12
Delirium observaba las marcas en las piernas de la menor. Killer había "jugado" con ella, tan brusco como sabía; y terminó hiriéndola nuevamente... pero esas marcas tenían una forma tan precisa que automáticamente él volteó a ver a su media hermana, quien seguía con la cabeza agachada.
— Tienes que estar de puta broma...
— Te dije que puedo sanarme sola—musitó con un tono de voz tan bajo y débil que sólo conseguía darle pena al mayor, quien suspiró molesto frotando su sien.
— Ya deberías, a estas alturas, entender que hacer este tipo de cosas está mal, ¿qué acaso eres estúpida? ¿Por qué aún te cortas tus huesos? Eres demasiado pequeña y débil por gastar tu magia en sanar tus heridas, entonces nunca podrás ser capaz de nada; ¿acaso quieres depender de otros siempre, idiota?
— ¡¿Y eso a ti qué te importa?! ¿Quieres hacerme sentir mejor o peor? ¡Porque con insultos no lograrás lo primero!—Delirium la molestaba más de lo usual, siempre haciéndola sentir como mierda, lo que la sacaba de quicio.
Guardaron silencio un momento, en lo que Delirium la empujó sobre la cama poniéndose sobre ella; Midnight se asustó, comenzando a disculparse enseguida cubriendo su rostro con sus brazos. Delirium fácilmente logró descubrir su rostro antes de mirarla serio. Midnight quería llorar, pero no pudo hacer más que aferrar sus pequeñas manos a los brazos del mayor, intentando alejarlo.
Cosa que no consiguió...
Gimió bajo en medio del beso, siendo ésa la señal para que el chico se separara de ella dejándola recuperarse entre pequeños jadeos a la vez que le limpiaba de la poca saliva que llegó a escapar de bocas de ambos. Con suavidad acarició el rostro de la pequeña antes de volver a besarla; ése era el único modo en que la mantenía tranquila, pues últimamente su agresividad aumentaba... efectos de pasar tanto tiempo en un ambiente tan horrible. Y él no quería eso... él quería esa dulzura que desde el primer momento que la conoció había caracterizado a esa niña.
Se habían quedado en silencio; no uno incómodo esta vez.
Ambos recostados al lado del otro, sólo mirándose fijamente con muy leves sonrojos en sus rostros. Delirium suspiró, levantándose de pronto a lo que la menor entendió por completo lo que haría y pareció entristecer, aunque una suave caricia en su cintura seguida de un beso en el dorso de una de sus delicadas manos la hizo relajarse nuevamente.
— Por favor ten cuidado...
— Trataré... tú descansa; si alguien intenta lastimarte, esta vez estarás a salvo—comentó sintiéndose más débil a lo usual, pero verla asentir fue suficiente para él.
Si por protegerla debía intercambiar almas en su ausencia, claro que estaba dispuesto a hacerlo; cualquier cosa por el bienestar de la menor... valía la pena.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro