Clara, es una mujer muy hermosa, pero desde que vive con Miguel vive bajo un trauma inacabable; si hace molestar a Miguel por cualquier cosa por más mínima que sea él la golpeará: si la comida esta muy fría o muy caliente es una paliza, si la comida esta muy simple o le falta sal es una paliza, si la camisa o el pantalón están arrugado eso es causante de un nuevo moretón.
Así es la vida miserable de Clara.
Pero Clara ya se cansó.
Ha despertado muy temprano este lunes en la mañana, ha hecho el desayuno con una suprema felicidad, la noche anterior ha hecho el amor con Miguel como cuando eran jóvenes llenos de pasión, lujuria y amor.
Miguel baja a la cocina a tomar su desayuno para ir a trabajar, hace años que no tenía buen sexo salvaje con su mujer sin necesidad de golpearla. Se siente satisfecho, como el macho que es.
Con una sonrisa angelical toma su desayuno sin saber que una gran cantidad de veneneno en el a vertido su mujer.
Clara desde el otro lado de la mesa puede a ver como su marido comienza con espasmos y convulsiones provocados por el veneno en su efecto fatal.
Y mientras que Miguel con desespero la ve, Clara con mucha alegría le dice: “Feliz desayuno amor, te amo tanto. Pero hoy ya lo nuestro termino.”