─ ¿Llevas las mazanas que te regalamos? ─

─Las llevo, mamá ─

─No olvides llamar cada que puedas ─

YoonGi asintió algo cansado, quería regresar a su hogar ya. Y no es como si odiara el hecho de ver a sus padres, era solo que ya no estaba acostumbrado en dormir en su antigua cama. Además, quería ver a ese pequeño de pelaje blanco, ¿Y porque no? A su vecino, le daría parte de las manzanas que su madre le había dado.

Aquella vez no había empezado con el pie derecho después de todo.

─Ya me voy, perderé el tren ─

─Promete que vendrás a visitarnos más seguido ─

La madre de YoonGi lo miro con ojos cálidos y llenos de todo el amor materno que tenia.

─Hare un esfuerzo, saben que el estudiar y trabajar no es fácil ─

─Lo sabemos hijo, solo cuídate y come bien ─ YoonGi asintió, la mujer se acercó a YoonGi─. Hijo mío, cuídate mucho ─ sujeto ambas mejillas y beso su frente.

YoonGi se despidió de sus padres y de su hermana, quien le sonreía mientras se alejaba. Estaba ansioso por llegar a casa, ansioso por ver a la pequeña bola de pelos y de ver...

¡Ah! Ese rostro rechoncho no salía de su mente por más que se había obligado.