Capítulo 7
Yeosang parpadeó perezosamente antes de mirar a su alrededor, su habitación estaba a oscuras y tenía un libro abierto sobre el pecho.
¿Qué día era?
El reloj en su mesita de noche parpadeó con una hora tardía, las tres de la madrugada. Correcto. Era la madrugada del martes, en unas cuantas horas tendría que levantarse para llegar a tiempo a su clase.
Solo quería acurrucarse sobre sí mismo y no salir de esa cama nunca más. Los días se habían vuelto difíciles desde la carrera de plenilunio y por primera vez no siendo culpa de los alfas molestosos, sino de alguien más.
Jongho.
Sí, otra vez tenía problemas por culpa del lobo más joven de su pequeña manada, pero no eran los mismos problemas de la otra vez, ahora era algo mucho más profundo.
No terminaba de entender por qué su lado omega lo obligaba a mantenerse a su lado y buscar cualquier tipo de contacto, pensó que fue porque vio su forma de lobo y después que le preparó tteokbokki... ¡hasta que se dio cuenta de que no tenía sentido!
Sí, Yeosang quería volverse cercano a Jongho, pero no porque su lado omega lo volviera un sensible melancólico si no lo tenía cerca. ¡Era una locura! Día tras día se encontraba a sí mismo tomando su mano o recargándose contra su hombro. Jongho fue amable, lo suficiente para no decirle que se detuviera, pero sí arqueaba las cejas con curiosidad cada vez que Yeosang se acercaba demasiado.
Necesitaba ayuda.
Eso fue todo lo que pensó antes de caer de vuelta al sueño.
Horas después cuando el sol salió y era hora de marcharse a la universidad, Hongjoong llamó a Wooyoung y a él a su despacho.
Yeosang abrazó la mochila sobre sus piernas, mirando distraídamente el despacho de su líder e ignorando a Wooyoung que estaba a su lado mostrándole alguna bobería en el teléfono.
Otra vez su cabeza estaba en las nubes.
Hongjoong entró por la puerta a paso apresurado, no parecía haber dormido en lo absoluto. Yeosang frunció sus labios para no decir lo evidente, pero Wooyoung se adelantó:
—Sabes que tenemos clases en menos de media hora. ¿Qué clase de alfa líder eres? Mira que estar descuidándonos así... —Wooyoung se quejó dramáticamente.
—Cierra la boca, Jung. Están aquí porque debo informarles algo importante, de otro modo solo los dejaría ir. —Hongjoong frunció el ceño, era obvio que no estaba feliz, sino más bien preocupado. Tanto Yeosang como Wooyoung comprendieron que no era el momento de bromear—. Anoche llegó un lobo herido al Santuario... venía de la manada Namyangju.
La mochila casi resbaló de las manos de Yeosang.
— ¿Q-Qué? ¿Por qué...?
¿Por qué ese maldito lugar otra vez? Yeosang no podía comprender cómo una manada pequeña podía albergar problemas tan grandes. Primero el gran incidente de Namyangju que casi puso en riesgo la paz de toda la comunidad de lobos y ahora esto.
—No lo sabemos, se negó a hablar anoche, así que intentaremos que nos diga qué demonios le sucedió para terminar en ese estado y por qué no quiere regresar a su manada mientras lo protegemos. —Hongjoong los señaló preparándose para darles una orden—. Lo que trato de decir es que desde ahora todos deberemos tener cuidado, no me importa si son alfas, omegas o betas, se movilizarán en grupos hasta que comprendamos qué sucede en Namyangju.
O sea... debían protegerse como manada de una amenaza desconocida.
— ¿El Santuario seguirá funcionando? Puede que sea problemático...
Wooyoung guardó silencio al notar que su temor estaba hablando por él. Todos sabían que cerrar el Santuario era mucho más que imposible, solo acabarían por provocar más pánico en su mundo.
El Santuario era un punto de paz para todos. Existía un pacto silencioso entre todos los pertenecientes al bajo mundo que dictaba que jamás se atacaría al Santuario ni a quienes estuvieran bajo su resguardo.
Yeosang buscó a tientas la mano de Wooyoung, entrelazando los dedos y apretando un poco. Ambos comprendían que las cosas se volverían tormentosas de ahora en adelante.
Hongjoong suspiró.
—Comprendo que les preocupe, pero el Santuario deberá seguir funcionando ahora más que nunca. Somos el único lugar donde los lobos perdidos pueden llegar... y de seguro habrá algunos. Sin embargo, no pienso obligarlos a hacer nada, si quieren dejar de trabajar en el Santuario hasta que todo vuelva a la normalidad pueden hacerlo.
Uhm...
Yeosang inhaló profundamente. No quería sentirse ni cobarde ni confiado, solo sabía que podía defenderse por su cuenta en caso de que alguien le atacara, pero temía que esa certeza le costara el cuello.
—Yo... creo que seguiré trabajando por ahora, pero si las cosas se complican es probable que me retire. —Yeosang murmuró por lo bajo recibiendo la atención de Hongjoong en él—. Es decir, ahora tengo a Jongho conmigo así que no me siento en peligro, pero tampoco quiero ser imprudente.
—Es comprensible. —Hongjoong aceptó sin inmutarse—. Pensé en eso también, saben que funcionar como un bar es solo una tapadera para el ojo humano, pero si las cosas se complican entonces "cerraremos" el bar. Sin embargo, seguiremos prestando los servicios del Santuario a quienes lo necesiten.
—Entonces me necesitarás de todas formas. —Wooyoung pareció recuperar un poco de la confianza que perdió hacía unos minutos—. Ya sabes, el santuario es protección y sanación. Estoy con los guardias, así que formo parte de la protección.
—No te estoy obligando.
—Me quedaré.
—Pero por tu decisión.
—Claro que sí.
—Espero que no me reproches luego.
—Nop. No lo haré.
Hongjoong miró a Wooyoung con los ojos entrecerrados antes de fijarse en Yeosang.
—Confío que me dirás si Wooyoung se está exigiendo demasiado, estoy seguro de que no me lo dirá por su cuenta. —Yeosang asintió y Wooyoung les gruñó una grosería—. Mi prioridad ahora es la protección del Santuario y mi manada, pero no pienso sacrificar uno para salvar el otro. Si se la situación les sobrepasa entonces se retiran.
Yeosang asintió.
Bueno... parecía que su mundo no dejaría de ponerse patas arriba.
—Gracias, hyung.
—No hay de qué. Pueden retirarse ahora o Luna me matará si llegan tarde por mi culpa.
Wooyoung soltó alguna broma sobre lo que dijo Hongjoong, pero Yeosang no consiguió prestarle atención del todo. Durante el camino hacia su universidad no pudo hacer más que recordar lo que hablaron con Hongjoong, la llegada de un lobo de Namyangju herido era como el anuncio de una temporada muy problemática para todos.
Yeosang apenas fue exiliado de su manada cuando el desastre de Namyangju sucedió. Recordaba estar aprendiendo de Seonghwa como realizar algunos tragos cuando unos lobos llegaron asustados en busca de Hongjoong para contarle unas noticias terribles que escucharon de la manda de Seúl norte.
Justo como esperaba, su alfa líder lo compartió con ellos.
La compañera y el único hijo del alfa líder de Namyangju desaparecieron de la noche a la mañana, y no solo ellos porque semanas más tarde encontraron los cuerpos de dos de sus alfas ayudantes casi en los límites del territorio de Namyangju. Varias de las personas cercanas al alfa líder de Namyangju murieron en menos de un mes.
Algunos alfas líderes de otras manadas se ofrecieron a investigar, pero el alfa líder reclamó que no confiaba en ninguno de ellos, alegando que esos asesinatos solo se veían en la época oscura cuando las manadas peleaban por poder y siempre atacaban lo más importante para un alfa líder.
En otras palabras, el alfa líder de Namyangju acusó abiertamente que una manada atacó a las personas más importantes de su vida en busca de arrebatarle el poder.
Fue aún peor cuando finalmente encontraron el cuerpo torturado de su esposa cerca de Hanam, varios kilómetros lejos de la manada de Namyagju.
Eso fue suficiente para que todos comenzaran a desconfiar los unos de los otros, temiendo que la época oscura regresara en tiempos modernos.
En un principio pensaron que el mismísimo líder podía ser culpable, pero no encontraron ninguna prueba que lo involucrara. Al final todo acabó como un misterio, avivando rumores aterradores como que las peleas entre manadas habían regresado o que los mismos miembros de esa manada estaban encubriendo un caso aún más grande.
Era terrorífico.
Wooyoung le tocó la cara con los dedos helados.
— ¿Hm?
— ¿Solo harás ruiditos? Te quedaste en silencio todo el camino, ven. —Wooyoung sostuvo su mano y le hizo caminar hacia la cafetería de la universidad, Yeosang estaba demasiado ido como para protestar—. Bebamos algo dulce, ¿sí? No es un buen momento para entrar en pánico, tenemos los exámenes finales respirándonos en la nuca.
Yeosang esbozó una pequeña sonrisa.
—Son demasiadas cosas para pensar.
—En este momento no quiero pensar en ninguna. Espero hablar con San esta noche, me temo que puede preocuparse si se entera por Hongjoong que decidí seguir trabajando como guardia incluso si cerramos el bar. —Wooyoung hizo una mueca, seguramente anticipando que su alfa medio dramático haría un gran escandalo por eso—. Hablando de alfas, ¿cómo vas con tus problemas amorosos?
Yeosang se encogió de hombros.
—Creo que se acabó el asunto alfa, si es destinado o de medianoche da igual, necesito concentrarme en mi seguridad al menos por ahora.
— ¿Qué harás con los regalos del alfa anónimo?
—Me los quedaré, de todas formas, no tengo forma de devolvérselos. ¿Crees que seguirá con esto a pesar de la situación en Namyangju?
Wooyoung farfulló por lo bajo.
—Por supuesto. Se ve como alguien bastante persistente, sobre todo porque sigue entregando los regalos en un día que no debería sin siquiera saber si los estás aceptando o no.
Yeosang tenía que darle la razón en eso. El alfa de medianoche podía hablar como una persona sofisticada y elegante a través de esas notas con letra bonita, pero parecía bastante impulsivo.
Una vez fue su turno de ordenar Yeosang se decidió por un late grande y agregó un par de galletas por la insistencia de Wooyoung, aunque se sentía demasiado angustiado como para comer algo.
Pasó la tarjeta, pero el decodificador resonó en negación. Wooyoung tarareó a su lado.
— ¿Pusiste el dinero de este mes?
Yeosang hizo una mueca de decepción. Otra vez olvidó la única tarea importante que tenía.
—No lo hice, lo olvidé.
—Eres un bebé. —Wooyoung lo hizo a un lado y probó su tarjeta para pagar la orden, pero también fue rechazada—. Oh, mierda. Lo olvidé también.
Yeosang lo miró con ojos entrecerrados.
—Eres un bebé.
—No uses mis palabras contra mí.
Yeosang suspiró resignado a revisar en su mochila por algo de efectivo mientras evadía la mirada acusadora del cajero. Estaba tan distraído contando monedas que no se percató de que alguien se acercaba, al menos hasta que sintió una mano firme descansando en su cintura y escuchó el sonido tintineante del pago realizado.
Frunció el ceño con disgusto. Sea quien sea el estúpido que se atrevió a pagar por él no pensaba agradecerlo, mucho menos cuando lo abrazaba tan descaradamente.
—Luna les ordenó poner dinero en sus tarjetas de la cafetería ayer.
Se tensó tanto como la cuerda de un arco al escuchar esa voz en su oído. Rápidamente giró hacia el costado para encontrarse con los ojos oscuros que le recordaban a las frías noches de invierno, congelándolo de pies a cabeza. En un momento era solo su imaginación y al otro era real junto a él.
Jongho estaba allí sosteniéndolo como solo haría en una loca fantasía.
—Oh, un caballero de armadura plateada. —Wooyoung tiró de su mejilla y Jongho golpeó su mano para librarse de su agarre—. Gracias por ayudarnos. ¿De dónde apareciste? ¿Ahora nos espías o algo así?
Jongho quitó su mano de su cintura permitiéndole respirar, no pareció notar el cortocircuito en la cabeza de Yeosang porque solo tomó la bandeja con los cafés en una mano y se alejó del mostrador. Wooyoung lo empujó para sacarlo de sus pensamientos y hacerlo seguir al beta.
—Eso fue caliente, ¿cierto? ¿Qué comen los niños de hoy? —Wooyoung le murmuró en un tono que estaba lejos de ser bajo.
—Fue... bastante genial, pero no lo digas así.
—Meh, ni siquiera está escuchando.
—Los estoy escuchando.
Yeosang se sonrojó hasta las orejas.
Ay.
Jongho dejó la bandeja en la mesa donde dejo su computadora portátil, esperando a que ambos omegas se sentaran antes de hacerlo él. Wooyoung se apresuró en entregarle su late antes de tomar su propia bebida.
—Gracias por invitar, Jjong.
Jongho le frunció el ceño mientras sorbía de la pajilla de su americano helado.
—No invité, solo estaba bebiendo algo aquí cuando los vi en problemas. Me deben dinero.
—T-Te pagaré cuando lleguemos a casa. —Yeosang prometió por lo bajo.
Jongho lo miró largamente y negó.
—No quiero tu dinero. —El beta pareció un poco derrotado por un segundo antes de desviar la mirada—. Solo sean un poco más responsables con ustedes mismos.
—Y por eso adoro que tengamos alguien tan confiable como tu en nuestra pequeña manada. —Wooyoung lo arrulló como haría con un niño, algo que siempre hacia para molestar a Jongho—. ¿Quieres una galleta?
—Odio los dulces.
—Eres un amargado.
Yeosang frunció los labios. Jongho no le parecía un amargado, solo era muy maduro para su edad, demasiado inteligente y bastante genial, así que hacía que los demás se vieran un poco sosos a comparación.
Ups. Ahí iba otra vez pensando sobre Jongho en una escala mayor a la que debería.
En serio, ¿qué demonios?
— ¡Jung Wooyoung!
Antes que Yeosang pudiera seguir ahogándose en sus confusiones el grito espantoso de una chica corriendo a toda velocidad le alertó. La pobre muchacha traía unas ojeras considerables y una trenza que apenas conseguía mantener sus mechones de cabello juntos.
Wooyoung sonrió culpablemente hacia ella.
—Hola.
— ¿Hola? ¡Tenemos una presentación en quince minutos! ¿Qué demonios haces bebiendo café aquí? —Ella debía de las compañeras humanas de Wooyoung, una muy estresada al parecer. Ni siquiera dejó al lobo explicarse antes de acercarse y agarrarlo por el brazo para levantarlo—. ¡Más te vale haberte preparado!
— ¡Por supuesto que lo hice! ¿Es que acaso no puedo beber un café para los nervios?
— ¡No!
Jongho se rio burlonamente de Wooyoung.
—Suerte, hyung.
—Oh cállate, Jongho.
Yeosang solo levantó incómodamente el pulgar hacia su mejor amigo en un intento de mostrarle su apoyo mientras se lo llevaba el diablo, casi literalmente hablando.
Y eso lo dejaba junto a Jongho. Solos. En una mesita.
Ay.
Yeosang bebió un pequeño sorbito de su café, arrepintiéndose al instante porque estaba demasiado caliente y debió alejar el vaso rápidamente para abanicarse la boca con la mano.
—Bebe.
Yeosang miró hacia el frente. Jongho le estaba ofreciendo de su propia bebida, así que no se lo pensó mucho y se inclinó para tomar un sorbo de la pajilla. El liquido frío fue suficiente para calmar el ardor, pero el amargo bailando en sus pupilas le hizo arrugar la nariz.
— ¿Por qué bebes esta cosa amarga y helada? ¡Es invierno!
Jongho entrecerró sus ojos hacia él.
—Y eso es lo que gano por invitarles a un chico lindo y su amigo un café.
—Yo... uhm...
Ahí se iban por la borda sus intentos de tener una conversación normal con él.
Yeosang sabía que sacar las cosas de contexto era solo su culpa, Jongho solía coquetear a modo de broma algunas veces. Soltaba frases muy malas o guiñaba para burlarse de los otros chicos, pero últimamente Yeosang se encontró siendo blanco del coqueteo burlesco más veces de las que esperaría.
Jongho lo miró con algo de preocupación.
—Perdón, no debería bromear contigo ahora. —Jongho pareció confundir su paranoia con temor, pero Yeosang no pensaba corregirlo—. ¿Estás asustado, hyung? Ya sabes, por el lobo de Namyangju.
— ¿Tú no?
Jongho sonrió, pero no era felicidad. Fue más como una mueca que intentó ser conciliadora.
—Por supuesto que lo estoy, si vuelve a suceder otro incidente de Namyangju nuestro mundo estará revuelto, pero no gano nada sumiéndome en el pánico por cosas que no han sucedido. —Jongho, siempre sensato y audaz, consiguió poner algo de sentido en su revoltosa cabeza—. Además... debo ser fuerte si quiero protegerte.
— ¿Q-Qué?
—Bueno, por culpa de alguien estoy atrapado en el puesto de escolta y debo hacer un buen trabajo. ¿No? —Jongho lo miró acusatoriamente, pero sin quitar ese tono divertido en su voz.
—Tú aceptaste escoltarme.
—Lo hice.
—Entonces no te quejes.
Jongho rió, Yeosang intentó ocultar su vergüenza mirando cualquier cosa al azar.
—Solo cuídame las espaldas también, hyung.
— ¿Uh?
—Se supone que ahora nos movilizaremos en grupos, estamos juntos porque soy tu escolta, así que te confío mi seguridad a ti también.
Yeosang sintió que su corazón se disparaba en un ritmo más rápido que antes. No era justo que intentara poner sus ideas en orden y que este lobo beta decidiera derrumbar todo con palabras lindas.
Y es que... podía jurar que sus propios ojos brillaban por la emoción. Desde siempre fue invalidado por su condición omega, los alfas vivían con ese ridículo sentido de ser "protectores ideales para omegas débiles" lo que lo hacía sentir enfermo. Yeosang supo desde la adolescencia que era tan fuerte como cualquier otro lobo y aun así debió vivir desacreditado, siendo considerado débil y bonito.
Pero Jongho era diferente.
No lo invalidaba, creía en él. Lo suficiente para confiarle su vida.
—Oh, claro. Confía en mí, haré todo lo posible para protegerte también.
Yeosang le sonrió con profunda felicidad, aunque hubo una segunda voz en su cabeza que le gritó que se estaba metiendo en otro lío mucho peor.
Porque claro, no se conformaba con joderse la cabeza con el dilema alfa y lo que sea que estuviera ocurriendo en su mundo, sino que ahora también quería sumar sus confusos sentimientos por Jongho a la ecuación.
Oh no.
Dos actualizaciones en una noche, woah.
Tengo mucho sueño, pero últimamente solo tengo pesadillas así que mejor me quedé escribiendo esta actualización.
¿Hablemos un poquito de Midnight Alpha? Me encanta como tod@s estan creando sus teorías, amo, amo.
Este es un fic que vengo escribiendo desde diciembre 2020, los primeros capítulos fueron escritos por esas fechas y la guía también, por lo que no se extrañen si de pronto me pongo navideña. Sí, navidad en mayo. Es que quería que fuera un fic de invierno y en Corea hace frío en navidad, estaba jodida por todos lados. Jaja.
Los betas sienten aromas, pero en menor medida. Según Wooyoung es normal que un beta se vuelva demasiado consciente de un aroma si el alfa-omega está pasando por una emoción fuerte. ¿Pero a Jongho solo le ocurre eso con Yeosang? Raro.
El alfa líder de Namyangju es el gran enigma aquí, al escribir sobre él dejé un pequeño detalle que espero noten justo como hicieron con lo de los aromas. Vamos a resolver esto juntitos ah. <3
Hongjoong sabe mucho más de lo que aparenta. Qué sexy ahre.
Por cierto, ¿por qué se paniquearon tanto por Jongho dandole un besito volador a Yeosang? Este hombre se la pasa coqueteandole hasta por sí respira, es solo algo muy libra de su parte.
Y listo, no quiero divagar más. Gracias a los que leyeron mis notas al pedo.
Besitos nocturnos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro