Celia estaba hinchada como un globo. Su barriga, dura y palpitante. 

Necesitaba sacar esa vida que empujaba desde su interior, darla a luz, lo que le llevó agonizantes horas de esfuerzo, pero lo consiguió. 

El alba despuntaba cuando terminó de escribir su preciado manuscrito, y se permitió sostener las hojas recién teñidas de tinta sobre su pecho para sentir el corazón de sus letras, el contenido de su alma hecho obra. 

Solo cuando no le quedaron palabras por pasar al papel, su vientre se retrajo hasta quedar liso como el día anterior.

*

Notas de la autora:

Hey, aquí Anabel. Gracias de nuevo por estar aquí 🙇‍♀️

Mucha gente no entendió el mensaje de este microrrelato cuando se los leí por primera vez, ¿ustedes lo adivinaron? 

En todo caso, entiendas lo que entiendas, creo que sigue siendo uno de mis relatos favoritos hasta la fecha...

Si te ha gustado este microrrelato, me harías muy feliz si le dieras tu voto. Pero si quieres hacerme la mujer más feliz del mundo, déjame un comentario. Permíteme charlar contigo y conocerte 👩