Capítulo 31
“La sensatez se forma de un gusto natural por lo adecuado y lo mediocre; es una cualidad del carácter más que del espíritu .Para tener mucha sensatez es preciso ser de manera que la razón domine el sentimiento y la experiencia venza el raciocinio”.
-Marqués de Vauvenargues.
───── ⋆✩⋆ ─────
—Bien ¿Acaso tú…pudiste ver el rostro de quien te disparó?
—Bueno, todo fue tan rápido que a penas distinguí los rasgos esenciales…
—Cualquier dato sería de ayuda.—digo incitándola a describir lo poco que pudo haber visto.
—Era…alto, no parecía coreano o siquiera asiático, eso fue lo que más me confundió. Tenía cabellos claros…
Bingo. Ahora solo necesito una confirmación.
—¿Crees que si pudieras verle le reconocerías?
—Definitivamente.
No bastan más palabras para que mis sentidos se activen. Me llamarán loca, pero yo sé que esa descripción y mi suposición no son pura coincidencia. Tomo el celular de Hye Kyung, que descansa en la pequeña mesilla a nuestro costado, y busco en internet lo que necesito.
—¿Es esta persona? —pregunto mostrándole la foto.
Los ojos de la chica se agrandan a más no poder, y un jadeo ahogado se forma en lo profundo de su garganta mientras su vista varía de la foto a mi rostro.
—Sí, es él. Estoy segura.
Mi respiración se detiene por breves segundos, a pesar de que lo suponía, no quería creer que fuese cierto. No quería pensar que el chico que sonríe con inocencia en la foto de la empresa junto a su padre, realmente podría llegar a estos extremos por pura codicia.
Creí conocer a Daniel, ahora veo que solo sabía lo que él deseaba que yo viera.
—¿Cómo…? ¿Lo conoces?
—Él es la persona que mencioné la última vez. Es Daniel.
Procedo a contarle a la chica todo lo sucedido con el dueño de aquel, ahora infernal, nombre. También explico mis deducciones y todo lo que conozco que pueda inculparle. Sin embargo, hay algo en su mirada que no puedo pasar por alto y es el hecho de que, de alguna forma, ella está convencida de que no es del todo el culpable...incluso cuando me acaba de confirmar que fue él quien le disparó.
Lo que deja en claro mi otra suposición, hay algo que no nos están diciendo.
—Te dejaré para que descanses…perdona por el interrogatorio.—digo a modo de broma y ella sonríe para luego quitarle importancia a mis disculpas.
—Liz…—me llama antes de que pueda salir de la habitación.
—¿Sí?
—Podrías…llevarle a mi padre esa ropa.
—pide señalando el ovillo de tela en el suelo.—Es la que usaba hoy cuando sucedió…quiero deshacerme de ella.
—Claro, descuida, yo la llevo. —acepto sonriente a ayudarle y tomo el bulto de ropa en mis brazos, manteniendo distancia de mi cuerpo para no mancharme con la sangre que permanece en esta.
Salgo de la habitación y me dispongo a bajar a la primera planta, cuando siento que algo se desliza por mis brazos. Miro al suelo y encuentro una pequeña hoja que ha caído de entre la ropa que llevo. La tomo entre mis dedos y le doy la vuelta para ver qué contiene…
Automáticamente mi sangre se hiela y mis nervios se acrecientan, pues en el interior de dicho papel lo que hay es nada más y nada menos que un dibujo, y no uno cualquiera. Se trata del mismo escarabajo negro que había sido tallado con fuego en la piel de mi amiga Akari. La maldita advertencia…y supongo que la marca del agresor.
Corro escaleras abajo buscando a alguien que me proporcione información sobre ello…
Encontrándome con Seong Woo a mi paso.
—¡Señor Lee! —avanzo con rapidez hacia él.
—¿Qué pasa? —pregunta amablemente una vez lo tengo en frente.
—Hye Kyung me ha pedido que le entregue esto, es la ropa que usaba hoy...—no doy más detalles al ver cómo el hombre asiente con comprensión y toma el bulto de mis brazos.
—Muchas gracias por la ayuda. —me sonríe con cordialidad y antes de que pueda girarse, decido hacer la pregunta.
—Entre la ropa encontré esto…—digo mostrándole el papel.—Es el mismo que tenía mi amiga en su brazo…¿Qué quiere decir?
El señor Lee se detiene y observa mi adquisición con dudas.
—Esa es la advertencia. Supongo que el agresor la dejó de esa forma en algún bolsillo de Hye Kyung al no tener tiempo de…
—Quemarle...—concluyo horrorizada de solo imaginar que nuevamente la acción pudo haberse repetido.
—Sí, fue una suerte que no pasara a mayores...—sin decir nada más comienza a reanudar sus pasos de forma ausente, quizás pensando en las nefastas consecuencias de lo sucedido...después de todo ella es su hija.
Vuelvo a la sala de estar, aún con el papel entre mis manos, hasta que diviso a las chicas y decido guardarlo en uno de mis bolsillos.
—Esto es una locura…—suspira Alice colocando su cabeza entre sus manos.
—¿Quién iba a decir que las cosas resultarían de este modo?—habla Keira con igual tono de preocupación. —Tal vez no deberíamos de haber venido nunca por esa beca…
—Lo habríamos hecho de igual forma por el método que fuese. No sé cómo, pero si todo lo que han dicho acerca del poder del universo es cierto, igualmente hubiésemos acabado por venir sin importar que nos negásemos.—respondo, porque en verdad creo en esa realidad.
—Tal vez aquel error en la planilla de países no fue coincidencia…
—Pues ya no tiene ningún sentido…no hemos encontrado siquiera a los predestinados y ya nos han presagiado la muerte.—bufa Alice con pesimismo.
—Nadie ha presagiado nada Alice, intenta calmarte un poco ¿Sí?—inquiere Keira al ver el creciente nerviosismo de nuestra amiga, que como si no bastara con la situación, ahora adquiere una actitud pesimista.
—¿Por qué no vas a hablar con Yoongi?
—sugiero con todas las dobles intenciones posibles.
—¿Con Yoongi? —cuestiona confundida.
—Sí, tal vez hablar con alguien más logre relajarte un poco. Quizás él necesite compañía también.—explico señalando con la mirada al chico delgado y pálido que ahora se encuentra sentado en medio del jardín, sumido en una silenciosa soledad.
—Tienes razón, iré a hablarle.—sabía que con esa excusa accedería, la personalidad sensible y empática de Alice cedería ante la simple idea de notar al chico solitario y acongojado.
No es que quiera forzar las cosas…pero es obvio que necesitan un leve impulso y al parecer Yoongi no está dispuesto a dar el primer paso. Quiero ayudarlos.
—¿Cómo crees que terminará todo esto? —pregunta Mel apoyando su cabeza sobre uno de mis hombros.
—No lo sé…es demasiado confuso. Siento que aún no nos dicen todo.
—Creo lo mismo…tengo que contarte algo.—dice irguiéndose mientras me mira con atención.—Ayer, cuando dormimos aquí, me levanté en la noche buscando algo de beber y escuché una extraña conversación entre el señor Lee, Jung y Namjoon…al parecer algo no va bien.
—¿Qué escuchaste?—a este punto ambas susurramos.
—Jung le decía a Nam que había recibido una carta de la orden…parecía ser que se trataba de algunas indicaciones, escuché además que Capella estaba con ellos.
—Capella, se refieren a mi nana… ¿Entonces está con los de la orden?
—Por las palabras del señor Lee, supongo que pidió refugio allí.
Al instante me preocupo, tenía entendido que ella estaba huyendo en caso de que la interceptaran…lo cual no comprendo. Según Hyo Shin, es porque ella es la única que conoce el rostro del culpable…pero yo también he visto a Daniel.
¿Entonces que es lo que sucede realmente?
—¿Dijeron si estaba bien?
—No oí nada sobre eso, pero se veían tranquilos, así que supongo que sí. También dijeron que estaban investigando y que en cuanto terminasen mandarían nuevas indicaciones lo antes posible.
—¿Investigando? ¿Qué en específico?
—No lo sé, a esas alturas me vi obligada a volver a la habitación. Podrían haberme visto.
—Entiendo, supongo que no deberíamos desesperarnos y solo ser pacientes. Confío en mi nana y sé que dentro de poco sabremos todo.
Keira asiente a mi análisis y regresa a su posición anterior sobre mi hombro dando por zanjado el tema. Ambas giramos por inercia la vista hacia el jardín, para encontrarnos la atípica escena de Yoongi riendo con timidez hacia alguna ocurrencia de Alice, me siento muy bien al verlos…y triste a la vez.
—Extrañaré a Tae…
—¿Tae?—inquiero con burla ante el apodo y el tono de sus palabras.
—Aish, no empieces. —dice con molestia haciéndome reír.—No somos nada oficial pero…de alguna forma se siente tan familiar y cercano, aunque llevamos poco de conocernos es como si hubiésemos estado juntos toda la vida…e incluso más.
—¿Crees que sea tu predestinado?
—No lo sé…pero me gustaría que lo fuese.—sus mejillas se tornan de un rosa prominente y eso solo causa que mis burlas y sonidos infantiles broten para molestarla.
—¡Ya detente! No seas hipócrita…estoy segura de que tú también extrañarás a Jungkook.
Río por su expresión de complicidad, y sin vergüenza alguna, asiento.
¿Para qué negarlo? Sí lo extrañaré y mucho.
Estoy consciente de que todo es demasiado loco, apenas los conocemos y cada cosa que nos dicen parece tan irreal...supongo que solo el universo tiene una explicación coherente para esto.
—¿Crees que volvamos a verlos? —pregunta esta vez con un tono de voz afligido.
—Tal vez…cuando logremos salir de todo esto.
Ese futuro me parece visiblemente lejano, puesto que la situación aún no tiene ni pies ni cabeza.
—Para ese entonces…quizás hayan vuelto a su rutina de trabajo y puede que no podamos vernos.—suspira con nostalgia.
Su comentario ha hecho que todas las emociones dolorosas, que llevaba reteniendo desde que llegamos, salgan a la luz. Es cierto, quizás nada vuelva a ser como antes, tal vez incluso se olviden de nosotras...y eso con razón, a penas y hemos compartido efímeros momentos.
Aún así…¿Jungkook se olvidaría de mí?
De solo pensarlo la punzada en mi pecho se acrecienta, no sé qué ha causado ese chico en mí...ni siquiera parece un sentimiento posible en un ser humano, es sublime.
—Vamos todos al comedor, hemos preparado un refrigerio.—indica Namjoon sorprendiéndonos, para luego irse rumbo al jardín con la intención de avisarle a los tórtolos allí presentes.
Keira yo concluimos nuestra plática y acatamos su orden.
Deberíamos empezar a acostumbrarnos a este giro inesperado de los acontecimientos. Deberíamos, al menos, intentar olvidarnos de ellos.
Gracias por leer 💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro