02. Santa Iván
Capítulo II. El stripper es famoso.
Jueves 07 Noviembre, 2024.
📍Buenos Aires, Argentina.
❛ Isabella's pov ❜
Abrí la puerta del café usando el pie, ya que mis brazos estaban ocupados sosteniendo varias cajas repletas de decoraciones navideñas.
—¡Permiso! —grité, tratando de no chocar con nadie ya que las cajas bloqueaban completamente mi visión.
Subí con precaución las escaleras, y al llegar a la oficina, dejé las cajas en el suelo con un suspiro de alivio y me recosté contra la puerta para recuperar el aire. Cuando levanté la vista, me encontré con las miradas juzgadoras de Abril y Victoria.
—¿Qué? —pregunté a la defensiva—. Vos me mandaste a buscar esto —dije señalándola con un gesto de la cabeza.
—Isa, solo te pedí que vinieras para planificar la decoración —respondió Victoria, tratando de reprimir una sonrisa.
—Oh... pensé que íbamos a decorar hoy —murmuré algo avergonzada—. Me pasé por un súper y compré todo lo que encontré con temática navideña.
Ambas soltaron una carcajada que llenó la habitación.
—Pero si recién estamos en noviembre —comentó Abril, sacudiendo la cabeza divertida.
—¿Y eso qué importa? —me encogí de hombros—. Aguante decorar en noviembre.
Victoria soltó una risita mientras recogía unos papeles del escritorio y se acercaba a mí.
—Los diseños de los posters están buenísimos, de verdad —dijo, entregándomelos—. Creo que el que más me gustó fue el tercero.
—¿En serio? —respondí sorprendida—. Justo ese fue el que menos me convenció.
—Para mí, todos están increíbles —opinó Abril, mirando de reojo las cajas que había traído.
Abril era algo así como nuestra community manager, ya que era la encargada de las redes sociales y la promoción del café. Siempre tenía ideas buenísimas y nos entendíamos bastante bien trabajando juntas.
—Está bien, voy a terminarlo hoy y te lo mando —le dije a Vic—. Así me decís si querés que cambie algo más. ¿Pero me vas a dejar decorar?
—Abril te va a ayudar con eso —contestó, dirigiéndose a ella—. Ustedes hacen un gran equipo, estoy segura de que va a quedar increíble.
—Parece que alguien está emocionada —comentó Abril, lanzándome un gorro navideño que ni siquiera sabía que había comprado—. Hay una banda de cosas.
—Estamos a un par de días de diciembre solamente, hay que atraer el espiritu navideño —respondí, colocándome el gorro, que además tenía luces—. Y todavía tenemos que organizar lo del evento, es una ventaja comenzar antes.
—En eso tenés razón —admitió Victoria mientras jugaba con una bola de cristal que decía "Merry Christmas"—. Ya hablé con la fundación y aceptaron. El evento será el dos de diciembre, así que tenemos que tener todo listo para entonces.
Ese evento era una idea que Victoria había tenido meses atrás. En el café rescatábamos muchos gatitos callejeros en condiciones terribles, y el evento tenía como objetivo recaudar fondos para cubrir los costos de sus tratamientos veterinarios, medicinas, alimentos e higiene. Además, era una gran oportunidad para encontrarles hogares.
Sin embargo, Vic quiso ir más allá; organizando un programa navideño en colaboración con una fundación para niños con discapacidad. La idea era que pudieran interactuar con los gatitos, participar en actividades y, con suerte, algunos terminarían adoptando.
—Bueno, yo confío en ustedes. Sé que lo harán increíble —dijo, palmeándome el hombro antes de levantarse—. Ahora tengo que resolver un par de cosas...
Salió del lugar, dejándonos solas.
—Espero que esas "cosas" incluyan hablar con Spreen —comentó Abril.
—¿Con quién? —pregunté mientras levantaba una de las guirnaldas y la colocaba alrededor de mi cuello.
—Su hermano, el famoso.
—¿El stripper?
—Streamer —corrigió—. Me dijo que quizás le pediría ayuda con el evento, para darle más publicidad.
—¿Pero no se llamaba Iván el chabón? —fruncí el ceño.
—Sí, ese es su nombre real, pero todos lo conocen como Spreen.
—Oh, ya veo —asentí comprendiendo—. ¿Y qué tan famoso es?
—MUY famoso —respondió, sacando su celular para abrir Instagram—. Tanto, que me sorprende que no lo conozcas. Hasta hizo un directo en la punta del obelísco.
—Tengo las redes de adorno —intenté excusarme—. No ando muy pendiende de las celebridades de hoy en día.
Me enseñó el perfil de su hermano por lo que aproveché y busqué su instagram en mi teléfono para seguirlo.
—Vivís en una nube vos, no conocés a nadie —rió—. Pero me dijiste que ya hablaste con él, ¿no?
—Sí, el lunes. De hecho si me dijo que era creador de contenido y así. Pero no pensé que era tan conocido.
—Bueno, ahora lo sabés —sonrió—. Esperemos que acepte. Así más personas se animarán a participar.
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❛ Ivan's pov ❜
Un ruido insistente en mi puerta me sacó del sueño. Apenas abrí un ojo vi la hora en mi teléfono; diez de la mañana.
¿Quién podría molestarme a esta hora?
Mi cuerpo todavía pesado se negaba a levantarse, pero el ruido no cesaba. Resoplé, me pasé una mano por el rostro y luego de dudarlo mucho arrastré los pies hasta la puerta.
Al abrirla, me encontré con Victoria, quien sin esperar entró como si viviera ahí.
—Buen día para vos también, eh —murmuré con la voz rasposa, cerrando la puerta mientras la seguía somnoliento.
Me dejé caer en el sillón, todavía intentando procesar que estaba despierto.
—Necesito tu ayuda con algo —dijo directamente, mientras inspeccionaba mi desordenada sala como si buscara un lugar donde sentarse.
—Pará, dame un segundo para entender qué está pasando, es re temprano todavía —contesté, frotándome los ojos—. No funciono sin café, y mucho menos recién despierto.
—No puedo creer que sigas durmiendo a esta hora. Son las diez de la mañana, Iván —contestó cruzándose de brazos, ignorando mi queja—, no es precisamente "temprano".
—Terminé stream a las cuatro de la mañana —expliqué y ella rodó los ojos.
—Sí, sí, bueno —finalmente tomó las cajas que estaban apiladas en el sofá y las dejó en la mesa para poder sentarse.
—¿Vas a hablar? —pregunté al verla dudar.
—¿Te acordás lo que te dije el lunes? —asentí—. Bueno, al final lo decidí y ahora estoy organizando un evento en el café.
—¿Qué tipo de evento? —pregunté, todavía intentando conectar las pocas neuronas despiertas.
—Ya te explico, pero primero, duchate y desayunemos. Yo invito, pero movete porque no pienso esperarte todo el día.
Rodé los ojos, aunque en el fondo agradecí que al menos iba a alimentarme. No había forma de pensar sin comida en el sistema.
—Bueno, dale. Dame diez minutos.
Victoria sonrió triunfante mientras yo me dirigía al baño. Otra mañana normal siendo manipulado por mi hermana mayor.
Y esta vez no tenía idea de lo que me pediría.
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Apenas entramos, el característico aroma a café recién hecho me despertó por completo.
Podía notar que el lugar se encontraba algo lleno. De hecho, no había lugar vacío en la barra o alguna mesa que estuviera libre.
Caminé detrás de mi hermana hasta llegar a su oficina. Al subir las escaleras me di cuenta que la decoración del piso superior era diferente a la del café, un poco más minimalista y moderna pero sin perder la frescura de las plantas.
—Pasa, y perdona el desorden. Las chicas están algo ocupadas —sonrió abriendo la puerta.
La oficina tenía una gran ventana que permitía la entrada de luz natural y era bastante espaciosa. Mis ojos se pasearon por el lugar, observando la cantidad de cajas y decoraciónes de navidad que estaban por todos lados.
—Ya llegué... —Vic habló dejándo su bolso a un lado de la entrada—. ¿Qué pasó aquí?
—Isa trajo más cosas de las que pensábamos —suspiró mientras se levantaba del suelo—. Hola, soy Abril, un gusto —me saludó la chica rubia y rizada.
—Iván —la saludé de vuelta—. ¿Qué andan haciendo?—. le pregunté a Victoria.
—Honestamente no tengo ni idea —respondió antes de mirar a su amiga—. ¿En dónde está Isa?
—Creo que en el baño —se encogió de hombros—. Ya terminó de diseñar los nuevos menús que le pediste.
—¿Posta? —dijo, sorprendida y se acercó cuando Abril tomó una tablet en su mano y comenzó a mostrarle algo—. Nah, dejáte de joder, están buenísimos.
Con curiosidad, me acerqué para ver de qué hablaban. Pero antes de observar por completo sentí algo chocar contra mi espalda.
—¡Perdón, no te vi! —me giré, encontrándome con la pelinegra—. Ah, sos vos, hola otra vez —sonrió.
—Hola, Isa —sonreí de vuelta.
—¿Qué hacen? ¿en qué momento llegaron? —dijo tomando la tablet que estaba en manos de Abril—. No se mira mi trabajo, aún no los termino...
—¡Pero así están increíbles! ¿Qué decís?
—Faltan algunos detalles —dijo mientras tomaba un lápiz táctil y se sentaba en la silla que era de mi hermana.
—¿Che, vos no me habías invitado a desayunar? —le dije a Victoria, quien asintió.
—Sí sí, ya te traigo algo así desayunamos tranqui, ¿o preferís ir abajo? —preguntó.
—Aquí está bien, hay menos gente.
—Bien. Abi, vení conmigo —la llamó y luego ambas salieron de la habitación.
Tomé un pequeño banco y me senté justo enfrente del escritorio.
—A Micha le agradaste mucho —comentó sin apartar su vista de la tablet.
—Definí "agradar" —dije, mostrándole las marcas de rasguños en mi brazo que me había hecho y que aún no desaparecían.
—Esa es su manera de demostrar afecto —sonrió.
—Entonces me amó —expresé con sarcásmo y ella asintió.
—Sip, de hecho, así se quedó cuando te fuiste —me enseñó una foto de la gatita mirándo por la ventana del café—. Estuvo así como veinte minutos, como si esperara a que regresaras.
—Puede que venga más seguido ahora, así no me extrañará tanto —sonreí—. De hecho, me re quedé pensando en lo que dijiste de adoptarla.
—¿Ah, sí? —levantó la vista, poniendo toda su atención en mí.
—No creo que sea tan mala idea después de todo —me encogí de hombros.
—Me alegra escuchar eso, posta —ajustó el marco de sus lentes a su nariz y carraspeó antes de hablar nuevamente—. Supongo que ya Vicky te contó todo.
—¿Todo? —fruncí el ceño y negué—. Lo único que me dijo fue que necesitaba mi ayuda con algo.
—Es que estamos planeando un evento benéfico navideño. Queremos recaudar fondos para los gatitos que rescatamos y también colaborar con una fundación que trabaja con niños con discapacidad.
Justo en ese momento Victoria volvió con la comida, se sentó a mi lado y le extendió un café el cual Isa recibió gustosa.
Comí mientras ellas me explicaban en que consistía el evento y cómo sería el método de recaudación de fondos.
—Está re piola todo esto, pero ¿yo que tengo que ver ahí?¿Cómo esperás que te ayude? —pregunté mirando a mi hermana quien no tardó en sonreír, esa sonrisa que me decía que estaba planeando algo que tal vez no me gustaría, pero que de algún modo me obligaría a aceptar.
—Necesitamos un Santa, pero no cualquier Santa. Un Santa que pueda atraer al público.
—Nah, bueno —me negué antes de que continuara.
—¡Por favor! Es lo menos que podés hacer. Además, es algo que te beneficiaría a vos también —intentó persuadirme, pero volví a negar.
—No voy a disfrazarme de Santa Claus.
—¡Dale, Iván! —me sacudió, como siempre que intentaba convencerme de hacer algo—. Imaginate la cantidad de personas que participarán cuando se enteren que vos estás ahí.
Suspiré y le di un último sorbo a mi café. Me encantaba la idea de un evento benéfico para navidad. De hecho, yo estaba planeando varios para hacer por mi cuenta en stream. Pero aún así no me gustaba nada la idea de disfrazarme, y mucho menos de actuar.
Porque sí, no solo se trataba de ponerme un disfraz de Santa y tomarme fotos con los niños, sino que también debía rolear de Santa.
—No se ve muy convencido tu hermano —dijo Abril.
—Solo lo está pensando, pero sé que aceptará. ¿No es así? —apoyó sus manos en mis hombros.
Volví a suspirar sabiendo que no tenía más opciones y finalmente asentí. No importa lo ridículo que fuera, siempre encontraba cómo convencerme.
Ella celebró y despeinó mi cabello cariñosamente.
—Animate, boludo. Sos stripper, no hay nada imposible para vos —levanté la cabeza al escuchar la voz de Isa.
—Streamer —corrigió Vic.
—Sí, bueno, eso —le restó importancia—. Supongo que ya has hecho cosas mas ridículas en internet. Disfrazarte de Santa no es lo peor que te va a suceder, es por una buena causa. Y, además... no creo que te veas tan mal —se acercó y colocó un gorro de navidad sobre mi cabeza.
Sonreí quitándome el gorro, mientras pensaba en que tal vez, ella tenía razón. Quizá no era tan malo.
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