22
"Tener una familia es una responsabilidad, pero también puede llegar a ser lo más importante en la vida para ti"
°§°§°§°
—Relájate un poco, vas a despertar a Hoshi—
—Lo sé pero no puedo controlarlo, estoy muy preocupada por Inuyasha, dijo que no tardaría y ya han pasado cuatro días, se supone que volverían ayer por la tarde... ¿Y si algo les pasó? —
Kagome caminaba de un lado para otro con un dormido Hoshiki entre sus brazos, la azabache esperaba muy nerviosa la llegada de su amado Hanyou, él le había dicho lo peligroso que sería el que volviera a esas tierras pero de igual modo esa opresión en su pecho no cesaba.
—Koga está con él, créeme que yo también estoy nerviosa, hace algunos meses atrás vinieron varios soldados por Koga, el rey de los Daiyoukais quería verlo, temí que no volviera—
— ¡Ya estoy aquí!— el grito de llegada de Rin al abrir la puerta hizo que a ambas mujeres se les erizara el cabello, los nervios y la ansiedad les recorrían el cuerpo.
—Que bien que hayas regresado, los muchachos aún no llegan. Setsuna y Towa por fin se han dormido, la fiebre bajó un poco pero aún no es suficiente, necesitamos la medicina pronto o me temo que...— los ojos de Kagome se empañaron de lágrimas, de sólo pensar en que alguno de los niños podría morir.
— ¡Cálmate, Kagome!— Ayame ya no podía más, si seguían así ella también empezaría a preocuparse más de lo que ya estaba, puede que ella aún no tuviera cachorros pero como mujer entendía la situación en la que se encontraba Kagome.
Rin también estaba preocupada pero se distraía un poco por las niñas, que apenas tenían 2 años recién cumplidos pero tenían la suficiente energía para hacerla cansarse, sin duda se parecían demasiado a su padre, Towa por su cabello plata y Setsuna por su actitud calmada, a ella se parecían en lo activa que era Towa y lo tímida de Setsuna, sus dos pequeña eran un gran tesoro y recuerdo que Sesshomaru le había dejado, además del adorno lunar que aún permanecía en su cabello, símbolo de la promesa que le hizo el Daiyoukai.
—Ahg Rin, no puedo hacer más nada ¿Tienes algo de té de manzanilla? Kagome necesita un poco y creo que yo también porque ya me estoy empezando a impacientar— Ayame estaba entrando en estado de ansiedad, ver a Kagome no le relajaba para nada.
—Prepararé un poco, enseguida vuelvo— las hojas y ramitas de manzanilla se habían acabado y ninguna se había hecho cargo de recoger más, tomó una cesta de mimbre y salió un busca de la planta.
Al tiempo de estar en el campo, sintió una presencia familiar, se enderezó y sentó sobre sus piernas para ver hacia su espalda, un demonio de cabellera platinada que danzaba con el viento la veía fijamente, su expresión no era muy fácil de leer pero ella sabía que estaba feliz de verla y ella a él.
—Señor... Sesshomaru— susurró.
°§°§°§°
Mientras tanto en el palacio...
— ¡Inu No Taisho! ¡¿Qué se supone que haces?! Sesshomaru ya no es un crío, puede ir a dónde se le plazca —una muy furiosa Irasue se le plantó en frente al gran general, que la miró un poco cohibido pero luego reaccionó.
—Irasue, no me puedo permitir que Sesshomaru valla por ahí sin siquiera decir nada, no quiero pasar lo mismo tres veces...—
— ¡Esa no es excusa! He criado a Sesshomaru muy bien, en cambio Inuyasha estuvo sometido por tu sobreprotección, no le dejaste hacer nada, es lógico que se haya marchado... Sé que sufriste y sigues sufriendo por Izayoe, y lo entiendo, pero ¿No crees que es demasiado? Izayoe no hubiera querido esto para su hijo... Mira lo que has hecho, lo has arrastrado otra vez para confinarlo en sus aposentos, separándolo de... — calló rápidamente, había metido la pata, se suponía que debía mantener eso en secreto pero ya había llamado la atención de su marido aún más de lo que debería.
— ¿Qué? ¿De qué lo he separado, Irasue? ¡Dímelo!— tomó a la mujer por los hombros, exigía una respuesta justo ahora y ella no se la daba.
Irasue se lamentaba en sus adentros, agachó la cabeza, no podía hacerlo, si le decía es probable que Inuyasha no la querría más, estaba segura de que la odiaría por siempre por haber delatado lo que había querido esconder. Había escuchado la conversación entre el chico Ookami e Inuyasha, "Kagome" eso era lo que había mencionado, supuso que era el nombre de la mujer que había visto tiempo atrás en su esfera, lo que debía significar que la otra figura a su lado era el hijo entre ellos dos, Inuyasha debió de haber tenido sus motivos para no alegar que tenía una familia que mantener y cuidar puesto a que vino a buscar la medicina para la enfermedad que había aparecido, pero ahora ella estaba en un gran debate consigo misma ¿Debería decirle o callar?
—Irasue, dímelo ahora o te juro que voy a desesperarme—
—Y-yo... Em... I-Inuyasha... — tomó una gran bocanada de aire— ¡Inuyasha tiene una familia!—
Listo, lo había hecho, había firmado su sentencia de muerte y odio por parte de su otro hijo, Inu No por su parte se quedó paralizado, abrió sus ojos desmesuradamente y no podía formular una oración coherente ¿había escuchado bien?
— ¿Q-qué?—
—Inuyasha tiene una compañera y tienen una cría— en parte no era mentira pero no era sólo "una", eran dos.
—Oh Kami... ¿Me estás diciendo la verdad o sólo me dices esto para que deje ir libre a Inuyasha?—
Eso hizo enojar nuevamente a la Daiyoukai, tomó la oreja de su esposo y lo arrastro hasta aquel polvoso cuarto dónde se encontraba guardada en secreto su esfera, ganándose una reprimenda de su esposo pues este le había dicho que dejara todos sus hábitos de adivinación y magia.
—Deja eso para después, perro terco, mira si no me crees y deja de ser así si no quieres que Inuyasha te odie para siempre— la albina le acercó la esfera al ambarino, que se sorprendió de ver lo que Irasue le mostraba, parecía casi imposible para él, Inuyasha era muy joven para haberse unido a alguien a su parecer, pero era totalmente cierto lo que Irasue le afirmaba, no podía ver a la chica y al pequeño nítidamente pero era una prueba creíble.
—Oh, esto no puede estar pasando en serio— con las dos manos cubrió su rostro, se sentía un completo tirano, separar a su hijo de su familia era un pecado, debía de pedirle una disculpa a su hijo, estaba seguro de que éste le rechazaría y se marcharía nuevamente pero también tenía la esperanza de que le perdonara y aceptara vivir con su familia en el palacio, esta vez con más comodidad y ya no le exigiría quedarse, ahora todo estaba más claro, sabía lo que debía hacer. Con decisión salió del cuarto, poniendo nerviosa a Irasue.
— Inu No ¡Inu No! ¡¿A dónde vas?! —
El general ignoró el llamado de su mujer y siguió caminando, subió con precisión las escalinatas hacia la habitación de su hijo menor y tomó el pomo de la puerta, girando la llave, divisó a Inuyasha sentado en el suelo en una esquina cercana a la ventana y entre sus manos tenía el rosario de cuentas de Izayoe. Se le podía ver signos de una pronta depresión y eso hizo al corazón de Inu No estrujarse.
—Inuyasha... Debemos hablar... Por favor, quiero que me escuches—
El Hanyou movió sus orejas en su dirección pero no despejó su vista de la ventana, a pesar de que tal gesto le decía al mayor que lo escuchaba le dolió que no le mirara fijamente, se lo merecía, había actuado mal, todo lo había hecho mal y dañó el último recuerdo de su difunta Izayoe, pero quería arreglar las cosas y lucharía por ello.
°§°§°§°
Hola, espero se encuentren bien y se estén cuidando, primero que nada; mis más sinceras disculpas por no actualizar después de tanto tiempo, he estado muy estresada y además Wattpad me ha estado fallando un poco, me borró un tanto más de la mitad del capítulo así que tuve que reescribirlo, la buena noticia es que pronto tendré vacaciones y podré ponerme al día con esta y mis otras historias.
En fin, perdón por la molestia y espero el cap haya sido de su agrado.
Gracias por cada voto y comentario💖
Bye Bye
Besos y abrazos 😘
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro