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03. Micha

Capítulo III. Jugador de primera.

Martes 12 Noviembre, 2024.
📍Buenos Aires, Argentina.

Isabella's pov

Habían ciertos días en los que me preguntaba por qué había decidido adoptar un café como segundo hogar, especialmente cuando tenía que lidiar con Micha y su eterna misión de querer destruir todo lo que toca.

Martes, casi a mitad del mes, había convencido a Victoria de que me dejara decorar el café. Parecía una mañana relativamente tranquila, o al menos eso quería pensar, mientras intentaba colgar una guirnalda en la entrada del área de los gatos.

—¡Ni siquiera lo pensés! —grité mientras veía cómo se metía en una de las cajas de decoraciones. La cuál tenía esferas de cristal en su interior que se supone irían en el mostrador.

La gata me miró desde dentro de la caja, con sus ojos verdes, que parecían desafiarme a intentar sacarla.

Abril, sentada a un lado con su celular, apenas levantó la vista para reírse.

—¿Necesitás ayuda? —preguntó.

—Nah, lo tengo todo bajo control —me acerqué para sacarla de la caja y dejarla en el piso, pero de inmediato corrió hacia otra caja—. Basta, Micha.

—Mirá el lado bueno, es la única que parece interesada en ayudarte a decorar —comentó Abril.

El resto de los gatos estaban muy concentrados en ellos mismos, ni siquiera las decoraciones llamaban su atención.

—No creo que "ayudar" sea el término correcto.

Intenté distraerla con una cinta roja, pero ella ni se inmutó. En cambio, decidió que sería divertido tirar al piso un par de pinitos de plástico que había acomodado hace apenas unos minutos.

Al parecer no le bastaba con esconderse detrás de las cortinas y llevarse en su boca varias decoraciones que tardaba años en recuperar.

Ella de verdad quería sentir el espíritu navideño.

—Te juro que esta gata tiene algo contra mí —murmuré, colocando los pinos de vuelta en su lugar.

—Con vos y con todo lo que brille —dijo Abril, todavía riéndose.

Logré terminar de colgar la guirnalda después de un par de intentos y me detuve a admirar mi obra. La decoración navideña iba tomando forma, aunque no con la velocidad que esperaba.

Llevaba toda la mañana decorando, pero estoy segura que valdrá la pena ver el resultado final.

—¿Qué te pare-?

Mi oración fue interrumpida por el ruido de varias cosas impactando contra el suelo, suspiré y lentamente giré sobre mis talones, solo para observar a la autora de todo este desastre sentada en medio de las estrellas y esferas rotas.

Mantuve la mirada sin moverme, ya me había enojado en serio. Y creo que ella lo notó, porque en el momento que intenté acercarme salió corriendo a quién sabe dónde.

No tuve más remedio que agacharme y comenzar a recoger los pedazos, Abril me ayudó y cuando terminamos me recosté a su lado en el sillón ya que se me habían quitado las ganas de hacer cualquier otra cosa.

Quizá continúe mañana.

¿Quién iba a decir que decorar el área de los gatos iba a ser tan complicado?

Lo que más me molesta es que solo uno de ellos me causó problemas.

—¿Qué te parece si te tomás un descanso? —propuso la rubia—. ¿Querés que te traiga un café o algo?

—Un café estaría bien, gracias —medio sonreí y ella asintió para posteriormente levantarse y salir.

Dejé que mi cabeza descansara sobre el respaldo del sillón y estiré mis brazos a cada lado del mismo intentando relajarme.

Escuché su maullido otra vez, y cuando abrí los ojos volví a observarla. No tardó en subirse a mi regazo y vi que llevaba en su boca una estrella de color plateado, que sobrevivió en medio de todas las decoraciones rotas.

—Espero que sepas que estoy muy enojada con vos —declaré mientras ella seguía mirándome—. Es imposible que me causes tantos problemas.

Acerqué mi mano para intentar quitarle la estrellita de la boca, pero no cedió. Batallé durante segundos hasta que fuimos interrumpidas por el sonido de la puerta abriéndose.

Pensé que sería Abril con mi tan anhelado café, pero cuando giré la cabeza, vi a alguien más. Iván.

Tenía una gorra sobre su cabeza que lo caracterizaba mucho, y una expresión de alguien que claramente no estaba listo para afrontar el día.

Teniendo en cuenta su trabajo como streamer, no me sorprendería que recién se hubiera levantado de la cama.

Al instante Micha soltó la estrellita y pasó de ser una pequeña terrorista a comportarse como la gata más educada del mundo, sentándose elegantemente a su lado y rozando su pierna con afecto.

—¿En serio? —dije, señalando a la gata—. ¿Ahora sos un ángel, después de todo el desastre que hiciste?

Él me miró con una ceja alzada mientras se inclinaba para acariciarla, y la muy traicionera, empezó a ronronear como si Iván fuera su salvador.

—Parece que solo necesitaba un poco de atención masculina —dijo, con una sonrisa ladeada.

Rodé los ojos.

—Lo que necesita es un buen castigo.

—¿Por qué? ¿Qué hizo? —preguntó, tomándola en sus brazos y acercándose a mí.

—Más bien, ¿qué no hizo?

—¿Hiciste algo vos? —le preguntó y sorprendentemente respondió maullando—. No lo creo, sos demasiado tierna.

—No la defiendas, es el demonio —acusé.

—No le digás así, es la gata más linda que han visto mis ojos —la levantó en el aire, rozando su nariz con la de Micha y tuve que reprimir una sonrisa por lo tierna que era esa escena.

—¿No querés adoptarla? —me atreví a preguntar.

—Me vendría muy bien en estos momentos, no te voy a mentir —admitió, sentándose a mi lado.

Entonces pude notar que el cansancio en su rostro no era solo por falta de sueño.

Micha se paró en sus patas traseras apoyando las delanteras en el pecho de Iván, y pegó su cabeza a su barbilla acariciándolo con afecto.

—Parece que ella ya lo decidió —dije.

—¿Querés venir a vivir conmigo Micha? ¿Eso querés? —sonrió. Y yo reí levemente.

—¿Qué hacés por acá? —indagué.

Me miró por unos segundos antes de responder.

—Vine por el café, y por los gatos.

—Claro, todos vienen por eso —dije con una sonrisa irónica. Luego señalé las decoraciones en el lugar—. Yo estuve decorando hasta recién.

—Eso veo, quedó muy bueno —comentó, recorriendo con la mirada la decoración.

—Sí, Micha me hizo un quilombo hace un rato, pero bueno... está todo casi listo —le expliqué, mientras observaba cómo él levantaba la vista para analizar todo a su alrededor.

Micha, que seguía en sus brazos, se notaba completamente relajada, disfrutando de la atención de Iván. Parecía que se sentía cómoda con él, lo que no me sorprendió tanto, pero tampoco podía dejar de pensar en cómo la gata había cambiado de actitud tan rápido.

—¿Posta no pensaste en adoptarla? —volví a hablar—. Capaz que sueno re flashera, pero es como si ella estuviera hecha para vos. Mirá nomás como se calma cuando estás cerca.

Iván frunció el ceño pero no ocultó la gracia que mis palabras le causaban.

—¿Por qué nunca adoptaste un gato vos si tanto los querés?

—¿En serio lo preguntás? Estudio y trabajo amigo, tiempo es lo que no tengo —me crucé de brazos.

—¿Y qué te hace pensar que yo si tengo tiempo para cuidar uno? —levantó una ceja.

—Y... bueno, sos stripper.

—Streamer, no stripper —me corrigió, entrecerrando los ojos—. Lo hacés apropósito.

—Sí, bueno, como sea, debes tener más tiempo libre. Si solo es sentarse frente a la compu y hablar al pedo.

—Sos re hater, ¿qué onda? —reclamó haciéndose el "ofendido"—. Yo hago mucho más que sentarme en la compu y hablar al pedo...

—¿Y si me conseguís un contrato y me hago streamer yo también? —pregunté luego de unos segundos—. No es mala. Adiós carrera universitaria, hola mundo del streaming.

—Si... no es así de fácil.

—¿Por qué no? ¿Temés que te quite el lugar número uno, SpreenDMC? —hablé en un tono divertido.

—Ah, sos re fansita vos, ¿no? —mordió su labio inferior intentando no reir—. ¿No querés un autográfo?

—Me encantaría, así lo puedo vender a un valor totalmente innecesario.

—Ni mis seguidores me bardean tanto como vos. ¿Qué pasa? ¿No estás teniendo un buen día?

—Tengo días mejores —me encogí de hombros—. Igual perdón si flasheé confianza.

—Tranqui, ya somos como amigos igual, ¿no? —me brindó una sonrisa ladina—. Además ya estoy acostumbrado al hate, es como mi pan de cada día.

—No sé si reírme o sentirme mal por vos —sinceré—. Pero hablando fuera de joda, ¿qué andas haciendo? ¿Lograste conseguir al diseñador que buscabas?

—No, aún no. Está siendo algo complicado encontrar a alguien que entienda mi estilo.

—Mirá vos. Bueno, si aún querés, podríamos probar cómo nos va trabajando juntos —me ofrecí.

—¿Posta me decís?

—See, me re coparía ahora. Además, vos dijiste que me pagarías bien, y siendo honesta me serviría un montón.

—Claro, todo por la guita —asentí—. Bueno, probemos. Te paso unas ideas que tengo y vemos qué sale. —finalizó.

Iba a responder algo más, pero en ese momento apareció Victoria. Con la expresión de apuro que tanto la caracterizaba.

Parecía que iba a decir algo, pero primero se detuvo a observar el lugar, y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

—Wow, te está quedando re lindo, Isa

Sonreí, sintiéndome orgullosa de que todo mi esfuerzo había valido la pena. A pesar de lo ocupada que era una persona como ella, siempre estaba al pendiente de todo y se tomaba el tiempo de elogiar un trabajo bien hecho, y eso era algo que realmente apreciaba.

—Tomá, Abril se tuvo que ir de emergencia por no sé qué cosa, pero me dijo que esto era para vos —me extendió el vaso.

—Gracias Vic —lo recibí y le di un sorbo—. ¿No te querés sentar un rato? Te ves re preocupada.

—No puedo, por más que lo quiera. Me adelantaron una reunión y literalmente debo salir corrien- —se interrumpió así misma al ver a la persona a mi lado—. ¿Y vos qué hacés acá?

—Bueno, bueno, si querés me voy —dijo Iván a la defensiva.

—No es por eso, estúpido. Quiero decir, ¿no estabas jugando un partido de fútbol ayer? Creí que después de eso jamás volverías a salir de tu casa.

Lo vi rodar los ojos y siguió enfocándo toda su atención en la gatita.

—¿Jugás al fútbol? —pregunté.

—Obvio, soy jugador profesional —levantó ambas cejas y sonrió.

—¿No usas las redes sociales vos? Su cara está por todos lados —lo señaló Victoria.

—Mal, soy tendencia en twitter —comentó sin darle mucha importancia. Como si fuera algo a lo que estaba acostumbrado.

—¿Y el problema es...? —pregunté sin comprender del todo.

No entendía al cien por ciento su mundo, aunque he de admitir que me tomé el tiempo de stalkearlo un poco... y quizá mi twitter esté lleno de su cara en estos momentos.

—El problema es que toda la prensa y comunidades del fútbol argentino creen que es la peor persona que habita la tierra en estos momentos, dicen que le sacó el lugar a muchos pibes y que era un insulto para el deporte —explicó Victoria.

—Creen que arruiné el fútbol —resumió él mientras Micha seguía jugando en su regazo.

—Sigo sin entender el problema, que seas jugador y streamer al mismo tiempo no tiene nada de malo —dije.

—Bueno, ahí está la cosa, no es jugador profesional. No puede ni patear el balón sin el riesgo de que se le salga la rodilla de lugar, e hizo todo este quilombo solo para jugar treinta segundos en la cancha —lo expuso y él resopló.

La miré con incredulidad y esta vez sí saqué mi teléfono para informarme. Entré a twitter, y como era de esperarse, su nombre era tendencia y aparecía en los titulares de todas las noticias.

"Spreen arruinó el fútbol", "Streamer argentino protagoniza el escándalo del año", "Papelón histórico", "Scaloni habla sobre el debut de Spreen en Riestra".

Ah, pero que quilombo.

—¿Es posta que jugaste un minuto nomás? —no pude evitar reírme—. ¿Sos boludo?

—Todo lo hice por las anécdotas, además era la oportunidad de mi vida. No la iba a desaprovechar —se defendió.

—Honestamente no sé si sos un genio o un pelotudo, pero felicidades hermano. Ahora al menos papá no va a poder decir que jamás tuviste oportunidad en el fútbol —habló Vic.

Reí levemente y él asintió dándole la razón.

—¡La puta madre! —Victoria pareció reaccionar al ver la hora en su reloj de mano—. Ya estoy llegando tarde.

—¿Querés que te lleve? —ofreció Iván a lo que ella asintió de inmediato.

—Me harías un gran favor.

—Bueno, nos vemos Micha —se despidió de la gatita—. Isa, cuidala mucho. Ya es como mi hija.

—No me molestaría que te la llevaras ahora —jodí—. Es más, ni siquiera tendrías que llenar los papeles.

—Prefiero hacer todo legal, gracias —sonrió.

Lo vi marcharse y Micha volvió a comportarse de la misma forma, estaba segura de que su destino era estar con Iván, pero mientras él lo decide creo que tendré que seguir lidiando con el pequeño remolino que representaba.


⭐️

@ivan_buhaje le ha dado like a tu historia.
@ivan_buhaje ha comenzado a seguirte.

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