Mi corazón se empeña en estar en un juego interminable de carrera, no parece querer cansarse de la maratón de los anhelos, comienza la carrera en cuanto apareces, aún sabiendo que no hay una meta.

Mi corazón sigue jugando a acelerarse, sueña con alcanzarte, no se rinde ¿Quién puede culparlo? La mente más poderosa le creo una fantasía que jamás será cumplida, entre cerebro y corazón tratan de estar en sincronía.

Mi corazón se encierra en la tristeza, en el fondo sabe que es imposible tocarte, se resigna, toca la felicidad, pero solo un vistazo lo envía al principio frente a la línea blanca, más fuerte y sin la misma suerte.

Solo una vez tuvo lo que deseaba, no podemos retroceder, pero correrá hasta entender que lo que ya perdió jamás volverá y igual no comprende que ya cruzó el final.