Viggo Mortensen se tomó muy en serio su papel de Aragorn en El Señor de los Anillos. Se implicó mucho con el personaje y con el entrenamiento, llegando a romperse un diente con una espada.

Lejos de asustarse, el actor se aplicó pegamento para volver a colocar el diente roto y continuar con el rodaje. Otro dato para demostar su talento a la hora de ponerse en la piel de su personaje y su método para disfrutar de su papel, es que el actor portaba su espada en todo momento (cuando iba al restaurante, en coche ...) e, incluso, dormía con ella.