Capítulo 14
"He estado llamando tu nombre en este universo. Ahora ya no necesito a el espacio, teniendo el universo hecho".
-Heartbeat
[BTS]
───── ⋆✩⋆ ─────
<<—Te esperaré en el sueño de siempre, no llegues tarde ...>>
¿Qué?
Abro mis ojos de golpe y un pequeño jadeo de sorpresa se escapa de mis labios...
¿Qué ha sido eso?
He hablado con él, por primera vez he mediado palabra con el desconocido de mis sueños...y ha sido tan inesperado que por breves momentos no estuve segura de qué debía decir. Sonrío inconscientemente al recordar su pregunta, quiere verme otra vez...y a decir verdad yo también. Aunque sé que solo es una ilusión, no puedo evitar sentirme ansiosa porque llegue la noche para volver a soñar.
Me levanto del escritorio, sí, me he quedado dormida sobre este mientras estudiaba. La habitación de la prestigiosa residencia para estudiantes de intercambio no es muy grande, pero es bastante acogedora. Nos han dividido por departamentos, por tanto no he tenido la suerte de compartir la estancia con ninguna de las chicas. A cada una le ha sido asignado un cuarto y una compañera de habitación distinta.
En mi caso estoy conviviendo con una joven japonesa, y aunque por el momento no domina con precisión el coreano, nos hemos resuelto la comunicación con un poco de inglés.
Aún así casi nunca está en la residencia, tengo entendido que tiene una pareja, por lo que la mayoría del tiempo no se queda en la habitación así que la tengo prácticamente para mi completo consumo.
Estoy terminando de colocarme los últimos toques de mi natural maquillaje, para luego cubrir mis brazos con una chaqueta, en cuanto escucho a alguien golpear la puerta. Abro la misma encontrándome con la sonrisa de Keira y el cabello alborotado de Alice.
—Buenos días dormilona, menos mal que ya estás lista ¡Hay que irnos!—exclama Keira emocionada.
—Tu habitación queda realmente lejos, la próxima vez vas a buscarnos tú.—reprocha Alice mientras se acomoda los tirantes de su camiseta.
Río ante su queja y me alejo por breves instantes.
—Espérenme un segundo.
Corro hacia el interior de la habitación nuevamente y, luego de tomar mi bolso y la agenda que me había obsequiado mi nana, me encamino a la salida para cerrar la puerta y avanzar con las chicas.
—¿Para qué llevas eso? Dudo mucho que la necesites hoy. Además...¿Por qué que siempre cargas con ella?—cuestiona la morena señalando la peculiar agenda que sostengo contra mi pecho.
—Es importante para mí, aquí tengo todo mi itinerario y las notas esenciales de la escuela. Además, siento que debo llevarla conmigo.—me encojo de hombros restándole importancia al tema, ella no parece muy convencida pero aún así no vuelve a insistir.
—Creo que es mejor tomar un taxi, no me apetece esperar el bus...y tampoco disponemos de tanto tiempo como para eso.—concordamos con su propuesta, y mientras ella y Keira se adelantan para conseguir dicho transporte, yo me deleito unos segundos observando la belleza de la activa ciudad.
Si me hubiesen dicho que iba a terminar viniendo aquí estoy segura de que me hubiese reído de ello, no tengo precisamente un espíritu muy aventurero.
Ante la señal de Alice, avanzo para tomar lugar en el auto. Me coloco junto a ella en la parte trasera mientras que Keira se ha sentado en el lugar del copiloto. El objetivo de nuestro viaje es nada más y nada menos que encontrar un apartamento. No es que la residencia no sea un lugar cómodo solo que, además de estar muy lejos una de la otra, necesitamos buscar un sitio más privado y tranquilo tanto para estudiar como para adaptarnos de mejor forma a la vida cotidiana del país.
Mis padres, luego de al fin enterarse de que todo era cierto y que me he ido de una buena vez, se han mostrado extrañamente atentos. Diría que casi arrepentidos...pero no, eso lo dudo mucho. El caso es que han abierto una cuenta a mi nombre con una generosa cantidad, y aunque nunca me ha gustado aceptar tales cosas de su parte, no puedo negar que lo necesito por esta vez.
Entonces, con ese dinero planeo conseguir un apartamento decente, y compartiendo los ahorros de las chicas, nos las apañaremos para cubrir los gastos restantes. A pesar de que les he insistido en que no es necesario que paguen nada y que el dinero que me han facilitado es más que suficiente, ellas se han negado argumentando que quieren aportar también. Hemos elegido el día de hoy para salir a mirar sitios, puesto que es fin de semana y no tenemos más deberes por parte de la universidad, salvo un proyecto escolar que le han indicado a cada estudiante del cual nos ocuparemos más tarde.
El taxi nos deja en la misma dirección que aparecía en los anuncios de vivienda. Es un vecindario bastante hermoso y a mi modo de ver algo...caro.
—No hemos visto nada aún, pero por la impresión del lugar lo voy descartando.—murmura Keira a mi costado contemplando el costoso paisaje.
—Lo mismo digo, imaginaba algo más...humilde. No podemos darnos el lujo de derrochar tanto, no sabemos cuándo lo necesitaremos en verdad.
Asiento ante el análisis de Alice en el instante en que una señora, algo mayor de tez blanca y cabellos oscuros, nos recibe en la entrada del lugar señalado.
—Hola, ustedes deben ser quienes solicitaron la visita al apartamento.—se muestra sonriente.
—Sí somos nosotras, nos gustaría revisar el lugar si es posible.—hace un gesto con sus manos y nos invita a pasar luego de mis palabras.
Todo es muy hermoso en el interior, las paredes están pintadas de un blanco hueso y las tonalidades cálidas del mobiliario le dan un aspecto acogedor al lugar. Tiene cuatro habitaciones y dos cuartos de baños, sin duda es enorme. Todo aquí irradia elegancia, es mucho más de lo que imaginaba.
—Creo que es muy grande para solo nosotras.—le susurro a Alice.
—Pienso lo mismo. También por el vecindario, parece costoso.
—Mejor preguntemos sobre eso.
Luego del recorrido por la vivienda, nos acomodamos para tratar con la señora los asuntos relacionados con el precio y la convivencia. No fue sorpresa que el valor del alquiler fuera excesivamente elevado. Por muy hermoso que estuviese todo las chicas tenían razón, era demasiado para los gastos de unas simples adolescentes, aún cuando yo contara con el dinero.
La travesía en general no fue exitosa. Luego de ese lugar estuvimos viendo más apartamentos por la zona, pero todos eran de características similares al anterior. O por el contrario, algunos fueron muy pequeños y de escasas condiciones, ninguno se amoldó a nuestros gustos y necesidades.
—Estoy cansada, hemos recorrido la mitad del país buscando y no hay nada que valga la pena.—se queja Keira. A veces es muy exagerada.
—Yo también estoy agotada.—suspiro.—Además, no estoy en contra de la civilización, pero los apartamentos estaban en lugares muy concurridos y eso no es de mi agrado.
A decir verdad, solo aspiro a un sitio tranquilo. Poco me interesa si está algo lejos de la escuela, por suerte nuestras clases no inician hasta determinada hora y el transporte es bastante puntual, así que llegar temprano no sería un problema. Lo que necesito es un entorno calmado.
—Yo tengo hambre.— confiesa Alice. No hace falta que diga más, el quejido de sus tripas confirma sus palabras.
—Me parece que cerca de aquí hay una tienda de conveniencia. Iré a buscar algo de comer para todas, vuelvo enseguida ¡No se muevan de aquí!
—me alejo en la dirección contraria, por donde había divisado anteriormente aquel lugar. Yo también estoy hambrienta, así que no tengo que pensarlo dos veces para salir rumbo a buscar alimentos.
No queda muy lejos el sitio, el interior es bastante grande para ser una simple tienda, las personas vagan por los pasillos de un lugar a otro cargando sus compras. Yo por mi parte, me encamino directo a la sección de dulces y otras golosinas. Estoy observando algunas opciones cuando un golpe seco a mi costado se hace notar en el instante en que algo golpea ligeramente mis zapatos.
Dirijo mi mirada hacia mis pies y observo la pequeña lata de soda que ha rodado hasta mí. La levanto y giro siguiendo el rastro por el que ha venido. Un hombre algo mayor, de cabellos canosos y estatura media, se encuentra con su torso curvado tratando de recopilar las bolsas que al parecer ha dejado caer.
Automáticamente me coloco de cuclillas para ayudarlo a acomodar todo en su lugar nuevamente. El desconocido se iergue y me observa desde la altura. Por mi parte, una vez guardo todo dentro de las bolsas, deposito en una de estas la lata de soda que sostenía con anterioridad. Me levanto y le extiendo sus pertenencias con una sonrisa.
Espero al menos un agradecimiento, pero en lugar de eso vuelve a tomar sus compras y se limita a observarme en silencio. Ante su penetrante mirada, un escalofrío recorre mi espina dorsal y por inercia me alejo. En el instante en que mi cuerpo se gira, aquel hombre toma mi muñeca con fuerza y me hace voltear a verlo nuevamente.
—Eres tú, te he encontrado.—susurra mientras sus dedos oprimen mi piel.
—Lo siento. Yo...yo no lo conozco.—trato de soltarme, pero me detengo en cuanto vuelve a hablar.
—¿Está aquí verdad? Puedo sentirlo.—no me permite contestar siquiera cuando levanta repentinamente la manga de mi chaqueta, justo allí, en mi antebrazo izquierdo.
Mis ojos se abren de la sorpresa cuando el anciano suelta nuevamente la bolsa para rozar con sus dedos mi lunar.
¿Cómo lo ha sabido?
Es imposible...mi brazo estaba completamente cubierto.
Aprovecho su distracción para alejarme, pero en cuanto lo hago, se acerca nuevamente.
—No debes dejar que entre, no puede sentirlo pero sí verlo. La oscuridad lo ampara y tú debes huir, ya sabe que están aquí...—susurra, pero es interrumpido por otra voz.
—¡Al fin te encontramos!—exclama asomando su cabeza por el corredor.
—También vienen.—masculla el anciano mirando a una recién llegada Alice para luego dirigirse a mi oído nuevamente.
—No deben saber más. Alnilam, él no debe encontrarlas.
—Liz ¿Estás bien?—me giro hacia Keira en cuanto la escucho hablar. Pero en el instante en que volteo mi cuerpo para responderle al extraño desconocido...este ha desaparecido completamente de mi vista, como si nunca hubiese estado allí.
Mi entrecejo se frunce ante la sorpresa y la confusión, pero esta solo se acrecienta en cuanto alcanzo a ver nuevamente a mis pies aquella pequeña lata de soda...
Después de aquel raro incidente, terminamos de hacer las compras para sentarnos a comer en un parque cercano. Las chicas no mencionaron nada del asunto, al parecer no llegaron a ver al anciano...y yo tampoco quise volver a tocar el tema. Me sentía demasiado confundida y algo asustada por la rareza de la situación.
¿Quién era ese hombre?
¿Y si se trataba la persona que según mi nana quiere hacernos daño?
Por mi mente rondan sus palabras, no logro descifrar su propósito y también...
¿Qué ha querido decir con Alnilam?
¿Ese es el nombre de quien nos persigue? Todo es extremadamente raro...
—Estás muy callada ¿En qué piensas?—dice Keira agitando una de sus manos frente a mi rostro.
No puedo contarles con detalles todo esto...mi nana me ha dejado en claro que no deben saberlo. Creo que he de confiar en ella, lo mejor será mentir por el momento aunque no me agrade ocultarle asuntos de notable relevancia a mis amigas.
—Nada en especial. Solo en el proyecto escolar que debemos presentar.—le sonrío levemente, tratando de quitarle importancia al asunto.
—También me preocupa eso. Creo que por hoy debemos terminar el paseo y concentrar lo que queda de nuestro día en esa tarea.—tanto Keira como yo asentimos a las palabras de Alice.
—En ese caso...¿Por qué no vamos a la biblioteca central para eso?—Keira concuerda con ella y ambas se colocan de pie para marcharse.—¿No vienes?
Todavía tengo muchas lagunas en mi cerebro como para poder concentrarme en un deber escolar, necesito un poco más de tiempo para relajarme y organizar mis pensamientos. Tal vez esta noche debería llamar a mi nana y consultarle algunas cosas.
—Adelántense ustedes, yo tengo algunas cosas que hacer. Iré en un rato.
No parecen muy convencidas con mi excusa, aún así no insisten y se encaminan a su destino. Supongo que mi inquietud y el cambio de actitud son tan obvios que ni siquiera se molestan en reprocharme por querer estar sola unos instantes. Suspiro con cansancio y saco mi agenda para preparar el horario de los próximos días. Rozo con la punta de mis dedos el delicado estampado de estrellas y la figura peculiar de Saturno en la portada.
Saturno no es realmente rojo...así que esta versión suya es bastante extraña y original. Nunca había visto un diseño así.
Luego de un tiempo organizando mis apuntes y deberes, decido irme de una vez para cumplir con las chicas. Ahora que he podido encontrar nuevamente mi estabilidad, me siento preparada para continuar con mi rutina. Avanzo por las pobladas calles, mantengo mi vista sobre mis pies de forma pensativa, trato de escoger las palabras perfectas para la conversación que deseo tener con mi nana. Necesito respuestas cuanto antes.
Un sonido ensordecedor me saca de mis ensoñaciones, y en menos de un segundo, una enorme masa de color negro se abalanza sobre mí haciendo que caiga al frío pavimento junto a todas mis pertenencias. Todo se sume en silencio, solo puedo escuchar mi respiración agitada y ver mi pecho subir y bajar con rapidez.
Desde el suelo, levanto la mirada. Un auto de color negro se encuentra a pocos centímetros de mi cuerpo, casi muero atropellada solo por no prestar atención a mis pasos. Los cristales están polarizados, por lo que no puedo ver el interior del mismo, pero siento mis mejillas arder de la vergüenza a causa de la gran cantidad de ojos que observan el suceso.
Escucho el click de la puerta mientras tratan de abrirla, inmediatamente pienso en la gran cantidad de insultos que será capaz de decirme el conductor por mi despiste. Así que decido ahorrarme el espectáculo, a fin de cuentas, no hay necesidad de avergonzarme más.
El coche está bien al igual que yo, no hay nada más de qué preocuparse.
Rápidamente recopilo todas mis cosas, que han caído a mi par, y bajo la cabeza haciendo que mi cabello cubra por completo mi rostro. Me siento muy apenada por lo sucedido, claramente ha sido mi culpa.
Antes de que el conductor baje del auto, me coloco de pie aún cabizbaja y le hago una señal con mis manos para indicar que todo está bien. Justo como si de una persecución se tratara, corro hacia la otra calle procurando evitar las miradas que se han posado sobre mí.
Vaya día más caótico.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro