Capítulo 20
"El futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños"
-Eleanor Roosevelt.
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—¡Lizzy-san! Tu teléfono no ha parado de sonar, responde de una vez. —dice mientras golpea la puerta del cuarto de baño al que había entrado hace unos minutos.
—¿Podrías alcanzármelo?—grito al otro lado de la puerta, en respuesta esta se abre ligeramente y una nívea mano me tiende el estruendoso aparato.—Gracias Akari, en un momento salgo.
He estado recibiendo llamadas desde temprano, la mayoría de mis padres, así que decidí no contestar en caso de que quisieran hacer el paripé de los progenitores preocupados o tal vez intentar convencerme de que regrese y obedezca sus caprichos materialistas.
También ha llamado un número desconocido al menos unas seis veces desde que desperté, por ende tampoco respondí y me metí a la ducha para prepararme, se supone que hoy sería mi "secuestro". Sí, porque no voy con él por voluntad propia.
A pesar de ello le he pedido a mi compañera de habitación que me alcanzase el teléfono porque, aunque no planeaba atenderlo, ya estaba resultando bastante ruidoso y ella acostumbra a dormir toda la mañana.
Me dispongo a declinar la llamada, sin embargo en cuanto noto el remitente no dudo en contestar.
—¿Nana?
—¡Oh, cielo! ¿Cómo has estado?—ella saluda con su usual voz enérgica. Debo confesar que no me esperaba su llamada después de tanto tiempo intentando contactarla sin éxito.
—Bien, pero...¿Qué te ha pasado estas últimas semanas? He intentado comunicar un centenar de veces contigo y nunca atiendes.
—Ah...no te preocupes, todo está bien. Solo tuve algunos problemas con mi teléfono.—su excusa me suena a mentira, como siempre, pero si no pretende ser sincera no tiene caso que me desgaste reprochándoselo.
—Si tú lo dices...
—¿Has hablado con tus padres? Están preocupados por no saber de ti.
—Lo sé, han llamado unas cuantas veces pero no me apetece hablar con ellos ahora mismo...más tarde les enviaré un mensaje para decirles que estoy bien.
Me cuesta aceptarlo pero, independientemente de sus escasas actitudes paternales, son mi familia y lo menos que puedo hacer es informarles de mi existencia.
—La universidad ¿Va bien?—cambia el tema repentinamente.
—Pues sí, genial. —omito el hecho de que casi me suspenden dos asignaturas por inasistencia y tardanza...y todo por culpa de ese niño mimado.
—Qué bien.—su contesta es automática, como si en verdad quisiera agregar algo más pero no se atreviera a ello.—Eh, cariño....—parece dudar de su próxima intervención. —¿Te has cubierto correctamente?¿Ha pasado algo que deba saber?
Pues sí, hay un montón de cosas que han pasado, pero en cambio solo le diré las que considero que debería saber.
— Sí, al igual que las chicas, nos hemos cuidado bien.—le tranquilizo y procedo a contar lo que me ha estado carcomiendo los pensamientos desde hace tiempo.—Por cierto, no sabría decir si son paranoias mías pero...tengo la ligera impresión de que desde hace una semana hay un hombre persiguiéndome y me preguntaba si quizás eso tiene alguna relación con lo que hablamos antes del viaje...
—¡¿Qué?! ¿Cómo es? ¡¿Dime cómo es ese señor?! —se escucha visiblemente alterada y nerviosa, percibo desde la línea cómo hiperventila con frenesí. Realmente no me esperaba que reaccionara de esa forma tampoco.
Comienzo a llegar a la conclusión de que, independientemente de si tengan alguna relación o no, tanto ella como ese hombre son igual de extraños.
—Ah...él era un anciano, de estatura media y cabellos oscuros con una superficie canosa...—intento ser lo más explícita en mi descripción
—Gacrux...—susurra casi de forma inaudible.—¿Te dijo algo?
¿Qué?
¿De dónde salió esa extraña palabra?
—Nana, él sabía del lunar, lo vio.—un escalofrío recorre mi columna de solo recordar ese momento.—Me dijo que podía sentirlo y algo de que no entre...de la oscuridad y huir...—trato de recordar las inconexas palabras de aquel hombre.
—¿Huir? —su pregunta ahora es mucho más relajada, lo cual me hace dudar de si ella realmente ha comenzado a perder la cordura ante su repentino cambio de humor.
—Sí, luego desapareció y más adelante lo volví a encontrar...en esa ocasión tuve la impresión de que me seguía.
—No entres en pánico, todo estará bien.—se apresura a aclarar al notar la incertidumbre en mi voz.
¿Cómo puede estar tan segura de eso?
¿A caso no ve la gravedad de lo que le estoy contando?
No, al parecer ella está preocupada por algo más y el hecho de que un extraño me persiga no es una prioridad. Nótese el sarcasmo.
—Siempre y cuando se cubran no hay nada qué temer...—me reitera y yo suspiro exasperada por su falta de seriedad. No todo gira alrededor de mi jodido lunar ¿Qué pasa si realmente ese hombre es un psicópata y está persiguiéndome?— ¡Ah! Por cierto ¿Te ha sido útil la agenda?
Si cree que no me he percatado de su repentino cambio de tema...está muy equivocada. Ya me conozco a la perfección sus tácticas evasivas, sin embargo no me deja más opción que seguirle la corriente.
—Sí ha sido muy...interesante. —río por lo bajo sin poderlo evitar, recordando todo lo que se ha desatado por una simple agenda.
—Entonces ¿Ya lo has visto? —frunzo el ceño ante su repentina pregunta.
—¿A quién?
—Al chico que ....—se queda en silenrepe en el instante en que aquella frase escapa de sus labios—Ay cielos, mira qué tarde es, será mejor que colguemos ya. Llámame si necesitas cualquier cosa cariño, adiós.—y sin permitirme una despedida siquiera, finaliza la llamada.
Gruño con frustración y lanzo el móvil a una esquina del lavabo. Siempre termino en el mismo punto...
¿Por qué cada vez que le llamo para resolver mis dudas solo termino confundiéndome más?
Casi que con saña y con miles de pensamientos rondando por mi cabeza, me dispongo a secar mi cuerpo con la suave toalla, pero una notificación impide mis movimientos. Es un nuevo mensaje. Nuevamente tomo mi teléfono y leo el escrito recién recibido.
<<"Cruzar nuestros caminos es una fórmula matemática,
mandamientos religiosos, ley del universo...La evidencia del destino que me dieron: eres la fuente de mis sueños.">>
Levanto la vista hacia el espejo solo para encontrarme con la tímida sonrisa que se ha posado en mis labios. Sí, ha sido él de nuevo...y yo no debería reaccionar de esta forma. Así que rápidamente palmeo mis mejillas y regreso a la realidad....
Una realidad en la que aún él y yo no nos entendemos bien y yo tengo una postura que mantener.
Gracias orgullo, por siempre hacerme sentar cabeza.
<<Muy bonito.
¿De dónde viene?>>
<<¿Te gusta?
Me alegra saber eso...
¿Ya estás lista para hoy?>>
Imagino el entusiasmo detrás de su pregunta, y lo que antes era una pequeña sonrisa ahora puebla todo mi rostro. Oh, joder.
Justo ahora me alegro de que nadie pueda ver mi estúpida expresión, sobre todo él...tengo la ligera impresión de que si fuese el caso comenzaría a burlarse.
<<Aún es temprano,
pasaré a buscar
a las chicas en media hora
¿A dónde vamos?>>
<<Bien, entonces
te veré en un rato.
Hablamos después.>>
Así que...no quiere decir a dónde iremos. Bien, esto comienza a parecer un secuestro real cada vez más.
Tampoco respondió de dónde proviene esa frase tan hermosa, por alguna razón me parece que tiene el mismo concepto que la que escribió detrás del dibujo.
Es oficial, todos a mi alrededor están locos. Empezando por mi nana, seguido de mis padres, el estúpido de Daniel si piensa que tiene alguna posiblidad conmigo, el anciano de la tienda y ahora este extraño chico...
¿Qué diablos está pasando con mi mundo?
Veinte minutos después, me encuentro vestida y aplicando los últimos detalles de mi maquillaje. Nada demasiado elaborado, solo un poco de rímel, labial y algo de rubor para opacar mi palidez característica. En cuanto a la vestimenta, escogí un conjunto casual para la ocasión. Un simple suéter gris que combina con mi cabello, unos jeans oscuros y una blusa blanca clásica.
Tampoco planeaba arreglarme tanto ¿Para qué?
No es que me interese lucir bien para él o algo por el estilo....
No, pero aquí estoy yo parada en frente del espejo analizando por enésima vez si mi apariencia es correcta ¿Por qué me haces esto Jeon?
Joder...¡Cómo sea!
Lanzo a mi cama mi bolso y me alejo del espejo, ha sido suficiente. No me importa si a ese tarado le parece bien lo que visto o no. Fin de la discusión.
—Lizzy- san...—Akari mueve mi hombro en busca de atención.—¿Te importaría prestarme por hoy tu llave? Perdí las mías y necesito salir...
Afortunadamente, su voz me saca de la intensa disputa entre mi razón y ese estorbo llamado sentimiento.
—¿La has perdido? Deberías informarlo...—le sugiero mientras termino de acomodar en mi bolso las cosas que he decidido llevar.
—Lo sé, lo haré después. Pero ahora realmente debo ir a un lugar.—me dice con apremio y algo de vergüenza por pedirme tal favor.
Me pienso por unos instantes si acceder o no...estoy segura de que "ese lugar" es una cita con su novio o algo así. La desventaja para mi es que no sé a qué hora volverá y sin esa llave es muy probable que deba dormir en la calle.
—Está bien, tómala, pero necesito que me la devuelvas o sino no podré...
—Tranquila, estaré temprano aquí, probablemente antes de que tú llegues.
Accedo entonces a su petición y luego de organizar mis últimas pertenencias, salgo en busca de las chicas hacia el siguiente edificio de la gran residencia. Ya voy algo impuntual y siento que más de uno entrará en crisis si llego tarde...empezando por Jungkook y terminando por mí que no estoy dispuesta a soportar sus berrinches y posibles reprimendas.
—No entiendo porqué debemos ir nosotras...¿Qué pasa si nos chantajea al igual que a ti?—dice Keira apenas me ve entrar a la habitación, mientras se coloca la última prenda de su conjunto.
—No seas mezquina, son mis amigas y deben acompañarme eso es todo.—avanzo hacia el interior y le lanzo una de las almohadas de su cama, ella se limita a reír.
—No te dijo a donde iríamos...
—afirma Alice pensativa.—¿Creen que Jimin también esté allí?—masculla con ilusión.
—Otra vez hablando de ese chico...—bufo y ruedo mis ojos divertida.
Ya se habían encargado de hacerme toda la historia sobre ese tema.
—Es solo que me parece alguien agradable...
—¿Por qué solo lo recuerdas a él? —Se burla Keira.—El otro pálido, el pálido, era muy lindo también...
—¿Podrían dejar de decir esas cosas? Les recuerdo que este no es un viaje por placer...¡Es un secuestro premeditado!—realmente me frustra la situación, pero para ellas todo parece ser muy divertido. Así que simplemente ríen a costa de mi pesar.
—Será mejor que salgamos, ya casi es hora. Si queremos ser puntuales debemos apresurarnos.—Alice termina de acomodar su chaqueta y acto seguido se coloca de pie.
Dicho esto, damos por finalizada la conversación y salimos rumbo al lugar acordado. Una vez allí se supone que debamos esperar por él, dijo que nos buscaría pero no dejó en claro si vendría por su cuenta o si enviaría a alguien más. Decido aprovechar el momento para enviarle un mensaje a mi padre avisándole que sigo con vida, y en el instante en que me dispongo a guardar mi teléfono, otra notificación se hace notar.
<<"Todo esto no es una coincidencia,
Somos completamente diferentes, pero somos quienes encontraron el destino.">>
Otra vez es otra de esas frases extrañas...¿Qué pretende con tanta palabrería sin sentido?
<<¿Me dirás de una vez
qué es eso?>>
<< Quizás...pero no ahora,
no tenemos tiempo.
Por cierto, te ves bien.>>
¿Cómo...?
Levanto la mirada y mis ojos se encuentran con los suyos observándome fijamente desde su auto al otro lado de la calle. Ahora no solo me secuestra, sino que también me acosa. Genial.
—Ha llegado, vamos.—les informo a las chicas y nos encaminamos hacia el vehículo.
—Vaya, son puntuales, pensé que las chicas demoraban más. Ya me estaba preparando para esperar una hora al menos. —es lo primero que dice una vez estamos junto a la ventanilla del copiloto.
—No exageres...—bufo y ruedo mis ojos, no llevamos hablando ni cinco segundos y ya ha conseguido exasperarme con su comentario sarcástico.
—Así que ustedes son...Keira y Alice ¿No? ¿Era así?—ignora mi comentario cortante y se dirige a mis acompañantes.
—Solo llámanos Kei y Ali, a fin de cuentas nos permitiste hablarte informal también.—mascullo una queja ante su tono de empatía.
¿En serio Keira? ¡Te estás aliando con el enemigo!
—Perfecto, entonces vámonos ya, se nos hace tarde.—asentimos al unísono, y en el instante en que nos dirigimos a la parte trasera del auto, su voz vuelve a resonar.
—Espera...Alice ¿Crees que puedas ir adelante en el lugar del copiloto? —la aludida nos mira con confusión pero en un final decide acatar la orden de Jungkook.
¿Qué se supone que intenta hacer ahora?
Jeon sale del vehículo, no sin antes cubrir su rostro, y le deja espacio para que ella sustituya su lugar.
—Keira, siéntate en medio....—intento buscar una escapatoria, acabo de entender qué es lo que pretende. Pero lamentablemente la suerte no parece estar de mi lado.
—Ni se te ocurra.—Jungkook toma mi muñeca, y en un ágil movimiento, me adentra al asiento trasero. Quedando yo en medio suyo y de Keira.
Lo que me faltaba... ahora tendré que aguantar su cercanía durante todo el trayecto. El idiota es más habilidoso de lo que pensaba.
Me encuentro muy ocupada quejándome mentalmente, hasta que una risita proveniente del frente me hace prestar atención a lo que sucede en la parte delantera del auto.
Alice ríe animadamente con un chico de cabellos claros y labios gruesos, me parece algo gracioso y tierno ver por el retrovisor cómo sus ojos se pierden cada vez que este sonríe.
—¿Jimin?—pregunta Keira sorprendida.
—Ah...¡Hola! Ya veo que me recuerdas.—ríe de forma nerviosa, su voz es cálida y amigable. A primera impresión parece alguien confiable.
Así que este es el tal Jimin...ahora entiendo porqué las chicas, en especial Alice, lo elogiaban tanto.
—Un gusto, aún no te conozco...—me mira con simpatía.
—Un gusto, soy Liz.—le sonrío de igual forma.
—Oh...ya veo, tú eres la chica que...
—¡Hyung! Será mejor que partamos ya.—Jungkook básicamente salta sobre su asiento para interrumpirlo.—Por favor, limítate a conducir y no a decir cosas sin sentido.—Jimin se carcajea un poco logrando molestar aún más a Jungkook, sin embargo hace lo que le pide y pone en marcha el auto.
Durante el trayecto Alice y Jimin hablan animadamente, parecieran tener más confianza de la que realmente existe. Keira por otro lado se ha colocado los auriculares y se concentra en mirar a través de la ventana. Y yo...me dedico a morder mis uñas con el afán de calmar mis nervios.
Sí, acabo de descubrir que estar tan cerca suyo no le hace ningún bien a mi sistema nervioso. Cada vez que mueve su muslo y este roza el mío siento un poco de mi autocontrol irse al demonio.
—Te vas a hacer daño, deja eso.—me sorprendo cuando aparta con suavidad mis manos de mis labios.— Eres igual a Yoongi hyung, él también tiene esa costumbre.
Reconozco el nombre de la conversación con las chicas. Según ellas, es quien acompañaba a Jimin el día que se vieron por primera vez.
—¿No me dirás a dónde vamos?
—trato de sacar conversación para relajarme...tenerlo tan cerca no me permite pensar con claridad.
—Quiero que conozcas a alguien, es todo.
Suspiro y me resigno a conformarme con esa respuesta. Entonces recuerdo...
—¿Has sido tú? —cuestiono sacando de la agenda, que siempre llevo conmigo, el ya estrujado dibujo.
—¿No es obvio? —me lo esperaba, su arrogancia, sabía que reaccionaría así.
—Ya, pero...¿No podías pintarlo bien al menos? No se ven claros mis rasgos...
—¿Y quién dijo que eras tú? —repica con sorna y una media sonrisa retadora. Me quedo callada unos segundos procesando lo que acaba de decir.
Pero si la pintura es mi viva imagen...
—Pues se parece mucho y además estaba en mis cosas...¿Quién es entonces?
—Alguien que me gusta mucho, pero es triste, ella no se da cuenta.—responde con un atisbo de diversión.
—¿De qué?
—De que desde el día en que el universo fue creado, a través de los siglos infinitos, en nuestras vidas pasadas y quizás en esta también, estaremos siempre juntos.
A pesar de la cálida sensación que me invade luego de sus palabras...decido aparentar que estas no causan tantos estragos en mi ser. No puedo ceder a la primera cosa bonita que emane de sus labios, yo no soy así.
—¿Esa es otra de tus frases raras o qué?—intento burlarme pero él se mantiene serio.
—De hecho sí, es de una canción nuestra. Sin embargo, para mí es tan real como el hecho de que tú estés aquí ahora...así es como me siento.
—Bueno...toma. —le extiendo el dibujo sin saber qué responder a lo anterior y con el afán de cambiar rápidamente el incómodo tema—Debe ser una equivocación si lo tengo yo entonces.
—Quédatelo, de todas formas eso no la hará cambiar de opinión. —me giña un ojo y yo retiro mi mirada de su rostro por impulso.
Idiota.
La bocina del auto culmina con la incómoda conversación, afortunadamente.
—¡Hemos llegado!—exclama Jimin y acto seguido baja del coche.
Imitamos su acción y salimos al exterior. Es un lugar apartado y campestre en las afueras de la ciudad, imagino que para mayor privacidad de los artistas o algo así. A unos cuantos metros hay una casa hermosa y bastante grande, me intimida un poco puesto que de repente siento que no encajo en un lugara como este...he de admitir que es algo impactante.
—Es hermoso...
—Son famosos Alice ¿Qué esperabas?—bufa Keira con obviedad ante las palabras de asombro de la más baja.
—Dejen de decir tonterías y no hagan el ridículo, cuanto más rápido terminemos con esto mejor.—les susurro y al unísono seguimos los pasos de Jimin y Jungkook que avanzan con total confianza hacia la entrada de la enorme casa.
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