🌕💙
El piano/órgano se podía escuchar día y noche. Las clases habían empezado y todo marchaba bien, en realidad.
Bob se encontraba sentado, usando los pedales para marcar las notas. Imp se había quedado a su lado todo el tiempo, indicándole con el metrónomo cuánto tiempo debía apretar y soltar para pasar a la siguiente nota. Bob aprendía rápido, pero faltaba pulir ese talento innato.
Eran las 10 de la noche, Imp parecía cansado. Después de todo, su ciclo de sueño jamás fue regular. A veces se quedaba hasta muy tarde despierto o se despertaba en medio de la madrugada para distraer su cabeza desordenada, llena de maldad y amor.
"-¿No te querrás ir a dormir? ¿Qué tal si dejamos la lección hasta aquí? Porque... tío, te ves como la mierda", dijo el conejo mientras miraba al demonio a su lado.
"-Soy yo el que da las órdenes aquí...", dijo el demonio de forma altanera mientras enderezaba su cuerpo para mostrar autoridad.
"-Venga, hombre... no podrás ser malvado si estás cansado", dijo el conejo usando una manipulación sutil, lo cual funcionó.
Imp cayó de lleno en la idea de irse a dormir únicamente porque habían apelado a su característica más básica. Parecía que todo en él se reducía a ser solo maldad encarnada, ¿verdad?
Imp se fue a dormir, se encerró en su cuarto, y gracias a eso, Bob pudo hacer lo que realmente quería hacer esa noche: irse de parranda lejos de esa mansión.
Apenas se aseguró de que Imp se había encerrado en su cuarto, simplemente se preparó para salir en silencio y desaparecer.
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Mientras iba en un taxi de camino a lo que era la gran ciudad, pudo pensar y aprovecharse del silencio para descansar por fin; porque sí, podía tener cierto cariño por su pseudojefe y amigo, pero a veces simplemente se cansaba de estar tan pegado a él. Imp era confuso de leer, a veces podía ser molesto y ruidoso, pero torpe y encantador, pero elegante y serio. Era agotador que Imp solo le hablara y pareciera depender de él. A veces se cansaba de escucharlo, y esa noche, estaba agotado, pero claro, tampoco podía dejarlo solo. Temía dejarlo solo...
La noche en el cielo se veía tan linda, con esa luna llena en el cielo que le recordaba a Imp, y por ende, que su libertad se terminaría cuando volviera nuevamente. Tal vez pensaba así solo porque estaba cansado... tan cansado...
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La fiesta iba genial: beber, conversar con otra gente y bailar con pulseras de colores que brillan en la oscuridad. ¡Esa sí que era vida!
Se sentía feliz, libre, sin ataduras, sin tener que cuidar a nadie, solo bailar, beber y desahogarse; un par de horas le bastaron para calmarse y dejar de estar estresado. Ya no estaba cansado y ya se sentía mejor.
Bob se encontraba en una mesa con unos desconocidos, apoyado en la mesa mientras cerraba sus ojos y suspiraba con tranquilidad.
"-Tío, esta fiesta se puso aburrida. Íbamos a salir ahora aprovechando la luz de la luna, ¿vienes?" preguntó un demonio de la mesa entre carcajadas.
"-Nah... ya tengo que irme a casa", dijo el conejo mientras se estiraba y daba otro suspiro tranquilo. "Tengo cosas que hacer", añadió de manera tranquila mientras miraba su reflejo en su vaso de cerveza antes de beber todo de un sorbo.
Mientras esperaba la cuenta, se quedó recostado en su silla, conversando con sus compañeros de mesa, aunque su cabeza estaba en otro lado. Estaba pensando de nuevo en Imp, en cómo ahora que estaba relajado, su mente volvía a estar en paz. Simplemente iría a casa y haría sus labores de limpieza y tomaría sus clases de piano con Imp.
Desconectarse de él de vez en cuando le hacía bien, le hacía reconsiderar las cosas y mantenerse tranquilo, pero luego pensó que Imp no tenía eso, Imp siempre estaba encerrado, siempre haciendo las mismas cosas, no tenía una actividad escapatoria. Pero luego pensó que todo eso no importaba porque... Imp era solo un demonio que pensaba en maldad, ¿no?
Aunque luego se puso a pensar en la nueva postura y actitudes que había estado mostrando Imp. Sí, seguía enfocado en la maldad, pero de alguna forma todo lo tomaba en serio, algo raro. A lo mejor, simplemente Imp había madurado, al menos así lo había pensado Bob todo este tiempo. Simplemente Imp había madurado, pero no del todo.
Le sorprendía que eligiera una canción romántica y tan bella, pero en realidad... en el órgano sonaba malvada, así que seguro solo la eligió por eso...
Bob pidió un taxi y esperó para volver a casa.
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En el taxi iba con la cabeza gacha, somnoliento y relajado, intentando dormir un poco aprovechando la quietud de la noche. Aunque el conductor en algún punto comentó algo que lo despertó del todo.
"-Qué raro... la luna brilla con un tono azul, es lindo, pero raro..."
Bob se incorporó algo atónito, sin haber despertado del todo, se asomó por la ventana del vehículo y la vio, aquel satélite natural iluminado por una luz azulada de tonalidades zafiro en medio de la penumbra y oscurecida madrugada.
No se sentía como algo negativo, sino como un espectáculo hermoso... un pensamiento fugaz cruzó por su mente: "Imp debería ver esto".
Y cuando llegó a casa, bajándose del taxi, lo escuchó: una voz melodiosa y grave, dolorosa y melancólica, con las "S" marcadas y convirtiéndose en "Z", un inglés cantado con un suave acento español.
Pero no era solo la voz, el órgano estaba siendo tocado de una forma magnífica mientras se marcaba cada nota en el instrumento. Era hipnótico, un espectáculo más que hermoso, la imagen completa de una luna llena resplandeciente con un brillo azul tenue y la balada sonando de fondo. Solo que... en vez de hablar sobre un poema y su creador, hablaba de... amor, un amor doloroso, casi... se sentía horrible, más que amor, era dolor.
Bob lo recordó, las notas que le había dado Gatocosa. Creía que esos garabatos hablando de amor solo eran una broma, pero ahora... supo que era en serio, y lo supo de una manera que lo hizo enternecer.
Identificó de dónde venía el sonido, venía... venía de la terraza del jardín, cerca de la oficina de Imp.
Se había quedado plasmado por tanto tiempo escuchando la melodía y viendo el resplandecer de la luna que cuando esta dejó de sonar y su corazón dejó de doler simplemente se desplomó.
Su respiración entrecortada... su mirada nublada. Levantó la mirada mientras iba en dirección a ver el balcón desde el patio, pasando por el lado de la casa y descubriendo que ya no había nada.
El resplandor de la luna y la dulce melodía ya no estaban, solo... se escuchaban los grillos, y la luna brillaba con su luz regular. Aunque de fondo se podía escuchar cierto murmullo... proveniente de aquella terraza.
"Así que lo que siente es real...", pensó Bob un poco desconcertado. No se podía imaginar que Imp podría sentir a profundidad sentimientos como esos. Pero luego pensó que... claro que tenía todo el sentido que Imp se comportara así.
Siempre fue un pequeño dramático y muy llevado por sus ideas, pero ahora algo era diferente. Era más concentrado y serio, más metódico, pero seguía siendo un narcisista, aunque ya no tanto. Antes solo hacía una idea sin planear nada, y ahora... se pasaba días y noches planeando y buscando que todo le saliera bien.
Imp estaba cambiando, mostrando un lado más maduro y serio. Y recién lo había asimilado... Imp estaba enamorado...
"-Yo... tengo que recostarme...", dijo el conejo suspirando con pesadez y cansancio. Había sido una noche demasiado cargada de emociones para alguien tan tranquilo como él.
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