25
"Luego de tanto,
nuevamente puedo volver
a verte, ya estamos
juntos de nuevo,
no llores nunca
jamás"
°§°§°§°
—
Hoshi ¡aprendiste a caminar! — dijo Inuyasha entusiasmado y con lágrimas en sus ojos.
El pequeñín entre sus brazos sólo enseñaba sus encías, ya pobladas casi en su totalidad de blancos dientes, en forma de sonrisa mientras daba pequeños saltitos.
—¡Hoshi! ¡Hoshinki! ¡¿Dónde estás?!— se oían los gritos desesperados.
Una maraña de pelos naranja se hizo ver desde unos arbustos, el Kitsune venía olfateando a su hermano. Las esmeraldas verdes se abrieron desmesuradamente al percibir otro olor y rápidamente se encontraron con otras abarinas.
—¡Papá! — gritó y saltando en cuatro patitas como lo haría un zorro, se acercó con gran alegría al que ahora era su padre.
—¡Shippo! ¡Has crecido en estos días! — le apañó Inuyasha, aunque no sirvió de mucho pues el pelinaranja se lanzó con gran impulso en su pecho, tanto que lo hizo perder el equilibrio y caer de espaldas al suelo, provocando risas en los cuatro.
Shippo sonrió a su padre, pero cambió a una mirada de alerta al ver al otro platinado no muy lejos de ellos, era un desconocido para él, por lo tanto debía de cumplir con su deber de protección. Inu No notó el cambio de humor que tuvo el nuevo pequeño por lo que procedió a aclarar su garganta.
— ¿Esta es toda tu familia, Inuyasha? — miró a los dos pequeños y luego a su hijo.
—Sí, si incluimos a Kagome que debe de estar adentro, pero... Aún hay otras tres personas que debes conocer — habló serio mientras se ponía de pie.
Shippo se mantuvo en el hombro de su padre, viendo fijamente a Inu No, Hoshi por el contrario estaba en el otro hombro de Inuyasha, haciendo burbujas con su saliva, ajeno a todo lo que pasaba y no era consciente.
— Ven, viejo, pasa sólo cuando te lo indique y nada de quejas — impuso su condición Inuyasha sin mirar al mayor, que rodó los ojos y esperó detrás de la puerta corrediza sin chistar.
—¡Mamá! ¡Mamá! ¡Es papá! — se bajó de un salto Shippo, yendo a buscar a Kagome, mientar Inuyasha colocaba en un cojín a Hoshi.
La azabache se encontraba en la sala contigua, pelando algunas verduras para hacer la comida de la tarde, al escuchar al Kitsune que llegó y daba pequeños tirones a su Hakama para llamar su atención, cosa que logró pues Kagome salió corriendo en busca de su amado.
Inuyasha caminó un poco para acortar la distancia entre ellos, estrechando a su compañera como si llevara años sin verla, con dulzura sus labios se encontraron en un ansiado beso, de sabor dulce y salino por las lágrimas de ambos, terminando el beso luego de unos segundos juntaron sus frentes, felices de estar juntos de nuevo.
— Estoy aquí... No te preocupes... Te dije que volvería... — le calmó un poco el ambarino.
— Lo sé... Pero tardaste mucho... — sonrió la azabache mientras limpiaba su rostro.
—Kag... Escucha... Yo... —
—¿Sí? —
—El viejo está allá afuera — dijo señalando la puerta, Kagome no entendió nada.
—¿Eh?... ¿Viejo? —
—Sí, mi... Padre —susurró lo último.
—Oh por Kami ¡¿De verdad?! — Inuyasha asintió — Oh esto no puede estar pasando —
—Bueno, pues sí, me liberó y trajo aquí después de saber de tu existencia y la de los niños — suspiró desganado Inuyasha.
Dos golpes en la puerta se oyeron.
—¡Ya te dije que esperes! — dijo sacado de quisio.
—Este... Yo... No tengo con qué recibirle, estaba preparando apenas los alimentos para la comida — se apenó la azabache.
—No te preocupes, con un poco de té estará bien... Con suerte y se atraganta— susurró lo último para sí mismo.
Kagome le dio un codazo y le mandó abrir la puerta, haciendo bufar al platinado.
—Bien, ya pasa — dijo abriendo la puerta corrediza en su totalidad.
La claridad de la luz invadió el interior de la cabaña, ayudando a Inu No a tener vista de todo en la cabaña, era algo chica y vieja pero al parecer su hijo se había esforzado mucho en repararla y lo había conseguido, era bonita por dentro. Su vista reparó en la azabache.
—Tú debes ser Kagome — extendió su mano en saludo, ganándose un gruñido bajo de advertencia por parte del Hanyou.
— Sí, usted es el padre de mi esposo, según tengo entendido — correspondió el saludo con una leve inclinación.
—Soy Inu No Taisho, general y rey de las tierras del Oeste... — decía pero fue interrumpido.
—Aaaaaaaaaburrido — dijo Inuyasha fingiendo tener un largo bostezo con Shippo en su hombro nuevamente — Oh vamos, viejo, corta ya esa palabrería —
Inu No le miró con desapruebo, luego se dirigió a la azabache.
— Soy el padre de este tonto, así que dime como te parezca; Inu No o papá también — ofreció en mayor.
—Emm... Prefiero llamarle Señor Inu No, me siento más cómoda — rió nerviosa — Mucho gusto en conocerlo ¿quiere algo de tomar mientras está la comida? —
—Un té estaría bien, hija, muchas gracias —
Kagome asintió y fue a preparar la comida y lo ordenado.
—Bueno, ya conoces a Kagome; mi compañera, este de aquí es Shippo— le revolvió el cabello al nombrado en su hombro — Y este pequeño de aquí es Hoshinki — acarició las orejitas grises del niño a su lado en el cojín.
— Él es el pequeño ¿cierto? — Inuyasha asintió — ¿Puedo...? — tendió sus brazos en seña de que si podía cargarlo.
—... Adelante— suspiró poniendo con cuidado al pequeñín en brazos del mayor, que le acogió con sumo cuidado como si fuera a romperse.
Hoshi se le quedó mirando con ojos brillosos y las mejillas coloradas, luego soltó una carcajada y se tiró los bracitos al cuello en un abrazo, Inu No sintió nuevamente calidez en su corazón, lo tomó con un brazo y con la mano libre le acarició la espalda con ternura.
— Vaya, si tienes sentimientos, viejo — se burló Inuyasha.
—¡Shippo! ¿Cielo, puedes traer agua fresca del río, por favor? — apareció Kagome con un balde.
—¡Claro, mami! — Dijo el Kitsune, Inuyasha lo bajó con cuidado y el pelinaranja tomó el balde que su mamá le tendía.
— Con cuidado —advirtió la azabache a cuclillas dándole un beso en la frente, Shippo se fue corriendo.
Kagome se irguió y observó a Inu No con su hijo, sonrió con ternura ante tal vista y se retiró nuevamente a la cocina.
— Inuyasha, hay algo que me estoy preguntando desde hace un rato... ¿El Kitsune no es tuyo, cierto? —
Inuyasha le miró con ojos acusadores —¿Y qué si no? Yo lo cuidé y crié como mío y lo amo igual que a Hoshi —
—No estoy diciendo que no — se disculpó Inu No — Es sólo que no me imaginaba a ti criando niños, eres algo joven pero... ¿Cuál es su historia? —
Inuyasha suspiró — Cuando Kagome y yo llevábamos tiempo juntos y Hoshi tenía unos meses de nacido, lo hayamos escondido en el bosque, unos demonios habían matado a sus padres y el resto de la manada decidió abandonarle por ser débil, así que decidimos acogerlo con nosotros, desde entonces nos llama papá y mamá, somos la única familia que tiene—
—Ya veo... Ha pasado por mucho a tan corta edad — dijo melancólico el general — Oh, mira esto... Tenemos a un dormilón aquí — señaló a Hoshinki que se había quedado dormido abrazado a él.
—Ven, dámelo — se levantó Inuyasha, recibiendo al niño y dejándolo con cuidado en un futón rodeado de almohadas por si acaso rodaba, le arropó con la mantita que usaba su madre, cosa que reconoció Inu No.
—Ya sabía que debías de tenerla tú, busqué como loco esa manta por toda tu habitación —hizo saber.
—El medallón de mi madre, esta manta y la espada fueron las únicas cosas que tomé del palacio, viejo— dijo desinteresado.
—¿Quieres dejar de llamarme así? —preguntó algo cansado el mayor.
—No creo que sea podible, viejo —sonrió de medio lado, de pronto su vista se fijó en el horizonte — Vaya, creo que alguien más también vino— dijo misteriosamente.
A lo lejos, una estola blanca se hondeaba con el viento, su dueño caminaba tranquilamente junto a una mujer ojiavellana que traía una niña en brazos y otra que caminaba a su lado tomada de la mano. Las orbes ambarinas y frías se toparon con sorpresa con la figura de su progenitor, que sólo se irguió en su asiento, dispuesto a saber que hacía su hijo mayor ahí.
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Uuuujujujuju se viene lo bueno.
Voten ⭐y comenten 💬, que lxs estaré leyendo
Besos y abrazos😘
Cuidense
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