
La ribera
El sol se hallaba recostado sobre el horizonte. En el cielo se apreciaba una preciosa mezcla de tonalidades de amarillos, rosas y turquesas. Las palmeras se mecían con el leve soplo del viento. Se oía el sutil susurro de la brisa y el constante ir y venir de las heladas y cristalinas olas del mar. Éstas empapaban la fina y blanca capa de arena que se acumulaba en el suelo.
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