Qué hacía especial ese día?

Dos cosas: hoy era Halloween y las calles eran decoradas de divertidas y aterradoras decoraciones, la segunda era porque el día de hoy pasarías el día con tu mejor amigo y a la vez novio: el hada encantada de Rusia, Yuri Plisetsky.

Las cosas paranormales eran el punto de tu atención, cualquier cosa que diera miedo llamaban mucho atención, y aunque fueras una miedosa, ese tipo de cosas lograban atraerte y hacerte sentir la verdadera adrenalina.

— Eres rara. — se quejó Yuri al oír tu grandiosa idea de planes para la noche. — ¿Por qué precisamente un juego paranormal? ¿Por qué no podemos ver una película como la gente normal?

— Yo hago las cosas a mí manera. La palabra normal es relativa ¿sabes? — la chica le contestó viendo en su teléfono los múltiples rituales con los que podían probar. — Lo que es normal para mí no es lo normal para ti, así que soy completamente normal dentro de mi propia definición. Además es divertido, ¿Tienes miedo?

— Claro que no, adelante. ¡Hagámoslo! No tengo miedo. — contestó el rubio de inmediato, mirando a la chica desafiante.

— Bien, entonces probemos te veré en la noche, en tu departamento, a medianoche.

— Adelante, escoge el más aterrador pues serás tú quien terminará haciéndose en los pantalones. — el chico se burló de ella ganándose un golpe y queja de parte de ella. Ambos caminaban de regreso a casa después de un día normal en la escuela, pasando por la pista en la que Yuri practicaba en la semana. — Cambiando de tema, ¿De qué nos disfrazaremos éste año?

— Que buena pregunta mi pequeño saltamontes. — posó su mano bajó su mentón pensando en un par de disfraces creativos para su novio y ella, era una tradición entre ellos — ¿te parece una lámpara y una polilla?

— ¿Ah? — el chico puso una cara de disgusto al oír la idea de su amiga, pensándolo bien siempre era así. — Escoge algo más normal, hasta tus ideas son igual de raras.

— Vamos, tú serías la lámpara, además te dije que el término normal es relativo. — la cara del chico lo decía todo: no. — Está bien, está bien. ¿Una caja de cereal y un asesino cerial? — la chica se empezó a reír de su idea, atrayendo miradas extrañas por parte de las personas que la rodeaban.

— ¡Que no! Algo que los simples mortales usarían.

— Al parecer no tienes sentido del humor, está bien. — la chica paró de reír para pensar en algo más normal. — ¿De leucocito y eritrocito? ¿O prefieres ser una plaqueta?

— ¿Por qué de células? No quiero parecer un nerd. — se quejó el rubio por tercera vez.

— A ti nunca se te puede dar gusto. ¿Qué te parece de Shopie y Howl de El castillo vagabundo? Te queda muy bien de Howl. — de nuevo Yuratchka negó. — ¿Hades y Persephone?

— No.

— ¿Jack y Sally?

— Ya lo usamos.

— ¿Cat Noir y Lady bug? Ya sabes, de la serie francesa de la otra vez.

— Si hay un chico gato sabes que estoy dentro. — una sonrisa confiada apareció en sus labios al escuchar ese término, pero cuando menos se dieron cuenta ya habían llegado a la pista, dónde ambos se tenían que despedir.

Justo cuando se iban a separar alguien picó tan fuerte los costados de sus espaldas y gritó en sus oídos que ambos gritaron despavoridos de la sorpresa además de brincar en el mismo lugar que se encontraban. Voltearon hacia atrás para ver quién les había dado aquel susto que más de asustarlos les dolió.

— Feliz Halloween, chicos. — sus ojos azules bailaban sobre esa particular sonrisa de corazón que ambos conocían. Viktor no paraba de reír con la reacción de ambos.

— ¡Maldito calvo, ¿qué es lo que te sucede?! — gritó Yuri sobándose el costado.

— Vamos chicos, sólo fue un pequeño susto, de eso se trata Halloween. — traba de tranquilizar su respiración de las carcajadas que dio de su exitosa broma, siempre caían. — En fin, ¿Hablaban de disfraces? ¿Se volverán a disfrazar combinados?

— Así es, nos disfrazaremos de una lámpara y una polilla. —la chica le comentó animada viendo cómo los ojos de Viktor se iluminaban en diversión.

— ¡Suena asombroso! Ya quiero ver a la polilla Yuri. — el ruso empezó a reír de nuevo pero ahora la chica le acompañaba.

— ¡Que no! No es de tu incumbencia, anciano. — el chico se retiró molesto y maldiciendo un par de veces más a su compañero de pista.

— Déjalo, entonces ¿de qué te disfrazaras?— Viktor dirigió de nuevo su atención a la chica esperando otra respuesta divertida de su parte.

— Yuri sugirió algo que ver con una serie, pero mi parte de disfraz es un traje muy ajustado y no es mi estilo.

— Pero si tienes un bonito cuerpo, _____ — le contestó el albino sentándose en las escaleras del lugar. — Ya que si todavía no te has decidido yo puedo ayudarte.

— ¿En serio? — los ojos de la chica brillaron al ver que su problema se había solucionado.

— Claro, déjamelo a mí.

Poco sabía ella lo que le esperaba esa noche.

................

Las garras finas de metal bajaban con paciencia, brillando desde la punta hasta el final. Se movía lentamente a los lados bajando a su ritmo hasta llegar al destino haciendo tocar el frio metal contra la piel tersa de los peluches debajo de la imponente garra.

Con mucha paciencia tomó un peluche de la múltiple gama que contenía la caja, en el mismo ritmo subió sosteniendo con dificultad el objeto, llevándolo al agujero dentro de la máquina.

Sólo un movimiento más... Y saldrá el premio.

La chica manipulaba la palanca con extrema paciencia, viendo con suma paciencia la corta distancia que tenía que atravesar su peluche para estar en sus manos.

Pero...

La garra metálica se sacudió un poco, sólo un poco, y soltó sin más el peluche, dejándolo caer entre los otros tantos que había.

— Oh, tan cerca. Mejor suerte a la próxima. — la voz gruesa de Viktor distrajo su mirada del peluche que había caído al interior, ella al verlo le dedicó una mirada de odio.

— ¿Qué? ¡¡Las estas dejando caer a propósito!! — la chica sacudió agresivamente la caja moviendo a Viktor dentro de ella, sí, el disfraz de Viktor era una máquina de garra/grúa de peluches.

— ______, estoy en el papel. Tiene que parecer realista. — Viktor se sostenía cómo podía en su lugar para no caer de las sacudidas por parte de la chica, ya que su mano libre no alcanzaba y la otra estaba cubierta de artefactos metálicos para el disfraz.

Ella le miró llena de ira, pues aquella noche, esa precisa y linda noche, Viktor había decidido molestarla más de lo que podía soportar, ahora ella entendía a Yuri.

Viktor había accedido a llevarlos a pedir dulces, todo el grupo de patinadores en el que estaba Yuri habían quedado de ir a recoger dulces por el centro de San Petersburgo y el adulto a cargo era Viktor, aprovechando la oportunidad Viktor le había invitado a ella y comprarle el disfraz que le había sugerido.

Pero ¿Qué podía esperar de un adulto cómo Viktor, que llevaba por disfraz una máquina de grúa estafadora?

Al final de cuentas ella no pudo rechazar el regalo pues Viktor ya lo tenía comprado y aseguraba que a Yuri le encantaría... Pero el asunto era...

Que el traje ajustado de Lady bug era mejor idea.

— ¿Y por qué no entras en papel ______? Yuri está por llegar. — la chica no pudo soportarlo más y se abalanzó en contra del mayor con fuego en los ojos y con ganas de sobra de matarlo. Realmente estaba avergonzada de estar ahí parada, con ese disfraz.

— ¿Cómo demonios esperas que entre en papel con este traje? Si es que le puede llamar traje. — a pesar de tener el pelo suelto aún tenía frio en su espalda y cuello, pero el escote en su traje era abundante.

— ¡Oh, mira, es Yuri!

Viktor te separó de él haciéndote caer sobre tus pies señalando detrás de ti, pero lo menos querías era mirar hacia atrás.

Era una noche hermosa y tranquila, la gente paseaba feliz con los niños de tienda en tienda pidiendo caramelos, pero para ella era el inicio de la noche más alocada de su vida.

Al fin volteaste al escuchar las variadas voces de los demás que los acompañarían aquella parte de la noche, y con un gran sonrojo te aproximaste a Yuri, con el corazón latiendo tan rápido que parecía que se saldría de tu pecho, más que la emoción de verlo a él en un traje ajustado, tenías vergüenza y mucha.

— Hol-a — apenas te miró, quedó boquiabierto.

Miró sonrojado tu disfraz de conejita playboy que Viktor te había traído. El traje negro resaltaba tu tersa piel pero al mismo tiempo la falta de tirantes y el abrumador escote dejaban demasiado que ver, las medias blancas de tus piernas las hacían ver más delgadas y estilizadas, el moño negro en tu cuello era lo único que lo cubría y casi podías caminar en los tacones rojos que Vitya te había pedido traer, las orejas largas sobre tu cabeza eran igual negras. Todo aquel conjunto era demasiado para salir a la calle.

Bien jugado Vitya, bien jugado. Pensaba enfurecida ella.

Aunque no podías negar que igual él se veía bien en el ajustado traje negro del superhéroe, demasiado bien.

Y a pesar de lo descoordinado que se veía, aún combinaban.

Él no dijo nada más, no sabía qué decir, y lo preferías así.

La noche paso entre risas y muchos dulces pero te retiraste con Yuri antes de lo esperado, ya no podías con la vergüenza y las miradas de las personas a cada local al que acudías, aunque habían más mujeres con el mismo disfraz e incluso hombres, no era tu estilo de disfraz así que le pediste a Yuri retirarse, quien avergonzado aceptó.

..............

Las luces del apartamento estaban apagadas, dejando iluminada sólo la habitación que ellos ocupaban, se encontraban más relajados, habían mirado un par de películas de terror antes de llegar a la medianoche.

Yuri se sentía más cómodo a tu alrededor, ahora ya nadie te miraba y aunque no lo dijera... Eso le alegraba.

— Entonces, ¿Qué juego escogiste?

El rubio miraba atento los movimientos de la chica, tratando de mirar demás, aunque fuera imposible.

— Hitori Kakurenbo. — la chica contestó enseñándole la página de ocultismo que había encontrado hablando acerca del ritual.

— ¿Y cómo funciona? — el chico se mostraba calmado, a comparación de _____ que estaba emocionada por ver un Yuri completamente asustado.

— ¿Tienes algún peluche? — preguntó ella leyendo las instrucciones del ritual.

— Ten. — le entregó un oso de peluche morado, le resultaba familiar de algún lado pero no era de la habitación de Yuri, eso estaba segura. — Se lo quité a Viktor antes de irnos.

Ahora lo recordaba, era el mismo peluche que ella intentaba ganar. Pues si es de Viktor mucho mejor.

— Bien, pues empecemos. — tomó el cuchillo que había traído de la cocina del chico y cortó el estómago del peluche sacando todo el relleno posible del peluche. — Primero, debemos quitar el relleno. Luego debemos llenarlo de arroz. — colocó el arroz que había traído consigo de casa, rellenando el peluche nuevamente. — Luego las uñas. — sacó una bolsa pequeña dónde depositó sus propias uñas que cortó en casa. — También deberías hacerlo.

— Pero es desagradable. — el chico replicó pensando en lo asqueroso que sonaba.

— Sólo hazlo, ¿Es que tienes miedo, es eso? —ella le sonrió burlona, utilizando la psicología que usaba siempre en él para hacerlo aceptar.

— Claro que no. — tomó el cortaúñas de su habitación y regañadientes colocó las mismas dentro del peluche.

— Ahora lo coseré con el hilo rojo. — tomó el hilo y aguja y empezó a coser todo el peluche y con el tramo restante enredó y envolvió el oso de peluche. — Ahora tenemos que ponerle un nombre, ¿Cómo deberíamos nombrarlo?

— Llamémoslo Viktor. — sugirió Yuri en tono burlón y la chica lo miró de igual manera, es perfecto.

— Okey, aquí dice nosotros seremos los primeros en buscar, porque es una especie de escondidas. Así que seremos equipo. — sostuvo el peluche morado frente a ella, mirándolo cara a cara. — El equipo umpalumpa busca primero, el equipo umpalumpa busca primero, el equipo umpalumpa busca primero.

— ¿Por qué el equipo umpalumpa? — se quejó por enésima vez Yuri.

— Porque suena genial y porque ambos somos pequeños, ¿de acuerdo? Aunque no es tan importante. — contestó ella riéndose levemente y parándose de su lugar para dirigirse al baño del lugar. — Ahora tenemos que ponerlo en una tina o lavabo.

Amos entraron al baño y llenaron el lavabo del baño puesto que Yuri no tenía una bañera.

— Encendamos la tele, pero dónde haya estática. — ahora el chico fue el que caminó hasta la sala y encendió la tele mientras ella volvía a la habitación por el cuchillo con el que había quitado el relleno. Ambos regresaron juntos pero quedaron fuera de la puerta, sin entrar, con una expresión diferente, el juego estaba a punto de comenzar. — Cerremos los ojos por diez segundos. — ambos lo hicieron en silencio, tornando el ambiente más serio que al principio, al terminar ambos volvieron a entrar y la chica apuñaló al muñeco espantando un poco a Yuri por la fuerza que empleo. — Te encontramos, Viktor. — la cara que tenías era tan terrorífica y seria que daba miedo, en parte también te desquitabas con Viktor, aún no te podías quitar el disfraz, ni mucho menos Yuri. — Ahora es el turno de Viktor.

— ¿Y ahora?

— Nos escondemos con un vaso de agua salada. ¿Dónde nos escondemos?

— Podría ser en mi armario. — sugirió el chico y ambos aceptaron, entrando en su habitación y estrecho armario.

Sus cuerpos estaban pegados, muy juntos, sus corazones se aceleraron al sentir tan de cerca el roce del otro, y la terrorífica adrenalina acelerando la sangre en sus venas ambos sentían sus corazones explotar. La adrenalina de que algo paranormal está sucediendo en el mismo lugar y a la vez verse el uno al otro por primera vez así era demasiado para sus corazones. Ella temblaba de emoción al realizar un juego así de extremo con Yuri, un sentimiento del que quería probar más, y él, trataba de no pensar en la piel descubierta de su novia y concentrase en otra cosa más y tampoco morir del miedo, no podía avergonzarse frente a ella.

Esto es tan divertido.

¡Pam!

Un ruido fuerte provino de la entrada del departamento de Yuri, muy cerca del baño dónde habían dejado el muñeco, y con ese ruido ambos dieron un brinco y su corazón se detuvo por unos segundos, la piel se les erizó con sólo pensar que "Viktor" de verdad se podía mover... Y que iba en busca de ellos.

— ¿Q-qué fue eso? — preguntó tartamudeando Yuri, buscando por dónde fuera un poco de valentía que aparentar. — ¿Esto es parte del j-juego? ¿Q-qué es lo que sigue?

— P-por lo que leí, el muñeco vendrá a buscarnos y devolver favor. — también la chica contestó tartamudeando, la adrenalina era demasiada que de un modo le parecía divertido, pero muy poco pues igual estaba muestra de miedo, porque estaban en la peor parte del juego.

— ¿F-favor? — la chica sólo asintió en silencio, escuchando leves pisadas a lo lejos, indicando con el dedo sobre su boca que Yuri guardara silencio. — ¿Cuál favor?

— Apuñalarnos. — susurró ella, temblando cerca de Yuri.

Esa simple palabra le heló la sangre a Yuri, su piel se endureció de sólo pensarlo y su corazón dio un vuelco violento de sólo pensar que todo esto es real, y unas ganas de ir al baño se adueñaron de él. Temblaba y brincaba de miedo.

— ¡Mierda! — susurró muy fuerte, queriendo gritar de miedo, toda la valentía lo había abandonado. Y ver que _____ estaba en el mismo estado no le ayudaba en nada. — Esa c-cosa de verdad está maldita.

El rubio no aguantó más, podía jurar escuchar pequeños pasos a fuera de la puerta y sin esperar más salió de un portazo queriendo llorar del pavor y ansiedad que sentía, notando que la tele y su estática ya no sonaban.

— Espera Yuri. — salió igualmente para no ser abandonada ahí sola, y recordó las demás indicaciones del juego. — Si vamos a terminar el juego debemos beber del agua salada pero no debes ingerirla. Tenemos que dejar un poco para escupirla al muñeco. — ella le extendió su parte a Yuri, él la tomó de prisa rápidamente y ambos la bebieron sin tragarla.

Ambos corrieron al baño, abriendo la habitación de portazo entre toda la oscuridad de la casa, notando una cosa: la estática de la tele había desaparecido y ahora se encontraba apagada.

Mierda.

Ambos querían llorar del miedo desenfrenado que sentían, sus respiraciones se volvieron pesadas y su corazón no dejaba de palpitar salvajemente.

— ¡Viktor! — entraron al baño, esperando encontrar el objeto empapado dentro del lavabo, pero no había nada, ni siquiera el lavabo estaba lleno.

El peluche había desaparecido.

Su corazón estaba en la boca de su estómago, apunto de salir... No podía ser real... El miedo los terminó de tragar y empezaron a entrar en pánico.

— ¿D-de verdad se f-fue? — no podía creerlo, había preguntado y la mayoría decía que no había éxito al primer intento, pero vio que esa fue una mentira.

— Oh no, ¡N-nos encontrará más rápido!— apenas el chico podía hablar de la impresión. Si el juego llegó a etas alturas... el muñeco de verdad los iba a apuñalar si los encontraba. — ¡Y nos perseguirá para siempre!

Ambos se miraron con pequeñas lágrimas en los ojos, y gritaron muy fuerte al escuchar un sonido sordo cerca de ellos, sin mirar atrás salieron de ahí y también de la casa, llamando la atención de los vecinos.

— ¡Alguien! ¡Ayuda! Un oso morado de peluche con un cuchillo enterrado anda suelto. — Justamente la vecina de un lado los detuvo y al verlos tan asustados ella se alarmó. — ¿Ha visto a Viktor?

Por ser su vecina conocía muy bien quién venía a visitar al jovencito, más aparte era una admiradora del patinaje así que tenía una idea de quien estaban hablando, pero los miraba extrañada no comprendía nada.

— No lo he visto en días. Disculpa, ¿dijiste un cuchillo?— la mujer hacía lo que podía para calmarlos, pero sólo temblaban y tartamudeaban.

— S-señora, si encuentra un peluche morado con un cuchillo enterrado, diga "Te encontré" y quémelo lo antes posible. — la señora sólo miraba incómoda a la señorita, ésta situación es la más incómoda y extraña de su vida.

— ¡Ahora tendremos que huir de V-Viktor! — era lo más bizarro que la señora haya visto, el chico "delincuente" de al lado estaba temblando y tartamudeando, lo peor no entendí a lo que se referían ambos, parece que ambos han estado jugando con plantas peligrosas.

— ¡Nunca debimos haber jugado Hitori Kakurenbo! — la chica no tenía idea de qué hacer, según el juego, si no lo encuentras éste te perseguirá por el resto de tu vida hasta encontrarte y matarte.

"¿Eso es un nuevo juego o un programa de cocina?" pensaba la mujer que miraba sin comentarios el show de los jóvenes.

Entre todo el alboroto salió de la habitación el oso de peluche morado, quitándole la poca respiración que tenían ambos casi dándoles un paro cardíaco al ver al peluche, pero detrás de la figura venía arrastrándolo con su boca y dientes Potya, jugando con el hilo rojo que desprendía con fuerza del peluche.

Y ambos se quedaron en blanco.

No se movían, quedaron estáticos en su lugar, no sabían cómo reaccionar... Estaban esperando a que su alma regresara nuevamente a su cuerpo.

Todo este tiempo... fue Potya el que caminaba por ahí... Y movió a Viktor de lugar... Y nosotros nos olvidamos de su existencia...

Yuri fue el primero en regresar a sus 5 sentidos y tomó al gato del suelo sacudiéndolo levemente reprochándolo.

— ¿Fuiste tú todo éste tiempo? — de un momento a otro empezaste a reír, todo el susto de antes sólo fue un gato, realmente pensaste que fuiste muy tonta al creer que de verdad había funcionado.

Pero aun así decidiste quemar el peluche por si las dudas, nunca está demás prevenir.

Ya ambos adentro trataron de terminar los dulces que habían recolectado, un poco incómodos por los sucesos de minutos atrás.

— No sé porque te sigo haciendo caso y me arrastras siempre a tus locuras.

— Admite que casi te haces en los pantalones. — la chica intentó entablar una conversación con el chico, riendo por lo bajo de la cara de disgusto de Yurio.

— Pues parecía que te ibas a partir del miedo tú también. Con lo miedosa que eres no podrás dormir bien. — la molestaba el chico al recordar como temblaba su novia minutos atrás.

— Entonces me quedaré contigo aquí, aún podemos jugar el ritual de los tres reyes. No falta mucho para las tres de la mañana.

— Que no, no más juegos.

— Pero...

— Nada de peros, utiliza mi cuarto y vete a dormir. — el rubio la empujó desde la sala a su cuarto.

— Pero que caballero.— No es la primera vez que dormimos juntos, desde hace tres años que salimos y ya eres legal así que ¿A qué le tienes miedo? — la chica se quejaba mientras era empujada, pero como siempre solía hacer, puso la situación a su favor, ahora arrastrando a Yuri a la habitación.

— Tengo miedo que hagas algo satánico en la madrugada conmigo dentro de la habitación.

La chica puso ojos tiernos en grandes, rogando con ellos para que su chico cediera, abaniqueando sus pestañas y un puchero en sus labios, sabiendo que esa ternura hacia a Yuri vulnerable y bajaba la guardia.

Sin más opción acepto quedarse a dormir con su novia, como en los tiempos donde ambos compartían departamento para ir a la universidad, sólo que ahora los padres de la chica le compraron su propio departamento cerca de ella, aunque fueron pocos meses, fueron los mejores.

Ya era la una y media de la madrugada así que las luces de los vecinos estaban apagadas y probablemente se encontraban durmiendo.

— Mira, mira Yuratchka. — ______ salía de tomar un baño bajo la guarda de él puesto que tenía un poco de miedo volver a entrar a ese baño. Yuri tomó una ducha aparte, esa noche no quería arruinarla perdiendo el control nuevamente. — Tengo un nuevo truco, mira. — la chica entró de nuevo en la habitación pero ahora solo en una camiseta de él y en sus medias. Ella levantó sensualmente el borde de la camiseta, levantándola con lentitud hasta pasar sus manos a su espalda y sonreírle divertida, caminaba a paso lento moviendo sus caderas de un lado a otro hasta sentarse en la cama dándole la espalda a propósito a Yuri. Desde ese ángulo él podía ver como ella se deshacía del broche de su sostén. — Pop. — retiró sus manos de su espalda y dejo caer de nuevo la camiseta pero dirigió sus manos hacia la parte delantera y saco por debajo de la camiseta su sujetador negro. — ¿No es genial? Pude quitármelo sin tener que quitarme también la playera.

— Oh! — el rubio mostro una cara aparentemente sorprendida, para después acostarse sobre la cama pero esta vez masajeando los pechos de la chica sobre la playera. — Muy genial, muy genial. Por un momento había olvidado lo pequeños que son tus pechos, el traje los hacía ver más grandes. — él seguía masajeando un poco sonrojado, siempre que dormían juntos él acostumbraba tocar sus pechos al dormir.

"Eso no es importante ahora" pensaba la chica mirando con molestia al chico que se veía más que listo para dormir como en los viejos tiempos. "Pero no puedo perder"

La chica tomó el miembro del chico por encima del bóxer y también empezó a masajearlo al compás de él.

Al sentir el descarado movimiento de ella, el rubio se levantó a su altura para pedirle que se fuera a dormir, pero por el contrario ella también empezó a masajear su pecho, jugando con sus pechos igualmente y debido a la musculatura del mismo ella podía masajearlo de igual manera sin ningún problema.

— Vaya son tan grandes, si los juntas y levantas incluso podrían ser copa c. Vaya, estoy tan celosa, son enormes.

"¿Eso es bueno?" estaba confundido nuevamente, con ella y sus comentarios sarcásticos no sabía si era un verdadero cumplido y era algo bueno o era solamente para burlarse. "No puedo dejar que ella haga lo que quiera"

— Veamos si éste amigo es grande también. — la peli(c/d/p) aprovechó la distracción del chico para deslizar sus manos hasta el bóxer del chico y volver a masajear su miembro. — Por supuesto que éste amigo es más grande. — hablaba con un acento tierno hacia él, pero de la nada lo miró a él con esa mirada seductora que denotaba sus ganas de jugar más esa noche. — Aún no estoy cansada así que... ¿Por qué no hacemos una apuesta?

Esa mirada... Esa increíble y seductora mirada que tanto le fascinaba... Todo parecía ser igual que los días que compartían la cama... Y vaya que la compartían.

No podía evitar sonrojarse con aquella actitud de su novia... Demostrándole que lo deseaba... Era simplemente perfecta... La clase de chica que le parecía perfecta... Sin pudor... sincera... sensual... Para él... _____ era perfecta.

— ¿Qué clase de apuesta?

— Para ver... Quién puede venirse primero. ¿Qué piensas?

El chico se echó a reír, después de todo la idea era más alocada de lo que esperaba.

— Creo que el azúcar te está afectando.

— ¿Qué? ¿Piensas que perderás? — no desaprovechó para burlarse de él, volviendo a usar la psicología inversa para convencer al chico otra vez.

— ¿Yo? ¿Perder? — el chico le miró incrédulo, se sentía un poco ofendido pero ella lo estaba retando. — Discúlpeme señorita, pero...No estas siendo seria, ¿Verdad? No puedo creerlo. — empezó a reír, burlándose también de ella.

— ¡Entonces pruébalo! — la chica se paró molesta de su lugar, con todas las intenciones de llevar en serio la apuesta, a ella nadie le retaba.

— ¡Ja! ¡Vas a perder y dirás: ~Perdóname Yuri, ~perdóname por esta vez, ¿sí, bebe?"!~ — el rubio imitaba exageradamente la voz de la chica, imitando también la típica pose de súplica que ella ponía, lo cual la molestó.

— Tú ¿Quieres morir, no es así?... ¿Estas demente? Tú...— la chica apuntaba con su dedo y su clara expresión de ira, su lado competitivo estaba empezando a encenderse. — ¿Por qué yo te rogaría así? Tú serás el que vendrá a rogarme lloriqueando.

— Wow, ridículo. ¿Entonces qué apostarás?

— Un golpe en la cabeza y... ¡50,000 rublos! — *760 dólares aproximadamente.

— ¡¡Perfecto!! Luego no vengas a pedir compasión cuando pierdas. — los ojos verdes de Yuri se encendieron de igual manera.

— ¡Nunca lo haré, ¿De acuerdo?! Yo ganaré así que deja de hablar y quítate la ropa.

— ¡¿Qué?!

Ambos se miraban con furia, la apuesta iba demasiado en serio. Aunque a Yuri le encantara desnudar a su novia y verla tan sumisa debajo de él, ese momento era diferente, esta vez, había una puesta de por medio.

— Las reglas son simples. — con sus propias manos se encargó de acostar el chico sobre la cama, mientras ella se sentaba frente a él. — No habrá penetración... Pero fuera de eso... puedes hacer lo que quieras. El primero en venirse, pierde.

Atacaré en su punto sensible... así será más sencillo... El lugar que nunca he atacado... El punto secreto... el...

— El trasero está prohibido. — puntuó el chico interrumpiendo sus pensamientos... arruinando su plan perfecto.

— Mierda... Ya me había emocionado. — se quejó por lo bajo, pero el chico llegó a escucharla.

— ¿Qué demonios?— sin esperarse que ella de verdad haya pensado en estimular su trasero.

— ¡Entonces empecemos! — se levantó bruscamente que espantó al chico. — ¡Yo iré primero!

— ¡Dios, me espantaste!... Bien, adelante... Pero mi "amigo" puede resistir a levantarse sin importar lo que tú hagas. — se cruzó de brazos seguro de sí mismo.

— ¡¿Qué?! — eso terminó por dejar arder la llama de competitividad que tenía, así que decidió empezar decidida.

"Los chicos son débiles cuando se trata de estimulación visual..." ella se levantó sobre la cama, dejando una vista de espaldas al chico, dejando su trasero y pantis a la vista... "Y tengo un excelente culo así que..." se inclinó hacia adelante moviendo lenta y sensualmente sus cadera frente a él...

— ¿Qué piensas de esto, eh? ¿Al verlo... te pones caliente... y duro? — la chica movía sus caderas en movimientos circulares, de un lado a otro, tratando de provocar al ruso.

— Nah. — un pequeño sonrojo parecía querer abundar sus mejillas, pero él también hacía todo lo posible para no dejarse llevar.

— ¿Ni siquiera un poco? — sonreía sensualmente, moviéndose más lento y lejano a su rostro, igual con leve sonrojo.

— Nop, no estoy sintiendo naaada en éste momento. — dijo él mirándola fijamente, tratando de mirar a cualquier lugar menos a su culo. — Soy como buda ahora.

— ¿EHHH? ¡¿En serio?! — ella hacía más movimientos con el propósito de lograr algo, incluso cambió su expresión a una más excitada.

Pero desde su posición bajó más la mirada, hacia su miembro y pudo ver la notoria erección del chico.

"¡Pero si está tan duro! Solo está fingiendo"

Sonrió victoriosa al ver que su plan estaba funcionando, la apuesta ya la tenía ganada.

— Bueno, como sea... Vete preparando para pagarme esos 50,000 rublos porque definitivamente voy a ganar. — frente a él se desprendía de sus bragas, en un baile lento de acuerdo al plan que llevaba pero él desviaba la mirada así que tuvo que improvisar para volver a captar su atención.

— No es cier- — no pudo terminar puesto que la chica le arrojó sin más algo a su rostro. — Ow. ¿Qué es esto? — al recoger el objeto que había caído notó que se trataba de sus bragas, sonrojándolo aún más.

— ¿Entonces qué es esto? — colocó el pie sobre su erección, frotando su planta sobre él, dando leves masajes en él.

— ¿De qué hablas? Siempre ha estado así. ¿Cómo te atreves a poner tu pie así?— se intentó excusar, pero su sonrojo crecía mediante ella frotaba más.

— Pretendes ser fuerte y todo eso... Pero mira que duro estas ahora... — ella seguía jugando con su erección desde la punta hasta la base con su pies, sintiendo lo duro que estaba. — Y decías que no sentías nada. — su sonrisa sensual se ensanchaba aún más al ver el rostro sonrojado de su novio.

— No siento nada. — volvió a optar por apartar la mirada, pero eso no significaba que dejaba de sentir las caricias de _______.

— ¿En serio? — ______ dejó de jugar con el miembro de él con su pie y decidió darse vuelta y descender sensualmente hasta sentarse sobre su regazo, sentándose sobre su fuerte erección y empezar a moverse sobre ella. — ¿De verdaaaaaad? — también bajo su mano para masajear mejor su pene al compás del movimiento de sus caderas.

— Tú realmente no me crees, ¿Verdad? — el chico trataba de mirarla a los ojos a pesar que ella cambiaba de posiciones para encontrar más fricción en sus intimidades.

— ¿Mmm? Es sólo... sólo es extraño~ — _____ había decidido emplear su voz sensual y melosa de nuevo en él, consiguiendo excitarlo más. — Porque parece que te pones cada vez más duro~.

El chico no quería pronunciar una palabra más, la fricción de la chica parecía llevarlo al borde de la locura, pero al mismo tiempo tenía que seguir pretendiendo que no sentía nada... También quería ganar la apuesta.

— Eso no significa nada. — logró pronunciar, mirando retador a la chica.

— ¿En serio? ¿Incluso si me froto así? — la chica decidió hacer fricción directa con sus labios inferiores, lentamente pasando a lo largo de su erecto miembro, también queriendo soltar suspiros.

— Te digo que no, no siento nada.

— ¿De verdad~?— la chica decidió deshacerse de su única prenda, revelando frente a él sus pechos, tirando lejos su camiseta, frotando más rápido sus intimidades, viendo como crecía más su erección.

"¿Por qué se siente más fuerte...ésta vez?... Tengo que controlarme" la chica se encontraba sonrojada y soltando leves jadeos de la velocidad con la que se encontraban sus pieles...ella tampoco podía soportarlo "Pero éste chico... Está llevándolo muy bien... creo"

Dirigió su mirada al rubio frente a sus ojos, viendo una sonrisa burlesca con un leve sonrojo, con un deje seductor en ella.

"P-pero... ¿Qué?" no habían más signos de perder en él, sólo una sonrisa socarrona. "Este maldito chico..."

En ese momento ella paró... No estaba funcionando...

— ¿Qué? ¿Por qué te detienes? ¿No está funcionando como planeabas? — ladeo su rostro divertido, sabiendo de antemano lo que sucedía. — ¿uh? ¿uh?

— Te equivocas, está funcionando de maravilla.

— ¿De verdad? Que extraño, porque parece que nunca me voy a venir. — y eso de verdad la molestó.

— ¿Cómo te atreves? — del enojo ella tomó su miembro y lo estrujó con fuerza, soltando un quejido por parte del rubio, y lo apretaba más y más. — ¡Ah! ¡¡Te lo arrancaré!! ¿Quieres vivir sin tu pene por el resto de tu vida?

— Agh, suelta, ¡Suelta!

— ¡¡Si te sigues comportando como un idiota te lo arrancaré a mordidas!! — acercó su boca con la intensión de hacerlo, y eso de verdad asustó al chico, otro susto más de la noche.

— N-no

— ¡¡Sí!!

— ¡No! ¡No lo hagas, loca! — apenas sintió los dientes de su pareja en la punto de su parte, intentó con sus fuerza separar la cabeza de ella de aquel lugar, pero la chica oponía una gran resistencia, y a pesar de la situación aún se mantenía sonrojado.

— ¡Nada va a detenerme ahora! — empujaba su cabeza lo más que podía, de su lado estaba la molestia que le provocaba la indiferencia de él, pero obtendrá su merecido.

— T-te dije...Que no... hicieras eso... — él empezaba a tartamudear y sentirse más emocionado que antes, y el sonrojo y calor en su cuerpo aumentaba. Algo estaba mal, no... más bien algo no andaba bien... aquel calor en su cuerpo, era muy placentero...ella había logrado meter su miembro en su boca. — N-no puedes ponerlo ahí... Así de repente... — se sentía tan bien lo que la chica estaba haciendo, sin quererlo su voz salía entrecortada y jadeaba de vez en cuando. — No es justo.

"Se siente incluso mucho más intenso que antes"

Jugaba con su lengua, succionando en las partes más sensibles y masturbaba con su mano las partes que alcanzaba a cubrir su boca, haciendo lo mejor que podía.

— ¿Ahora sientes que te vas a venir? — por la expresión que tenía ella podía adivinarlo.

"Si me quedo así...Definitivamente voy a perder"

— Ah, sácalo por un momento. — interrumpió el trabajo de la chica y levantó su rostro con brusquedad para que ella parara.

— ¿Por qué? — apenas pronunció recuperando la respiración.

— ¡Ahora es mi turno! — el chico intentó separarla más de él para poder acostarla, pero ella aún se resistía un poco así que aprovechó el momento en que ella recuperaba el aliento para recostarla sobre la cama.

— Casi te corrías, ¿No es así? — dijo ella sonriendo al saber que había tocado el punto débil del chico.

— ¡¡No!! — susurró sobre su cuello, paseando su lengua sobre su tersa piel trazando caminos húmedos por los rincones que se disponía a explorar su lengua, parando en el lóbulo de su oreja, succionando esa parte, chocando su aliento cálido con la piel helada de su oreja, haciéndola suspirar.

— ¿E-entonces por qué? — ahora era ella la que se esforzaba por reprimir sus jadeos y gemidos. — Todavía no acababa... Yo...

— ¿Qué quieres decir con por qué? — su lengua húmeda y cálida se deslizaba tortuosamente por el arco de su oreja, y el choque de temperaturas se hizo tan exquisito que no pudo evitar sentirse demasiado bien. — No eres la única que puede hacerlo. — dio una mordida justo en su lóbulo, sorprendiendo a la chica sacando un sonoro gemido de sus labios. — ¿Qué? ¿Te gustó justo en ese lugar?... De verdad me sorprendes.

— ¿D- de qué estás hablando? — también ella se sorprendió ya que no conocía lo bien que se podía sentir a través de sus orejas, y eso le avergonzaba. — ¿Sabes lo difícil que es... actuar como si no sintieras nada? Ja.

— ¿Oh si? — sonrió ladino, ahora la tenía a su merced. Sin avisar metió dos de sus dedos dentro de ella, sacando un jadeo por parte de ella, sintiendo como sus interiores se empezaban a humedecer aún más. — ¿Con esto también? — bajó su rostro sin apartar su mirada de la sonrojada chica, divirtiéndose un poco de ello y sacó su dedos por un momento. — ¿Y si hago esto? — pasó su lengua por su intimidad, viendo como la chica arqueaba su espalda. Siguió jugando con sus labios inferiores, mordiendo de vez en cuando y jugando con su clítoris, metiendo y sacando su lengua, haciéndola retorcer de placer, y de nuevo volvió introducir dos dedos sin dejar de usar su lengua.— ¿De verdad estas actuando?

— P-por supuesto. — se siente tan bien... ¿Debería actuar como si de verdad no sintiera nada? — Adelante, no siento nada en absoluto.

— Pues parece que disfrutas mucho esto. — dejó sus acciones y se levantó molesto. — Maldita sea tu apuesta.

— ¿Qué? — ella igualmente se levantó, intentando mostrarse segura y no tartamudear. — De ninguna manera, no sentí nada de nada, ¿Entiendes?

Yuri se quedó ahí estático, molesto, mirándote seguramente con ira, ese había sido su mejor trabajo y le molestaba lo necia que podías llegar a ser.

— ¿Qué? ¿Dije algo malo?

— Oye, hacerlo uno por uno es injusto. Deberíamos hacerlo al mismo tiempo.

— Está bien, hagámoslo.

Yuri se recostó sobre la cama y ella se posó sobre él, pero mirando hacía sus pies, invertida de cierta manera, dejando su intimidad a la altura del rostro del chico y el miembro de él a la altura de la boca de ella, en la postura del 69.

Y así es como empezaron la ronda decisiva.

Cada uno lamia succionaba la intimidad del otro, vigorosamente y con fuerza, ella masajeaba su erecto miembro mientras él con sus dedos acariciaba su feminidad.

"Demonios...No puedo perder, quiero ganar esos 50,000 rublos y comprarme pizza para mí... Ganaré y le daré un buen golpe en la espalda por seguro... Te ganaré por seguro... Pero... No sé si podré soportarlo más... Está siendo tan agresivo... Creo que me vendré"

Ella ya no pudo aguantarlo más y sin quererlo se corrió.

— N-no.

— ¿S-significa que gané?— al escuchar el sonoro gemido que lanzó la chica y las últimas lamidas que sintió fueron el detonante para que al finar él se corriera. — Ah, que alivio. Ven aquí.

Ella se levantó y se dirigió cumplir su parte de la apuesta.

— Si sólo hubiera aguantado un segundo más... Se gentil, por favor. — veía como el rubio se prepara darle el golpe en su frente, sólo esperaba que midiera su fuerza.

— ¿No decías que no ibas a pedir compasión?

— S-sólo no me golpees tan fuerte. — al ver el rostro de la chica así le quitaba la diversión al muchacho.

— Bien, ¡Aquí vamos! — al ver a su pequeña novia, le daba temor siquiera atreverse a golpearla.

Ella estaba lista para sentir un buen golpe en su frente, pero... En cambio sintió algo muy suave sobre ella, cálido y suave...Eran los labios de Yuri sobre su frente.

— ¡¿Eh?! ¡¿Qué estás haciendo?! — ella se apartó sonrojada por la inesperada acción por parte de él, eso no era parte del trato.

— ¿Qué? ¿Cómo sería capaz de golpear a m adorable novia?

— Eww, ¿De verdad lo acabas de decir? — parecía que había un Yuri totalmente diferente ante ella, algo andaba mal.

— ¿De qué hablas? ¿Entonces querías que te golpeara de verdad?

— ...No

— Admite que sólo pretendías que no te gustaba. — agregó él divertido, queriendo molestarla un poco más.

— No, era verdad, no sentí nada.

— ¿De qué hablas? Si estas más sonrojada que un tomate.

— Dije que no.

— Okey, como tú digas, ven vámonos ya a dormir, es muy tarde. — te abrazó y llevó a la cama, depositando otro beso en tu frente, y tapándolos a ambos con la sabana.

— No lo estaba realmente, ¿De acuerdo?

Hola de nuevo.

6900 palabras para que las disfruten bebes.

Es lo más largo que he escrito para que vean que las amo.

Tenía planeado publicarlo el treinta y uno de octubre pero por cuestiones personales no pude terminarlo a tiempo pero creo que llegué a publicarlo antes del 2 de noviembre, minutos más, minutos menos.

En fin, no hablaré mucho porque tengo sueño xd.

Espero que les haya gustado, tomé referencias de un episodio de Asobi asobase y de un manga koreano que se llama talk to me.

Aquí está el lemmon prometido de la gata rubia.

Sin más que decir, me despido.

Gracias por leer.

Danielle.

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