Por que tal vez hay salvación
para mi pobre alma,
porque tu me has hecho
sentir amor con
tan solo una
sonrisa.

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*Flash Back*

Cinco días habían pasado desde que Koga le ayudó con sus heridas y a sobrevivir en el bosque, le agradeció a Koga por haberle ayudado y se marchó del lugar.

Los últimos días se las había pasado durmiendo en árboles, cazando alguno que otro jabalí o recolectando frutas. Sin embargo los aldeanos lo perseguían constantemente, eran muy celosos con los cultivos al rededor de su aldea y más si se trataba de un demonio.

En una de las persecuciones, no pudo escapar y fue golpeado hasta dejarlo inconsciente, otra vez. Cansado de la situación, impulsado por el rencor, decidió atacar la aldea, ellos pagarían lo que habían hecho.

*********

Y ahí, casi anocheciendo, estaba en cuclillas sobre la copa de un árbol alto, con su mirada puesta el la aldea, esperando el momento perfecto para ocasionar desastres. Justo en la entrada de la aldea habían unos soldados, haciendo guardia, seguramente pertenecían al terrateniente de la aldea, pero ellos no eran impedimento para él.

Se enderezó y tomando un respiro, saltó a gran velocidad de árbol en árbol, los soldados se alertaron e hicieron sonar la campana de emergencia, muchos más soldados salieron junto con armas, dispuestos a defender la aldea.

—¡¡Atrapenlo, no dejen que pase!!—

Inuyasha sonrío, ya no era el mismo niño de antes, ahora era un hanyou fuerte y teniendo en cuenta su fuerza, se abalanzó sobre los soldados, estos cayeron al suelo algo aturdidos pero se levantaron, el hanyou seguía corriendo y destrozando las chozas a su paso, los aldeanos indefensos gritaban y corrían por salvarse, mientras la aldea se empezaba a incendiar.

Por suerte de los rápidos movimientos de los soldados, lograron apagar el fuego a tiempo con la ayuda de cubos de agua y tierra. Sin embargo el rencor en los ojos de Inuyasha aún seguía, miraba a todos los humanos con desprecio, uno se le acercó...

—P-por... Favor... No hagas más daño, ten piedad, mi familia... —

—Tendré la misma piedad que ustedes tuvieron conmigo... —

—¡NO! ¡Por favor! - lloró la joven madre, arrodillada en el suelo- mis hijos... —susurró derrotada y llena de dolor.

—Ya basta, vete —demandó con un gruñido y la mujer salió corriendo.

Aún habían pequeñas llamas de fuego consumiendo la madera y hacía que el rostro serio del hanyou fuera alumbrado por tonos naranja y rojos, mientras observaba el desastre que había causado, unos gritos lo sacaron de su ensoñación...

—¡Vengan, por acá! —

—¡Traiganla! —

Una sacerdotisa se puso en frente de él, a unos cuantos metros de distancia y acompañada por algunos soldados, los aldeanos parecían recobrar el valor para acercarse y ponerse a su alrededor.

—¡Oh gracias a Kami, sacerdotisa Tsubaki por favor ayúdenos! —

La mujer alzó una mano, callando a la gente, luego de un momento de silencio, Tsubaki miró fijamente a Inuyasha, luego habló.

—Tú - lo señaló - ¿Que haces aquí, hanyou? —

Inuyasha hizo una mueca, odiaba que le llamaran "hanyou" —Estoy cobrando cuentas pendientes, no te entrometas sacerdotisa — escupió con enojo.

Tsubaki lo miró desafiante —Te propongo un trato, hanyou - alzó la mano haciendo una seña, justo al instante, de la gente salió una joven con cadenas, sucia y la ropa hecha jirones, siendo arrastrada a la fuerza por soldados - Te ofrezco llevarte a esta mujer, a cambio de paz para nuestra aldea —

Inuyasha observó minuciosamente a la mujer encadenada, se veía tan débil y cansada, estaba empezando a tener compasión por ella.

—Y bien.... ¿Que dices? —

—Lo acepto, pero... La mujer se queda aquí y ustedes deciden si quieren más problemas si me atacan otra vez —

—Prometemos no volver hacerlo, eres un ser muy poderoso y puedes matarnos a todos, así que llévate a la mujer como promesa —

—Bien—

La joven fue empujada y lanzada directamente a los pies del hanyou, la sacerdotisa junto a la gente se retiraba al templo y a sus respectivas casas, Inuyasha tomó a la chica, rodeando su cintura con un brazo y poniéndola en su espalda.

*Tan liviana al igual
que una pluma*

Pensó, caminó por el bosque, buscando un lugar donde poder pasar la noche y no muy lejos, había una cabaña, estaba abandonada pero en más o menos buenas condiciones. En una esquina de esta, había un futón, algo viejo y roto pero aún serviría para su uso, recostó a la chica en él y se quito su haori, cubriendola con este.

Ella debió estar muy cansada, pues en todo el camino estuvo dormida, observó atentamente todos sus delicado rasgos, aún con toda la tierra en su rostro, podía asegurar que era muy hermosa, le vio parpadear un poco y le miró...

—¿Te encuentras bien? — le preguntó.

—Gra-gracias— susurró apenas audible, le sonrió débilmente y se desmayó.

Inuyasha se sorprendió, no por haberse desmayado si no porque nunca nadie le había sonreído tan sinceramente, con una mano temblorosa le apartó de la cara unos mechones del rebelde flequillo admirando su belleza, sin darse cuenta de que poco a poco se iba quedando dormido...

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Yo sé que está muy cortito, pero es lo que he podido hacer, los exámenes me están matando y no me llega la inspiración.

Pero espero lo hayas disfrutado tanto como yo.

Y también espero que
te guste NiKklRoSeqwp

Besos y abrazos 😘