Desde aquel rincón de casa podía verlos a todos. Analizaba minuciosamente sus acciones, sentía aquellas emociones que día a día demostraban. Sus actividades se guiaban por rutinas que ya había conseguido percibir desde hacía tan poco tiempo en que vivía ahí.

Vivía rodeada de hermanos mayores que darían la vida por su familia, incluso por aquellos que no lo fueran totalmente.

Prefería quedarse ahí, en su esquina. Un lugar perfecto donde aquel librero bloqueaba perfectamente la luz que se colaba por la ventana; le molestaba la luz en sus ojos, en parte era por esa razón que se quedaba ahí gran parte del día. El resto era para tomar siestas, comer y que su madre le diera un baño.

Y no, ella no actuaba así por ser una bebé. Quizás Lust los tratara como si lo fuesen, pero ella ya tenía seis años y sabía usar sus poderes, más que nada aquellos tentáculos de oscuridad que a veces empleaba para subir al sofá por su cuenta. Ella tenía muy en claro que no era una esqueleto pequeña, quizás en estatura, pero su actuar era por otra razón y no la edad: proteger a su familia.

No dormía bien por las noches hasta no asegurarse que él, su padre, se mantendría alejado de sus seres queridos. Incluso a veces escapaba de casa por las noches para alimentarse como era debido.

Amaba las emociones negativas, no iba a negarlo, pero jamás aceptaría las de sus familiares; incluso aunque gracias a eso era por lo que se mantenía bastante débil durante el día, y ocupaba conseguir de ello con tal de mantenerse con fuerza suficiente para lidiar con su otra familia.

Demise siempre molestando a Zet, era odioso, Nightmare atormentando a sus padres sobre la horrible experiencia que vivieron con Kibou… en verdad que los odiaba. A ambos.

¿Y quién debía lidiar con todo ello? Por supuesto, ella.

Ya que desde pequeña pasaba desapercibida no le costaba nada ocultarse como siempre y dejar que su magia se encargase de deshacerse de aquellas heridas que claramente su hermano mayor Demise le hacía. No le importaba, con recuperarse y mantener la paz en casa le era suficiente.