Corriente
Rinem, la piloto espacial, había estado casi tres años por el espacio en busca de lo que había sido una corriente, llamada HIPERMAK. Más bien, una estructura espacial. Uno podía estar a salvo de la velocidad de la luz si usaba un motor atómico, pero el hiperespacio era eficiente, y aún así difícil de navegar para los primeros que lo usaron y así moverse más rápido que una partícula lumínica.
Una HIPERMAK corregía errores de cálculo humano, algo que las computadoras hacían, pero no eran capaces de abrir una hiper-nova. Es decir, una grieta de entrada al hiperespacio. Sin embargo una HIPERMAK podía hacerlo posible.
La piloto y sus antiguos hallazgos espaciales, una nave de hiperviaje la llevaba. Los llevaba. Rinem se encogió de hombros entre el asiento y los controles de la nave; de pronto una voz le envolvió desde la oscuridad:
-Deberías conducir, la corriente está cerca.
-No es cierto, ninguna lo está.-dijo Rinem.
-No estas segura, además, la última luz de hiper-nova que vimos fue hace una semana.
-Pudo haber sido cualquier cosa si la computadora no lo detectaba. Un quásar, quizá. En fin, la despensa se vacía y no estamos ni cerca de encontrar un punto de referencia.
-Entonces debes seguir conduciendo.-dijo la voz.
-¿No ves que tampoco tenemos una reserva de combustible infinito?-le respondió Rinem, impaciente.
-Sé que no. Pero si estamos perdidos..., ¿qué más nos podría pasar? En medio de la nada no hay algo que la computadora nos diga que es peligroso. Y avanzar nos permite llegar a algún lugar sin consumir demasiados recursos para un viaje largo.
-Me da igual.
-Además, ¿cuántos quásares hay en el cielo?
-¿Qué?-preguntó, extrañada.
-Sólo pregunto.
-Pues no soy algo parecido a una computadora espacial.
-Has estado en el espacio demasiado tiempo, más del que un piloto debe estarlo. Eres de las pocas personas que se han adentrado tanto ¿y un pedazo de metal te puede detener?
-No es sólo un pedazo de metal si te refieres a la HIPERMAK.
-Me refería a la nave.
La piloto se apartó y caminó por los pasillos estrechos mientras crujía sus manos. Luego dirigió su mirada hacia el cristal frontal de la nave que repetidas veces observaba uno cuando iba a aquel segmento del lugar. Luego del cristal, había un lugar oscuro y escalofriante cuando alguien era arrojado o se perdía mientras recorría distancias astronómicas, pero bello cuando una HIPERMAK usaba vórtices de más de cuatro dimensiones que llevaban de manera suave cualquier objeto por el universo; en aquellos momentos de tranquilidad, por fuera todo era oscuro como si fuese un cosmos totalmente quieto.
-Debes esperar lo mejor cuando vas a la velocidad de la luz, y cuando no, pues también.-dijo la voz que aún hablaba tras de ella.
-Con permiso-dijo Rinem, con voz algo ronca-No pienso morir en medio de la nada. Y si lo hago no será gracias a mi propia nave. Prefiero que no sea una muerte predecible.
-En estos momentos uno solo debe avanzar.
La piloto, con gotas de sudor bajando por el cuello, tomó los controles bruscamente y configuró todo gracias a la computadora. Aquel rumbo no había sido planeado, sino elegido al azar. Los propulsores se unieron en una mezcla de rojo y naranja brillante de la ignición. Para cuando la nave de Rinem se movió por sí sola, ella había soltado los controles y el espacio recorrido se reformó como una corriente de luces blancas en un espacio vacío. Las luces se apagaron y los motores igual.
La computadora repetía los mismos mensajes:
-Combustible agotado. Recargar núcleo.
Allí pasó 1 hora, luego 2 y entonces 1 día. La luz de una hiper-nova iluminó la totalidad de la nave y con ella la HIPERMAK surgió. Entrelazó los dedos de sus manos, y dijo para sí misma:
-Te lo dije...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro