Capítulo 19
"A primera vista pude reconocerte,
como si nos hubiéramos llamado el uno al otro.
El ADN de mis venas me lo dice: eres tú a quien estaba buscando."
-BTS.
[DNA]
───── ⋆✩⋆ ─────
—Sabe usted que no tolero este tipo de comportamiento en mi clase.-mueve sus dedos frente a mi rostro a modo de desaprobación.
—Lo siento señor Han, no volverá a suceder.—bajo la mirada a mis pies mientras el profesor se dedica a negar con su canosa cabeza.
—De todas formas ¿Cuál fue el motivo de su tardanza?
—Pues...perdí mis horarios y aún no tengo completo dominio de ellos.—contesto avergonzada.
No me queda más remedio que mentir.
¿Qué otra opción tengo?Bajo ningún concepto me justificaría con que un extraño demente se ha llevado mi agenda de notas.
El profesor Han suspira con frustración mientras se sostiene el puente de la nariz con sus dedos...está molesto y eso no es bueno. No tengo ninguna ventaja en estas situaciones, ni siquiera por ser extranjera, aquí todos los estudiantes reciben un tratamiento equitativo. En vista de la situación, decido utilizar mi último recurso con la esperanza de hacerlo ceder.
—Por favor disculpe mi irresponsabilidad, prometo concentrarme más en el futuro.
—hago una pronunciada reverencia y espero su reacción. Como suponía, sonríe un poco y asiente.
—Está bien, lo dejaré pasar solo porque es la primera vez que le sucede y ha demostrado ser una estudiante aplicada durante su estancia.—regresa a su porte serio e intimidante.
Sonrío complacida. Sabía que si utilizaba honoríficos y hacía la reverencia su semblante se suavizaría, puesto que no es común que muchos extranjeros tomen en cuenta ese tipo de protocolos que aquí son realmente importantes. Así que con mi acto le he demostrado la consideración que le tengo tanto a él como a la escuela.
Es en estos momentos cuando me enorgullezco de haber estudiado a fondo no solo el idioma sino también la cultura.
—Muchas gracias señor Han.
—Pero que quede claro que Fotografía clásica y digital no es una asignatura que le permita a los estudiantes darse el lujo de holgazanear. Si pretende ser una buena diseñadora algún día, procure no volver a cometer errores de esta índole.—Asiento ante su recomendación y, luego de regresarle la reverencia, doy por terminada la discusión.
Sí, he llegado tarde a la clase y el profesor no me ha permitido entrar para luego darme un sermón...y todo por culpa de él.
Realmente me molesta su actitud infantil ¿Qué le pasa?
¿No se da cuenta de que las otras personas tienen cosas importantes que hacer con su vida como para seguir su inmaduro jueguito?
Por si fuera poco, es realmente extraño. Se cubre el rostro sin motivo aparente y actúa hipervigilante incluso cuando está claro que nadie lo observa.
¿Acaso cree que es una celebridad?
¡Qué absurdo!
—Hey ¿Qué hacen?—me sitúo junto a las chicas en una mesa apartada de la amplia cafetería.
—Nada en especial, solo revisando algunos proyectos importantes.—responde Keira mientras teclea con rapidez en su portátil.
—Y viendo vídeos de gatitos.—me percato de la mirada asesina que le lanza Keira a Alice por haberla puesto en evidencia, y no puedo evitar reír.
—Ya entiendo, así que ver vídeos de gatitos se traduce en "revisar proyectos importantes".—me burlo de la excusa de Keira.
—Solo...tomábamos un descanso de la escuela.—sonríe apenada. A veces son realmente infantiles, lo que me recuerda...
—Han me ha sermoneado por llegar tarde.
—Vaya, es el tercer profesor que te llama la atención esta semana por eso. Salvo la señora Baek, ella te reprendió frente a todo el salón por faltar a su clase.-señala Keira sin una pizca de tacto.
—No hace falta que lo recuerdes.—masajeo mis sienes con frustración.—Es la primera vez en todos mis años de estudio que decepciono a tantos profesores en tan poco tiempo.-sacudo mi cabeza y la recuesto sobre mis brazos, como si de esa forma pudiese olvidar la vergüenza de todos los sermones que he recibido.
—No deberías estar molesta contigo, de cierta forma no es tu culpa que aquel chico se haya llevado tus horarios.
—Hablando de eso...¿Qué es lo que querrá? ¿Será dinero?—interviene Alice pensativa.
—No me imagino pagándole un rescate a una agenda como si de una persona se tratara.—río ante mi absurdo pensamiento.
Un irritante sonido de notificación proviene del portátil, seguido de algunas frases de molestia por parte de Keira en cuanto lo escucha.
—Es la décima recomendación de YouTube que me llega en un lapsus de diez minutos. Me resulta bastante molesto, no sé porqué aún no lo he desactivado.—se queja sin mirar la pantalla siquiera.
—¿De qué se trata?
—Ni idea, nunca reviso esas cosas.
—Hazlo de una vez y luego decide si vas a desactivar las notificaciones.—le sugiero aún con mi cabeza sobre mis brazos y un tono de voz desganado.
—Bien, aunque seguramente es un estúpido vídeo de esos que...—su expresión cambia drásticamente mientras revisa la supuesta recomendación y un mohín atónito nubla su rostro.—Oh dios...
Desde mi posición frente a ella puedo divisar lo mucho que se han abierto sus ojos producto del asombro, al igual que sus labios que son cubiertos por su mano al instante.
—¿Qué es..?—Alice se acerca a la pantalla. Apenas tarda unos breves segundos observándola y acto seguido lleva su mano a su boca, al igual que Keira segundos antes, ahogando un jadeo de sorpresa.
La curiosidad por saber qué es lo que las ha dejado así de perplejas hace que mi cuerpo se impulse hasta colocarme de pie y aproximarme a su lado. Yo también quiero ver qué es tan impactante.
Una vez frente a la pantalla releo con suma atención el título del video: BTS X BODYFRIEND HOUSE.
Un comercial protagonizado por una banda idol...
No le veo la rareza ni razón para tanto asombro.
Doy un sorbo a mi jugo mientras reproduzco el video desde el inicio. Un chico bastante guapo descansa en un extravagante sillón, el cual supongo que es el producto que están promocionando, segundos después la cámara se mueve y cambia la escena.
—No veo nada sorprendente que...—no alcanzo a terminar la frase, puesto que casi me atraganto con el líquido ámbar que bebía al observar la imagen frente a mí en cuanto el segundo chico aparece.
Esto debería ser una mala broma o nuestro encuentro de media hora me ha dejado lo suficientemente traumatizada como para verlo en todas partes como justo ahora.
Porque sí, el chico del vídeo es nada más y nada menos que el rarito secuestra-agendas.
—No me lo creo...
—¡Oh! Park Jimin y Min Yoongi también están ahí.—exclama Alice señalando en el vídeo a otros dos chicos a los que ni siquiera presto atención.
Estoy tan malditamente conmocionada que es como si todo el resto del vídeo, salvo su irritante sonrisa, se hubiera pixelado en mi campo de visión.
—¿Cómo es que recuerdas sus nombres? Yo apenas reconocí con dificultad sus rostros...—murmura Keira desconcertada al escuchar a Alice.
—Hazme espacio...—me posiciono frente al portátil y tecleo con prisa en el buscador.
No tengo idea de quiénes sean los chicos de los que hablan, ni tampoco cómo es que parecen conocerlos, pero realmente ahora nada de eso me interesa. Mi mente está inmersa en otras cuestiones mucho más perturbadoras.
—¡Joder es verdad!
Las chicas se acercan para observar los resultados de mi búsqueda en internet.
Sí, tecleé el nombre de la supuesta banda y efectivamente, él es uno de los miembros.
Jeon Jungkook...
¡¿Cómo pudo decirme su nombre real así como si nada?! Ese chico es un peligro para su empresa si anda exponiéndose tan descuidadamente en cada...
Oh, claro.
Seguro debió parecerle gracioso que no lo reconociera y aprovechó la oportunidad para burlarse un poco de mi ignorancia. Genial, es un jodido mentiroso.
—Por si fuera poco, son mundialmente conocidos.—bufo con indignación.
—¿De qué clase de planeta somos que no sabíamos de su existencia?—pregunta Keira con ironía reproduciendo el vídeo una vez más.
—De Estupilandia por lo menos.—espeto irritada y con unas peligrosas ganas de jalarme los cabellos.
Inexplicablemente me siento realmente molesta con este descubrimiento.
—Tal vez escuchamos de ellos, solo que nunca le prestamos atención al tema.—responde Alice con un argumento más lógico.
—Un idol ha robado mi agenda.—reacciono al cabo de unos segundos al notar la gravedad del asunto.—Está claro, nunca la recuperaré.—regreso a mi silla y me reclino en esta con exasperación.
—¿Por qué? ¿Ya no la buscarás?—inquiere Keira.
—¿Estás loca? ¿Cómo puedo correr tal riesgo? ¿No has pensado que si nos ven cerca podría ser un caos total?—intento hacerla recapacitar, puesto que ninguna de las dos parece haber entendido aún la enormidad de la cuestión.—No gracias, no pienso convertirme en carnada para que un millón de fans obsesivas se dediquen a atormentarme y que él no pague los daños.—concluyo con sarcasmo.—Y yo que vine a aquí con la idea tener una vida tranquila...
—Quizás no todas las fans sean así...—la miro incrédula. Obsesivas o no, igual habrá un escándalo si me expongo junto a él.
—Tienes razón. Es probable que estén siendo perseguidos por la prensa todo el tiempo, sería arriesgado que se encuentren de forma tan descuidada. —concuerda Alice con mi análisis.
—Aún así...deberías recuperarla. Lo mejor será que le llames y le expliques la situación, de esa forma tal vez pueda enviar a otra persona a entregártela.—insiste Keira.
Sopeso durante unos segundos su sugerencia, y arribo a la conclusión de que quizás no sea una mala opción. Lo único que no quisiera es tener un nuevo encuentro con él, por obvias razones, pero si enviara a alguien más no habría riesgo alguno. Es la mejor forma de terminar con todo este asunto.
—Buena idea, eso haré. Enseguida regreso.—me levanto con rapidez y me encamino fuera de la ruidosa cafetería para realizar la llamada. Necesito terminar con esto cuanto antes.
Llego hasta un pequeño parque dentro del campus y aprovecho la soledad y el silencio del sitio para llevar a cabo mi cometido. Luego de marcar el número que quedó registrado en mi teléfono después de su última llamada, espero a que conteste.
Por un instante me siento avergonzada de no haberlo reconocido...y de haber dudado de sus extrañas acciones. Aunque sabiendo la verdad, esa cuestión queda justificada. Es decir...¡Son jodidamente famosos y yo ni por enterada!
A veces me pregunto si mi constante despiste es algo normal.
Supuse que estaría trabajando o lo que sea que hacen los idols un viernes a esta hora, así que me sorprendo bastante cuando responde al segundo tono. Bien, no esperaba que contestase tan pronto y casi sufro un paro cardíaco al escuchar su voz, pero eso no quita que continúe enojada con él.
—Has llamado.—puedo sentir la burla en su voz y mi mente lo visualiza sonriendo...
Menudo idiota. Si antes me parecía imbécil pues ahora lo declaro imbécil al cubo.
—¿Por qué no me dijiste que eras mundialmente famoso?—es lo primero que digo y no me molesto en ocultar el sarcasmo y la irritación en mi tono. Odio andar conrodeos, y más aún odio que me mientan.
Con que mis padres lo hagan ya es suficientemente.
La línea se mantiene en silencio unos segundos, le ha tomado desprevenido mi pregunta.
¿Dónde quedó tu buen humor, Jeon?
—Ah, ya lo sabes...—todo rastro de picardía que poseía su voz antes desaparece por completo, dando paso a un tono desganado e incluso decepcionado me atrevería a decir.
—Bueno, no tiene mucho sentido que te desilusiones por eso. Con el gran reconocimiento que tienen sería un gran despiste de mi parte si no me llegase a enterar.—espeto y ruedo mis ojos a pesar de que no puede verme.—Imagino que para ti fue un gran entretenimiento burlarte de mi ignorancia, pero no te preocupes, no guardo rencores.—finalizo con un marcado escepticismo en mis palabras.
—No Liz, yo nunca...
—Olvida el tema, no llamé por eso.—ignoro el hecho de que me ha llamado por mi nombre con total confianza y naturalidad, lo cual debo admitir que me ha resultado algo incómodo cuando apenas nos conocemos.
—¿Qué sucede entonces?—suspira esta vez exasperado. Poco me importa si se ha molestado conmigo, él también mintió al omitirme algo tan importante como su carrera.
—Sucede que no pienso continuar siguiéndote la corriente, necesito que me devuelvas lo antes posible mi agenda.—aclaro concisa.
—Ahora no es posible, en poco tiempo inician nuestras vacaciones y tengo trabajo que hacer. No puedo salir en estos momentos.—responde con indiferencia, casi como si no le importara en lo absoluto la irritación que descolla en mis palabras.
—Precisamente por eso llamo, para decirte que envíes a alguien más para traerla. No acepto un no como respuesta.—insisto con falsa amabilidad y con toda intención de molestarlo.
Debo admitir que estoy siendo bastante cortante y fría, pero es que acabo de descubrir que él tiene una capacidad increíble para sacarme de mis casillas. No sé si he dejado en claro que soy una persona con poca, o básicamente nula, paciencia.
—Bien, en quince minutos enviaré a alguien con la agenda.—accede con un cansado suspiro al final, luego de pensarlo por unos segundos.—Ve al lugar donde nos encontramos la última vez.—su respuesta es gélida y cruda... así como el sonido de la línea dando a entender que la llamada ha finalizado.
Sí, me ha colgado.
No entiendo porqué se molesta conmigo cuando solamente he sido una víctima en su juego infantil. No sabía que estaba de moda que los idols les quitaran pertenencias a otras personas. Estúpido idiota, con suerte en quince minutos todo habrá terminado y no tendré que volver a saber de él nunca más...así sea necesario desactivar toda red social que pueda informarme de su existencia.
Introduzco mis manos en los bolsillos de mi abrigo soltando un bufido indignado. El clima es algo frío esta tarde y eso no beneficia en nada a mi, ya de por si natural, mal humor. Hace cinco minutos que estoy esperando la llegada del supuesto individuo que ha enviado con la agenda y aún ni rastro de dicho sujeto.
Si se ha atrevido a mentirme de nuevo juro que le arrancaré la cabeza de un mordisco a como de lugar.
Una vez llego al límite de mi paciencia, saco nuevamente el móvil para llamarle y tal vez insultarle un poco de paso. Pero justo en ese momento una enorme van color gris platinado se estaciona frente a mí y el sonido del enorme motor llama mi atención, apartándola de mi teléfono.
Camino hacia ella con cautela y algo dudosa hasta que diviso mi agenda en las manos del conductor. Un hombre fornido de quizás unos treinta años, me mira con su ceño fruncido desde el interior. A simple vista no me inspira confianza, pero no estoy aquí para juzgar, solo quiero mi agenda de vuelta.
—Ah, hola.—le sonrió torpemente para disminuir la tensión, pero él solo me observa sin mediar palabra.
Qué tipo tan extraño y poco comunicativo.
—Yo soy la...—no termino la frase puesto que repentinamente la enorme puerta junto a mí se entreabre y unos brazos desconocidos me adentran al vehículo con rapidez.
Siento cómo cubre mi boca para acallar mis quejidos, no puedo ver el rostro de mi agresor puesto que estoy de espaldas a él, pero eso no impide que patalee y me retuerza buscando liberarme. Siento su respiración a un costado de mi cabeza y la presión de su agarre a mi alrededor, activando todos mis instintos de supervivencia y las alarmas de peligro en mi interior.
Mi intento de escape se ve interrumpido cuando percibo una muy leve vibración a mis espaldas. El pecho de aquel desconocido que me sostiene se mueve enérgicamente y un sonido característico emerge de su garganta...
¡Se está riendo de mí!
Dejo de luchar y consecuentemente su agarre se deshace, permitiéndome girar mi rostro para observarlo.
—¡Tú!—lo señalo jadeando entre el previo terror y la rabia in crescendo apenas lo veo.—¿Estás mal de la cabeza? ¡¿Cómo se te ocurre hacer algo así?!—le recrimino a gritos pasando mis manos por mi,extremadamente desordenado, cabello a causa de los forcejeos.—Casi me matas de la impresión...—toco mi pecho para comprobar el latir precipitado de mi corazón, mientras que Jungkook continúa carcajeándose y le hace una señal al conductor indicándole que avance.
—No me has dejado opción. No querías verme y necesitaba aclarar algunas cosas.—se encoje de hombros luego de terminar con su fiesta personal y se reclina en su sitio con indiferencia.
—Tengo mis razones para no querer verte, debiste respetar eso y no actuar por mero capricho.—le reprendo mientras miro a la ventana tratando de descifrar el rumbo que ha tomado el auto, ahora que me percato de la situación en la que me encuentro, el pánico regresa.
—¿Y exactamente qué motivos son esos?—su semblante permanece impasible, salvo por esa asquerosamente atractiva sonrisa.
—¿Quieres que los enumere o voy directo al punto?—su mirada de molestia me hace querer reír, pero me contengo solo porque justo ahora estoy en su territorio y lanzarme de la van no es una opción.—Empezaré porque no quiero que nos vean juntos, sería un gran problema para ambos si algún malentendido se llegase a difundir. Y yo realmente valoro mi tranquilidad.
—Solo hay que andar con cuidado.—se encoge de hombros nuevamente y le resta importancia a mi argumento, lo cual hace que mi resentimiento aumente.
—Ya veo lo poco que te importa el tema...al menos ya no tengo que preocuparme por eso.—mascullo por lo bajo conteniendo los deseos de estamparle agenda y todo contra su innecesariamente apuesto rostro.
Comienzo a percatarme de que aunque utilice adjetivos negativos para describirlo igualmente mi cerebro se empeña en recalcar que el jodido es realmente atractivo.
—¿A qué te refieres?—cuestiona con ingenuidad, pobre cosita linda.
—Me refiero a que una vez tenga lo que me pertenece podré macharme y no tendremos porqué vernos nunca más.
—¿Y qué te hace pensar que te la devolveré?—sonríe con picardía acercando su cuerpo a mi asiento, por lo que frunzo mi ceño y con mi dedo índice contra su pecho lo aparto portando en mi rostro la expresión de asco más falsa de la historia.
—Si no lo haces te demandaré por robo y acoso.—dudo de la gravedad de mi amenaza, pero parece funcionar puesto que su sonrisa se desvanece lentamente y procede a tomar distancia.
—Bien, pero antes de que cerremos este capítulo de nuestras vidas déjame aclararte algunas cosas, al fin y al cabo ha sido el propósito por el que estoy aquí.—asiento y espero a que prosiga.
Escucharé lo que tenga que decir si de esa forma es feliz y me deja en paz.
—Es sobre lo que dijiste en la llamada de hace un rato.—rasca su nuca de forma nerviosa.—No quiero que pienses que no te había dicho la verdad porque planeaba burlarme o algo por el estilo...no te conté por temor a que algo como esto pasara, está claro que por esa razón ya no quieres verme.-su mirada de culpabilidad casi logra suavizar mi corazón...casi.—Además, se sintió tan bien por un momento estar con alguien de forma natural, sin regirme a mi perfil de trabajo. No sé si me entiendes...—emite una risa nerviosa mientras juguetea con sus dedos sobre su regazo.
Quizás no puedo comprender a la perfección su sentimiento puesto que nunca he estado en el lugar de una celebridad o algo así...pero verlo tan vulnerable y oír su voz melancólica hace que mi corazón se agite repentinamente, y esta vez no es a causa de la sorpresa.
No Liz, no puedes ceder a sus encantos ahora después de todo lo que has dicho.
Jodido orgullo que siempre me hace debatirme entre lo que quisiera y lo que él cree conveniente.
—De hecho no, no te entiendo y tampoco planeo hacerlo.—ya sabemos quién está hablando por mí.
—Vaya...—a pesar de mi cortante respuesta él sonríe.—¿Cuánto deberá pasar para que tu corazón se ablande conmigo?—susurra y yo me limito a suspirar disimuladamente.
No tiene ni la menor idea de que desde la primera vez que lo vi he tenido la tentación de dejarme llevar por su carisma y belleza, lo admito, sí. Pero afortunadamente mi cerebro reacciona antes que mis sentimientos. No sé si eso sea una virtud o un defecto, pero me ha salvado el trasero en muchas situaciones.
El auto se detiene en frente de la residencia y el conductor se gira desde su lugar para devolverme la agenda al fin.
—Gracias por traerme y por regresarla.—mascullo colocándola en mi bolso y evitando hacer contacto visual. Ahora me siento tímida y nerviosa.
Este chico me hace sentir como una montaña rusa descompuesta, y eso que esta apenas es la segunda vez que nos vemos...
Y espero que sea la última.
—No tienes nada que agradecer pero...—hace una pausa mientras acairia su mentón y luego desvía sus pícaras pupilas en mi dirección.—¿Puedo pedirte un favor?—asiento confusa por su repentina condición.—Mira hacia allá ¿Qué ves?
Giro mi rostro hacia donde señala, no tengo ni la menor idea de cuál es el objetivo de que le diga lo que veo afuera de mi residencia, pero aún así respondo solo para poder salir deprisa de aquí.
—Veo un árbol y una...¿piedra?—mascullo preguntándome si tiene alguna lógicalo que estoy diciendo.—¡Ah! Y muchos edificios.—volteo a observarlo, me ha parecido muy raro su pedido y más aún la expresión satisfecha que ahora porta en su rostro.
Él me sonríe mientras eleva un poco su trasero del asiento para hurgar en su bolsillo y acomodar algo en su interior.
—Bien, muchas gracias. Puedes irte.
Tras escuchar eso, no me molesto en responder siquiera y salgo de la van con apremio. Esta vez nada me detiene.
Mientras camino al interior del complejo, diviso de reojo el plateado auto alejarse y suspiro con alivio. Ha sido todo, se ha terminado al fin.
Tomo el ascensor hasta mi piso, y justo cuando estoy a escasos metros de mi habitación, el tono de un nuevo mensaje hace retumbar el molesto aparato en mi bolsillo. Me detengo para revisar con atención de qué se trata y casi caigo al suelo en el instante en que mis ojos deparan en el contenido...
Es una foto...
¡Una foto mía y de Jungkook! ¿Pero cómo...?
Comienzo a conectar sucesos mentalmente y es cuando me percato. El favor...¡El jodido favor!
El muy rastrero lo hizo para sacarnos la foto sin que yo me enterase. Hiperventilando de la irritación presiono los costados del teléfono entre mis dedos, y cuando reúno nuevamente la calma diviso que seguido de la imagen aparece un mensaje de su parte.
<<Mañana a las 5:00 PM te pasaré a buscar, iremos a un lugar. Puedes llevar a tus amigas. Te recogeré donde siempre.>>
Pero...¡¿Quién se cree que es?!
<<Lo siento, no iré a ningún lado contigo. Pensé que ya te lo había dejado claro.>>
Envío el mensaje y no me sorprende que a los segundos responda.
<<Sí que lo harás.>>
Bufo de la indignación y mis dedos se mueven por su cuenta tecleando la respuesta.
<<¿O si no qué?>>
Esta vez su mensaje tarda más tiempo en llegar y comienzo a impacientarme...
¿Qué se supone que está tramando?
<<Si no estás mañana a esa hora allí, haré que esta foto circule por toda Corea...y no creo que quieras eso ¿Verdad? Algunas fans pueden ser difíciles...>>
Mi rostro comienza a arder de la rabia, me está amenazando de la peor forma posible. Intenta manipularme utilizando en mi contra justamente lo que le dije que no quería que pasara. Pero yo no me dejaré intimidar así de fácil.
<<No te atreverías,
además bien se podría
decir que es editada.>>
Como es de esperarse, su contestación llega al instante y esta vez con una nueva amenaza.
<<No lo creo, no cuando todos vean que la he publicado en mis cuentas oficiales. Además de que yo mismo daré crédito a su veracidad ¿Realmente quieres retarme?>>
Unas enormes ganas de arrojar el teléfono contra alguna pared se hacen presentes, sin embargo opto por respirar profundo y responder con madurez...la única opción que me queda.
<<Bien, iré. Pero debes
cumplir tu parte
y borrar esa foto.>>
<<Trato hecho.>>
Es el último mensaje que recibo y apago el celular con la aspiración de desaparecer esta amarga vivencia por al menos unos segundos. Una vez dentro del dormitorio me despojo de mis zapatos y del pesado abrigo. Mi compañera de habitación otra vez está ausente y eso me da más libertad para moverme por el lugar e intentar relajarme.En un final decido que lo mejor para calmar mis decaídos ánimos es una ducha caliente.
Mientras el agua cincela mi piel mis pensamientos divagan en mi nana. Es extraño, a pesar de que he intentado llamarla durante estos últimos días nunca contesta...me frustra un poco el no saber qué hacer sin sus consejos.
Tampoco he tenido noticias de mis padres, supongo que creen que si me dan un tiempo a solas voy a reflexionar y a volver...
No sé si son ingenuos o simplemente muy tontos como para darse cuenta de lo que realmente está pasando.
Salgo de la ducha un poco más calmada y centrada. Una vez arropada y en mi pequeña pero acogedora cama, me dispongo a buscar la agenda para repasar los horarios del siguiente día, no quisiera pasar por otra vergüenza como la de esta tarde con el profesor Han. En cuantro la abro, un papel distinto al resto de sus páginas cae sobre mis piernas.
Es un dibujo.
Lo escudriño con cuidado y deparo en la sorpresa que me ha ocasionado...
¡Soy yo!
Definitivamente es mi rostro pero...parece estar incompleto, o al menos esa es la impresión que profesa, algunos rasgos esenciales no están definidos. Extraño, sin duda alguna.
En el anverso de la hoja puedo leer una pequeña frase...
" A primera vista pude reconocerte, como si nos hubiéramos llamado el uno al otro. El ADN de mis venas me lo dice: eres tú a quien estaba buscando."
¿Qué se supone que significa eso?
¿Ha sido él quien lo ha hecho?
El solo pensar en esa posibilidad me hace sonreír como idiota, así que golpeo ligeramente mi abdomen para calmar el incesante cosquilleo que ha comenzado a surgir. Estúpidas mariposas estomacales, desaparezcan por donde vinieron.
Agito mi cabeza y trato de expulsar esos pensamientos sin sentido.
¿Y qué si fue él? Al menos pudo haberlo pintado correctamente...
Cielos.
Mis mejillas contraídas delatan que la estúpida sonrisa todavía permanece en mi rostro. Esto no puede ser posible.
Me acomodo entre las sábanas y coloco el papel sobre la mesilla a mi costado, dispuesta a zanjar la cuestión e intentar olvidar la gratificante sensación de este cúmulo emocional.
Mientras repaso las líneas de esa hermosa frase mis ojos se van cerrando poco a poco y me pregunto...
¿Qué pasará mañana?
¿Qué pasará cuando nos veamos de nuevo?
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