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"Vida no es vida si no la vives
con amor, salud
y felicidad"
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3 meses después...
En las tierras del Oeste, en el palacio de la familia Taisho, los preparativos para una boda se daban con gran revuelo, el primogénito del rey Inu No Taisho se casaba oficialmente, pero no con una princesa Youkai sino con una humana, algo que sorprendía al pueblo y a los Daiyoukai que regían en los otros puntos cardinales sobrantes.
Inu No estaba muy contento, su familia estaba unida y tenía nietos que alegraban sus días, pero no podía evitar esa melancolía que le invadía, sus hijos habían crecido tan rápido, una pequeñas lágrimas de felicidad brotaron de sus cuencas ambarinas que limpió con disimulo pero esto no pasó desapercibido para su esposa.
— Ya te vi, llorón — se burlaba una Daiyoukai albina, Irasue no perdía su encanto, coqueta como siempre se acercó a su esposo, enredando un brazo en su cintura.
— Oh vamos, no hagas eso, sabes que amo a mis hijos— dijo con mala cara el peli plata mientras se tallaba los ojos.
— Nuestros hijos — corrigió la albina — Además, sólo se casa ¡no se va a ir para siempre! Y se supone que yo debería ser la que esté llorando ¡No tú! — reprochó con un puchero.
— ¡Pues entonces llora también! — la fachada ruda de Inu No flaqueó y se arrojó a llorar sin importarle nada, Irasue sólo rodó los ojos y se dispuso a darle una palmaditas en la espalda, aunque ella también tuviera sus ojos humedecidos por las lagrimas.
Por otro lado, Sesshomaru se permitía sonreír al lado de Rin, esa mujer que logró revivir sus emociones y con la cual había unido su vida y tenía dos hermosas hijas de ahora ya 6 meses de nacidas, que se encontraban con Kagome e Inuyasha en ese momento para su disgusto, pero lo dejaría pasar por esa vez, su hermano las había cuidado bien y había echo el papel de padre mejor de lo que él se hubiera imaginado.
La celebración terminó unas horas después para darle privacidad a la feliz recién casada pareja, Kagome dejó a las dos gemelas dormidas en la cuna, puesto a que estaban acostumbradas a dormir juntas, saliendo con cuidado de la habitación, Kagome se dispuso a ir con su amado, que la esperaba en el gran salón donde se despediría de su prima y su esposo, pues Inu No, Irasue, Inuyasha y ella se trasladarían al Palacio de las Flores, en el Este.
Al mediodía del día después tenían planeado hacer el reclamo de tierras y la ceremonia de coronación de Inuyasha y Kagome, que pasarían a gobernar las tierras del Este luego de la completa semana de instrucción que Inu No les daría, aceptar tal tarea fue algo difícil para la azabache.
*Flash Back*
Se encontraban en el despacho del rey, Inu No había preferido hablar con ella a solas pues había notado la incomodidad de ella al tocar el tema del lugar que le correspondía como esposa de Inuyasha, sería la Reina del Este, pero ella no quería aceptar eso, nunca había pertenecido a la realeza y no sabía nada de como gobernar un pueblo, sabía que Inuyasha era el encargado de dirigir las tierras de su madre pero ella también debía tratar asuntos como reina y eso le preocupaba.
— Escucha, mi niña, no va a pasar nada malo, de echo esto será muy fácil para ti, eres alguien de un muy buen corazón así que dudo que vayas a tomar malas decisiones como reina, hasta Inuyasha lo sabe así que no tienes nada de qué temer — sonrió cálidamente mientras tomaba las manos de la chica.
— Y-yo... N-no lo sé ¿Y si me equivoco en algo? ¿O no me quieren como su reina? — sus ojos fueron a parar sobre la tiara de hermosas joyas puesta en una almohada mullida sobre el escritorio de Inu No.
El mayor miró hacia donde miraba la joven, entendiendo parte del miedo en ella.
— Después de todo soy una humana, fui una esclava en el pasado, creo que para los demonios y Youkai no sería alguien a quién verían como una buena reina — se encogió en su asiento, quitando la mirada de la tiara.
— Kag, en el Este no sólo viven Youkai, también viven humanos, espíritus, monjes, etc, etc. Dudo mucho que los humanos desprecien a su misma raza así como los Youkai desprecien a Inuyasha siendo parte de ellos. La gente que allí habita es muy pacifica así que presentarán pocos disturbios con los que tengas que tratar, estoy seguro de que te amarán al igual que a mi hijo —
—P-pero... Tengo entendido que Inuyasha sufrió de pequeño el ser un Hanyou... —
—Sí, sobre todo por su hermano pero todo quedó en el pasado... Los tiempos han cambiado y ya hay más tolerancia de la población Youkai... Vamos, Kag, no me hagas seguir rogando — bromeó.
Kagome sonrió, Inu No es como el padre que siempre deseó tener, con una profunda inhalación se permitió calmarse.
— ¿Ya mejor? — ella asintió — ¿Qué dices ahora? —
— Está bien, acepto — con una ligera sonrisa y un tierno sonrojo en sus mejillas se levantó de la butaca.
—¿Y bien? ¿Todo salió como esperabas, padre? —
Inuyasha entró con una sonrisa y estrechó en sus brazos a Kagome, esta sonrió aún más y miró embelesada lo guapo que su esposo se veía en esas ropas, él traía su típico traje de piel de rata de fuego, ahora con bordes tejidos con hilos de oro, encima una coraza de armadura pulida, decorada por rubíes y el símbolo de la familia real, un obi rojo con degradado a amarillo atado a su cintura y por ultimo una enorme capa de pieles en su espalda. Abrazando fuertemente a su pareja, los nervios de la azabache se esfumaron en un instante, pues él le traía paz y protección, se separaron luego de un rato de apreciar el calor del contrario, Inu No apreció la escena.
— Bueno, pues sí, Aome sin duda es y será siempre la mejor compañera que hayas podido encontrar— sonrió el mayor.
—Por eso la adoro, no hay nadie como ella, aún más por darme a Hoshi— puso su mentón sobre la cabeza de su amada, cerrando sus ojos apreció el aroma de esta y le rodeaba con sus brazos nuevamente.
—Bien, ya podemos proceder con los preparativos, estoy orgulloso de ti, Aome... Mejor dicho de ambos, han hecho un buen trabajo— finalizó contento el viejo rey, sonriendo ampliamente.
*Fin del Flash Back*
Disfrutando de las pocas horas que quedaban antes de la ceremonia, la pareja comía algo liviano para despejar su mente, Hoshi se encontraba dormido en una de las habitaciones del Palacio que sería su nuevo hogar, Shippo estaba con él, cuidándolo.
— Estás preciosa, Amor— elogió el albino, mirando a la chica como si fuera lo más maravilloso que hubieran visto sus ojos.
—Tú estás mejor que yo, esas ropas te sientan muy bien, esposo mío — sonrió pícara.
—¿Sabías que te amo? — preguntó coqueto envolviendo sus brazos en la cintura de la femenina desde atrás.
—¡Oh, vamos! Claro que sí, Inuyasha, ¿Qué pasa contigo hoy? — tomó el rostro de su compañero entre sus manos al darse la vuelta, este le miró intensamente con sus ojos ámbares.
—Es sólo que yo te conocí en otras circunstancias diferentes a lo que vamos hacer en unas horas, me preocupa que esto no sea de tu agrado y quieras desistir de esto e irte...—
—Jamás lo haría, no iré a otra parte que no sea donde tú estés, tenemos nuestra unión muy clara, a Shippo y a Hoshi, que nos unen aún más, no me apartaría de ti por eso, además... Yo debería de ser la que esté preocupada de que me dejes, eres de la realeza y podrías haber conseguido a alguien mejor que yo—
—Pues te escogí a ti...— le besó.
—Exacto, ahora no te libras de mí — sonrió y volvió a unir sus labios.
Al mediodía, como se tenía planeado, la ceremonia se dio con total éxito, las puertas del Palacio de las Flores se abrieron, dejando ver a los nuevos monarcas del Este, Inuyasha y Aome ahora portaban coronas sobre sus cabezas, en medio de ellos, Shippo y Hoshi iban tomados de sus manos, sonriendo como nunca pues para ellos sus padres se habían casado otra vez. Los cuatro bajaron la escalinata hasta llegar a la carroza en la que pasearían por todo el pueblo, aún cuando le dijeron a Inu No que no querían hacer eso, pues sentían lástima por los sirvientes que cargarían con el transporte y ellos sobre sus hombros, Inu No dijo que tendrían que hacerlo, consiguió que modificaran la carroza y ahora esta era tirada por caballos, afortunadamente.
Con algo de vergüenza, Aome subió al carro e Inuyasha le siguió con los niños, Hoshi, en los brazos de su madre, sonreía y movía eufórico sus bracitos hacia la gente que les aclamaba, sacándole una sonrisa a los espectadores y a sus padres por tan adorable acto. Shippo fue alzado sobre el regazo de Inuyasha para que pudiera apreciar todo mejor, este le sonrió y movió su esponjosa cola de un lado al otro, mientras saludaba a la gente. Los dos adultos se miraron sonriendo y copiaron el ejemplo de sus hijos, saludando a su pueblo.
Para los ciudadanos, la noticia sobre sus nuevos gobernantes había sido una sorpresa, pues creían que el heredero de Izayoi se había perdido o estaba muerto, pero al ver al Hanyou que guardaba cierto parecido con la fallecida princesa, no había duda, era él, con todo gusto les dieron la bienvenida a ambos y a sus hijos, la familia se notaba que era muy humilde y que desempeñarían con justicia sus mandatos y el pueblo continuaría con prosperidad y felicidad, como con la princesa Izayoi y el rey Inu No.
Una historia que empezó con tristeza y anhelo, terminó con regocijo y celebraciones, el frío Daiyoukai descongeló su corazón con la persona que menos esperaba que fuera. La pareja de lobos en la montaña vivió sin disturbios con su manada. La pareja de viejos Daiyoukais descansó y terminó de vivir sus años de vejez, disfrutando de sus nietos. Y finalmente el Hanyou ya no era despreciado, era libre de seguir su propia vida, descubrió más que un mundo nuevo, alguien que ilumina más sus días, alguien con quien comparte su vida y tiene dos increíbles hijos; la humana que sufrió y encontró su salvación en él, teniendo su felices para siempre que vivieron por todo lo que les quedaba de vida.
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Fin
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Espero les haya gustado, perdón por no actualizar después de tanto tiempo, las personas que leyeron el mensaje que publiqué hace días atrás saben el porqué de mi retraso, sinceramente me siento algo cansada, pero me alegro de haber podido publicar al fin.
Como disculpa, ofrezco 3 especiales para esta historia, ustedes pueden decidir cuales son esos 3, si a NiKkIRoSeqwp le parecen estos, trataré de subirlos esta semana que ya estoy libre. No me dejen en visto ¿Sí? 😉
Lxs estaré leyendo.
Besos y Abrazos 😘
Cuídate.
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