De la nada volteo a ver a mi niña, mientras tengo en mi mano a mi otro hijo.

- Saca otro ticket - le pido a ella, quien me mira intrigada.

Lo hace presta a obedecerme, a pesar de verme los otros dos tickets en la mano, ya que por lo general son los únicos que siempre compro.

La veo caminar hasta la máquina expendedora de ticket.

Apurándose para tenerlo listo, antes de que llegue el bus que nos llevará a destino.

Llega el bus y nos montamos en las primeras sillas, esperando a que se llene para movernos, al fin empezamos el viaje de regreso.

Este hace su primera parada y la sensación que tuve momentos antes, se vuelve realidad, cuando los oficiales suben exigiendo los pagos y llevándose a los impago, para sancionarlos.

Respire profundo, mi sexto sentido me alertó de sufrir las consecuencias, si no compraba ese último ticket, que por lo general no hacía uso de él.