Martes catorce de Febrero. Todo el mundo está comprando y disfrutando del amor. Yo, en este preciso instante, estoy recogiendo lo que queda de mi vida de entre las cenizas de lo que fue mi casa. Ya ni lloro porque no tengo lágrimas, las gasté todas. Por fortuna no hay nadie herido, ni siquiera el gato. Si la cosa hubiera sido diferente, al técnico que nos mintió y engaño en la reforma se le iba a caer el pelo.
Lo único que puedo sacar en positivo de todo esto es que uno de los bomberos, Raúl, se ha ofrecido a ayudarme en todo lo que pueda. Ojalá sea cierto.
 
Tres años después.

Pues la cosa es que hoy es viernes catorce de Febrero.
¿Adivináis con quién estoy?
Si, si, si.
❤️Raúl❤️