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Capítulo 37

"Las pasiones del amor, del orgullo y de la cólera, las pasiones nobles y sagradas que animaron a los dioses antiguos, se hacen esclavas de la razón."

-Ramón María Del Valle-Inclán.
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¿Jungkook? ¿Por qué no me hablas?

El chico permanece inerte, perdido en el rincón más recóndito de su mente mientras simula estar pendiente a la luz inconstante que desprende el astro sobre nosotros.

Tomo sus hombros, muevo su cuerpo, pero además de la dureza y frialdad que existe en este, no soy capaz de inmutarle o lograr tan siquiera un simple movimiento.

Mis lágrimas se desbordan incesantemente, manchando con su frescura su nívea camisa. Lloro y golpeo su pecho con la clara intención de dirigir su mirada hacia mí otra vez....

Nada.

Se están acercando nuevamente, mis amigas y los chicos. Pero esta vez en lugar de permanecer estáticos, avanzan en mi dirección...

¿Qué está pasando?

Lucen terriblemente moribundos, el color de sus mejillas y la calidez de sus pieles han desaparecido por completo. Siguen acercándose, pero ya no me miran a mí. No, otra vez todos observan la estrella.

Corro hacia ellos y repito mis acciones con sus cuerpos, ni siquiera parecen sentir mi tacto, nadie puede verme.

Algo que no había advertido en el ambiente capta mi atención de inmediato, la estrella, ha dejado de parpadear. Todo se sume en un mortífero silencio.

Pero la calma no dura mucho, pues de repente el astro se apaga por completo y todo se oscurece...pienso que será el fin, como en cada sueño, pero no es así.

La luz regresa y esta vez encuentro que una de mis amigas ya no está.

¿Qué ha pasado?

La estrella vuelve a parpadear dando paso a la oscuridad, para luego volver a iluminarse y con ese acto la otra chica se esfuma.

Nuevamente oscuridad, luego luz y solo quedan seis chicos...con cada vez que se apaga la estrella uno de los presentes desaparece.

Así transcurren los segundos, variando entre luz y oscuridad, trayendo consigo la ausencia de alguien más. Así pasa el tiempo hasta que solo quedamos él y yo.

Todos han desaparecido. Quiero aferrarme a su cuerpo, impedir que se vaya como el resto, pero es imposible. Porque una vez que la estrella vuelve a apagarse...Jungkook ya no está.

Con cada vez que la estrella se apaga una persona desaparece....no, una persona muere.

Me quedo sola, a oscuras , sin saber hacia dónde dirigir mis pasos, únicamente acompañada por la nefasta sinfonía de mis sollozos. Y de repente escucho un grito, un grito desgarrador seguido de varios, un grito colmado de desesperación y angustia.

Es él, sí, y está llamando mi nombre.

Sin embargo, por más que corro sin un fin aparente, la oscuridad me consume.

Ya no puedo encontrarlo.

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Las gotas de sudor que se deslizan con total libertad por mi frente me hacen regresar a la realidad, esta vez el sueño fue diferente...aterrador. Por inercia, me giro buscando con urgencia a mis amigas y el alivio me invade al ver que están a salvo y conmigo.

Notando que no hay manera de que vuelva a conciliar el sueño, me coloco en pie y voy hacia el baño para lavar un poco mi rostro. Definitivamente algo no está bien conmigo.

El inmenso reloj de pared en la habitación me indica que apenas son la 1:00 de la madrugada...será una larga noche. No quisiera molestar a las chicas mientras duermen o correr el riesgo de despertarles si deambulo por la habitación buscando en qué entretener mi tiempo, así que decido bajar a la primera planta para simplemente continuar mi lectura o visitar el jardín.

Camino por los oscuros corredores tratando de no hacer mucho ruido con mis pasos, desciendo por las escaleras con cautela, cuando una pequeña luz desde el salón llama mi atención. Creí que todos dormían.

Avanzo con parsimonia hacia el joven, que de espaldas, reposa su cuerpo en el amplio sillón mientras bebe de su copa un líquido escarlata que puedo identificar como vino.

—¿Tampoco puedes dormir?—mi voz lo sobresalta haciendo que una tos seca escape de su garganta. Se gira con lentitud en mi dirección y me sonríe mientras niega.

—¿Te sientes bien? ¿Qué te sucede?
—señala el sillón próximo al suyo y me incita a sentarme junto a él, invitación que acepto al instante.

—Simplemente tuve un mal sueño.

—¿Quieres hablar de ello?

Claro que me gustaría saciar todas mis dudas con respecto a esa horrible ilusión, y me agrada muchísimo que él mismo haya dado paso a poder tocar el tema, no estaba muy segura de cómo introducirlo. Sin embargo, considero necesario hacer algo antes.

—Antes de contarte...quería pedirte disculpas por mi comportamiento esta tarde. Sé que tuve una actitud muy hostil hacia ti y malinterpreté completamente los hechos, ni siquiera dejé que te explicaras en el momento. Así que me disculpo por eso y por haber dudado de ti.

Namjoon me observa perplejo, al parecer no se esperaba tal gesto de mi parte. Sin embargo, luego de unos segundos, me sonríe mostrando sus hoyuelos.

—Descuida, entiendo cómo debes sentirte bajo esta presión. Es normal tu desconfianza, y aunque no lo creas es lo mejor que puedes hacer, no debes confiar fácilmente. Nunca se sabe qué sorpresas puedas encontrarte, así que no te reprocho tu actitud. Al contrario, me siento aliviado de que tengas esa fortaleza a tu favor.

—Gracias por todo lo que has hecho por nosotras, no estaríamos sanas y salvas de no ser por ti, el señor Jung, los Lee...incluso Yoongi.

—Es nuestro deber, y ustedes básicamente serán parte de mi familia así que...

—¿Familia?—pregunto confundida ante su declaración.

—¿De qué trata ese sueño que te impidió seguir tu descanso?—interviene y yo entrecierro mis ojos en su dirección.

Oh...no creas que no me di cuenta de tu cambio repentino de tema, Nam. Pero como tengo más curiosidad sobre mis sueños, lo dejaré pasar.

—Bueno, desde hace un tiempo...

El sonido del celular de Namjoon interfiere en mi relato. Parece tratarse de una llamada importante, puesto que eleva su dedo índice pidiéndome disculpas para contestar y luego de mi asentimiento, responde.

Me sorprende que ponga el altavoz estando yo presente, seguramente no debe importarle mucho el tema como para permitirme escuchar, así que no pongo objeción. Él por su parte se dedica a servirse más vino mientras espera a que la voz del otro lado de la línea se haga presente.

—Muy bonito Nam, muy bonito.—espeta con ironía.

Mis ojos se abren de golpe al reconocer la voz de Seokjin. No pensé que volvería a saber de ninguno de ellos hasta dentro de mucho tiempo. Nam por su parte frunce el ceño confundido por aquella sarcástica introducción de su amigo.

—¿Qué pasa Jin?

—¡No te hagas el desentendido! Si querías asustarnos y confundirnos pues felicidades, te llamo para decirte que lo has logrado. Pero no toleraré otra bromita de esta índole.

—Hyung...explícate por favor. No tengo la mínima idea de lo que estás hablando. —comenta Nam rodando los ojos con exasperación.

—¿Ah no? ¿Tienes el descaro de negarme que fuiste tú el autor de ese estúpido sobre que dejaron bajo la puerta? Encima te vas de pesca y no avisas, tú y Yoongi...

—Espera... ¿A qué sobre te refieres?
—cuestiona interrumpiendo los resoplidos de Jin por el supuesto viaje de pesca.

—Ya no es gracioso Kim Namjoon, no sigas molestando.

Namjoon rasca su nuca y sus ojos me dedican una mirada de total confusión, a lo cual yo solo me encojo de hombros completamente ajena al tema.

—Kim Seokjin, no estoy jugando ni nada parecido. No entiendo lo que dices, yo no he dejado ningún sobre en la casa. Ni siquiera he pasado por allí ¡Por dios!

—¡¿Entonces cómo explicas que en la carta solo se encuentre el bicho horrible, ese que llevas tatuado en la espalda?! Solo puede ser obra tuya...

—Es un escarabajo, hyung...—se escucha la voz cansada y frustrada de Tae por el otro lado de la línea.

—¡Ese mismo bicho! Da igual...

Tanto Nam como yo nos quedamos estáticos, mirándonos uno al otro sin saber muy bien qué decir, hacer o pensar al respecto. No quiero crear suposiciones pero si ese escarabajo es...

—¿De qué color es el escarabajo?
—se adelanta Namjoon a preguntar.

—Es...negro ¿De qué va todo esto Nam?

A estas alturas tanto él como yo nos encontramos hiperventilando y con la sangre helada. No es posible que los chicos también hayan recibido la advertencia.

¿Entonces eso quiere decir que van a atacarlos?

¿Por qué?

—La carta...¿La carta decía algo más?—pregunta Nam, casi con temor de saber la respuesta.

—"Ya está cerca". Es lo único que pone.
—es su voz...

¡Él...él está bien!

Con solo escucharlo siento cómo mi mundo se remueve, no sabía que ese timbre de voz tan característico suyo era lo único que necesitaba cerca para hacerme sonreír nuevamente. Y a pesar de la gravedad de la situación, la alegría de oírle es tanta que me invaden unas inmensas ganas de gritar y tomar el maldito teléfono para decirle de una vez lo mucho que lo necesito y he echado de menos.

Mis deseos de hablar con Jungkook se ven frustrados cuando repentinamente Namjoon se pone de pie alarmado y toma el teléfono, llevándoselo consigo mientras les dicta unas cuantas indicaciones y se coloca su chaqueta para subir con rapidez las escaleras...

—Quédense en donde están y no muevan ni un músculo hasta que Yoongi y yo lleguemos. Ya nadie está seguro. Empaquen lo que puedan, los sacaremos de ese lugar...—no alcanzo a escuchar más puesto que desaparece en la segunda planta, supongo que en busca de Yoongi.

Entonces comienzo a alarmarme y miles de atolondradas ideas empiezan a formarse en mi cabeza, una más tétrica y horrible que la otra, de alguna manera todas relacionadas con mi sueño.

Esa frase..." Ya está cerca", la escuché incontables veces incluso antes de llegar aquí y toparme con toda esta situación. Sin embargo, la duda persiste, no sé qué puedan significar dichas palabras y no les había tomado importancia hasta ahora.

Camino de un lugar a otro sin saber muy bien qué hacer o cómo ayudar. Me siento tan impotente e inútil, como si de alguna manera cosas horribles estuviesen por suceder y yo no tuviese forma alguna de detenerlas. Sí, justo como en el sueño.

Pocos minutos después, bajan las escaleras Namjoon y un adormilado pero decidido Yoongi, seguido de los dos ancianos y la joven que se encargan de nuestra protección. Todos al parecer ya están enterados, gracias a Nam, de lo que sucede.

Quiero pedir que me lleven, así que corro tras ellos cuando noto que ambos chicos se dirigen con prisa hacia el auto. Sin embargo, Hye Kyung se percata de mis intenciones y se adelanta a alcanzarme.

—Volverán pronto con todos a salvo, descuida. —sostiene mi hombro en un intento de calmarme, que lejos de eso, lo que hace es aumentar mi impotencia.

—Tengo que ayudarles...—me dispongo a correr, cuando esta vez, su mano se aferra con más fuerza a mi extremidad.

—Por favor, confía en nosotros. Si vas ahí solo entorpecerás los planes. La mejor forma de ayudarnos a todos es permanecer segura. No puedes arriesgarte tú también. Min y Kim se encargarán de traerlos a todos sanos y salvos.

Sus palabras, aunque no me relajan o tranquilizan del todo, me hacen comprender que tiene razón, yo solo sería un estorbo en la operación. Por mucho que me preocupe el rumbo de las circunstancias, no me queda más remedio que confiar en ellos.

Confiar en que, como afirmó, Nam y Yoongi traerán a los chicos con vida...

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